Capítulo 28

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

  Disculpas por tanto retraso a la hora de actualizar, he estado casi 3 semanas en cama, entre migrañas y una contractura cervical, aun no recuperé del todo la movilización, pero al menos los dolores me dan tregua para pensar y poder expresarme, así que sigamos con la historia Cyberpunk.

Kate Fuller estaba en el parking donde había ocurrido los hechos, Clifford también había llegado y estaba en compañía de Fisher, vamos, que fue la última en llegar y lo cierto es que ya se olía lo que la iban a decir "ese desgraciado a secuestrado a otra mujer y a escapado" pero, siendo las horas que eran, había más testigos y en esa ocasión no evitó tanto las cámaras, o se estaba volviendo muy descuidado o estaba siendo demasiado osado:

- ¿Qué ha pasado?

Preguntó Gonzalez mirando directamente a su compañera, aun no se había olvidado del puñetazo que le dio la rubia:

- Ha secuestrado otra mujer con su propio coche.

- ¿Qué ha sido de la última víctima?

Preguntó extrañada Kisa:

- Va con él.

Respondió la ojiazul y sí, todas tenían la cada de desconcierto ¿Por qué haría eso? ¿Es que se había convertido en su cómplice?:

- ¿Cómo? Necesito las grabaciones- torció el gesto- ¿cómo es posible que haya conseguido escapar?

Fuller se acercó a Fisher y Clifford, empezaba a intuir que Kisa estaba a un tris de dejarse llevar por su frustración y cuando eso pasaba, las cosas no terminaban bien:

- Rogaría tener paciencia- pidió entre susurros- cuando entra en ese modo suele ser más gilipollas de lo normal, solo ignórenla ¿sí?

Por primera vez, al verse perseguido y casi atrapado, no regresó a su lugar de comodidad, ni pudo avanzar al siguiente distrito, pues en todas las vías había agentes de policía y de Northcorp, se tuvo que recluir en los antiguos túneles dónde arrastró a la nueva víctima. En más de una ocasión Amicia pudo escapar, sin embargo, estaba tan aterrada que la idea de regresar a las torturas o la muerte, que prefería obedecer siempre y cuando eso le asegurase la supervivencia.

Ató a la otra chica y alterado caminaba de un lado para el otro. La situación que estaba viviendo, hacía que no disfrutase del terror que estaba sintiendo su nueva víctima y eso le frustraba mucho más. Miró a Amicia con enfado:

- Monta en el coche.

Ordenó mientras sacaba su arma. Amicia sin mirar a ninguno obedeció sin decir ni una palabra:

- No, no, por favor- decía suplicante entre llantos la chica a la que había engañado- espera, no te vayas.

Amicia ignoró las suplicas y montó en el vehículo sin mirar atrás en ningún momento. Sentada en la parte del copiloto se agazapó abrazada a sus piernas, sobresaltándose cuando escuchó el disparo. El hombre enseguida regresó junto a Amicia y puso en marcha el vehículo. En el trayecto se le pudo notar nervioso, como si algo no parase de rondarle por la cabeza y cuando estuvo a punto de salir del viejo túnel maldijo en su fuero interior y dio un golpe al volante antes de dar la vuelta y regresar hasta el lugar donde había disparado a su última víctima:

- Ni se te ocurra bajar del coche.

Ordenó a Amicia antes de sacar el arma y bajar del vehículo, pues no estaba seguro si había matado a la chica, su inquietud era certera, pues, cuando llegó al mismo lugar solo encontró un pequeño charco de sangre, pero no a la chica, se pasó la mano por la cabeza mientras maldecía, estaba seguro de que le había disparado en el pecho ¿cómo pudo sobrevivir a una herida de ese calibre?:

- JODER.

Se puso de cuclillas junto al charco de sangre e intentó pensar, solo era cuestión de días e incluso de horas que las autoridades diesen con él, solo quedaba un cabo suelto, un lastre en una situación así. Miró al vehículo y el movimiento que había en la parte del asiento del copiloto. Sacó el cargador de su arma y contó las balas que le quedaban antes de volver a cargar el arma. Se puso de pie y regresó al vehículo, posó una mano sobre el volante y lo golpeó con el dedo pulgar como si fuese un tic nervioso:

- Mírame- Le ordenó a la chica. Amicia contuvo las ganas de llorar y lo miró, siempre evitando sus ojos- no, así no, mírame a los ojos.

- Por favor...

Comenzó a suplicar la chica:

- Mírame a los ojos, Amicia.

Ya estaba, Alicia supo que ese sería su fin y que entregar la vida de la pobre chica había sido en mano, moriría de igual forma. Poco a poco fue alzando la mirada hasta mirar sus ojos, por primera vez descubriría de que color eran, oscuros, pero más que el color, era lo que transmitían, frialdad, era como mirar directamente a la maldad en toda su pureza, helando por completo la sangre de Amicia. Él la miró, la miró durante un buen rato, como si estuviera teniendo un debate interno:

- Nuestro viaje ha terminado, soy consciente de que poco puedo durar en libertad y antes muerto que picando piedras en otro planeta.

Dijo poniendo el vehículo en marchar y saliendo de nuevo de aquel túnel.

La chica herida consiguió salir, nunca había creído en nada y en momentos como ese sí, se le ocurrió rezar, suplicar a la intervención divina para sobrevivir y aferrarse a la vida tanto como pudiese, en cuando salió a la calle rápido la encontraron y la llevaron al primer centro de trauma más cercano. En cuanto Raven Reyes supo de la aparición de la última víctima hizo una triangulación en la zona en que fue hallada y mandó las coordenadas a Kisa, que enseguida movilizó a todo el mundo, tanto los de un sector como los de otro:

- No quiero que ese hijo de puta se escape otro día- les dijo tanto a Fuller como a Clifford- hoy será mío.

Fuller apartó a la exaltada Kisa y trató de tranquilizarla, pues aun no estaba segura hasta que punto sería capaz de aplicar la justicia por su mano:

- Recuerda que el sospechoso no está solo.

- ¿Tienes miedo de que sea de gatillo fácil?

Preguntó Kisa mirando fijamente a los ojos claros de Kate:

- Ya has dejado claro en más de una ocasión que no dudarías en cargártelo.

- Le metería una bala entre ceja y ceja- dijo dando un suave golpecito en la frente de Kate con su dedo índice- pero intuyo que me daría problemas contigo y no estoy de ánimos para aguantar tus quejas.

Kate alzó las cejas y curvó la comisura de los labios con ironía:

- Lo llamas quejas.

Kisa apretó los músculos de su expresión:

- Este será nuestro último caso juntas- Kate la miró sin comprender- pediré que me devuelvan a mi antiguo puesto.

Esperaba ver un resquicio de alegría por parte de Kate, después de todo, era una sucia corpo ¿no? Sin embargo, para sorpresa de Kisa, su compañera, pareció reaccionar con molestia:

- ¿tanto malestar te da aguantarme?

Preguntó con irritabilidad la chica de pelo caoba. Kisa frunció el ceño:

- No, al contrario, eres la primera persona en mucho tiempo que me generas interés, pero tengo cosas que hacer- por unos segundos hizo el amago de alzar la mano para acariciarla, pero se quedó a medio camino- quizás, algún día regrese.

Aunque ese "quizás algún día" sonó poco convincente.

El destino de Amicia, sorprendentemente no fue una cuneta, no fue un disparo en una cloaca, ni medio muerta en un coche abandonado en un descampado. Su captor, cumpliría su palabra, estacionó cerca de una estación y la miró con seriedad:

- Eres la única con la que he pasado más tiempo del debido, debería matarte- se sinceró- pero te he cogido algo de estima, te dije que te dejaría marchar, baja del coche- tampoco es que fuese un gesto de bondad antes de iniciar su ultima guerra, seguía siendo un sádico- solo espero que nunca me olvides, porque yo no te olvidaré.

