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TaeHyung había intentado no mirar a SeokJin en esa hora de vuelo. Pero había resultado una tarea muy difícil, especialmente porque SeokJin se había mantenido tan distante que, hasta sentía una opresión en el pecho que no le gustaba ni un poco. Por los altos parlantes se anunciaba que iban a descender. Eran las diez de la mañana del viernes y a las dos de esa tarde tendrían la primera reunión. TaeHyung lo sabía porque al igual que todos tenía el itinerario que YeonJun había enviado y como SeokJin le había mencionado antes, serían dos reuniones y una cena grupal.

Estaba laboralmente concentrado, pero nervioso. La última vez que había estado en Japón había sido de niño con sus padres para visitar a un tío del que nunca recordaba su nombre, pero también sabia que no iba a poder ver mucho de la ciudad porque este tipo de viajes solo tenían un objetivo y no era exactamente vacacionar cual turistas por dicho país. El azabache se encontraba viendo a SeokJin a la distancia, ya abajo y cada uno no con su maleta, lo veía caminar con sus lentes de sol, tan importante, tan irreal y lejano con YeonJun a su lado haciendo su respectivo trabajo mientras que él los seguía con otro grupo de personas que también habían asistido al viaje.

Una vez fuera del aeropuerto un chófer los esperaba ya listo con una camioneta de un tamaño importante para todos los presentes. SeokJin subía adelante, como era de esperarse, mientras le daba su maleta al tipo en cuestión. Había mirado de reojo a TaeHyung, pero este no lo había notado por culpa de esos anteojos y porque le resultaba intimidante la figura del empresario, a pesar de estar con una vestimenta relajada. La camisa mostaza remangada y el pantalón negro con sus zapatos en punta lo hacían...

«Me gustaría que me follara sin quitarse esa ropa»

¿Kim? —llamaba YeonJun—. Solo faltas tú por subir —mencionaba el chico entre dientes.

El resto de los empleados ya estaban dentro de la camioneta mientras que TaeHyung se había distraído con sus pensamientos. SeokJin ya estaba sentado en el asiento del copiloto y lo veía apenas girar su rostro al oír que YeonJun le llamaba.

—Lo siento —murmuraba. Subiendo de inmediato y acomodándose, YeonJun subía último.

El asistente quedaba sentado justo detrás de SeokJin y TaeHyung del chófer, lo cual hacía mucho más fácil verle y apreciar ese perfecto y sutil perfil del que el empresario era dueño. El jopo que se le había hecho en su flequillo—a causa de tirarse el mismo hacia atras—más los lentes de sol lo hacían tener una apariencia rebelde.

Dios, TaeHyung estaba muriendo de amor cada segundo que pasaba sin la atención de ese hombre sobre él. No era fácil, no era nada fácil pretender que no tenía derecho alguno sobre ese hombre, como el resto. Ese viaje estaba haciendo estragos con su interior.

—Señor Kim, que extraño verlo en el mismo vehículo que nosotros —soltaba uno de los empleados.

Un señor de probablemente unos cuarenta y cinco. TaeHyung fruncia el ceño y SeokJin movía su cabeza de lado para dejar ver qué le había escuchado. Sonreía amablemente y aclaraba su garganta:

—Señor Choi, responda por mi ¿Por qué estoy aquí y no en un auto por mi cuenta?

YeonJun abría sus ojos «Porque quiso venir con TaeHyung» pensaba YeonJun.

—La agencia donde siempre alquilo el auto para el señor Kim, no tenían el modelo que pidió... Solo tenían modelos pequeños... Y eso no es de agrado para usted, señor —soltaba nervioso—. Y me retrasé al rentarlo, básicamente es mi culpa que esté con nosotros —afirmaba nervioso y asintiendo en dirección al resto y a TaeHyung.

—Pero te perdono —soltaba SeokJin con tono ameno, logrando que todos rieran al respecto.

