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Taehyung estaba demasiado distraído, había roto dos tazas de café que, para su suerte no serían descontadas, pero si rompía una tercera que se fuera olvidando la piedad de su supervisor. Había derramado más de una taza de café, había dejado pedidos incorrectos en las mesas y solo era una bola de distracción y frustración. Muy similar al empresario o peor.

Cómo de costumbre, el almuerzo tardío de sus amigos se hacía presente y él ya tenía sus pedidos listo, incluyendo el suyo ya que su break seguia encajando con el de Vernon y MinHo, quienes entraban muy despreocupados por la puerta de cristal.

—Puedes tomarte tu break, Kim —soltaba Chae, su compañera—. Estás en la nube nueve hoy, ve. Yo te llevo todo —exclamaba con amabilidad.

Taehyung asentía reiteradas veces y se juntaba con sus amigos.

— ¿Qué te sucede? —cuestionaba Vernon de inmediato.

— ¿Por qué lo preguntas? —se atajaba Taehyung, mientras que MinHo miraba entre ambos y su pedido que estaba llegando.

—Gracias, preciosa —halagaba y recibía un sonrisa de la compañera de Taehyung que no pasaba desapercibida.

El azabache fruncia el ceño—. ¿Y eso cuando pasó?

MinHo sonreía victorioso—. Mientras dormías entre los brazos de Kim Seokjin —respondía—. No es nada serio, pero mí hermana la adora ya...

—Y ya la llevaste a tu apartamento —replicaba Vernon. MinHo asentía—. En serio, no entiendo cómo tu hermana te soporta.

El rubio daba una buena mordida a su sandwich—. Le prometí a Taehyung un día de estos

— ¡Oye! —el susodicho golpeaba su brazo y MinHo reia con la boca llena.

El rubio dejaba de lado toda gracia y cuestionaba de inmediato—. Ya, no te hagas... ¿Por qué la cara larga?

Taehyung chistaba y tomaba su teléfono. Aún sin mensajes nuevos y le pasaba el teléfono a sus amigos—. Lean los últimos mensajes —pedía, Vernon era quien lo tomaba.

MinHo continuaba comiendo y Tae apenas si probaba si comida mientras que Vernon estaba muy concentrado.

—Que cursis de mierda que son —exclamaba MinHo negando.

—Si serás imbécil —acusaba Vernon—. No es eso lo que Tae nos muestra

—Pues yo veo que solo se dicen cursilerías y es un novio solidario. Por cierto ¿qué tal la entrevista? ¿te luciste de todas formas? —cuestionaba el rubio.

Otro golpe aterrizaba en su brazo por parte del pelinegro a su lado—. Le dijo te amo, maldito cerdo insensible —replicaba, usando sus propias palabras.

MinHo seguía sin entender—. ¿Y eso que-...? Oooh... ¿es la primera vez que lo dice?

—Creo que el problema es que no lo dijo... —mencionaba Vernon, viendo a Taehyung y devolviéndole el teléfono.

—Lo envió como si nada... Ni siquiera fue consciente —susurraba con un puchero pintado en su bonito rostro.

MínHo fruncia sus cejas—. ¿Y cuál es el problema?

—Nos encontramos en el ascensor, no lo mencionó pero yo si. Le dije que lo amaba... En persona —hablaba cada vez más bajo y con su rostro tornandose rojo.

— ¿Qué pasó luego? —preguntaba Vernon.

—Salí corriendo, pague por las horas del auto estacionado y aquí estoy trabajando o intentándolo

— ¿Te llamó o algo? —cuestionaba MinHo, más serio.

—Lo hizo, quiso que lo recogiera con mí auto pero tenía que llegar aquí... Fui un imbécil

— ¿Por qué? —cuestionaba el rubio confundido.

Otra golpe de Vernon—. Le dijo te amo por mensaje, como si nada. Luego se lo cruzó en el ascensor y no dijo nada... Claramente algo anda mal —mencionaba el pelinegro.

MínHo alzaba sus brazos confundido—. Nada anda mal

—MinHo no estoy de humor para tu falta de concentración —soltaba Taehyung desanimado.

