179. No es gratis

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Tyrone

Respiro en profundidad, comienzo a despertar y abro los ojos lentamente. Quedo tildado visualizando a Bruno, dormido a mi costado.

—¿Copito?

Me inclino despacio y observo el cuarto recordando anoche. Yo intentando evitar estas situaciones y termino aquí. Estúpido tenía que ser.

Me levanto de la cama, miro mi cremallera y me la subo.

<<No amigo, no es tiempo>>

Dejo de pensar y salgo de la habitación, cierro lentamente la puerta, tan sutil que no parezco yo mismo. Agarro las llaves del llavero, abro y vuelvo a ponerlas dónde están.

—¿Huyes como fugitivo? —oigo la voz de Heinz que se nota con puro odio.

Sonrío.

—Lo normal —contesto y me retiro de allí rápidamente.

Ya he estado demasiado tiempo fuera de casa. Cruzo la calle, doy unos pasos más y uso mis llaves, para así abrir mi puerta. Al entrar me quedo tieso visualizando a mi padre venir por el pasillo y trago saliva.

—¿De dónde has venido? No creo que te hayas levantado temprano —opina.

—Te dije que iba a una cena —bajo la vista.

Frunce el ceño.

—¿Las cenas tardan toda una noche?

—Gregor me invito unas cervezas y no pude decirle que no —mantengo la vista en el suelo pero la levanto cuando noto que se acerca.

—Cuando vayas a mentir, asegúrate de ser más realista ¿o crees que no sé lo que haces? —entrecierra los ojos —te di mi entera confianza y la destruiste de nuevo.

Eso dolió.

—No es cierto yo...

—Te estoy hablando Tyrone, no bajes la vista —aclara cuando no sé que decirle —. El señor Anics no me mentiría —nombra a su socio y padre adoptivo de Gregor —así que es evidente que tú lo estás haciendo.

—No sé de que hablas.

—Gregor estuvo con su novia —me cuenta y mi mandíbula se tensa.

Maldita seas, Gregor y tu amorcito con Lía ¿No pudieron haber salido otro día?

—¿Dije Gregor? Quise decir Dan —me rasco la cabeza —él es el de los cupones.

—Sigue mintiendo, puedo oír todas tus mentiras, no tengo problema en esperar a que me digas la verdad —se cruza de brazos.

Frunzo el ceño.

—¿Cual verdad?

—La que estuvimos juntos —oigo a Adelaine salir de un cuarto y yo levanto una ceja.

—Últimamente deja mucho que desear tu actitud —opina mi padre y ella se ríe.

—Por un bien mayor, por el recuerdo de mis padres y por al buen camino al que vamos a ir, juro que no volverá a suceder —junta sus manos —amen.

Pienso que no le creyó.

—Más te vale, porque la estancia en mi casa, sabes que no es gratis —se gira y se retira.

Cuando me aseguro que se ahí por completo, miro a Adelaine con desconfianza.

—Calculo que tu ayuda, tampoco es gratis.

Ella sonríe.

—Tus cálculos son correctos, necesito un favor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro