133. Lo hiciste adrede

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Noah

Visualizo a Heinz y corro hasta él. Levanta una ceja cuando me ve y ese bello azul me mira arriba abajo cuando me detengo cerca, a una distancia razonable para que no me estalle el corazón, de lo acelerado que está.

—Hola... —digo tímido.

Se acerca a mi rostro, me sobresalto cuando siento su respiración.

—Hoy estás extremadamente adorable —opina en mi oído y creo que me he puesto completamente rojo —¿Así cómo me puedo contener? Me lo haces a propósito...

Me alejo, tengo calor. Me toco los cachetes y miro al suelo.

—No es cierto...

Se ríe.

—Tranquilo, no voy a comerte —mueve las cejas —aún.

—Siento un déjà vu —opino.

—Sí, porque ya hemos tenido estas conversaciones —sonríe y levanta un dedo —aunque en ese momento no sabía que eras Noah.

Bajo la cabeza, avergonzado.

—Perdón...

—Ya pasó... —me agarra la mano y me sobresalto —vamos —lo sigo.

Nuestros dedos están entrelazados, ¡Que nervios!

Pero... Sonrío, cuando estoy con Heinz, me siento seguro y feliz. Estoy seguro, esto es amor.

Rato después el profesor llama a Heinz, para que sea el próximo en jugar y yo me quedo a un costado mirándolo.

—Mejor en vivo y en directo que en una simple foto —se me eriza la piel cuando noto aquella mano tocando un mechón de la peluca rubia.

Me giro rápidamente y él bloquea mi pasó, agarrándose del enrejado. Estoy acorralado.

—Tyrone... —trago saliva y titubeo —El... El curso B tie... Tiene partido del otro lado del club...

—Lo sé... —se acerca a mi boca y me sobresalto. Agarra mi barbilla y me levanta el rostro —pero ahora sólo vamos a jugar tú y yo...

—Déjame —forcejeo.

—Muevete —me agarra del brazo y me hace caminar.

—¡Sueltame! ¿A dónde vamos? ¿Qué harás? —digo angustiado.

—Lo que te estás imaginando —se ríe y mi pavor va en aumento.

Miro a todos lados, pero no veo a nadie que pueda ayudarme. Llegamos hasta una especie de almacén, dónde se guardan los objetos deportivos, me tira sobre una colchoneta y cierra la puerta, aunque sin ponerle la traba. Eso sería ventajoso para mí para lograr escapar, pero realmente es algo sospechoso.

—¿Qué planeas...? —pregunto nervioso y me sobresalto cuando oigo el cierre de su pantalón abrirse. Trago saliva, agitandome —es... Espera...

Se gira y visualizo su sonrisa.

—Deja de lloriquear Nenaza, sabía que tarde o temprano iba a pasar —pasa su mano por su cabello mientras se acerca y cuando intento pararme, empuja otra vez sobre la colchoneta —adivinaré, por la cara que pones, Eglesfield no te ha atendido todavía —se sube sobre mí —no te preocupes Nenaza, seré gentil —se lo piensa —o al menos los primeros segundos —aprisiona mis manos cuando intento levantarme nuevamente —quedate quieto, si te resistes será peor para ti —amenaza y acerca su rostro a mi cuello, comenzando a chuponearlo.

—¡¡No!! —forcejeo y lloro.

Oigo la puerta abrirse y me petrifico, pero no por quién nos ve, sino porque Tyrone no parece sorprendido.

Sonríe con satisfacción y observa al morocho.

—Hola Copito, ¿Te molesta? Estamos ocupados.

Me doy cuenta enseguida, lo hizo adrede, sabía que Bruno vendría hacia aquí. Que macabro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro