Adelaine

Una bella escenografía se forma en medio de la fiesta, cuando obvio la hermana de Noah, le pega con un bate al castaño sexy.

Tengo curiosidad así que lo sigo al ver que se retira. Visualizo que guarda su celular y vuelve a observar ese libro que parece que lo tiene obsesionado.

—Dan —lo llamo y se gira.

—¿Qué?

Sonrío.

—Hablemos.

—¿Y de qué podría hablar yo contigo?

—De lo que hiciste ahí, quizás.

Se ríe.

—Buen espectáculo, pero la función ya terminó, saque boletos para la próxima.

Camino hasta él de manera seductora y toco su mano herida, entonces me acerco hasta su rostro, dónde tiene el golpe.

—Terminarás muerto con tantas acciones precipitadas.

—Realmente están calculadas para que ocurran esos sucesos, esperar para ver la reacción de la gente ante mi actitud es muy divertido, así que la equivocada eres tú —me explica.

—Mm entiendo, se nota que sabes divertirte ¿No me compartes un poco de tu diversión? —me muerdo el labio inferior.

—Como dije, la función se acabo —se gira pero antes de que pueda continuar su camino le arrebato su libro.

Toda la serenidad de su rostro se ha ido muy lejos.

—Yo puedo empezarla —saco mi encendedor, lo presiono, entonces las llamas comienzan a quemar el papel —¡Ups! —exclamo a modo de burla y luego de reírme dejando destruido el libro, tiro este al suelo como si fuera basura.

Él baja la vista hacia el fuego que ya se está extinguiendo y queda perdido en sus pensamientos mientras observa lo que acabo de hacer.

—Quemaste la única emoción humana que me quedaba —me mira, se me acerca pero no retrocedo, me agarra de la cintura acercándose hasta mí cuerpo —gracias —me besa y le correspondo de una manera desenfrenada.

Mientras nuestras bocas disfrutan y me empuja contra la pared, el buen ambiente pasional se acaba cuando su celular vuelve a sonar. Me muerde el labio cuando lo freno para no atender y termina por lamer mi sangre mientras observa su teléfono. No dice más nada y se retira.

Maldito estúpido, me dejó con las ganas. Limpio mi sangre y camino por los pasillos. Visualizo al pelirrojo y sonrío.

—Oh pero que tenemos aquí, un verdadero macho, ya te estaba extrañando, Emma.

Levanta una ceja.

—Tú eres... —se lo piensa —¡Ah cierto! Adelaine —sonríe.

—¿Ni una reacción al verme? —muevo mi cabello —que malo, después ese buen momento juntos ¿Acaso no te parezco linda?

—Eres una mujer muy bonita —expresa calmado.

—Policía arresteme —exclamo viendo su disfraz y uno mis manos en un gesto de tener una fingidas esposas  —he sido una diablilla muy mala.

—Quizás otro día —se ríe —me tengo que ir, llegó tarde a mi propia fiesta.

Camino hasta él y me agarro de su brazo.

—Es que no ves que estoy muy interesada en ti —expreso con sinceridad.

Luego de haber sido rechazada la otra vez, me movió toda la estantería con su actitud y debo admitirlo me gusta mucho este pelirrojo.

Pueden lloverme pretendientes, pero me interesan más los que me rechazan. Debo ser masoquista como Linzy.