Cuando volvía a enderezarse su teléfono sonaba y lo miraba de inmediato.

Bebé Kim: ¿Fue por mi?
10:20 AM

Yo: Definitivamente. Si no puedo llevarte conmigo, iré contigo y con el resto. Pero te veré por el retrovisor y sabré que estás detrás de mi. No puedo esperar a besarte 😍
10:20 AM

TaeHyung sentía su corazón repiqueteando fuerte en su pecho y sus dedos tipeaban las siguientes palabras sin recalcular como pondrían al empresario.

Bebé Kim: No puedo esperar a que me hagas el amor con esa ropa puesta.

El teléfono de SeokJin volvía a sonar mientras abría su botella de agua para beber un poco, pero había sido una muy mala decisión beber y leer el mensaje de TaeHyung. El empresario se ahogaba y apenas un poco del líquido caía sobre su cuello y su pecho, apenas a la vista y la camisa mostaza.

— Señor Kim, un pañuelo para el señor Kim —soltaba YeonJun, logrando que todos los presentes buscarán algo para que SeokJin pudiera secarse—. Tengo uno en mi moch-...

—Señor Kim —exclamaba TaeHyung con un tono pulcro, SeokJin tosía y lo miraba con ojos llorosos cuando sentía la mano de TaeHyung con el pañuelo posarse sobre su pecho—. Tenga más cuidado la próxima vez...

TaeHyung sentía la mano de SeokJin posarse sobre la suya y arrastraba la misma para liberarse del suave agarre—acariciando un poco de piel en el procesoSeokJin se limpiaba de inmediato y luego agradecía al chico.

—Gracias, Kim —murmuraba.

Una voz femenina le preguntaba si estaba bien y SeokJin asentía amablemente. TaeHyung se sentaba y miraba por la ventana evitando reír y YeonJun lo notaba. El resto no se había dado cuenta de nada ya que, todos habían buscado algo para ayudarle a limpiarse. SeokJin era muy respetado y querido por sus empleados, a comparación de su padre, él se había ganado su respeto y a TaeHyung le enorgullecía ver aquello. Era un hombre fantástico, increíble, perfecto y él se encontraba perdidamente enamorado de él y todas sus caras. Su teléfono vibraba y abría el mensaje que le había llegado del empresario.

Amor: Al bajar y registrarnos en el hotel, sigue las instrucciones de YeonJun.

Solo eso decía, sonaba tan demandante y posesivo que, la sensación le gustaba, viniendo de SeokJin todo le gustaba.

Finalmente estaban todos entrando al hotel cinco estrellas que la empresa pagaría. Sus empleados estarían de dos en dos. Era un equipo de seis personas y SeokJin. El asistente del hombre tenía todo bajo control, nunca osaba en defraudarlo, ni siquiera con el auto rentado que, en realidad estaba pedido para luego a la tarde ya que SeokJin quería estar con TaeHyung y se lo había dicho a YeonJun, logrando que este reprogramará todo con la empresa de autos y pudiera conseguir que se lo enviaran luego. Al registrarse, SeokJin tomaba su tarjeta y se despedía del resto.

—A las dos estén listos. Es la primera reunión donde discutiremos si hay algún desacuerdo o algo que agregar con la nueva gente. Luego de eso, podrán tener la tarde libre y estar listos para las once de mañana que será la firma. A la noche la cena especial con la empresa —informaba cordialmente—.Choi, no olvides pedir una tarjeta extra de mi habitación por si necesito que corras a la mía

—Si, señor Kim.

Todos sabían lo que tenían que hacer, pero a SeokJin le gustaba recalcarlo por si acaso, no le gustaba esclavizar a sus empleados 24/7, si podía darle mínimas horas libres lo haría. Y siempre viajaba con los mismos, sabía que eran de confianza y TaeHyung, quien era la nueva adhesión, estaría con él o al menos eso esperaba. Se inclinaba y salía sin mirar de más en dirección a Taehyung.

Joder, era bueno ignorandolo. Tan bueno que, de nuevo su pecho molestaba y se sentía abandonado con el resto del equipo al que apenas conocía, excepto por YeonJun, quien era un consuelo. Dicho chico repartía las tarjetas, los empleados ya sabía que estarían en un piso y YeonJun en el siguiente del empresario por su puesto, lo cual significaba que TaeHyung estaría solo un piso abajo de SeokJin. Todos sabían, que YeonJun siempre tenía una tarjeta extra de la habitación de su jefe por cualquier emergencia, lo cual no sorprendía a nadie cuando SeokJin se lo había recalcado.

En el elevador, cada uno iba con su maleta y un botones que se encargaba de estas. Ambos chicos se despedían de los otros cuatro y subían dos pisos más. TaeHyung estaba nervioso y sus manos sudaban, hasta las flores de decoración de ese hotel se veían más caras que su par de zapatos. Cuando entraban a su habitación, esta tenía dos camas en la entrada, un gran plasma y una pequeña mesa con dos sillas, muy estilo victoriano. Un balcón, dos mesas de noche para cada uno, al igual que un placard con división y un pasillo que llevaba al baño. TaeHyung se corría y dejaba que el botones entrara con su pequeño bolso y el de YeonJun.

—Gracias —soltaba, finalmente cuando quedaban solos exclamaba—. Solo son dos maletas pequeñas. No era necesario que las trajera.

YeonJun se encogía de hombros, luego veía a TaeHyung sentarse en la cama con cierta incómodidad y a punto de recostarse en ésta.

—Ah, ah... —le advertía el muchacho—. Tú te vas con el señor Kim.

TaeHyung abría sus ojos sorprendido—. ¿No es eso peligroso?

—No sería el primer empresario con el culo sucio —soltaba el muchacho—. Toma —le brindaba la tarjeta extra—. Solo ve tú. Llevaré tu bolso antes de las dos, luego de que me avises que están decentes.

Movía la tarjeta frente a TaeHyung y alzaba sus cejas esperando. El azabache se tomaba unos segundos y luego la tomaba con verdaderas ganas y una sonrisa risueña.

—Es la suit siete, apoyas la tarjeta y estarás dentro. Luego puedes saltar en su cama o desnudarte, no lo sé —suspiraba y tapaba sus ojos—. Vete, yo no ví nada.

Se giraba y TaeHyung sonreía con dientes y todo, dejando esa sonrisa cuadrada lucirse angelicalmente, antes de irse palmeaba la espalda de YeonJun y le susurraba:

—Gracias, Choi

—Si, como sea. Si no te veo no sucedió —exageraba el asistente.

SeokJin se había quitado su Rolex, sus lentes y se encontraba desabotonando su camisa, unos cuatro botones que dejaban ver su pecho y su cabello estaba hacia atrás. No quería mandarle nada a ningún chico, solo estaba esperando a que TaeHyung siguiera las instrucciones de su asistente. Estaba ansiando tener al universitario entre sus brazos de una buena vez. Extrañaba sus labios, sus ojos sobre él. Su aroma y su cuerpo. Se preguntaba ¿qué hubiera hecho si TaeHyung no estuviera estado en ese viaje?.

Su teléfono sonaba y un llamado de su padre estaba entrando. Cómo le gustaría ignorarlo, realmente quería hacerlo, pero sabía que volvería a insistir en menos de cinco minutos. Así qué, preparándose mentalmente, tomaba su teléfono y atendía.

—Padre ¿cómo estás?

No dejes que cambien mucho del contrato, trata que sea lo mínimo

También me encuentro muy bien, muchas gracias —soltaba entre dientes y fregaba su frente.

No te pases de listo, no los dejes salirse demasiado con la suya... Tienen fama de discutir y refutar todo

Y yo tengo un buen historial de negocios sólidos y de confianza cerrados con sumo éxito —le recordaba, mientras apretaba el puente de su nariz.

