oo1. a day in her life

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oo1. ❝ feelin' bossy in my city
'cause i run it like a girl ❞

UN DÍA EN SU VIDA























































📑 ━━━━━━ JULIETA CAMINABA CON FRENESÍ A LO largo de los pasillos llevando entre sus brazos una pila de documentos y carpetas que esperaban por ser revisados en su oficina. Sus pasos iban al ritmo de los latidos de su corazón y en su mente iba repitiéndose ciertas cosas pendientes que tenía por hacer y que no podía olvidar ni siquiera el orden de ellas.

Sí, como quizás sospechan, Julieta Olivares era una trabajólica.

Toda su vida había sido una persona ordenada, responsable y trabajadora, que vivía regida por los propios esquemas que ella misma se había puesto. Trabajaba a base de rutinas, checklists, reglas y propósitos personales. Aquello le abrió muchas puertas ya que todas sus calificaciones siempre habían sido excelentes.

Además, ella amaba el orden y la organización. ¡Qué va! Ella respiraba por eso.

Su país natal Chile era un mundo muy pequeño para alguien con un futuro tan brillante como ella. Sus padres siempre la animaron a estudiar las carreras más grandes que habían: Medicina, Derecho, Administración Pública, entre otros, pero cuál fue su sorpresa cuando vieron que el interés de la chica iba hacia el área de Marketing. Ella quería utilizar su creatividad para posicionar productos y servicios, analizar y establecer políticas de precios para los mismos, investigar segmentos de mercado, establecer canales de distribución, llevar a cabo planes de Marketing según las condiciones de la demanda y mucho más.

En resumen, ella quería vivir organizando cosas.

Como se mencionó anteriormente, Chile era un plano muy reducido para alguien que aspiraba a lo grande y en aquel país el Marketing era visto como algo pequeño, sin gracia, sin ningún campo laboral y como algo que estudiaban, como última opción, aquellos que no habían alcanzado un pintaré suficiente en la prueba de admisión universitaria. Eso no era justo.

Julieta tuvo la suerte de haber sido aceptada en una de las mejores universidades de Londres en referencia al Marketing. Siempre postulaba a becas pero nunca quedaba en nada, pero aquella ocasión la suerte estuvo de su lado e ingresó a estudiar Business Marketing a la City, University of London, así es...En Londres.

¡Ese era su sueño de toda la vida y lo ha ía cumplido!

Sin embargo, no todo fue sencillo.

Vivir sola siempre era un reto, pero hacerlo al otro lado del mundo mucho más. Sus padres lograron arrendar para ella un departamento no muy lejos de su nueva casa de estudios, y cuando llegó el momento de despedirse permanentemente y Julieta se vio sola en esa enorme ciudad...Ahí comenzó a tomarle el verdadero peso a las cosas.

Pero pudo hacerlo. Fácilmente consiguió unos pocos amigos en su mismo programa y su tío George —un inglés que se había casado con su tía chilena, la cuál había fallecido— a veces llegaba a visitarla. No se quedaba con él ya que el hombre era un gran empresario que siempre estaba de viaje y con suerte aparecía en Londres una vez al mes.

En fin, el punto era que ella comenzó a no estar sola y le cogió el completo ritmo a lo que significaba estudiar y vivir en Londres.

Era su sueño después de todo.

El programa de estudios no era muy largo. Tenía 3 años de estudio y el cuarto —si ella elegía tomarlo— le servía para realizar su proyecto de tesis y conseguir alguna permanencia inmediata de trabajo si es que conseguía ser la mejor o mejor dicho si la suerte estaba de su lado. Era una posibilidad que ella veía muy remota pero que al fin y al cabo existía.

Uno de los mayores beneficios de su universidad, el cual adoraba inmensamente, era que en su tercer año podía realizar prácticas, las cuales en resumidas cuentas le permitían estudiar y trabajar a la vez en alguna empresa o en algún lugar en donde pudiera desarrollarse en lo que estaba estudiando y así aprender más en conjunto con tener algo de dinero en su bolsillo.

¡Maravilloso! ¿No? Bueno, se pone mejor.

Como era de esperarse Julieta era la mejor de su clase y no podía negar que eso también le traía algunos beneficios con algunos maestros que la recomendaban a los mejores lugares. Debido a eso, Olivares consiguió trabajo como practicante en la mismísima selección nacional de fútbol de Inglaterra.

¡Qué suerte que era fan del fútbol!

La noticia fue música para sus oídos y cuánto antes comenzó sus días de trabajo en el equipo de Coordinación de Marketing que la selección tenía.

Así se mantuvo por varios meses hasta ahora. El trabajo y el estudio en conjunto eran tarea dura, lo confesaba, pero valía la pena ya que de esa manera y en un lugar así ella se veía cuando terminara su carrera. Era emocionante y de paso conocía a futbolistas famosos.

Volviendo a su contexto actual, Julieta ya veía de cerca su oficina y con un resoplido apartó una mecha de pelo que se le había ido a la cara. El complejo de la selección era grande, tuvo que caminar varios metros hasta su destino.

Hasta que oyó:

—¡Mirenla ahí! Aquí está caballeros, seguimos cubriendo el día de Julieta ¿A dónde nos vamos ahora?

A Olivares le tembló levemente el ojo pero recibió con una sonrisa a Maeve Williams —la encargada de redes sociales de la selección—, la cuál ya había llegado nuevamente a buscarla

¿Por qué? Bueno, a los administrativos y agentes de publicidad se les había ocurrido que era buena idea mostrar a los trabajadores del lugar. Durante toda la semana habían entrevistado a otros en el especial "A day in the life of..." y, sin esperarlo, había llegado el turno de la chilena, en donde la inglesa la había estado siguiendo durante todo el día para que ella contara lo que hacía en su día.

—¡Hola Maeve! —qué suerte que ella era buena para las cámaras—. Bueno, después de nuestra reunión de mercadeo tengo que ir a dejar estas cosas a la oficina y luego pasaremos a ver al equipo ¿Te parece?

—¡Genial! ¡Te seguimos! —la británica siguió a la practicante hasta su oficina grabando cada uno de sus movimientos con su celular. El video acabó hasta que llegaron a su escritorio y Julieta se volteó a despedirse con un pulgar en alto.

Cuando la grabación de esa corta historia de Instagram acabó la morena soltó un agotado suspiro.

—Te adoro Mae, pero que me persigas todo el día con tu teléfono también me agota.

Ella suspiró de la misma manera dejando caer sus brazos a sus costados—Perdón, pero a la administración se le ocurrió que esto era buena idea, la cuál no ha sido mala, de hecho. Eso incluye grabar a nuestra practicante y déjame decirte que la gente te adora.

Sonrió de lado—Lo sé, la gente ama a las almas jóvenes y carismáticas que van a estancar su vida en un trabajo permanentemente.

—Pero tú amas tu trabajo —le dijo mientras la observaba ordenar sus papeles.

La miró deteniéndose un segundo—Exactamente.

Suspiró—Ojalá ser tan organizada y responsable como tú, yo veo papeles con cosas pendientes y me da migraña.

—Bueno, piensa que si te pones a trabajar en ellos ya no estarán para darte migraña —sonrió de lado.

Hizo una mueca—Tiene sentido —terminó de editar el video y lo publicó—. ¿Ya nos vamos? Quiero terminar la nota de hoy sobre ti.

Volvió a suspirar con cansancio—Me has seguido todo el día ¿Aún no es suficiente? Sólo faltó que fueras conmigo al baño.

Rió con fuerza—Estuve a punto.

Tomó su Ipad en una mano y su termo de café en la otra —que eran dos cosas con las que siempre ella andaba— y negó con gracia para luego salir de la oficina—Sígueme, influencer.

—¡Sí! —celebró para sí.

La cobertura de Maeve siguió sobre la chilena, grabándola, hablando sobre sus trabajos y preguntándole cosas que a ella se le ocurrían o cosas que la gente dejaba en la cajita de preguntas de las historias de Instagram. No era chiste que la gente disfrutaba viendo a Julieta. Con el pasar de los años ella se había acreditado bastantes seguidores en dicha red social mostrando su vida, hablando de estilos de vida, de tips de trabajo, entre otros. Literalmente podríamos llamarla una influencer, aunque a ella no le gustaba ese término.

—¿Bien, Juls? —ese era el apodo que los británicos le tenían. No había escuchado el Juli desde que había salido de Chile—. ¿Cómo acaba tu día?

Suspiró—Con la última reunión del día en Coordinación de Marketing pero antes siempre me gusta pasar a ver el entrenamiento de los jugadores; me queda de paso.

La cámara de Maeve apuntó al frente en dónde se veía la cancha del St. George's Park y cómo el grupo de seleccionados nacionales corrían de un lado a otro cumpliendo con sus ejercicios del día.

No estaban a mucha distancia así que cuando más de alguno identificó a Julieta, alzaron sus manos para saludarla. Sí, había creado una relación bastante cercana con los futbolistas; la mayoría le tenía mucho cariño.

—Bueno Julieta, muchas gracias por contarnos sobre tu día hoy —la cámara regresó a ella.

—Ha sido un placer —sonrió.

—Con esto nos despedios de "A day in the life..." Dejen en los comentarios a quién les gustaría ver en el próximo especial ¡Nos vemos mañana! —y cortó la grabación.

Ambas mujeres soltaron un largo suspiro viendo terminada su tarea de influencer por ese día.

—Te lo agradezco, gracias por tenerme paciencia —le dijo la que era dos años mayor mientras editaba el video para publicarlo.

—Tranquila, sabes que en el fondo siempre voy a estar presta para ayudar a redes sociales.

—Insisto, te has vuelto una figura. La gente te adora con sólo ser una practicante y además...¡Adoran tu acento! —la aludida rió.

Por supuesto que Julieta no tuvo problemas con el inglés. Siempre supo hablarlo. Cuando llegó a Londres incluso tomó una prueba de certificación de inglés llamada IELTS la cuál le ayudaría mucho a abrir puertas en sus estudios, sobre todo porque obtuvo el C1, lo que se podría considerar como el nivel nativo. Además, después de tanto tiempo conviviendo con ingleses a ella se le había pegado suavemente el acento británico, el cuál era bastante lindo y era de lo que Maeve hablaba.

—Al menos alguien lo hace —comenzaron a caminar—. Es difícil ser latina en medio de tantos ingleses que imponen su figura. Grealish siempre se ríe de cómo hablo.

Se quejó—Hermana, Grealish no es de esos ingleses que impone autoridad. Además, lo hace de broma, sabes que te adora.

Sonrió—Es verdad. Bien, me voy a mi reunión, no quiero atrasarme.

La reunión de Olviares fue bastante corta; no duró más de 20 minutos. Su jefe —o mas bien quien estaba siendo su mentor durante la práctica— sólo tuvo un par de cosas que mencionarle y otros trabajos que pedir y con eso ella podía terminar su día e irse a casa si quería. Al ser corta la charla, Williams la esperó afuera de la oficina para acompañarla de vuelta a su área de trabajo, pero esta vez sin cámaras de por medio.

—¡Vete a casa, maldita sea! Deberías aprovechar de descansar —le exclamó la de cabello rubio cuando entraron a la pequeña oficina de la chilena.

—Si llego a mi departamento me pondré a procrastinar y no quiero hacerlo. Debo terminar esto para mañana y prefiero hacerlo ahora; aún es temprano —señaló los documentos sobre su escritorio

—Eres insufrible, no puedes ser tan masoquista —las palabras eran duras pero la menor sabía que no venían con intención de insultarla.

Rió—Tranquila, es lo que me gusta hacer. Terminaré en una hora al menos y me iré a casa, pero tú puedes irte ya; no me esperes, tienes que descansar.

—Tú también —la apuntó con el dedo.

—¿A quién estamos mandando a descansar?

Las dos mujeres se voltearon hacia la puerta cuando una tercera voz se les unió. Olivares esbozó una sonrisa al verle.

—Vaya, si es la estrella de Inglaterra —le dijo cómicamente mientras se sentaba en su silla.

Jude Bellingham sonrió desde el marco de la puerta e hizo ingreso completamente a la oficina.

—No ya en serio, ¿A quién estamos mandando a descansar? —continuó el inglés.

—¿A quién crees tú? —dijo Williams molesta apuntando a su amiga—. Llévatela por favor, esta trabajólica no quiere irse.

—Ya te dije que estoy bien, quiero quedarme a terminar eso —les dijo sin mirarles ya que estaba ocupada ordenando los documentos.

—Pero si ya es casi hora de irse —alegó el menor apuntando el reloj de la pared.

—Opcionalmente. Puedo quedarme un rato más si lo deseo. Además, él conserje ya me conoce, casi somos amigos y siempre me espera para abrirme la puerta trasera.

—¿Escuchaste lo que dijiste? Te estás aprovechando del pobre hombre —la regañó Maeve.

—No, ella tiene razón, Alfred la ama —murmuró él inglés.

Maeve guardó silencio con la boca abierta por sorpresa y miró a los dos involucrados repetidas veces sin poder creer lo que había oído.

—Son tal para cual, los odio —los otros dos rieron—. Yo me largo, quiero dormir y me lo merezco —tomó sus cosas y se volteó, no sin antes palmear el hombro del chico dos veces—. Te la dejo, por favor llévatela, que esa loca se vaya a casa.

—Yo sigo aquí —murmuró Julieta sin siquiera mirarles, seguía trabajando.

—Me da igual —se volvió a girar a Bellingham—. Por favor, que se vaya a descansar.

—Haré mi mejor esfuerzo —contestó tratando de no reír mientras veían a la rubia salir.

—Bien ¡Adiós a todos! Nos vemos mañana.

—Nos vemos —contestaron al mismo tiempo y escucharon como la puerta se cerraba.

Cuando estuvieron solos Jude y Julieta se miraron con gracia y rieron suavemente recordando la escena montada por Maeve.

—Ella es la loca pero lo dice por tu bien —le dijo el menor queriendo sentarse en la silla frente a su escritorio.

—Lo sé...¡Eh, eh! —su voz rápida lo detuvo en el acto—. ¿Te duchaste? ¿O sigues sudoroso y apestoso?

Se aguantó la risa—Sí, ya me duché.

Ella suspiró aliviada y le indicó que terminara de sentarse—Adelante...Pero no sé que quieres de mí, tengo que seguir trabajando en esto por al menos una hora más.

—Oye, ¿No puedo venir a saludar a mi amiga sólo porque sí?

¿Cómo rayos una simple humana como Olivares había terminado siendo amiga de el actual mejor futbolista de Inglaterra?

Fácil, eran casi de la misma edad.

La chilena siempre estaba paséandose por los pasillos debido a su labor, y era obvio que en algún momento se iba a topar con los jugadores. A ellos les llamó inmediato la atención que una chica joven estuviera ahí. Les cayó bien casi al instante y podía decir que tenía una relación cercana con casi todos ellos. Para ella ellos eran una novedad —claro, si eran celebridades—, pero ellos también la veían como una persona llamativa. Era muy lista, chistosa, carismática y de otro país. Siempre le hacían preguntas realmente interesados por su cultura y ella amaba hablar de eso.

Con quién más se afiató ella fue con Bellingham. Era un chico casi de su misma edad, con un humor parecido al suyo, con gustos similares a los suyos y más. Casi de inmediato se hicieron amigos y actualmente eran casi inseparables.

Todos lo veían y por supuesto más de alguno allí los molestaba aludiendo a que tenían algo más que una amistad. Sí, me refiero a Jack Grealish.

Pero bueno, eran grandes amigos.

—Quieres que te vaya a dejar ¿Verdad?—soltó la morena de repente deduciendo lo que él chico quería.

Apretó la mandíbula enseñando su fila de blancos dientes—Sí, por favor.

La federación de fútbol inglesa le había prestado un auto para poder desplazarse en su trabajo y ella ya tenía licencia de conducir, cosa que el futbolista no tenía y constantemente estaba recurriendo a su amiga cómo su chófer.

Suspiró—Sabes que sí, pero me iré en un rato y no creo que quieras esperarme.

Ladeó los labios—Si quieres te puedo ayudar.

Se sorprendió—Como se te ocurre, has estado todo el día entrenando, vete a descansar.

—Tú también deberías irte a descansar, también has tenido todo un día de trabajo. Si no te vas, yo tampoco —apoyó sus antebrazos en la mesa mirando los papeles.

—No tienes remedio, Bellingham.

—Ya, mejor pongámonos a trabajar —tomó un resaltador de color verde—. ¿Qué tengo que marcar?

—No, no, no —lo detuvo antes de que rayara algo—. Los destacadores amarillos son para los contratos deportivos.

Rió suavemente negando con la cabeza—Como digas, jefa.

Luego de reír juntos Olivares aceptó que le ayudara con sus cosas para posteriormente irlo a dejar a su casa.

En silencio ambos disfrutaban de la compañía del otro, aunque se vieran por 5 minutos o aunque fuera por 1 hora y completando hojas de trabajo.

Bueno, así eran los días en la vida de Julieta.

Que por favor nadie le diga que esos días están por cambiar.




























































HOLAAAA AAAAAAH PRIMER CAPÍTULO DE ESTA HISTORIA!!!!!

cómo están??? espero que bien !

no saben la emoción que me cargo, por fin subí el primer capítulo que más que nada ha sido para conocer a Julieta. qué opinan de ella? de su vida y trabajo soñados? de su amistad con Jude? ya vamos a ir sabiendo más de todo un poco 😬🤭

bueno, con esto me despido rápidamente ya que volví a clases y tengo mucho que hacer djdjd gracias por leer, les amo, nos vemos a la otra!

nat

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