—Mi falta de concentración es un problema serio, pero —alzaba su dedo índice—. Lo digo en serio, no hay ningún problema aquí ¿qué dudamos? ¿si el tipo te ama? Definitivamente lo hace, su maldito subconsciente le ganó por estar ocupado. Debe tener millones de cosas en la cabeza y claramente pareces estar encima de todas ellas —exclamaba.

Vernon entrecerraba sus ojos—. Continúa...

—Te ama, lo dijo tan natural que al tipo hasta se le debe salir por los poros. Lamento si lo esperabas en una cena a la luz de las velas, pero sabiendo que el tipo que se confeso primero que está hasta la coronilla contigo, quizás y lo hubiera hecho de esa forma, pero ¡Ups! —mencionaba viéndose divertido—, está vomitando arcoiris por tu culpa y ni siquiera es consciente. Te lo dijo, te lo dijo tan natural como si estuvieras con él hace años. Te lo dijo natural como cualquier otro mensaje porque así sucede cuando amas a alguien y te sale natural finalizar con un cursi te amo... Ese tipo no tiene pinta de andar diciendo esas cosas a la ligera, se debe tomar esa frase muy en serio. Seguro y con todo este viaje que van a hacer, te lo decía ahí o quizás no, pero que lo siente, lo siente. Disculpalo por haberlo hecho tan natural al punto de no darse cuenta lo que sus dedos escribieron al hablar contigo.

Taehyung y Vernon estaban con sus ojos abiertos y muy sorprendidos, el azabache golpeaba a Vernon de repente haciéndolo saltar del susto.

—Realmente esperaba algo como eso de ti —reclamaba.

—Dame un respiro por una vez —se defendía y volvía a mirar a MinHo—. ¿Quién eres y dónde está el verdadero MinHo?.

El rubio estaba comiendo nuevamente y alzaba la mirada—. ¿De que hablash? —cuestionaba con su boca llena y escupiendo.

Ambos chicos se relajaban con un "Aahh, ahí está".

Taehyung reía y luego se ponía serio—. No me ha vuelto llamar aún ¿realmente creen que es así?

—Felicidades, te ama, pero eso ya lo sabíamos —afirmaba Vernon—. Ya te llamará, no te angusties y... Estoy muy feliz por ti

—Mi oferta de golpear su bonito rostro sigue en pie si te lástima o se retracta o hace como que nunca pasó ¿me oíste? —afirmaba el rubio.

Taehyung reía más relajado, solo un poco y asentía en dirección a sus amigos, logrando que su estómago se relajara y quisiera pasar bocado por primera vez en todo el día.

La ansiedad había vuelto eventualmente hasta que al salir de su trabajo rumbo al call center, su teléfono vibraba con un correo electrónico. El mismo le había sorprendido en gran manera, aunque lo supiera de antemano. Desde recursos humanos le notificaban la adhesión de su presencia al equipo laboral que viajaría a Japón. Le informaban el horario para firmar el contrato temporal para presentarse. Sonreía a medias y no sabía si llamar a SeokJin o-...

La palabra "Amor" nuevamente salía inmensa en la pantalla de su aparato. Con manos algo temblorosas y aún sentado en su auto sin ponerlo en marcha, atendía.

—Hola...

— ¿Recibiste el email? —la voz del empresario era cansada, pero dulce.

—Sip...

Felicitaciones

— ¿Por qué? no hice nada, fue gracias a ti

—Yo no hice nada —Afirmaba SeokJin—. Le dije a mí asistente que me trajera el nombre del fotógrafo que recursos humanos elegiría. Todos sabían que si no estaba de acuerdo cambiaría su elección por la mía —mencionaba—. Ellos te eligieron, no yo.

Taehyung se enderazba en el asiento del auto—. ¿Estás bromeando conmigo?

Jamás haría eso contigo, amor —«amor» Taehyung se derretía—. En serio, no moví un dedo. Tu estilo es similar al de nuestro fotógrafo oficial, tu espíritu competitivo de hoy les gustó. Esto es algo bueno y yo no metí mano alguna, lo juro.

Taehyung suspiraba—. Voy a creerte...

