Heinz

Ignoro a Noah y me alejo. No puedo contar ninguna verdad, aún sigo siendo el títere de Bruno y antes de hacer cualquier cosa, debo preguntarle. Se ha portado pésimo, pero aún así no puedo dejar que se haga daño, todo sigue igual.

—¿Bruno? —digo cuando lo encuentro cubierto por las sábanas de su habitación —es temprano ¿Qué haces en la cama?

—¡Cállate, déjame en paz...!

Oigo sus llantos y me siento a un costado del colchón.

—¿Por qué estás llorando? —lo miro preocupado —¿Qué pasó?

—Nada... Déjame sólo...

—Vale... —suspiro y agarro el acolchado para que se cubra también con este —te resfriarás... —me levanto y camino hasta la puerta —¿Apago la luz?

—Sí...

Aprieto el botón y salgo del cuarto. A la mañana, me levanto temprano y sigue en el cuarto, camino hasta papá que me hace una señal.

—¿Tú sabes que le pasa a tu hermano?

Bufo.

—Es la primera vez que no lo sé...

—Pues averígualo, antes de que tu madre me asesiné —bromea.

Asiento y agarro mis cosas para irme a la escuela. Mientras avanzo por los pasillos de la institución, me sobresalto cuando Tyrone me bloquea el pasó. Frunzo el ceño cuando se fija que no haya nadie viendo.

—¿Qué te sucede?

—Tú y yo tenemos una conversación pendiente —exclama sonriente y quedo confundido.

¿De qué habla? ¿será qué se refiere a el incidente con el cuchillo? Quizás quiera golpearme por lo que Bruno le hizo a Noah, es lo único que llegue a ver. Mi hermano me trae más problemas desde que usa mi identidad con esos lentes de contacto, quizás debería esconderselos.

Dejo de pensar tanto cuando Tyrone me empuja contra la pared y se arrima a mi cuerpo, acercando su rostro al mío.

Okey, eso no lo vi venir ¡¿Pero qué rayos estuvo haciendo Bruno con mi identidad?!