Capítulo 2Gruñón

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Conozcamos un poquito a la familia Woods. Una familia de tradiciones y Gustus estaba emocionado de que su mujer quedara embarazada, no solo de uno, si no gemelos, una niña y un niño, el heredero que se encargaría de su negocio cuando este creciera. Lo que no se esperaba es que en la familia de su mujer ya había existido casos de intersexualidad y que, en realidad, el varón, resultó ser un bebé con ambos géneros. Indra adoraba a sus gemelas o gemela y gemelo, ya que la decisión de decidir estaba en su hija.

Por una temporada Gustus tenía esperanza de que decidiera definirse como varón y llegado el momento operarse. Incluso hubo una temporada que no les permitía estar juntas a las gemelas, no quería que la feminidad de Alicia confundiera a Alex. Sus esfuerzos fueron en vano, Alex se cambió de nombre a Lexa y para el colmo del patriarca, decidió permanecer como estaba:

_ No pienso aceptar a un engendro_ le llegó a decir cuando era una adolescente_ opérate o te olvidas de que eres mi hija

Ese fue el día cuando Alicia pasó a ser la única hija de Gustus Woods y Lexa Woods el engendro de la familia. Indra siempre salía en defensa de su hija, hasta que el día que acabaron divorciándose. Abriendo más brechas entre las gemelas.

Lexa se quedó hasta tarde bebiendo en su despacho, tanto así que se quedó durmiendo apoyada en el escritorio, cuando se despertó en plena madrugada emitió un sonido quejumbroso y se llevó la mano en el cuello. Suspiró y cabizbaja se fue a su habitación, fría y solitaria como cada noche, desplomándose sobre las sabanas suaves y caras de su cama:

_ Amargada_ musitó en voz baja antes de chistar con la lengua_ ¿y ella que coño sabe? No sabe nada de mi vida. Solo la versión de Alicia.

Clarke consiguió mensajearse con Raven, como le había dicho, Pike cree que ha muerto y eso es un alivio, por lo menos durante una temporada, su estancia en esa casa era temporal, ya que Lexa ya le había dado un ultimátum, debería marcharse antes de que descubriera que es una impostora, por el momento le tocaba fingir ser la mujer que ha perdido al amor de su vida. Se miró la mano, aún tenía el anillo de casada, ese que no era suyo. Si no de Eliza Lex, frunció el ceño, pues sí que el destino era caprichoso, señorita Lex, señora Lexa Woods. Por un momento sintió pena.

Se giró entre aquellas lujosas sabanas, nunca había dormido en un lugar tan distinguido. Su madre la había tenido de joven, siempre trabajando para salir a delante, buena madre y una mujer luchadora, pero pésima a la hora de escoger maridos. Ya que, gracias a uno de ellos, está en esos momentos entre rejas.

Descubramos un poquito sobre la vida de Clarke. Ella quedó sola cuando era una adolescente, pasó de estar de casas de acogida, así que se buscaba la vida, huyendo de los asistentes sociales siempre que daban con ella, se puede decir que es la perfecta escapista, hasta que conoció a Pike nada más cumplir diecinueve años. Prometiéndola que le convertiría en una estrella, la industria pornográfica no es como la mayoría de la gente piensa. A no ser que sea producida por una productora conocida y millonaria, la cual siempre contratan a actrices pornográficas de renombre, no se gana miles de dólares o millones, se gana lo suficiente para sobrevivir al mes. Conoció a Raven gracias a que la castaña la encontró por casualidad, totalmente desamparada, entre Raven, Niylah y Clarke, formaban las conejitas de Industrias Pike. Obviamente cada una tenía su nombre artístico, el de la rubia era Miss. Cocos, el de Niylah era Orgasmis y Raven era Chichí. Dependiendo de los guiones, de los trabajos y los compañeros que tocaba, era más soportable o no. Se puede decir que le era más llevadero cuando hacía de un personaje gay, después de todo, mayormente son películas para hombres o están pensado para ellos, lo cual ellas debían intensificarles el placer a ellos. Al menos, Clarke ya era mayor de edad cuando entró ahí, pero bien había conocido chicas que incluso desde que eran menores u otras que no solo se dedican al porno, si no que a su vez las prostituyen. Pike era un cerdo, de eso no había duda, pero no las prostituía, al menos directamente, ya que habían firmado un contrato y todo guion que les ponía sobre la mesa, debían hacerlo. Ya fuera porno blando o del duro, con una mujer o con un hombre tamaño cuatro por cuatro. Hasta que se cansó de que Pike se hiciera de oro a su costa, se llevaría lo que por derecho era suyo y se iría. Carolina del sur. Ahí se supone que estaba Jake, su padre biológico, ese hombre que nunca llegó a conocer.

A la mañana siguiente le tocó hacer el papelón de su vida. Ya que Lexa le llevó a la mansión Woods, esa casa era cuatro veces más grande que la casa de Lexa, parecía un puñetero palacio moderno. Con toques históricos, como armaduras en los pasillos, cuadros del renacimiento, muebles que llevarían casi su centenar de años, casi parecían de la realeza. A diferencia de la casa de Lexa, era que en aquel lugar sí que había fotos, sobre todo de las gemelas en diferentes etapas de su vida. Indra estaba esperando en la puerta, ansiosa por conocer a su nuera:

_ Abuelitaaa

Salieron los niños disparados del coche, para abrazar a su abuela, que los recibía con un abrazo:

_ Aden, Anya pero que grande os estáis cada día crecéis más

Indra era media cabeza más baja que Lexa, tenía el pelo castaño claro tirando a rubio, los ojos verdes y a pesar de rozar la cuarentena, aparentaba tener diez años menos. En cuanto vio a Clarke, le brillaron los ojos:

_ Tú debes de ser Clarke_ la mujer abrazó a la rubia_ me alegra conocer a la mujer que eligió mi hija antes de fallecer

Clarke puso cara entristecida, totalmente sincera, podía palpar el dolor de esa madre que había perdido a una hija, por alguna razón se estaba aferrando a la mujer que se supone que era su esposa. Eso también era triste, porque también falleció en el accidente:

_ Pero por favor pasa_ dijo pasando su mano por su cintura baja_ ya tengo arreglado todo, mañana se celebrará el entierro ¿Ya tienes que ponerte?

_ Pues lo cierto_ comenzó a decir apenada_ perdí todas mis cosas en el accidente.

_ No te preocupes_ dijo amable_ luego Lexa te llevará de compras

Clarke frunció el ceño y miró a la ojiverde, que les seguía con las manos guardadas en los bolsillos, siempre a una distancia prudente. La rubia con tono modesto siguió diciendo:

_ los siento señora Woods, pero mi dinero y mis tarjetas de créditos han sido destruidos en el accidente

_ No te preocupes cariño, Lexa se encargará_ la ojiverde puso un mohín, aunque no puso pegas en voz alta, Indra miró a su hija_ ¿Verdad? Lexa

Dijo con tono de advertencia. La morena suspiró y cerró los ojos:

_ Por supuesto, madre

Clarke alzó las cejas, al parecer era incapaz de llevarle la contraria a su madre, era tan gallito, aunque la cara de estar chupando limones no se lo quitaba nadie. Indra se fue con los niños, siempre aprovechaba para pasar todo el tiempo posible con los niños. En un intento de que se sintiera como en su casa, pidió a Lexa que le enseñara la casa. Como llevaba haciendo desde que llegaron complació a su madre llevando de tour a la rubia por la enorme casa. Iban caminando por uno de los pasillos de la casa, que parecía un laberinto:

_ Hay mucho arte

Dijo Clarke mirando con asombro las pinturas que había colgadas en las paredes. Se acercó a uno de los cuadros y lo señaló:

_ Francisco de Goya_ amplió una sonrisa, la ojiverde se puso al lado de Clarke, sin dejar de mirar su boca, tenía una sonrisa bonita_ Saturno devorando a un hijo

_ Demasiado macabro a mi parecer

Dijo apartando la mirada al cuadro, en esta ocasión fue la misma ojiazul quien miró a la morena, tenía el pelo recogido con una coleta, dejando a simple vista su cuello, estaba en tensión, aun así, le pareció sexy:

_ Es melancolía y destrucción

Lexa se cruzó de brazos y se giró para enfrentarse a la mirada azulada de la rubia, que le había pillado observando su cuello, tomándose su tiempo fue ascendiendo, mentón, boca, hasta cruzarse con su verde intenso:

_ No te tomaba por una apasionada del arte

_ Siempre quise estudiar bellas artes

_ ¿por qué no lo hiciste?

Clarke agachó la mirada y dijo con cierta pesadumbre:

_ No se dio

Siguió caminando, observando cada cuadro, cada pincelada de los lienzos u oleos, pinturas contemporáneas y de todas las épocas, eso sin contar con la estructura de la casa, había zonas reformadas y otras que parecen salidas de una novela de Jane Austen. Lexa no le dejaba sola en ningún momento, era de agradecer que no le atacara tanto como el día anterior, ¿sería que estaba sufriendo y lo pagó con ella? La respuesta la halló antes de que se reunieran con Indra, Lexa le agarró de la muñeca y la miró desafiante:

_ Mi madre está enferma, Clarke_ la rubia alzó una ceja "¿Clarke?" _ parece haberse ilusionado contigo, por eso espero que no juegues con sus sentimientos

_ no lo hago_ dijo con un hilo de voz_ eres tú quien desconfía de mi

_ Tú perfil no entra en los gustos que solía tener mi hermana

Ya estaba juzgando, ¿tan horrible era que no era creíble que Alicia Woods fuera capaz de enamorarse de ella? Lexa Woods era una Snob, a cada vez estaba más segura de eso:

_ ¿Cómo estás tan segura de eso?

_ Porque si entras..._ quedó en silencio, Clarke lentamente bajó la mirada hasta su mano, no le había soltado en ningún momento, en ese instante Lexa le soltó y gruñó_ vamos a comprar la dichosa ropa_ comenzó a caminar hasta el salón, mientras musitaba_ odio ir de compras

Clarke sonrió, le recordaba a gruñón de Blanca Nieves. Esperaba que los ataques regresarían al no tener a su madre cerca. Sin embargo, solo hubo silencio por su parte, la llevó a un enorme centro comercial, donde casi todas las tiendas eran de marcas pijas. La rubia no sabía ni a donde entrar, es que las prendas más baratas era un numero de tres dígitos. Al final Lexa, exasperada señaló una:

_ Te recomiendo esa, es elegante y su estilo te quedaría bien

Clarke no entendía de conjuntos, ni que era elegante, conque le tapara y resguardara del frío le valía, también debía tener en cuenta que tenía que elegir prendas para el luto. De luto acabaría Raven cuando la ojiazul comenzó a mirar los precios de esa tienda, era enorme con gran variedad de prendas y estilos. Lexa en un principio la seguía en silencio, hasta que pareció cruzarse con una de las dependientas, muy mona, casi de la misma estatura que Lexa, pelo negro azabache, delgada y a pesar del uniforme, se podía ver lo refinada que era. La ojiazul escogió varias prendas:

_ Lexa_ avisó a la morena que pareció haberse olvidado de su presencia_ me voy a los probadores.

La ojiverde asintió y siguió con su coqueteo descarado. En realidad, Clarke dijo que se iba a los probadores para tener un momento a solas y poder llamar a Raven. Que gracias a dios se encontraba sola:

_ Joder tía_ comenzó a decir la rubia_ me siento como Julia Roberts en Pretty Woman, me han traído a comprar ropa, pareceré toda una pija de esas que pasean por Palm Beach, un momento_ buscó por toda la tienda_ mi cartera con patas a desaparecido

_ ¿Cartera con patas?

Preguntó Raven conteniendo las ganas de reír:

_ Si, se supone que me lo van a pagar

_ ¿Richard Gere?

_ No, esta no es tan agradable, parece que se ha ido con la dependienta guarrilla, nada más entrar ya le estaba poniendo ojitos_ pasando por la puerta que daba al almacén escuchó risas_ aja, creo que se están metiendo mano en la trastienda

Raven comenzó a carcajear:

_ Vamos, que tienes para rato

Clarke miró a las otras dependientas, que estaban ocupadas atendiendo a otras clientas:

_ Tengo curiosidad_ dijo colándose en la trastienda_ me la imaginó conquistándola a lo simio bobo

Susurró esto último escondiéndose entre estanterías, hasta que pilló a Lexa de rodillas y la cabeza debajo de la falda de su vestido. Dejando a la ojiazul boquiabierta:

_ No jodas, vas a cotillear como dos se enrollan

_ Le está comiendo toda la almeja a la dependienta

Susurró conteniendo las ganas de reír, cosa que no hizo la castaña, que se permitió carcajear durante un buen rato:

­_ Sal de ahí pervertida

Su lado racional y moral les decía a gritos que se largara de ahí y siguiera con las compras. Pero si hiciera caso de su lado racional y ética nunca hubiera hecho películas porno como la mayoría de las cosas que ha llegado hacer su vida, en un principio se lo tomaba a broma y le hacía gracia, hasta que observo los gestos de placer que ponía la chica, como su tórax se movía a su respiración agitada y esos gemidos tímidos ahogados. Lexa se incorporó y pareció buscar algo en sus bolsillos, la chica desabrochaba sus pantalones con hambre, sonriendo traviesa cuando la ojiverde sacó el condón, rasgó el envoltorio con los dientes y se lo puso. Clarke abrió la boca y apartó la mirada un momento, apoyada en la estantería:

_ Rae tía_ dijo atónita_ tiene pene

_ ¿La dependienta?

_ mi cuñada de pega_ asomó un poco la cabeza, Lexa estaba embistiendo a la dependienta_ joder van a traspasar la pared de como la está taladrando, tendría que estar grabando sacaría mucho dinero por esto, los voyeurs se pondrían las botas_ se abanicó con una mano_ que fiera

_ Voyeur como tú

Clarke salió de la trastienda toda sudada, siempre había creído que los niños los había dado a luz Lexa, por el parecido y resulta que no. Con el corazón a mil y agitada intentó prestar atención a las prendas de ropa que escogía:

_ Esto es raro, ya salen te tengo que cortar

Dijo colgando el teléfono rápidamente cuando vio que Lexa se acercaba a ella. La dependienta fue a atender a otras clientas. Clarke tuvo que sacar fuerzas para no sonreír y revelar que les había visto:

_ ¿Has encontrado algo?

_ Me iba probar esto

Dijo enseñando lo primero que había cogido. La ojiverde observó con el ceño fruncido la ropa escogida por la rubia, después de estar pensándoselo, le quitó la ropa de las manos y la guio hasta otra sección:

_ ¿qué había de malo con esas prendas?

_ Es perfecta para señoras del IMSERSO_ comenzó a escoger conjuntos de dos piezas y vestidos_ se trata de ser elegante, pero saber aprovechar tu figura_ la recorrió durante unos segundos con su mirada intensa_ tienes muchas curvas y con el asesoramiento adecuado las puedes convertir muy peligrosas, vamos

Le ordenó, Clarke puso los ojos en blanco, ¿esa mujer no sabía hacer otra cosa que ordenar? Aunque a su parecer, le acababa de tirar un piropo, que la de por follar cuando su hermana acababa de morir recientemente, eso no lo veía normal, pero parecía que aquello le relajaba un poco, así pues, tampoco le importó mucho a la ojiazul, que tenía que sacar fuerza de voluntad para no mirar a su entrepierna.

Descubrió que tenía razón y buen ojo para los trajes y vestidos. Toda la ropa le quedaba bien y le hacía una figura bonita, incluso ni se reconocía, acostumbrada a verse con ropa de mercadillo a acabar con prendas de Dior, Gucci, Armani, etc. Obviamente le gustaba que Lexa le viera con ello puesto, era quien entendía sobre esos temas tan remilgados. Se encontraba apoyada en el marco de la puerta del probador, observando cómo le quedaba el ultimo vestido que le había dado, era de un azul marino oscuro, ceñido, con mangas cortas y de escote cuadrado, se mordió sensualmente la uña del dedo gordo de la mano, sus ojos verdosos se quedaban con cada detalle de ese vestido y del cuerpo que lo llevaba puesto:

_ Llévate este también

_ Gracias

Dijo la rubia sonriente, mirando el reflejo de la ojiverde, era el último vestido, ya no había nada más que ponerse, como había hecho en las otras ocasiones esperó a que Lexa saliera y la dejara sola, pero en esta ocasión no parecía tener intención de concederla la privacidad. Clarke nunca había tenido problemas con la desnudez, era consciente de que algunos cuantos se la estaría machacando mientras la veían alguna de sus películas. El problema lo encontraba con su forma de mirar, a pesar que su rostro no mostraba ningún atisbo de sentimiento, su mirada lo decía todo, intensa, ardiente y salvaje, la sentía traspasar su piel. ¿qué la pasaba? ¿sería por la curiosidad que sentía por lo que escondía en la entrepierna? El caso es que acabó por quitarse lentamente el vestido, descubriendo esas curvas peligrosas como lo había llamado y la ojiverde no dejaba de deleitarse con su cuerpo, que había quedado en ropa interior y en tacones definiendo mucho más sus hermosas piernas.

Lexa sin cambiar ni un centímetro su expresión, tan impenetrable e indescifrable, agarró el vestido floreado color azul oscuro que le compró el día anterior, haciendo que su piel se le pusiera de gallina ¿A qué estaba jugando? Cuando terminó de ponérselo acercó sus labios a su oído, sin apartar la mirada de su reflejo:

_ Me estaría retorciendo en el otro mundo si viese a mi mujer exhibirse así ante mi hermana

Susurró con amargor, Clarke reaccionó y se giró para encarar a esa mujer tan bipolar y llena de odio, quedando atrapada entre la pared del probador y su cuerpo, que irradiaba calor:

_ Más le dolerá que seas tú quien le tires los tejos a su mujer, Pero ¿qué sabrás tú? Te es más fácil echarme la culpa

Durante unos segundos la impasibilidad de Lexa se tambaleó, compungiendo el rostro, pero enseguida regresó a su gesto indescifrable, aunque su mirada le decía todo, le había dado conde más le dolía, se acercó un poco más, quedando a escasos centímetros:

_ A lo mejor si lo sé

Le dio un pequeño empujón y salió del probador, dejando a una rubia desconcertada. ¿Quién era Lexa Woods? ¿Por qué era así? Y ¿Por qué se había puesto cachonda? Había sido desagradable, sensualmente desagradable ¿eso era posible? Al parecer sí.

No quería mirar los precios y la cantidad de pasta que acababan de invertir en ella, pero resultó imposible evitar escuchar la disparatada cantidad de 1.375 dólares, dándole casi un infarto a la ojiazul y Lexa los pagó como si nada. La dependienta que les cobró era la misma a la que se había follado en la trastienda. Esta coqueta le escribió su número de teléfono en un papelito:

_ Por si te apetece quedar a tomar algo

Lexa se estaba guardando la tarjeta dorada, cuando miró el papelito y con toda la frialdad del mundo pasó de cogerlo:

_ Estoy servida gracias

Agarró las bolsas y se encamino hasta salir de la tienda. Cualquiera juzgaría a Clarke por su pasada profesión o por fingir ser alguien que no es, pero hasta la misma rubia, como mujer se sintió ofendida. Al menos que hubiera tenido la decencia de coger el teléfono y fingir, pero en vez de eso, se la folló en la trastienda y si te he visto no me acuerdo. Como siempre, le acabó saliendo la vena gitana para regañar a esa mujer tan desagradable:

_ Parece mentira que seas mujer, acabas de hacer daño y ni has pestañeado

_ ¿Por no aceptarle el numero?

Clarke la seguía a paso ligero hasta la salida del centro comercial, antes de llegar a las puertas, Clarke le detuvo:

_ Te la has follado, la has utilizado y ni si quiera has tenido la decencia de cogerle el número, aunque sea por gratitud y luego no llamases, ahora mismo se siente como una mierda

_ Coger el numero implica esperanzas, yo no doy esperanzas incluso antes de que se líen conmigo les dejo las cosas claras ni si quiera permito que me besen y a todo esto_ dijo cayendo en la cuenta_ como sabes que me la he follado

_ No es tan difícil de adivinar cuando desaparecisteis durante casi toda una hora

La ojiverde se relamió los labios se le estaban resecando y su paciencia acabando, aunque no tenía por qué defenderse y dar explicaciones lo hizo:

_ Siempre son las mis más reglas, nada de miradas, nada de besos y nada de sentimientos, puramente físico, a veces se repite otras es algo esporádico, nunca miento, si luego se sienten utilizadas deberían haberse negado porque yo no obligo nada a nadie, son ellas las que se dejan utilizar, no me eches toda la culpa_ le tembló el labio_ ahora vamos, mis hijos pueden llegar a ser muy enérgicos y mi madre no está para tanto trote

Clarke se dio por vencida, era estar tratando con un cerdo. ¿No se da cuenta de que algunas mujeres no tienen la suficiente fuerza de voluntad como para resistírsele? O que seguramente piensen que accediendo a abrir sus piernas quedará prendada y cambiará. Muchas mujeres pueden ser así de gilipollas y ella se incluía, solo había que recordar su historia con Bellamy. Desde que le dijo eso último, no dejaba de pensar en una cosa. Antes de llegar a la mansión Woods se atrevió a preguntarlo:

_ ¿Por qué nada de miradas y nada de besos?

_ Es un modo de conectar y ya dejé claro que no quiero sentimientos

A Clarke le pareció lógico, a lo mejor sus escenas con mujeres le resultaba más agradable por los besos, solían ser más sensuales y cálidos. Se vio mirando fijamente los labios de la ojiverde y se preguntó ¿Cómo sería besarlos?:

_ A mí me miras mucho, el noventa por ciento del tiempo noto tu mirada clavada en la mía

_ Puedo ser atrevida y descarada, Clarke_ apartó la mirada de la carretera durante unos segundos_ pero eres la mujer de mi difunta hermana yo si tengo honor en eso

Clarke de nuevo quedó desconcertada, había unas cosas en ocasiones que no la llegaba a comprender. En cuanto estacionó el coche la escuchó maldecir en voz baja:

_ El coche de mi padre_ parecía que no le hacía gracia tener que verse con su padre_ bajamos cogemos a los niños y ponemos pies en polvorosa

Clarke asintió, ¿tan terrible era su padre? Lo descubriría esa noche, ya que no pudieron escaquearse. Gustus quería conocer a su nuera e Indra por evitar discusiones mucho más fuertes convenció a Lexa de que aguantara, aunque sea la cena. También usando el chantaje emocional de la abuela que quiere disfrutar de los nietos.

Complicado lo tuvo la rubia cuando empezaron con las preguntas:

_ ¿Cómo os conocisteis?

_ viajando en el avión_ Clarke estaba peleando con su trozo de carne cuando rectificó_ quiero decir, ambas estábamos viajando y nos conocimos en el vuelo, fue muy amable al concederme su asiento_ más o menos era como se conocieron_ yo prefería estar en el asiento que daba al pasillo_ fingió contener las lágrimas_ desde entonces siempre que viajábamos en avión me dejaba el asiento que daba al pasillo y pensar que eso me salvó la vida

_ Mi pequeña

Dijo con voz quebrada Gustus, Indra tenía la boca tapada, contenía las lágrimas, mientras que Lexa actuaba como si acabara de escuchar un cuento chino. Gustus, se molestó ante ese comportamiento tan pasota, estaban hablando de su hermana, al menos debería de tener la decencia de acompañarles en el sentimiento. Él hombre le dio un empujón haciéndole tambalearse:

_ es de tu hermana de la que estamos hablando engendro, deberías tener un poco más de consideración.

Lexa apretó los puños e iba a contestar con desmesurada violencia, pero escuchó a su madre, que tenía la preocupación en el semblante, solo por ella y por qué no tuviera más disgustos contó hasta tres y se controló. Clarke quedó atónita al escuchar la expresión de su padre, le había llamado engendro, su propio padre le había despreciado. Agradeció que los niños comieran aparte y no escucharan aquello:

_ ser su hermana implica ser tu hija y eso no lo queremos ¿Verdad?

Indra cerró los ojos mientras pensaba una palabra soez. Lexa podía tener carácter, pero tenía algo de lo que carecía su padre, paciencia, y como hombre colérico e impaciente, se levantó sin previo aviso agarró le agarró de la nuca y le dio un fuerte golpe contra el plato, dejándole la cabeza hundida en el puré de su plato. La ojiverde cerró fuertemente los puños y trató de permanecer impasible a la humillación de su padre:

_ Ojalá hubieras muerto tú y no tu hermana

_ Gustus

Dijo Indra alarmada, levantándose e intentando separar a su exmarido de su hija, pero este reaccionó empujándola, haciéndola tambalear y caer al suelo, Clarke se levantó y fue a ayudarla, solo entonces Lexa reaccionó, revolviéndose con el cuchillo en la mano y apuntándole al cuello:

_ Vuelve a tocarla, aunque solo sea un pelo y te enseñaré lo engendro que puedo ser con un cuchillo, te cortaré la piel en tiras

_ Mi única hija a muerto_ dijo Gustus apartándose_ te olvidas que te reconozca como heredera

_ Ni lo quiero

Gustus salió de la casa sin decir nada más. Lexa soltó el cuchillo y fue a socorrer a su madre, que tenía la mano en el pecho:

_ Llame al mayordomo_ ordenó a una de las chicas del servicio_ que la lleve a su habitación

_ estoy bien hija

Trató de tranquilizar mientras le ayudaban a incorporarle. El mayordomo apareció enseguida y entre la chica del servicio la acompañaron a la habitación. Lexa agarró un trapo para limpiarse los restos de comida que tenía por la cara. Clarke se lo quitó de la mano y le ayudó quitando los pringues de su cara:

_ Bienvenida a la familia

Dijo con amargor. La ojiazul limpiaba cada centímetro de su rostro, sus pómulos perfectos, sus labios gruesos, su mentón:

_ Pensaba que no me querías en tu familia

La morena le agarró de la mano, ya llevaba perdida en el azul de sus ojos desde el primer segundo que se acercó:

_ Clarke, soy desconfiada por naturaleza, no te conozco y perdona si me cuesta creer solo en tu palabra de que te casaste con mi hermana

_ Dices que nunca me besarías porque soy la mujer de tu hermana, sin embargo, dudas de que sea la mujer de tu hermana ¿En qué quedamos Lexa Woods?

Lexa se relamió los labios, saboreando la comida:

_ Vas de viuda dolida menos en momentos como este, te mueres porque te bese ¿En qué quedamos Clarke Griffin?

_ En nada_ dijo dando un par de pasos hacia atrás_ quería a tu hermana y lo único que siento por ti es... repulsión_ Clarke siguió rápidamente_ digo por tu forma de ser y no porque seas una_ carraspeó incomoda, Lexa retiró la mirada y el momento de relajación desapareció_ bueno quiero decir no creo que seas un...

_ ¿Engendro? _ bordeó a la rubia para salir del salón_ voy a por los niños, estás en tu casa si tan repulsiva te parezco puedes quedarte aquí

Clarke se arrepintió de haber dicho eso ¿por qué lo dijo? Quizás venganza por cómo se comportó con la dependienta. Aunque visto lo visto, era comprensible que fuera algo ruda, nunca había visto algo así, ni si quiera por parte de sus padrastros, lo único que obtenía de ellos era ignorancia. Lexa no, era humillada por su condición. 

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