Por favor, jamás te diría una mentiría

— ¿Sabía que siempre se miente en algún punto de la relación? —mencionaba Taehyung, deseando estar en casa y no tener que llegar al turno del otro trabajo.

—Miento demasiado en mí vida diaria como para mentirte a ti también —respondía SeokJin—. Quiero verte, pero honestamente el viaje es pasado mañana y tengo tantos pendientes

—Lo entiendo, mañana debo pasar para firmar el contrato temporal

Lo sé... —Seokjin suspiraba sonoramente—. Tengo que hablar contigo, sobre lo de hoy

—De acuerdo —respondía Taehyung sin saber que decir con exactitud.

—Prepárate dos mudas de camisa y pantalón de vestir, más un traje ¿de acuerdo? Serán dos reuniones y luego una cena grupal —mencionaba el castaño con un tono profesional y autoritario del que seguro ya estaba tan acostumbrado que, no había notado el cambio en su voz.

—Si, jefe —respondía Taehyung, poniendo el auto en marcha.

—Lo siento, es la costumbre —se excusaba—. ¿Aún no llegaste a tu apartamento?

—Tengo que cubrir un turno presencial en el call center —respondía cansado. SeokJin respondía vagamente y Taehyung sabía que estaba nervioso—. Me recuerdas al Seok de los inicios. Estás nervioso

Necesito verte, cuánto antes y detesto no poder hacerlo —suspiraba otra vez.

—Tranquilo —exclamaba Taehyung.

En cuánto me libere te llamaré por tu perfil

—Hoy no —pedía el azabache—. No creo poder fingir que no te conozco ¿de acuerdo? —SeokJin asentía al otro lado de la línea, pero Taehyung no podía verlo—. Debo correr —murmuraba, con una frase de despedida atorada en su garganta y quemando en la punta de su lengua.

SeokJin estaba igual.

De acuerdo, hazme saber cuándo estés en casa. Yo-...

—Adios, Hyung y gracias te lo haré saber —mencionaba casi sin aliento y se obligaba a cortar la llamada.

Era bastante obvio que ninguno había dormido, se habían estado preguntando si continuar el chat que había quedado con esa frase flotando entre ambos... Frase que SeokJin estaba desesperado por aclarar, pero que Taehyung—cualquiera fuera el orígen de ésta—prefería una explicación en persona. Al llegar estaba dormido y tenía hambre, su estómago crujía, pero se había levantado justo a tiempo para asistir a la firma de su contrato y luego desayunar por ahí.

Estaba tan ansioso, aunque sabía que no podría encontrar a Seokjin para verlo y besarlo como en realidad quería y probablemente, tenía muchos pendientes también ese día. Mientras tanto éste, se encerraba otro día más en su oficina, poniendose al día, intentando concentrarse el doble para poder terminar pronto.

En recepción, Taehyung se presentaba y recibía una credencial más el piso al que debía dirigirse. Llevaba un suéter verde y un pantalón beige. Más relajado que en la entrevista, pero presentable. Al subir al elevador se preguntaba si debía enviarle a Seokjin un mensaje—como de costumbre—pero esas dos palabras pesaban. No solo las del mensaje, sino las mismas que él había expresado.

Cuando llegaba a dicho piso, iba rumbo a golpear la puerta, pero ésta se abría por alguien más y encontraba al asistente de SeokJin, sonriéndole de forma amena.

—Kim Taehyung —mencionaba el chico con confianza y una sonrisa bonita.

—Buenos días —soltaba sorprendido.

Ese chico era más bonito de cerca, él no sabía que era más bonito de lo que recordaba y... Asistente de Jin.

—Soy Yeonjun —estiraba su mano—. Estás aquí por tu contrato temporal con nosotros —Taehyung asentía—. Bien, sígueme —pedía, poniéndose en marcha—. ¿Que te gustaría tomar? —preguntaba, mientras llamaba el ascensor.

—Un... ¿Té? —cuestionaba confundido.

—Perfecto ¿deseas acompañarlo con algo? —preguntaba entrando y haciéndole seña de que le siguiera.

—Té está bien —pedía—. ¿A dónde vamos? creí que en el piso de recién vería a recursos humanos para firmar

—Firmarás —afirmaba Yeonjun—. Con el jefe.

Taehyung sentía su corazón acelerarse como si fuera la primera vez que vería a Seokjin, aunque técnicamente sería algo así. Vería al Kim Seokjin que muchos conocen en noticias, fotos. El CEO que está en la boca de todos con diferentes conceptos y opiniones.

El tipo confiado, el inalcanzable.

Su pulso se había disparado y se preguntaba si ese chico sabía de ellos dos o no.

—El señor Kim me habló de ti —afirmaba el muchacho, como si hubiese leído su mente.

— ¿En serio? —cuestionaba.

Yeonjun asentía—. Dijo que eres el hermano menor de uno sus amigos. Felicitaciones, pasaste la entrevista sin su ayuda.

Taehyung pasaba saliva. O aquello era una conspiración entre Seokjin y su asistente o él realmente había sorprendido al resto. Luego su cerebro caía en las palabras del chico que sabía "quién era él".
Por supuesto que habría un mentirlla de por medio. Suspiraba y las puertas se abrían en un piso mucho más silencioso que el resto de aquel edificio y sus pasos se aceleraban junto con los del asistente, quien se paraba frente a la puerta que tenía la sigla CEO en grande y KIM SEOKJIN junto. Yeonjun golpeaba la misma y se dirigía a su escritorio dejando a Taehyung frente a la puerta solo.

—Adelante —sonaba la voz de sus fantasías y el hombre de sus sueños estaba dentro. Taehyung miraba a Yeonjun y este le animaba a entrar. 

Una respiración y abría la puerta, ahí estaba él. Temible e inalcanzable con lo que parecía ser un traje gris de dos piezas, camisa negra sin corbata y su cabello hacia un lado. El universitario aclaraba su garganta. De inmediato los ojos fijos frente a unos papeles, se suavizaban al verlo.

Su respiración se atoraba.

—Por favor entra y cierra la puerta —ordenaba.

Taehyung sentía sus piernas a punto de fallarle, entraba y giraba totalmente para cerrar la misma y suspirar, su espalda daba por completo en dirección a Seokjin mientras soltaba otra exhalación. De repente sentía un calor a su espalda y los carnosos labios del empresario pegados a su oreja.

—Buenos días, mi amor —susurraba. Tan pegado a Taehyung, quien olvidaba el pánico de estar solos en la oficina del castaño.

Lugar que jamás creyó llegar a ver, de inmediato sentía los dedos de SeokJin dejar parte de sus hebras trás su oreja y rozar sus labios por su lóbulo, con unos besos suaves entre su oreja y su largo cuello.

—Te extrañe tanto —susurraba ronco, enviando la justa descarga eléctrica al cuerpo de Tae y esparciendose por su espina dorsal—. Te amo tanto... —Taehyung se quedaba sin aire cuando Seokjin presionaba un beso en su cuello—. Tanto.

Los brazos de SeokJin se enroscaban en su cintura y Taehyung gemía bajito—. Dilo de nuevo, por favor —pedía sin aliento.

Te amo —susurraba de inmediato, con dulzura y gravemente.

La piel de Taehyung se volvía de gallina y se aferraba a las manos en su cintura. Concentrándose en el calor y el peso del cuerpo trás él. Los besos cosquilleaban en su lóbulo y sus piernas le fallarían pronto. Estaba seguro.

Te amo —repetía, girando su rostro para buscar los ojos de un Seokjin con pupilas dilatadas y mejillas enrojecidas. Taehyung se lanzaba por una mordida suave, logrando que el castaño jadeara ante el ataque, mientras éste tomaba con una mano su rostro, el azabache tiraba del belfo y repetía—. Te amo

También te amo —y esta vez era Seokjin quien iba por ese beso húmedo, entrelazando su lengua a la ajena y succionando los labios ajenos con parsimonia pero intensidad.

Taehyung agradecía ser sostenido en ese instante porque aquello era demasiado fuerte para que sus piernas tembleques resistieran su cuerpo. Era un lugar cálido, como le encantaba estar entre los brazos de SeokJin.

Como lo amaba.


C

azi me muero
*Por el sueño*

Jejeje

Con amor niñita Nany 💜

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