Isabella

__Disculpe...es que mi amiga quiso traer una carta a su...¡novio!...pero ya nos vamos.

__Por todo los problemas de esta mañana no diré nada al director, pero conocen las reglas de este instituto.

__Sí, muchas gracias__expresa Lucía y ambas nos retiramos del lugar.

__¿Cómo se te ocurre decir que soy la novia de Santiago?

__Lo siento Lucía, fue lo primero que se me vino a la mente.

__Tenemos que encontrarlo y ayudarlo antes de que le ocurra algo malo.

__Le acabo de enviar mensajes pero no le llegan, también lo llamo pero no contesta.

__Vayamos por mi laptop, para poder rastrear su celular.

__Esperemos que aún no hayan cerrado tu cuarto.

Y rápidamente comenzamos a caminar para poder llegar a tiempo.

°°°

__Aquí está, sólo debemos hacer la operación lo antes posible.

__Ya todos están en el comedor, pero si nos dirigimos en este momento seremos castigadas.

__Vayamos abajo para rastrear el teléfono, luego vemos si podemos comer algunas sobras a escondidas. Otro castigo con tanto misterio sólo nos perjudicaría.

__Sí, estoy de acuerdo, vayamos.

__Espero que esté bien.

__No comprendo por qué no nos dijo nada de la amenaza, es obvio que corríamos peligro, pero tal vez si nos hubiese dicho, estaríamos alertados.

__Lo sé Lucía, pero ya es tarde para buscar culpables...solo debemos hallarlo.

__Este sitio está bien__comenta ella ubicándose en una banqueta por la galería.

__¿Pudiste?

__Sí, ya con el número de teléfono de Santiago, el sistema ha comenzado su operación...solo espero que tenga consigo su teléfono y que el chip esté dentro del artefacto.

__Esperemos que sí.

__"Datos encontrados" según esto, se encuentra aquí, cerca del depósito de papeles.

__Vayamos ahora—contesta ella.

Y ambas, sin pensarlo mucho, rápidamente nos dirigimos hacia el lugar.

__Después de esta escalera es...pero ¿estará adentro? Este sitio es privado.

Y cuando piso el último escalón, veo a mi derecha por un pasillo, tan solo a centímetros de la puerta tan deseada, a Santiago apoyado sobre el piso maniatado con sogas.

__Santiato, Santiago.

__Está inconsciente...su corazón late...tráeme alcohol por favor.

Lucía corrió para encontrar uno de los tantos botiquines situados en las paredes, tomó lo que pedí y un algodón y vino nuevamente con cierta velocidad.
Derramé poco líquido en el material, y con mucho cuidado, apoyando cerca de su nariz, esperaba que despertara.
Luego de algunos segundos, abrió los ojos bastante confundido, como si no reconociera nada...se lo sentía con congestionado por el frío y la tierra, que al parecer lo acompañaron toda la noche.

__Santiago ¿estás bien? Debemos llevarte a la enfermería.

__No, no, estoy bien Lucía...solo tengo mucho frío...y me duele un poco el cuerpo por estas sogas y la incomodidad de dormir en el piso.

__¿Qué ocurrió?__ pregunto mientras poco a poco voy desatándolo.