Capítulo 36

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Por suerte Ontari le paró los pies antes de tiempo y solo iba con el puntillo, un par de horas más y tendría que ir por la casa a rastras. Miró la hora y era muy tarde, con razón estaban todos dormidos, rezó para que Clarke estuviera dormida y no le esperara despierta, era cierto que Fish le había persuadido un poco, pero era inevitable, se sentía un poco dolida, aun recordaba las palabras de Clarke cuando le decía una y otra vez, "puedes cambiar" y comportarse como si creyera todo lo contrario. Pasó por la puerta de la habitación de Diana, estaba entornada y pareció escuchar a la niña despierta, se asomó y ahí estaba, con el chupete en la boca, agarrada a los barrotes de la cuna y de pie. La ojiverde agradeció que era una cuna resistente y aun no llegaba para poder escaparse, deberían empezar a estar más atentas, el día que comenzara a caminar se escaparía fijo. Lexa entró y se acercó a la cuna para coger en brazos a su preciosa hija:

— ¿Qué haces despierta a estas horas?

La niña se quitó el chupete y balbuceó palabras en un idioma que aun, no alcanzaba a entender, solo la palabra "mamá" Lexa sintió una oleada de calor en su pecho y mientras mecía a su pequeña se sentó en una mecedora que había junto al colorido armario de la niña:

— ¿no puedes dormir? — la miró a los ojos y sonrió bobalicona, haciendo sonreír a su hija también— tendrás mi moreno, pero sin duda naciste con la belleza de tu madre y pensar que tú naciste a raíz de un mal entendido— la niña en ocasiones fruncía el ceño como si no la entendiera— un maravilloso malentendido, antes de conocerla estaba perdida— la acercó a su pecho y movía la mecedora para que el movimiento la calmara y la durmiera— entonces tuvo que venir en plan, tus hijos te necesitan, esto está mal Lexa, eso no se hace... bla, bla, bla tenía que meterse en todo y la amaba por ello— miró la cara de la pequeña que parecía estar tarareando adormilada mientras chupaba el chupete— que sea nuestro pequeño secreto— obviamente se había percatado de que llevaban un buen rato siendo observadas desde la puerta, vio el reflejo de Clarke en el espejo que estaba enfrente de la cuna— Luego el ego de tu madre se le sube por las nubes y pensará que le perdonaré todo como si no pasara nada.

Clarke entró un poco más y se apoyó en el marco de la puerta:

— Demasiado tarde— susurró, Lexa no paró de mover la mecedora y miró de reojo a su mujer— El escuchabebes...

Explicó señalando el escucha que había junto a la mesilla que estaba al lado de la mecedora. Lexa se levantó sin decir nada y con cuidado de no despertar a la pequeña, la depositó en la cuna, susurrando con tono dulce mientras le arropaba:

— Como te dije, se mete en todo...

— Lexa— Clarke estuvo sin poder pegar ojo, pues le llenaba de ansiedad no saber dónde estaba Lexa, no le cogía el teléfono móvil ni tampoco los teléfonos de la oficina, se había juntado todo, porque ¿qué pretendía Pike? ¿qué había en ese CD? No lo había visto, no quería hacerlo sin Lexa presente— tenemos que ha...

— Tsss— siseó con la lengua y siguió susurrando mientras miraba por unos segundos más como su hija dormía— en cualquier lugar, menos aquí— miró a Clarke— este lugar es el reino de Diana, donde solo hay amor

La ojiverde salió de la habitación con parsimonia y esperó a que Clarke saliera. Con cuidado de no hacer ruido cerró la puerta y fue hasta la habitación matrimonial, no había ganas de discutir, no quería discutir y a pesar de estar más sosegada, prefería tomar precauciones, fue hasta su cajón para sacar su ropa de dormir seguida por Clarke que se colocó a su espalda y comenzó a hablar entre susurros:

— Lexa, no soy perfecta y parece ser que tampoco se expresarme bien— Lexa dejó la ropa encima del mueble y se giró para mirar a la rubia— cometí un error, debí haberte dicho lo de Bellamy, eso no quiere decir que te quiera menos, te quiero y no me aterras, de ser así no estaría aquí tratando de disculparme...

— Clarke— le interrumpió Lexa— estoy cansada, ya es tarde y mañana hay una reunión temprano— comenzó a desabrochar su camisa— mañana juega Aden y contra Alex— forzó una sonrisa— ahora solo quiero que no vuelvas a sacar el tema

Clarke dio un paso y le ayudó a desabrochar los últimos botones de su camisa:

— No está bien guardarse las cosas, callarse las cosas es lo que te ha alejado de mi en más de una ocasión

Lexa soltó aire con fuerza quitó las manos de Clarke y dio unos pasos alejándose, se quitó la camisa para tirarla con fuerza en la cama:

— ¿Qué quieres que te diga Clarke? — preguntó entre dientes controlando el sonido de su voz— Me dolió escuchar eso— le tembló el labio— yo también cometí errores y vale que te obligué a que te casaras conmigo la primera vez, desde entonces he tratado de hacer las cosas bien, es como si una parte de ti viviera anclada en mi pasado ¿Cuánto tiempo voy a estar pagando por ello? ¿por ti precisamente? En esta casa la que más razones que tiene de tenerme miedo es Costia

— Costia no tiene miedo de perderte

Le respondió la rubia mientras trataba de controlar su voz también. Lexa se la quedó mirando unos segundos antes de quitarse el sujetador e ir hasta la ropa que estaba encima del mueble para ponerse la camiseta de tirantes, se descalzó y se quitó los pantalones para ponerse el pijama:

— Pues será mejor que empieces a controlarte y empezar a confiar más en mí, Clarke— fue hasta su lado de la cama y retiró las mantas— buenas noches

— Hay otra cosa más

Lexa cerró los ojos y tomó aire, ¿qué más había? Lo único que necesitaba era tiempo para que se le pasara el enfado. Puso los brazos en jarra, se lamió el labio inferior y miró de reojo a Clarke, parecía estar conteniéndose y tratando de evitar de derrumbarse:

— ¿Qué otra cosa?

Preguntó con sequedad. Clarke fue hasta su bolso que estaba encima de la silla, esa misma silla que días atrás se había sentado Beca, sacó el sobre que le habían dejado en la mesa del bar y se lo acercó a Lexa, más bien sacó la nota y se la dio a Lexa. La ojiverde en un principio comenzó a leer escéptica, hasta que vio de quien era y el contenido del mensaje. Movió la hoja y miró con preocupación a la rubia:

— ¿Quién te lo dio?

Clarke negó con la cabeza desconcertada:

— No lo vi

Lexa endureció sus facciones:

— ¿Está amenazando a mis hijos? — Dio unos pasos hacia Clarke— No hay peros que valgan Clarke, a partir de mañana contrataré un servicio de seguridad, ni los niños ni tú estaréis solas en ningún momento.

— ¿Y tú?

Preguntó en cuanto analizó lo que le dijo, pues solo le dijo que los niños y ella:

— Puedo cuidarme sola— cuando vio que Clarke iba a quejarse— va dirigida a ti, no a mí, yo no corro peligro ¿qué hay en el CD?

Clarke volvió a negar con la cabeza:

— Te estaba esperando para verlo juntas.

La ojiverde tomó aire y tiró la nota lo más lejos posible, la hubiera roto, pero a lo mejor servía de prueba para denunciar a ese desgraciado. Rompió la distancia con su cabizbaja esposa y la abrazó:

— No permitiré que te pase nada— alzó un poco de su mentón para mirar sus ojos— mañana veremos el CD, ahora tratemos de dormir.

Ontari entró en el piso sin hacer ruido, supuso que todos estaban durmiendo y tampoco quería despertar a Sam, hasta el momento no había tenido problemas de convivencia, pero no estaba muy segura de cómo podía ser Samantha en esos casos. Pero cuando pasó por el salón con los zapatos en la mano vio que el sofá cama estaba desplegado sin Sam, escuchó unos murmullos y vio que en el pasillo había un poco de luz que salía de la habitación de Echo, dejó los zapatos a un lado y se acercó hasta asomarse en la habitación, Echo estaba sentada en la silla enfrente del escritorio plagado de libros y a Sam ya con el pijama puesto y sentada en la cama con un cuaderno:

— ¿Qué hacéis despiertas a estas horas?

Sam dejó el cuaderno encima de la mesilla de noche y dio unas palmaditas para que se sentara a su lado:

— Echo tiene mañana examen— no le dio tiempo a sentarse en la cama cuando Sam se le abrazo por la espalda como si fuera un koala— Le he preguntado veinte mil veces y las veinte mil ha respondido bien, su nota será de matrícula de honor— le susurró— la convences para que descanse y duerma

— Sé que me lo sé, pero quiero estar segura

Se defendió la chica. Ontari agarró el cuaderno y miró sus apuntes:

— ¿de qué es el examen?

— Historia

Respondieron las dos chicas a la vez. Fish alzó las cejas y enseguida dejó el cuaderno en su sitio, demasiadas letras, lo suyo era los números:

— Echo, en diez años la nota más baja que has tenido ha sido un notable, ¿por qué no descansas? Mañana en lo que vas al instituto lo repasas— se levantó y se estiró el vestido— verás cómo lo apruebas— quedó pensativa y dijo algo dubitativa— ¿debería incentivarte con algún premio? ¿ya eres demasiado grande para premiarte con Disney world Orlando? — Sam se tapó la boca para que no la viera reírse y la morena torció el gesto al ver los gestos burlescos de ambas chicas— bien, pues si te acuestas ahora y apruebas, cuando acabe el curso te pago las clases de conducir y te compro un coche

La chica se levantó de la silla como si hubiera recibido un calambre, quizás lo de Disney Word le hubiera sobre excitado unos años antes, pero el carnet de conducir y un coche, ya estaban hablando de otro nivel:

— Dime que no es una broma

Le dijo intentando controlar sus nervios:

— No es broma, pero tienes que hacer lo que te he dicho

— Lo haré— dijo girándose para recoger los libros del escritorio— dormir ahora, captado— Ontari intercambiaba miradas con Sam cuando sintió unos fuertes brazos rodear su cuerpo— gracias, gracias

La morena sonrió ampliamente y durante unos segundos le devolvió el abrazo, Echo se separó y como una exhalación fue a sacar su ropa de dormir. Sam se colocó al lado de Ontari y le susurró:

— Dudo que pueda dormir con lo que le has dicho.

Ontari miró a la adolescente, no le hacía mucha gracia que condujera tan joven, pero tampoco iba a ser tan estricta, ella en cuanto pudo se sacó el carnet para no depender de Roan ni de nadie para ir al instituto, aunque tuvo que aplicarse el triple para aprobar todas las asignaturas que iba arrastrando desde que era una cría:

— Buenas noches

Dijo la morena antes de salir de la habitación:

— Buenas noches— respondió la adolescente— Sam— llamó la atención a la rubia que estaba saliendo— gracias por ayudarme a estudiar

Sam sonrió:

— No hay de que dar las gracias— bajó más la voz— y será mejor que duermas antes de que doña gruñona saque su escoba de bruja— rio entre dientes— buenas noches

Ontari comenzó a cambiarse en el lado de la cama que le correspondía, Sam se sentó en frente solo por el placer de contemplar su cuerpo semi desnudo:

— ¿Cómo has tardado tanto en llegar?

Fish terminó de ponerse su camisón de seda color turquesa:

— Tu hermana y tu cuñada discutieron, evité que Lexa se cogiera una melopea muy fea, la acerqué a su casa

La expresión de la rubia cambió. Ontari se sentó a su lado y se acercó para depositar un dulce beso de buenas noches en sus labios. Sam pestañeó un par de veces antes de preguntar:

— Alguna vez sentiste algo más que amistad por Lexa

La pregunta no iba cargada de celos, podría decirse que si por curiosidad, quizás era otro punto en el que se diferenciaba de Clarke, a pesar de que en ocasiones ha mostrado tener unos toques de celos, tampoco era tan posesiva, no se iba a enfadar porque estuviera con Lexa hasta tan tarde, son amigas y era obvio que quisiera ayudar a su amiga, más tranquilizador resultó cuando Ontari comenzó a reír como si le hubiera contado un buen chiste:

— No— se tumbó en la cama y se quitó las lágrimas— tanto como para quererla en plan romántico no, quizás... ambas estábamos en un época en la que necesitamos a alguien en quien apoyarnos, buscar algún tipo de conexión, ambas sufrimos a nuestra manera la muerte de Alicia, quizás por eso era la única a la que permitía mirar— al ver que Sam la miró sin comprender— las reglas eran muy sencillas nada de contacto visual ni nada de besos, solo sexo, reglas que yo también use en alguna ocasión y no solo con Lexa...

Sam se tumbó a su lado y se apoyó en su pecho:

— A mí me besaste

— No— dijo riendo entre dientes mientras le colocaba un mechón detrás de la oreja— te recuerdo que fuiste tú quien atacó mis labios, ratita presumida.

— Solo porque no dejé besarme antes

Se defendió Clifford mientras se acercaba para darle otro beso:

— Me fascinaste desde la primera vez que te vi junto a la barra de aquel bar— le confesó entre susurros— era extraño, físicamente eres igual que Clarke, quizás fue tu forma de retarme con la mirada o ese acento pijo.

Sam fingió ofenderse:

— Pues yo pensé que eras una gilipollas— Fish amplió la sonrisa— una gilipollas muy caliente.

Terminó diciendo antes de volver a chocar sus labios y colocarse encima con su muslo apretando justo en la parte más sensible de la morena, robándola un suspiro sonoro:

— Debemos dormir— le dijo casi sin despegar sus labios de la rubia, subió un poco su pierna para que su muslo también rozara el sexo se la ojiazul— mañana nos despertamos temprano.

— Sí deberíamos dormir

Respondió mientras movía su pelvis y rozaba sus labios, se separó y se quitó la parte de arriba del pijama, los ojos castaños de la morena recorrieron su torso y alzó sus cejas antes de decir con respiración agitada:

— Mañana estaré agarrada a la cafetera

Antes de que Sam dijera algo Ontari la atrajo pasando su mano detrás de su nuca y chocó sus labios con más vehemencia. Sam sonrió ¿qué más daba si tenían que despertar temprano? O ¿no dormían? Tenía claro que no quería andar perdiendo el tiempo durmiendo cuando quería hacer el amor a la morena. Mientras que el propósito de mucha gente era casarse, tener hijos, un futuro brillante, la rubia aspiraba a llegar viva a la noche para hacer el amor a la mujer que sería su esposa en días.

Clarke y Lexa despertaron temprano, encerrándose en el despacho, apenas había cambiado nada desde que Indra murió, ambas mujeres tenían claro que en el momento que ponían un pie en la casa se olvidaban del trabajo. Lo importante era priorizar la familia, otro cambio en las facetas de Lexa.

Ambas estaban enfrente del portátil y para ser sinceras, la última vez que hizo algo así, Lexa contempló como su padre pegaba una paliza a una prostituta y hacía a su hermana una cómplice. Con razón había que temer lo que había en aquel CD, pues se dieron cuenta de que sí las habían seguido y no solo eso, cuan película porno casera montada y editada las habían grabado en más de una ocasión:

— Joder

Lexa no dijo nada, se llevó un puño en los labios y pasó las escenas más adelante, pues la última:

— Esta es en casa— ambas mujeres intercambiaron miradas— La profesora de baile— Lexa gruño y se levantó dando un manotazo a una pila de hojas que había encima del escritorio— la voy a matar

Clarke corrió para interponerse en su camino, ya que Lexa estaba demasiado alterada para cometer una locura:

— Piensa— dijo la rubia— Beca ya debe de saber que ese CD está en nuestro poder y a lo mejor fue ella misma quien lo dejó ¿crees que seguirá en la academia? — Señaló el ordenador— Pike no puede ponerlo a la venta, en su día conseguimos que las retiraran por la vía legal y...

— Clarke— dijo Lexa entre dientes— hablamos de algo que se puede vender por el mercado negro, Pike quiere algo y es dinero ¿crees que luego se irá de rositas? — le discutió— Estamos hablando de un ser despreciable que me sacó una gran suma de dinero para que luego al paso de los años regrese a por más... pues no le voy a dar ni un dólar y tú tampoco— le puso un dedo índice en el hombro— tú habla con tu primo y mira cómo hacerlo de manera legal— endureció sus facciones— yo no seré tan benevolente y si tengo que contratar a un sicario, ten por seguro que lo haré.

Quiso apartarla para salir, pero Clarke, aun anonadada por lo que acababa de escuchar le agarró del brazo:

— Serías capaz de mandar a matar a alguien

— Si amenazan a mi familia soy capaz de eso y de algo mucho peor...

Clarke endureció sus facciones:

— No, no mandarás a nadie para matar en mi nombre, que no lo hagas tu misma no te libera de ensuciarte las manos de sangre y aunque el muy desgraciado se lo merezca.

Lexa se soltó de su agarre y la apartó de un empujón:

— Pues ya estás tardando en buscar una solución para que acabe en la cárcel antes de que tome yo medidas.

— CLAARKE

Se escuchó la voz de Raven por el pasillo, asfixiada de correr por la casa se asomó por la puerta del despacho, ignorando la tensión que se podía palpar en el ambiente, tomó un par de bocanadas de aire antes de seguir:

— Tenéis que venir a ver esto

La castaña las guió hasta el salón donde la televisión estaba puesta en el canal CNN y el volumen estaba alto, estaban enfocando a un barco, los propietarios eran unos amigos que se habían animado a sumergirse debajo del agua y bucear. A un lado de la pantalla estaba la foto de Bellamy Blake.

Las autoridades investigan que pueda ser un ajuste de cuentas por la forma en el que fue hallado el cadáver de la víctima. Estaba maniatado y con un bloque de cemento en los pies para que no pudiera flotar...

Lexa y Clarke contemplaban la televisión, estaban pálidas e incapaces de hablar. Apenas había pasado un día desde que habían hablado con él, ahora estaba muerto. Clarke miró aterrada a Lexa:

— Tiene que ser Pike, es su modus operandi, cemento en los pies y para el agua.

Lexa miró a Clarke más enfurecida:

— Eso solo me da más razones para quitar del medio a ese hijo de puta— dio un paso hasta Clarke para acercar su rostro e intensificar su mirada verdosa— tic tac Clarke, yo no me voy a entretener con tonterías— miró a Raven, Costia y Octavia— haced el favor de no dejar solos a mis hijos— volvió a mirar a Clarke— ni a mi mujer, al menos hasta que contrate un servicio de guardaespaldas.

(Avance del próximo capítulo)

Beca estaba dando un masaje en los hombros de Pike, cuando dos hombres con otro maniatado y golpeado irrumpieron en la habitación de hotel:

— Señor

Pike le dio un manotazo a Beca para que se apartara, éste se levantó y señaló al hombre:

— ¿Quién es ese?

— Lo llaman el turco

Le respondió el que tenía media cara desfigurada, parecía que le hubieran quemado o echado ácido, dejándole unas cicatrices muy feas:

— ¿Y?

— Es un sicario y por lo que nos ha soplado antes de cortarle la lengua— respondió el otro más joven y ojos saltones mientras sacaba su navaja— venía a por usted, con un mensaje

Pike se puso enfrente del apodado el turco y le agarró del pelo, ese estaba más muerto que vivo. Pike comenzó a reír:

— Le iba preguntar a este pequeño hijo de puta, se me olvidaba que ya no tiene lengua ¿dijo que mensaje?

Preguntó mirando al de la cara llena de cicatrices por quemaduras:

— No te daré más dinero, no te acercarás a mi familia

Pike sonrió con frialdad y miró a Beca que estaba a su espalda:

— Tu hermanita me lo está poniendo muy difícil, vamos a tener que cambiar el juego, empezando por— señaló al hombre medio muerto— envía la cabeza de este mamonazo como regalo de bodas de su cuñada y...— volvió a mirar a Beca— ¿quieres visitar a tu sobrinita?

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