Luis

Estaba en mi banco muy callado, ya no quería hablar con nadie, ni menos con mis "amigos", un homofóbico como mi hermano y un depresivo por un romance fallido como Joaquín, pero parecía que la culpa le afectó a mi hermano:
_ Oye Luis, tenemos que hablar.
_ No quiero_ contesto.
_ Por favor.
_ Basta Daniel, no quiero.
_ ¡Está bien, solo te recuerdo que no serás aceptado en nuestra familia, y no solo por como eres, sino por tu horrible actitud! Ojalá papá se entere para que te arrepientas de tus actos_ dijo provocando aún más mi tristeza, llenando de lágrimas mis ojos.

Julieta

Veo triste a Joaquín, pero sabía que yo podía sacarle eso, por eso me acerco a él y le digo:
_ Holaa querido ¿cómo estás?
_ ¿Qué haces aquí? No te quiero ver.
_ ¿Por qué dices eso príncipe?_ digo preocupada.
_ Ya dos veces me decepcionaste gravemente, si ya no te quería por lo de hace varios años atrás, ahora menos. Aléjate.
_ Por favor, no digas eso, no puedo vivir sin ti_ digo.
_ Pues aprende, o sino te quedarás sin aire lamentablemente _ dice él idiota y se va.

Samantha

Una vez más estaba ahí, triste, humillada por la traición de Joaquín, había creído que era una persona genial disfrazada de su apariencia, pero resultó ser lo que todos decían. Me fui al baño, porque no querían que me vean llorar, ni siquiera Marcos que estuvo apoyándome todo este tiempo. Me hubiese encantado haber sentido cosas por él, que en la elección pudiese haberlo elegido pero no se dio, y me gusta el patán.
Estuve un tiempo en el baño, hasta que sonó la campana, debía regresar a la maldita clase, ahora a la de proyecto futuro, era mi primera vez con esta materia, así que no sabía de que específicamente se trataba.
Llego y me siento, justamente entraba el profesor qué aún no sabía cómo se llama.
La clase resultó ser peor de lo que pensaba, nos dio un texto a cada uno para analizarlo, se trataba de un texto informativo sobre una estadística de cantidad de afectados por dengue en cada país en el 2018.
Me llevó toda la hora cumplir con las consignas del análisis, pero definitivamente entregué. El profesor era muy poco comunicativo, y ahora ya sabía que se llama Erick Montenero.
Terminamos la última clase, y en ese momento me dice Marcos:
_ Necesito hablar contigo. Ven conmigo.
Y me llevó hasta un lugar más privado, un ambiente cerca de la biblioteca y me dijo:
_ Sé que puedo hacer para que te olvides del bobo de Joaquín.
_ ¿ok? Dime cómo.
_ Necesito que cierres los ojos_ primero dudé, pero decidí hacerle caso y los cerré, otras opciones no tengo.
_ ¿Y ahora? _ pregunto.
_ Y ahora _ comenta y se acerca a mi boca y siento sus dulces labios besándome.