Espero todos estén enfocados

Lo están. Tú deberías enfocarte en tu partido político —mencionaba—. Estas abajo en las encuestas —ponía el dedo en la herida.

Un suspiro de su padre se escuchaba—. Estaremos bien. Si no es hoy será mañana. Pero será hoy, te lo aseguro afirmaba—. Y espero que el sitio oficial de la empresa tenga tomas que valgan la pena y no me hagan extrañar al otro incompetente.

Ahora el que suspiraba era SeokJin, girando sobre sus talones y presionando su sien, mierda, era muy temprano para las quejas y la voz irritante de sus padre.

—El fotógrafo es perfecto, lo hará bien

Le tengo fe y espero reconsidere la propuesta de pasante. Necesitamos dos en esa área en particular

—Le ordené a Choi que se lo hiciese saber, si le gusta aceptará y si no, encontraremos a alguien más

Mientras tanto retenlo y manténlo al tanto. Haz bien tu trabajo

¿Alguna vez lo he hecho mal? ¿Tengo que recordarte lo mucho que mejoró la empresa desde que estoy a cargo? —replicaba. Luego suspiraba intentando no perder el eje de la conversación tensa—. Cómo sea, el fotógrafo nuevo es un asunto mío, deberías mejor enfocarte en tus cosas. No estás entre los favoritos, según las encuestas —repetía.

No es como si a SeokJin le gustará verduguear al viejo HongJoong, pero a veces se daba sus gustos. Lo escuchaba suspirar cansino al otro lado y sabía que se venía un nuevo ataque de su parte antes de que el llamado finalizará, pero justo en ese entonces, TaeHyung aparecía en su campo visual.

No te regocijes si no me salgo con la mía, estaré más en la empresa ¿y qué sera de tí? -—pretendía burlarse—. Te gusta la gran silla y la oficina, te gusta que el resto te bese los pies. Eso te hace feliz, no eres muy diferente a mi, hijo.

TaeHyung no sabía que SeokJin hablaba con su padre, pero lo notaba con su ceño fruncido y se veía cansado, por lo que simplemente le regalaba una dulce sonrisa y se apoyaba sobre el marco de la entrada de la sala. SeokJin lo miraba de arriba a abajo, caminaba en dirección a él y respondía con total honestidad a su padre:

—No creas ni por un segundo lo que acabas de decir —llegaba frente al azabache y acariaba su rostro con suavidad—. Mi felicidad no depende de un puesto en tu empresa. Lo que me hace verdaderamente feliz ya lo tengo conmigo.

TaeHyung sentía que se quedaba sin aliento, aquella caricia y esas palabras le quitaban toda la sensación de extraña opresión que había sentido en el transcurso del viaje. Todo se desplomaba y era reemplazado por una cálida y dulce. SeokJin podía imaginar lo que ocasionaba en el chico, pero ni tenía idea de cuánto había necesitado oír aquello. TaeHyung sonreía con ternura y se echaba sobre la palma del empresario, logrando alborotarlo y haciéndole olvidar que estaba en una discusión pasivo-agresiva con su viejo.

—Debo irme, tengo cosas más importantes que hacer.

Cortaba el llamado sin esperar una despedida y lo metía en su bolsillo al mismo tiempo que la mano que acariciaba con ternura el rostro del universitario, ahora le tomaba con suma precisión de la nuca y lo atraía hacia él. Un choque de labios electrizante, los brazos de TaeHyung se enroscaban en el cuello del castaño mientras qué, las manos de éste viajaban a sus hombros para quitarle el saco.

—Tae, mi vida... —gemía en los labios semi carnosos del azabache, éste se sentía en el aire por la dulzura con la que había dicho su nombre y las siguientes palabras. SeokJin también estaba que flotaba luego de sentir que esa boca devoraba la suya sin cuidado y con un hambre desaforado.

Sus manos se metían debajo de la remera blanca de TaeHyung y sus yemas sentían la piel caliente y la textura suave. Ambos hombres empujaban su pelvis hacia delante y de inmediato la dureza y necesitada erección descontrolaba al otro. La lengua de TaeHyung estaba saboreando con desesperación la cavidad ajena y sus labios chupaban los del empresario con suma urgencia, mientras sus manos iban al cinturon de cuero que SeokJin llevaba puesto.

—Amor... —el sonido de chasquido que sus besos provocaban era algo que TaeHyung no quería borrar de su memoria, eso y mucho más—. Te extrañé...

—Un hora es demasiado... —ronroneaba SeokJin agitado, mientras su cuerpo masacraba el ajeno contra el marco y sus uñas rasguñaban con delicadeza la piel de TaeHyung—. Dime qué quieres... —susurraba, sin dejar de besar los labios ajenos y pasando de estos al mentón para lamer y morder.

—A tí —susurraba el universitario con su voz débil, mientras sus dedos temblorosos desabrochaban el cinturón y los pantalones de SeokJin—. Dentro de mi, así, vestido... Te ves jodidamente precioso —soltaba jadeante, cuando los labios del empresario encontraban la curvatura de su cuello y mordía sutilmente—. Estuve fantaseando contigo, con esto... Con nosotros.

Su mano encontraba la dura longitud encerrada entre los bóxers de un SeokJin que se meneaba suavemente en delicadas embestidas para sentirle y hacerse sentir.

— ¿Con esta ropa, eh? —cuestionaba con una voz divertida, pero seductora, la mano de TaeHyung apretaba su miembro logrando que gimiera en su oído—. Mmm... Ten-go que prepararte.

Los dientes de TaeHyung mordían su lóbulo, estaba intentado con todas sus fuerzas no marcar al empresario en zonas que estuvieran a la vista. Sentirlo duro, escucharlo gemir en su oreja, sentir sus labios besar con verdaderas ganas mientras su cuerpo estaba necesitado, lo hacían querer todo crudo, intenso. Abrasador y avasallante.

—Hazlo así —rogaba con su voz grave hecha un desastre—. Me gusta rudo ¿recuerdas? —susurraba, luego buscaba el rostro del empresario y lo besaba de forma salvaje, sin cuidado. Con desesperación, mordiendo la carne de sus labios y serpenteando su lengua fuera de su cavidad para que SeokJin hiciera lo mismo.

La saliva se escurría por las comisuras de sus labios, mientras que el castaño succionaba su lengua con ganas y luego hacía bailar la suya al compas para poder besarse de forma sucia y necesitada. La mano de SeokJin se alzaba y le tomaba del mentón con suavidad, pero firme.

—De acuerdo, rudo será porque no puedo esperar a estar dentro de tí

—Por favor —pedía TaeHyung, con ese tono dócil que desarmaba al empresario. Un beso fuerte y territorial aterrizaba en sus labios mientras los dedos largos de SeokJin desabotonaban su pantalón—. Por favor, por favor —repetía sin aliento, mientras que por su parte liberaba el miembro de SeokJin. Duro, erguido y listo para ser usado con él.

TaeHyung alzaba su mano y la escupía, luego tomaba la dureza de SeokJin con esa misma y comenzaba a lubricarlo y mustarbarlo.

—Ah... Sss, joder no puedo concentrarme-...

—Si, si puedes —se burlaba TaeHyung en sus labios.

Las manos de SeokJin bajaban el pantalón y boxer de TaeHyung, dejando aquello que se cargaba por delante y por detrás, totalmente expuesto. Sus dedos se metían entremedio de ambos glúteos y jugaban con los nervios del menor.

—Hyung... —sollozaba, masturbandole más fuerte e intenso, logrando que al otro le temblaran las piernas.

El empresario se enfocaba, llevaba sus dedos a su boca y los lamía frente a un TaeHyung que chupaba desesperado su mentón y ahora tomaba a ambos en su mano para trabajarlos juntos.

