⅗ La verdad

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Alguien tocaba la puerta, a lo que Brigth fue a ver.

-Hola hijo, creí que estabas en el trabajo- dijo su mamá después de ser invitada a pasar.

-Ni. Tuve una discusión con la señora que venía y la despedí.

-¿Que pasó?

-Ella empezó a hablar mal de Win y preferí hechar la antes de que algo más pasará.

-Ni puedo creerlo. ¿Que vas a hacer ahora? No creo que puedas estar el casi seis meses sin trabajar.

-Voy a tener que buscar a alguien más. Pero tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo.

-Tranquilo Bai. Yo te puedo ayudar. Puedo hacer el que hacer.

-¿Enserio?

-Claro. No soy muy buena en lavar la ropa, pero para eso está la lavandería.

-¡Oh! Gracias mamá.

-Tranquilo. Win está en el cuarto, le traigo un regalo.

-Si, está ahí dentro.

-Vamos.

El mayor estaciono el auto enfrente de la casa. Era raro, y es que, antes apesar de amarse sentían esa casa fría, como si no fuera suya. Pero ahora sentían que esa era la casa más bonita del mundo. ¿Ya tenía esas masetas? ¿El color era el mismo?

-Amor. Gracias.

-¿Por qué?

-Es que creí que me ibas a dejar, después de que te mentí.

-Eso jamás va a pasar. Tendrás que hacer algo más para apartarme de tu lado. Y realmente no me enoje contigo.

-¿No?

-No. Me enoje por qué me hizo sentir igual que esa vez que casi te pierdo.

-¿Aún lo recuerdas?

-Por supuesto. Yo estaba tan asustado de que me gustaras que por poco te vas con una chiquilla de quinta.

-Love es muy buena- escucho al mayor gruñir al escuchar mencionar su nombre- ella es muy amable, siempre le agradeceré que me ayudara a darte celos.

-¿Qué?

-¿No lo sabías? Bueno ella al verme sufrir por qué tú no me correspondias, me dijo que ella me iba a ayudar. Por eso siempre me abrazaba y besaba cuando tú estabas cerca.

-¿Nunca fueron nada?

-Solo amigos.

-¿Solo amigos?

-Sip. Solo amigos.

-Ya te he dicho que te amo, mi pequeño psicópata.

-Si. Lo has hecho.

-Y sabes que jamás lo dejaré de decir.

-Eso esperó. Por tu propio bien.

-Ven. Vamos al cuarto, tienes que descansar.

El cuarto mes ya estaba más cerca de lo esperado.
A Win ya se le notaba el vientre inchado. Ya era casi imposible de ocultarlo. Y justo hoy estaban llendo al médico para ver co estaba el pequeño milagro.

-Señores Chivare, por favor pasen a la sala cinco, el doctor los espera.

Brigth ayudo a Win a levantarse, no le gustaba que se sobre esforzará. Las miradas no se hicieron esperar. ¿Acaso estaban viendo bien?
Eso-eso no era posible ¿O si?

Brigth intento que eso quedará desapercibido para el menor, apresurando el paso llegaron al consultorio dónde el doctor les esperaba con una sonrisa.

-Buenas tardes. ¿Cómo han estado?

-Muy bien doctor, el bebé está creciendo mucho.

-Es lo que puedo notar. ¿Que tal las molestias?

-Solo vómito. Mi suegra dice que es normal.

-Lo es, pero sigue siendo molesto, te daré un jarabe que debería ayudar con eso, descuiden es especial para este tipo de casos. Muchas madres se quejan mucho de las náuseas matutinas asi que este jarabe es exclusivo para esas situaciones. ¿Algún otro problema?

-¿Tengo que seguir en reposo?

-No. Pero en cuanto sienta cansancio, por muy poco que sea. Le pido que valla y descanse, también debe evitar emociones fuertes y sobre esfuerzos.

-¿Podemos ver al bebé?

-Claro, vamos. Por favor acuestece en la camilla y suba su camisa.

En cuanto se hizo lo que él doctor dijo este mismo le coloco gel sobre el vientre y comenzó a pasar un aparato.

Mientras les decía un par de cosas sobre el embarazo y el bebé, les mosto la imagen de cómo iba desarrollándose el pequeño conejito dentro de Win.

-Aqui está su bebé. Es bastante saludable. Lo están haciendo bastante bien.- dijo el médico.

-Mira P'Bai. Eso es nuestro conejito.

-Es hermoso. Gracias amor.

Ambos se besaron ante la mirada de felicidad del médico frente a ellos.

En la mente del médico se repetía que no pudo haber pasado tal Milagro mejor. Ellos sin duda iban a ser unos padres estupendos. Mejor que cualquier pareja normal que pudieran mencionar.

-Muchas felicidades a ambos. Serán unos grandiosos padres.

Los tres sonrieron ante las palabras del mayor de la sala.

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