› lo qué hacen mamá y papá

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Colores pastel esparcidos por la pequeña mesa ratona y el piso de madera, en el centro de ésta la pequeña Jin Sol dibujando con esmero un lindo gatito. O eso se suponía que era.

Con desespero rayó todo el dibujo, enfadada del resultado negativo, otra vez.

No era muy buena dibujante, y eso la ponía triste. Quería dibujarle algo bonito a su Woonie, porque ella le hacía sentir bonito.

Como si de un rescate se tratara, la puerta de entrada sonó al cerrarse, casi al instante escuchando la tierna voz de Jiwoo llamándola.

── ¡Woo!──corrió hacia ella, papeles y lápices de colores en su mano.

── ¡Sol-ah!──la abrazó con entusiasmo, sus grandecitos cachetitos asemejándose a los de un tierno hamster al momento de recargar su barbilla en el hombro de Jin Sol.

── Ten, hice esto para tí──le mostró la hoja que tenía en mano, eran ellas dos y a su alrededor varios corazones que, en lugar de ser de un monótono carmín, eran púrpuras.

Sí, últimamente Jin Sol siempre le traía dibujitos a Jiwoo, por eso Jiwoo quería igualmente hacer un dibujo para ella.

Cuidadosamente observó el dibujo, apreciando que Sol había dibujado su sonrisita que tanto decía que le gustaba. Sus ojitos se hicieron acuosos, ella no tenía nada que darle.

── ¿Seguimos jugando a hacer dibujitos?──se puso al lado de la pelinegra, comenzando a trazar líneas con el color azul.

Pero su compañera estaba muy silenciosa.

── ¿Woonie...?──vió el prominente puchero que siempre hacia antes de llorar, por lo que con rapidez la abrazó.── ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?──empezó a sobar su espalda, para dar consuelo.

── Es que siempre me das dibujos bonitos...──escondió su carita sonrojada en el pecho de Sol── y-y... Y yo no puedo hacer dibujos bonitos como los tuyos, para también darte unos.

── Woonie...──tomó entre sus manitas los cachetitos de la pelinegra.

── No quiero jugar a hacer dibujitos, no me salen──se quejó, su boquita adorablemente de piquito por sus mejillas que eran aplastadas. Bae solo asintió, juntando su frente con la de su menor.

── Está bien, hagamos otra cosa──respondió con calma, soltando los cachetitos de Woonie. Sentía que debía hacer bien su papel de unnie, al ser casi un año mayor. Aunque en su mentecita ser unnie significaba mimar a Jiwoo en todo lo que quisiera.

── ¿Qué podemos jugar?──preguntó con más entusiasmo. Ya habían jugado desde saltar la cuerda hasta las traes, no se le ocurría algo más.

La castaña pareció pensar por largos segundos, hasta que una gran sonrisa surgió con entusiasmo.

── Juguemos a lo que hacen mamá y papá.

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