- ¿de verdad puedo marcharme?

Preguntó insegura, como intentando averiguar si era una trampa y en su juego enfermizo la quisiera engañar:

- No hagas que lo repita, largo del coche.

La dijo en esta ocasión menos amigable. La chica no habló más, salió del vehículo y corrió como alma que llevaba el diablo para alejarse de ese monstruo que la había mantenido cautiva por días, que la había torturado y abusado de todas las maneras posibles, tanto físicas como psicológicamente y de alguna forma, tendría razón, le sería imposible olvidarlo.

Él seguía dentro de las coordenadas facilitadas por Reyes y de cierta forma, el siguiente paso que hizo fue hasta una tienda de manera intencionada, sabiendo que en cuestión de minutos se vería rodeado por las autoridades. Las primeras en acudir fueron Kate y Kisa, Clifford quería haber acudido, pero tenía una morena al lado recordándola que aún estaba recuperándose de otro disparo.

Había pedido a la clientela que saliese de la pequeña tienda, quedándose solo con una dependienta, cerró todas las entradas, una delantera y la de servicio, tratando de colocarse en un punto donde podía ver ambas puertas, usando a la chica como escudo para evitar tiradores y la idea principal era desactivar las cámaras, pero luego pensó que quería un final apoteósico y que fuese grabado:

- ¿Sabes lo curioso de este mundo? - le susurró al oído mientras la apuntaba con el arma en la sien y miraba las sirenas a través de las cristaleras- con el paso de los años nadie ser acordará de Rose, Margaret, Hanna, Amicia y mi larga lista, todos se acordarán de mí.

- Eres un loco psicópata.

Dijo la chica con un hilo de voz y pareció molestar a su captor, pues la zarandeó y apretó más fuerte el cañón de la pistola en su sien:

- Los psicópatas no sienten una puta mierda, preciosa, yo sí que siento, el problema es el mundo que no me comprende, cuando huelo vuestro miedo- de manera enfermiza olió el cabello de la dependienta- hay algo en mi que despierta y no puedo controlar.

Kate y Kisa se reunieron con los agentes, tanto de policía como los de NorthCorp. En situaciones como esa Fuller esperaba a los agentes especializados en mediar con secuestradores, pero Gonzalez no iba a esperar a nadie:

- Kate, trata de entretenerlo- dijo dándole un megáfono- yo y unos cuantos iremos por atrás.

- No puedes hacer eso- le replicó Kate- oye, tiene una rehén no puedes ir en plan Kamikazee.

Kisa agarró la mano de Kate y le obligó a que agarrase el megáfono:

- Este individuo ha estado evadiendo por meses las cámaras, siempre ha secuestrado en lugares abiertos, sitios en los que puede escapar con facilidad- la explicó- de un momento a otro ¿se mete en una ratonera? No, él ya sabe cómo va a acabar esto, no va a soltar a esta chica por mucho que le ofrezcáis el mundo de yupi.

Kate soltó el megáfono y negó con la cabeza:

- No, en ese caso seré yo quien entre por atrás.

- ¿no confías en mí?

- Ya me dejaste claro que tu intención es matarlo si se te presenta la oportunidad, quiero atraparlo y quiero que pague como debe ser.

Kisa negó con la cabeza:

- Confías demasiado en el sistema.

- Y tú desconfías demasiado.

- Llegará el día en que te cuente por qué- hizo un gesto con la mano como cediendo el paso- procura que no te pegue un tiro.

Kate alzó una ceja:

- Procura tú de cubrirme las espaldas- hizo un gesto sus compañeros, ya que tampoco confiaba en los de NorthCorp- vamos chicos.