"Mmm~"

SeokJin gemía una vez más mientras sus ojos no se despegaban de los oscuros, pero sumamente brillosos de TaeHyung. Luego dejaba de chuparse y llevaba ambos dedos entre los glúteos del menor.

—Hazlo, los dos... —pedía éste desesperado sobre su boca. SeokJin obedecía y como recompensa, sentía un fuerte apretón en su polla y una mordida que estaba seguro le había hecho brotar un poco de sangre de su labio—. ¡Joder!. Si, hazlo... Hazlo, hazlo, por favor.

TaeHyung los masturbaba más fuerte, más desesperado mientras se iba en gemidos y súplicas, lo besaba  desaforadamente y luego lo maltrababa con sus dientes y lamía con su lengua.

—Voltea... —la voz oscura y grave del empresario por poco y lo hacía correrse, pero se enfocaba y giraba, el pantalón y boxer solo se hallaban en una de sus piernas.

SeokJin levantaba la remera extra large de TaeHyung y la amarraba sobre su cintura y un poco más. Ahorq sus dedos jugaban con los nervios del anillo muscular de la entrada de TaeHyung y éste se encorvaba para sentirle dentro otra vez.

—No juegues... Solo rompeme —rogaba, mirando hacia atrás.

SeokJin miraba su espalda, la mitad al aire y luego sus glúteos, perfectos y su parte favorita del cuerpo de TaeHyung... Aunque todo del chico le encantaba.

Aproximándose al azabache pegaba sus labios a la mejilla de este mientras alineaba su miembro entre sus glúteos.

—No quiero romperte —susurraba con ternura—. Solo quiero hacerte feliz —añadía SeokJin.

—Ya lo haces... —respondía TaeHyung seriamente.

De espaldas al empresario recibía un beso fuerte y lo sentía empujar dentro. El ardor le obligaba a apretar los ojos mientras era estirado por la gran longitud de Kim SeokJin. Su lengua se movía desesperada buscando por la ajena, hasta que los gemidos eran inevitablemente audibles.

—Más... —tragaba duro y llevaba su mano detrás de SeokJin, en su glúteo y lo apretaba más contra él. El mayor estaba aún con sus pantalones en su lugar, tal y como TaeHyung lo quería—. Oh, joder...

—Tranquilo... —susurraba el castaño, besando su mejilla con dulzura y metiéndose cada vez más hasta estar por completo dentro de TaeHyung. Caliente y apretado, muy apretado—. Estrecho... Delicioso, joder. Te amo

—Mmm... Dilo, de nuevo, dilo de nuevo —rogaba TaeHyung.

Las manos del mayor tomaban sus caderas y su boca carnosa se pegaba a su oreja para besar y chupar esa zona en particular.

—Te amo —susurraba y salía para golpear dentro con un sonido seco y un gemido sensual por parte del otro muchacho.

—Otra vez... —rogaba TaeHyung, dejando que el ardor disminuyera para ser reemplazado por el placer de ser embestido de pie y—. ¡Joder!... Mierda, ay lo siento, no quise insultar. Te amo, te amo, te amo... —su rostro giraba buscando los labios de SeokJin.

Este no tardaba en responder al beso desesperado, moviendo su pelvis en círculos y tomando la dura erección de TaeHyung con su mano derecha, para comenzar a acaraciarle con calma.

—Mmm... Estás muy lento y yo estoy muy necesitado —susurraba, empujando la parte baja de su cuerpo contra el de SeokJin. Abría sus piernas y relamía sus labios, mirando al castaño por encima de su hombro—. No pares hasta hacerme acabar.

SeokJin mordía su belfo inferior y acataba la orden. Soltaba la erección de TaeHyung y le tomaba con firmeza de las caderas para dar una fuerte embestida.

"SeokJin~Oh... Joder"

Y luego de eso, el empresario lo veía masturbarse con desesperación. TaeHyung quería correrse, él también y se aseguraría que fuera en conjunto. El ritmo de sus caderas comenzaba y TaeHyung era un sinfín de gemidos y ruegos, mientras que él parecía contenerse. Su puño tenía la tela de la remera ajena que estaba levantada por la mitad de la espalda de TaeHyung, dejando ver la cintura sudada del chico y la piel canela que SeokJin adoraba.

La vista del empresario era envidiable, toda su longitud desapareciendo entre los glúteos de un TaeHyung que empujaba hacia atrás en perfecta sincronía para que el encuentro medio del impacto les fundiera las pocas ideas y los acercará cada vez más a ese estado de nirvana que conseguían solo, estando con el otro.

SeokJin seguía tocando ese punto dulce que hacía a TaeHyung soltar su propia polla para sostenerse de la pared. Sus piernas temblaban y no podía ni quería dejar de gemir lo necesitado que estaba de SeokJin. Éste por su lado estaba perdido en las sensaciones de su propio cuerpo, como TaeHyung lo apretaba y empujaba para sentirlo mejor, más profundo y fuerte. Con su mano empuñando la remera del chico lo enderazaba y empotraba a la pared, pegando su boca a la mejilla de TaeHyung para morder con delicadeza.

El universitario apretaba sus ojos y los abría, una y otra vez al compás de sus gemidos—. Oh, ya... Hyung~...

—Si... —la voz de SeokJin era áspera y grave—. Correte para mí —pedía, besando y chupeteando tanto la oreja de TaeHyung como su mejilla y sus labios entre abiertos. Sus piernas ya estaban fallando, el calor de su vientre aglomerandose le advertía que estaba cerca—. Mmm, oh, Tae. Amor...

—Amor...—repetía TaeHyung extasiado y era entonces cuando sentía es presión en la base de su polla y—. ¡Te amo, joder!.

TaeHyung desprendía su esencia en gruesos y espesos chorros blanquesinos, mientras apretaba la longitud de SeokJin en el proceso y le obligaba a llegar a su tan ansiado objetivo. La esencia del castaño llenaba por completo a TaeHyung, quien entre sus propios espasmos sentía el líquido caliente escurrirse entre sus piernas. Y como le encantaba la sensación de ser llenado por su hombre.

SeokJin gemía de forma ruda, tosco, rasposo y era tan varonil que lograba hacer temblar un poco más al universitario. Los brazos del castaño se envolvían en su cintura y él se encargaba de recargarse contra el marco de la entrada. Su respiración era un desastre igual que SeokJin, quien yacía apoyado sobre su hombro, aún en su interior y temblando cada vez un poco menos.

—Tú también me haces verdaderamente feliz —respondía TaeHyung, débilmente.

SeokJin alzaba su cabeza y sonreía, luego metía su nariz entre el cabello de este y aspiraba suavemente.

—Nunca tendré suficiente de tí. Nunca —luego suspiraba y añadía—. Esta noche, en el jacuzzi. Tú y yo, sin restricciones y más tiempo, cómo lo mereces.

TaeHyung reía agotado, aún sosteniéndose del marco—. Jamás lo hice en un jacuzzi, no puedo esperar.

Abría sus ojos y buscaba la mirada dulce de su amado. SeokJin lo veía como si fuera la cosa más valiosa del mundo y luego lo besaba, con parsimonia y sumo cuidado de no seguir maltratando sus labios.

Porque TaeHyung era eso, lo más valioso que SeokJin tenía.


Perdón, anduve desganada y tarde en escribir, aún así se fueron 4000+ palabritas UwU.

Ya estamos en Japón 🌹🌹

Con amor niñita Nany, buenos días para aquellos que se despertaron con este cap de regalo...

Melisa te hablo a vos @TaeJinnieKim92 👁️👄👁️ y a todos los que madruguen en domingo, día de Grammys. Recuerden que el premio de la categoría de los chicos se entrega antes de la ceremonia oficial.

*C va*

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