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Era el último día de SeokJin en la oficina, esa misma tarde tenía un vuelo privado reservado para llevarlo a GangJin, un lugar alejado de Seúl y muy tranquilo. TaeHyung por su lado tenía un vuelo en primera clase que jamás hubiese podido pagar con sus trabajos actuales y todo hecho de forma cuidadosa por nada más y nada menos que Choi YeonJun, para la mañana de ese viernes.

Era mediodía y YeonJun llevaba un ligero almuerzo para su jefe que no había dejado la oficina ni siquiera para desayunar fuera. SeokJin dejaría todo bajo control y evitaría lo más que pudiera darle un mínimo motivo a su viejo para que lo molestara hasta último momento. Estaba demasiado de buen humor para dejar que la gran nube que su padre representaba, le arruinara su humor y día. No señor.

—Un buen bistec a medio asar como a usted le gusta, Hyung —mencionaba el chico, dejando el plato en el escritorio de SeokJin.

Este desabotonaba su saco y suspiraba—. Lamento arruinar tu horario de almuerzo, Choi —se disculpaba, suspirando sonoro.

YeonJun lo miraba con sumo cuidado y a pesar de que no se notaba de mal humor se veía preocupado.

— ¿Todo bien?, te ves más estresado y perturbado de lo normal —exclamaba.

SeokJin probaba su filete y lo masticaba muy apenas para tragar de inmediato y bajarlo con un poco de agua fresca de su botella, junto a su plato.

—Anoche llegué verdaderamente agotado a casa, mandé a TaeHyung un breve mensaje que no había respondido al instante por lo que supuse que aún seguía con sus padres —mencionaba. YeonJun asentía y lo seguía mirando esperando por más y SeokJin continuaba—. Se ve que me morí en algún punto de la noche y cuando revisé mi teléfono esta mañana… Entre tantos pendientes y reuniones, TaeHyung me había respondido. En la madrugada.

SeokJin volvía a quedarse en silencio y YeonJun abría sus ojos más grandes y agitaba sus manos—. Podrías decirme el chisme completo y no hacer todo este silencio misterioso, Hyung —soltaba más alterado de lo que deseaba por lo que se ganaba una mirada del tipo asesina—. Kim. Señor Kim —se corregía.

SeokJin ampliaba sus fosas nasales y apartaba la vista—. Me dijo que les habló a sus padres de mí.

El chico Choi no solo abría sus enormes ojos adornados por pestañas abundantes, espesas y oscuras, sino que su boca carnosa también se volvía una “O” gigantesca en su pequeño rostro.

— ¿Lo obligaste a hablar con sus padres? —preguntaba le chico horrorizado.

— ¿Me crees capaz de poner a TaeHyung en una situación tan incómoda? —le reprendía.

Choi hacía una mueca—. Te ves bastante metido e intenso en todo esto, no lo sé… ¿Se lo pediste?

—Por supuesto que no, niño ¿Para qué diablos creciste siendo mi asistente si me crees capaz de demandar a TaeHyung que hablara con sus padres? Sé cómo puede sonar el: “Hey, mamá, papá. Estoy en una relación con ese empresario de Kim Enterprises que se cree modelo en ocasiones y que tiene un matrimonio heterosexual casi tan popular como el de Brangelina” —SeokJin dejaba caer sus brazos y luego fregaba su rostro.

YeonJun estaba congelado—. Joder, eso lo dijiste sin tomar un poco de aire —murmuraba delicadamente.

SeokJin apretaba sus dientes y suspiraba—. Iba a llamarlo cuando ya estaba entrando a la oficina y me bombardeaste con todas las reuniones, correos y pendientes de hoy —exclamaba suspirando—. Encima lo último que me envió fue que ya estaba a punto de tomar su avión y nada más. Aparte de que me amaba, claro

— ¿Crees que le fue mal? —Preguntaba en un susurro.

SeokJin se encogía de hombros—. Estoy pensando en llamarlo ahora, pero realmente necesito que comiences a ponerme al día con todo lo de hoy e intentar comer un maldito bocado que luego no me dé acidez estomacal del estrés —exclamaba, bebiendo otro sorbo de agua largo y moviendo su mano para que YeonJun rebuscara en su Tablet todo el movimiento de la mañana.