Un agente de Northcorp se acercó a Kisa, tal y como ocurrió la tarde en que Raven las dejó encerradas en el ascensor, se dio cuenta de lo "suave" que se volvía González al lado de Kate:

- Esa poli te mueve el piso, González.

- El mismo que te comerás si vuelves a comentar algo por el estilo.

Le dijo entre dientes antes de encender el megáfono ¿qué podía decirle a ese desgraciado? ¿Cómo hacer de mediadora? "Intentó" pensar de manera empatica, porque sí actuaba como estaba pensando lo más posible es que consiguiese que él matase a la chica secuestrada:

- Me llamo Kisa González, agente de NorthCorp ¿por qué no sueltas a esa chica y sales para que podamos hablar?

- TENGO UNA IDEA MEJOR- gritó desde dentro- ¿PORQUÉ NO VIENES TÚ?

- No tiene porque salir herido nadie, si te entregas ahora podemos llegar a un acuerdo.

- NO HAY ACUERDOS CON NORTHCORP.

Kisa se acercó el megáfono a los labios y por unos segundos su mente la traslado a la noche en el que su madre fue asesinada como un perro callejero. Salió detrás del coche que usaba como cubierta y se expuso en la mira del secuestrador, con una mano en el megáfono y la otra en el agarre del arma que estaba enfundada en la parte de atrás de su espalda baja:

- Inténtalo ¿por qué no hacemos un intercambio? Cógeme a mí, yo valgo más que esa muchacha que usas como escudo.

Fuller y su equipo ya se habían posicionado junto a la parte de la puerta de servicio cuando escucharon el trato que le hizo, Kate frunció el ceño y miró al que tenía al lado:

- Está loca.

Le susurró:

- ¿TE CREES QUE ME CHUPO EL DEDO?

- Voy a entrar- dijo con decisión la morena- tan solo para hablar mejor.

- APRETARÉ EL GATILLO SI INTENTAS HACER ALGO RARO.

Kisa dejó junto a la entrada el megáfono y alzó ambas manos. El hombre empujó a la dependienta del local hasta la entrada e hizo que abriese la puerta y con rapidez volvió al mismo sitio usando a la chica como escudo. González entró al local:

- quédate ahí- ordenó el hombre- no des ni un paso más, la otra no está contigo- se refirió a Fuller- intuyo que intentará entrar por la puerta de atrás- Alzó la voz- DESDE AQUÍ PUEDO MATARTE ¿ME OYES PELIRROJA?

- estás buscando que te maten- dijo Kisa entre dientes- pero te aseguro que si te atreves aunque sea apuntar a mi compañera- el secuestrador rio entre dientes, pareció que dio donde más le dolía a esa corpo- me encargaré de que vivas el resto de tus días postrado en una cama suplicando que acaben con tu insulsa vida.

El hombre rio entre dientes y agarró del pelo de su prisionera:

- Tienes las de perder desde ahí, zorra.

Kisa alzó una ceja:

- Soy una "sucia corpo"- dijo con ironía- ¿crees que me importa una puta mierda la vida de esta chica? - señaló al hombre- estoy aquí por ti.

Un fuerte golpe sonó en la parte de atrás y los agentes de policía en compañía de Fuller. El hombre tal y como había avisado dispararía a esa dirección, solo le dio tiempo a un disparo, el tiempo que tardó Kisa en desenfundar su arma y reventarle la mano. La chica que estaba en medio del tiroteo se tiró al suelo y se agazapó en un intento de cubrirse. El se cuestrador emitió un gruñido de dolor y se acercó el brazo ensangrentado al pecho, le había reventado varios dedos y lejos de parar, Kisa le disparó dos veces más, uno en cada rodilla, asegurándose de que no volviera a andar, antes de asomarse y ver que nadie, o mejor dicho, que Kate estuviese bien:

- Kate- dijo Kisa con respiración acelerada al ver sus pies detrás de una de las estanterías- Fuller ¿estás bien?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro