looking for a muse

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Gyu tenía dificultades con su maquina de coser desde que se le atoró una piedrita brillante en el motor. Todavía tenía que terminar la confección porque su mamá le había pedido que rellenara el escaparate principal de la boutique familiar con un vestido de gala.

Y ese solo fue uno de los problemas.
También estaba el hecho de que Gyu no tenía nada de inspiración para diseñar un atuendo elegante, no sabía qué colores utilizar ni el corte que quería que tuviera. Debía tener un toque de navideño, porque el escaparate seria remodelado un día antes de navidad. Y allí estaba Gyu, perdiendo el tiempo cuando solo le quedaban dos meses.

En su familia todos eran diseñarodes de ropa. Su abuelo había tenido una zapatería de adolescente y, más adelante cuando conoció a su abuela, una mujer de la alta sociedad que solía comprar sus calzados, decidió tomarla como inspiración y empezar a diseñar todo tipo de accesorios.

La marca Choi se consagró como una de las marcas más caras e innovadoras del mercado Coreano. Sus bolsos, cinturones y todo tipo de implementos se agotaban en cada temporada, debido a su calidad y encanto.

Cuando nació su mamá, Choi Wendy, una niña con un talento innato para diseñar vestidos, los abuelos Choi encontraron otra manera de hacer crecer su negocio.

Gyu heredó el talento de su madre y el de sus abuelos, siendo prácticamente una prodigio, pero, puesto que no querían forzarla a trabajar tan joven, le propusieron que a partir de los diecisiete utilizarían sus diseños para la venta de la boutique.

Fue totalmente un éxito, no obstante, un año después, Gyu se encontraba con que quizás había sido un golpe de suerte y en realidad ella no tenía el talento suficiente.

Sus papá Jimin, quien se encargaba de montar las colecciones cada temporada, le dijo que no se sintiera precionada, que él esperaría hasta que ella tuviera lista su pieza.

Pero pasaban los días y seguía en blanco.
Gyu empezaba a entrar en pánico, y en uno de sus intentos fallidos por confeccionar lo que sea terminó dañando su maquina, perdiendo varios metros de tela, y llenando cuatro libretas con ideas descartadas.

En pocas palabras un desastre, ella era un desastre.

Asistir a la escuela también se convirtió en un martirio, llegaba toda ojerosa y con sus rizos despeinados, lo que hacia menos convincente el que ella fuera parte de una de las familias más influyentes en el mundo de la moda en toda Corea.

Sus pantalones ligados a cuadros y sus camisetas la hacían pasar desapercibida, e incluso por temas prácticos se cortó su largo cabello castaño y lleno de ondas por encima de los hombros para no tener que perder tiempo peinándolo.

Y estaban sus zapatillas de deporte blancas que jamás se quitaba porque se las había hecho su abuelito con mucho cariño. No importa cuánto su madre insistió en que se pusiera otra cosa, ella la ignoró por completo.

Habían cosas más importantes que vestirse bien, como por ejemplo vestir al maniquí del escaparate principal.

En medio de la clase de química había empezado a delirar por la falta de sueño, y los apuntes en su libreta dejaron de ser números y se convirtieron en delicados trazos en forma de un bonito corsé.

—Es lindo —murmuró una voz apacible a su lado.

Gyu volteó a ver a su mejor amiga con ojos de cachorrito.

Choi Bin, una chica de proporcionados labios rosados que media por encima del promedio, con una cabellera lacia de color azabache que le llegaba a la cintura, y que Gyu había conocido cuando la pelinegra entro a la boutique a comprar una blusa.

Por supuesto a Gyu le llamó la atención ver que una chica tan bonita no sabía nada de combinar prendas y se ofreció a ayudarla a buscar algo, de esa manera se enteraron de que eran de la misma edad y asistían al mismo colegio.

Gyu también descubrió ese día que los colores de Bin eran el azul y el blanco, porque ella le trasmitía lo mismo que un cielo azul lleno de esponjosas nubes blancas.

Desde entonces Bin le enviaba una foto todas las mañanas para que le diera el visto bueno a su atuendo, y pagaba a Gyu dejándola acurrucarse en su cuello cuando se sentía estresada.

Así surgió la amistad perfecta.

—No es lindo Binnie, es corriente —dijo arrancando la hoja y arrugandola con sus manitas antes de tirarla al tacho de basura.

—Las cosas corrientes también tienen su encanto —respondió la pelinegra colocándose un mechón de cabello tras la oreja.

—Pero esta vez no aplica, necesito que destaque, que brille, que deje a la abuela y a todos con la boca abierta.

—Eso es demasiada presión... —Bin suspiró y vió de reojo al profesor que seguía escribiendo en el pizarron.

—Lo es, sin una pieza principal que llame la atención podríamos perder la inversión de la colección de invierno —se lamentó rascándose la cabeza con desesperación.

Bin la peinó con sus dedos para calmarla, pero Gyu seguía mortificada.

—Quizás solo deba tirarme de un puente —las caricias en su cabeza se convirtieron en un golpe que la hizo gemir bajito—. Ay...

—No digas eso o te golpearé de nuevo.

—Si me golpeas te pellizcare un pezón.

Bin la soltó enseguida para cubrirse sus pechos. Porque Gyu podía ser muy adorable hasta que cumplía sus alocadas amenazas.

—Deberíamos prestar atención a la clase —dijo la pelinegra— vamos a tener examen.

—No puedo prestar atención si mi cerebro sigue tratando de encontrar inspiración —refunfuño la castaña.

—Bien —Bin decidió apoyarla aunque las dos fueran a reprobar el examen por no tomar apuntes— ¿qué fue lo que te inspiró el año pasado?

Gyu no necesitó darle muchas vueltas, estaba fresco en su memoria.

—Estaba en la plaza boceteando algunas cosas cuando un grupo de bailarines colocó musica y empezaron a hacer un freestyle.

—¿Te inspiró su baile?

—Sí, bueno, no... No fue el baile en sí.

—¿Entonces qué fue?

A Gyu le gustaba rememorar el momento en que una chica de cabello rubio toda vestida de negro empezó a moverse. Sus largas piernas ejecutando pasos tan confiados y precisos provocaron en Gyu una sensación indescriptible, su manera de bailar la instó a dibujar un vestido que igualara la fluidez de sus pasos.

Esa chica era como dinamita en medio de la plaza, llamando la atención de todos. Era eso lo que Gyu necesitaba para su diseño.

Pasó un buen rato dibujando y mirando, después de que los bailarines se fueran ella seguía ahí trabajando en perfeccionar el boceto, y cuando lo tuvo se dio cuenta de que la chica ya no estaba, lo cuál la entristeció porque le hubiera gustado enseñarselo.

El vestido fue un éxito al final, a pesar de que jamás la volvió a ver.

En última instancia ya no quiso compartir ese recuerdo con nadie, ni siquiera con Bin.

—No, tienes razón, fue el baile —carraspeo y su amiga hizo una mueca confusa.

Aún así Gyu se dio cuenta de lo que le hacía falta.

Así como su abuelo encontró inspiración en su abuela, ella debía encontrar a su propia musa.

Pero había sido como un rayo que no cae dos veces en el mismo lugar. Podía afirmarlo porque fue varias veces a esa misma plaza y no se la encontró en ninguna ocasión.

—Podrías tomarte un descanso, a veces las cosas llegan sin que la busques —recomendo la mayor.

—Espero que tengas razón porque necesito dormir, no lo he hecho en días.
Bin le acarició los rulos cafés y la dejó recostarse en su mesa.

—Entonces duerme, no dejaré que el profesor se de cuenta.

—Por eso te amo —susurró la castaña entrecerrando sus ojos.

—Recuerda eso la próxima vez que quieras atentar contra mis pechos.

—Jamás —murmuró antes de quedarse dormida.

Algunas aclaraciones

En esta historia los personajes femeninos tienen genitales femeninos. No hay g!p. Estoy cansada de buscar fics de amor lésbico en wattpad y encontrarme chicas con pito sin ser trans o omegaverse ¿?

Esto tanto en fanfics de idols ya mujeres como los femme ver.

Hay cosas que yo de verdad no puedo entender, aunque dejo espacio a que me expliquen por qué ocurre esto.

Probablemente no muchos le den una oportunidad a esta historia precisamente por tratarse de dos mujeres y no de dos hombres. Pero equis, yo estoy amando escribirlo y ni siquiera iba a publicarla, la estaba haciendo por mero placer propio u.u

Si igual alguien se pasa por aquí espero que disfrute esta dulce historia 💖

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