—Bien. La reunión con la Junta Directiva de Kim Enterprises fue confirmada por casi todos sus miembros importantes para las 15:00 horas del día de hoy…

—Por favor no me digas que aún no confirmó el tesorero Jung —rogaba SeokJin. Ese tipo siempre se hacía esperar.

YeonJun apretaba sus labios—. Lo llamé, mandé email y avisé a su asistente que por favor confirmara cuanto antes si no deseaba ser informado en privado luego, por su padre —exclamaba. Justo en ese instante el teléfono laboral de Choi sonaba, lo revisaba de inmediato—. Y acaba de confirmar que estará allí.

SeokJin suspiraba y Choi continuaba con un par más de actualizaciones y listados. Entre ellos la información sobre sus días libres.

—La casa a la orilla del mar fue exitosamente alquilada con toda la documentación de costumbre presentada. Rente un auto para ustedes y también un pequeño yate como me pidió. TaeHyung ya está en vuelo y ya lo sabes. Ya pedí que lo recogieran en el aeropuerto y lo llevaran a la casa —afirmaba el chico con toda la seriedad que se era requerida para sus tareas.

—Te superaste, niño —halagaba SeokJin—. Si mi novio llega a salvo no te preocupes, se verá reflejado en tu salario más temprano que tarde.

El chico reía pero luegto abría sus ojos, Dios. Él bromeaba con aumentos a su jefe de vez en cuando por su desempeño, muy buen desempeño, por cierto. Pero ya cobraba una cantidad obscena de dinero por ser el asistente del CEO de KE. No podía imaginarse tener más ceros en su sueldo. ¿Qué diablos haría con ello? Incluso iba por su 0KM y había decidido alquilar un apartamento cerca de la empresa, lo cual era costoso, pero podía darse el gusto. No podía imaginarse cobrando más dinero, joder.

—Y por último, su amigo de Londres, el profesor Rhee Haru respondió a su email personal de forma positiva a su pregunta.

SeokJin se erguía sobre su silla y lo miraba fijamente—. ¿De forma positiva? —sus ojos se abrían de forma enorme.

Choi le sonreía orgulloso—. Sí. Hyung. Muy positivo de hecho, podrías echarle un vistazo tú mismo cuando tengas el tiempo.

SeokJin dejaba que luego de una mañana tensa cargada de todo, una sutil sonrisa tirara de sus labios. Muchas cosas estaban “patas para arriba” en su vida, como decía ese dicho, pero otras pequeñas cosas se iban sorprendentemente acomodando. Esta respuesta de un amigo personal con un status social y laboral muy importante, era una que definitivamente lo hacía querer continuar con cosas pendientes para finalizarlas y avanzar. Como su carrera, la muy pronto a tener realizada. Y nada ni nadie le iba a poner un párate. Retomar su carrera, no solo se trataba de obtener un título y demás, un nueva posibilidad de trabajo se abría con ella.

Su relación con TaeHyung y su amor puro por el universitario lo volvía un completo demente y temerario. Era un incentivo que necesitaba hacía ya un buen tiempo. Kim TaeHyung era alguien que había entrado a su vida de la forma más bizarra que un ser humano se podía imaginar. Sin embargo una hermosa relación llena del amor más hermoso había nacido entre ellos. Y nadie podía decir lo contrario.

SeokJin jamás creyó que se volvería a enamorar luego de Park Jimin, pero inclusive ese sentimiento no se comparaba en absoluto a lo que sentía por TaeHyung. Un amor más maduro. Un amor sin miedo al qué dirán. Un amor que lo tenía en una constante vorágine de querer gritarlo a los cuatro vientos y que despertaba la necesidad de ser el verdadero SeokJin, ese que se había encerrado en una habitación junto con sus sueños y anhelos para poner a todos por encima de él.

Poner otros sueños por encima de los suyos como si fueran más importantes cuando no era así. Sus sueños importaban tanto como los del resto y ya no sentía la necesidad de hacer lo que se le mandaba para que todos estuviesen felices mientras que él vivía una vida que no consideraba suya en absoluto.

Sentía otro tipo de necesidad. La necesidad de soltar todo y tomar a TaeHyung para hacer su propia vida, donde solo los sueños y anhelos de su compañero y los suyos propios, fueran llevados a cabo. Él ya había cumplido con el resto, pero aun así, su corazón era demasiado grande y no podía ser más egoísta de lo que ya estaba siendo. Todavía cumpliría con los demás y llegaría hasta donde TaeHyung le dejara, porque a la primera que ese chico le dijera que estaba tan listo como él para saltar, él lo tomaría de la mano y saltarían juntos, a la par. Seguros y sin miedo.

Pero todo a su tiempo.

Ser el CEO de la empresa de su padre le enseñó una gran lección: Para tener éxito a largo plazo, hay que dejar que las cosas se desarrollen a su tiempo y avancen como vengan, a paso de caracol sin importar cuanto lleve o con nitro, a una gran velocidad. La finalidad y cierre del negocio, siempre sería exitosa y él daba por seguro que su relación, es y sería exitosa. Sin importar el tiempo que lleve para que viera la luz para todas y todos a su alrededor. SeokJin ya daba por sentado tal escenario, sabiendo que incluso su esposa y mejor amiga, tenía la misma visión que él.

No tenían nada que perder, al menos no nada que fuera realmente importante para ambos.

—Entonces eso sería todo —mencionaba Choi—. Por ahora. No olvides que tu avión estará lista para las cinco pm, con una excepción de una hora más. El despegue está planeado entre las cinco y media o seis de esta tarde —mencionaba—. Estaré al tanto de tener actualizados todos los informes que la asistente de tu padre me pidió —el chico suspiraba—. Se cree que por ser mayor y la asistente de tu padre me va a decir cómo hacer mi jodido trabajo.

SeokJin lo miraba con pesar—. Prometo que cuando vuelva, tu tarea principal será buscar un asistente de refuerzo y podrás tomarte tus merecidos días de descanso —una mirada de disculpa se pintaba en los ojos avellanas de SeokJin—. Pero dejaré en claro a mi padre y a su asistente que de tu lugar y tus tareas, nadie te va a remover ¿de acuerdo? —el chico asentía—. Sal a comer algo y vuelve aquí lo más pronto que puedas. El día aún no termina.

Con reverencia YeonJun caminaba hacia la puerta, pero antes de salir se giraba—. Hazte un tiempo para hablar con TaeHyung en cuanto llegue. La ansiedad por la situación con sus padres solo hace que te pongas más ansioso y luego eso desata dolores de cabeza. Habla con él —exclamaba y luego salía de la oficina de SeokJin.

El empresario suspiraba, intentaba comer otro poco, pero mandaba todo al diablo. Tomaba su móvil y marcaba el número de TaeHyung.

—Atiende, atiende…

“Hola, te comunicaste con Kim TaeHyung, no dejes tu mensaje porque no pienso oírlo. Escríbeme un texto, estamos en el siglo XXI. ¡Adioos!”

—Imbecil, sigue en vuelo —se reprendía, apretando sus dientes y suspiraba.

Un texto no sería suficiente. Intentaría luego, por ahora solo necesitaba terminar aquel almuerzo con éxito, pero daba un vistazo nuevamente al mensaje de TaeHyung de aquella madrugada y antes de subir al avión:

No creerás esto, pero hablé con mis padres de ti. Te contaré todo en cuanto estemos lejos de Seúl. Mañana será un día ajetreado para ambos, no puedo esperar a desaparecer contigo. También te amo ♥

Bebé Kim 01:02 AM

Debes estar atareado. Bien, estoy por subir, nos vemos en la noche. Te amo!

Bebé Kim 9:15 AM

SeokJin suspiraba, debía de responder algo, así que cuidadosamente lo hacía. No dejaría a su novio en visto.

Vi tu mensaje al llegar a la oficina. Hoy es un infierno, pero estoy controlándolo. Espero que haya sido algo bueno y si tuviste un mal momento, prometo sacarte el mal sabor. Te llamé, supongo que aún no llegas porque me salto contestador, me matarás con la ansiedad.
Te amo mucho más.

13:13 PM ✓✓

Luego de eso se desinflaba, intentaba dar otro bocado, pero su teléfono laboral sonaba. El apetito se le iba y frotaba su rostro intentando encender su gran silla, solo cinco minutos de masajes. Sólo cinco malditos minutos y luego podría afrontar el resto del día. Al fin y al cabo, aquella noche ya dormiría con TaeHyung entre sus brazos o viceversa, de cualquier forma, el resultado era hermoso y el incentivo perfecto para continuar las horas que le quedaban. No eran muchas, pero sabía que estarían sobre cargadas.

Perdón por errores de deditos salvajes.
Lo corregí muchas veces seguro y algo quedó mal 😅

Nanykook

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