Emmanuel

La concentración es importante, miras fijo al objetivo y cuando vas cambiar la ficha es entonces cuando te preparas para el siguiente movimiento.

—¡¡No!! —grito mirando el campeonato de ajedrez en mi televisor —¡¡No, así no!! —me levanto del sillón y niego con la cabeza —este chico nunca ganará un premio, pobre —vuelvo a sentarme cuando oigo el sonido de mi celular. Sonrío cuando atiendo —te comunicaste con el celular de Emma, hoy tienes suerte porque tengo batería.

Espero contestación pero no oigo ninguna, miro el número y es desconocido.

—¿Hola? —hago una pausa y luego aclaro —juro que no era un contestador de verdad.

—Ay me equivoque de número... —oigo un tono bajo del otro lado de la línea —¿Con quién hablo? —su voz se oye como desordenada pero la reconozco.

—¿Adelaine?

—Sí, soy yo ¿Quién es?

Me río.

—Se supone que tú me llamaste ¿Estás borracha?

—¡¡Estoy en una fiesta!! —chilla y parece que varios le siguen la corriente gritando también —¡Ay! Me caí...

Oigo risas y música.

—¿Estás bien?

—¿Quién? ¿Yo? ¡Ah sí, yo! Estoy... No sé... Estoy ebria ¿eso cuenta? Ja, ja, ja... ¡Hey! ¡¿Dónde tocas imbécil?! No ves que estoy hablando con mi novio.

—¿Hola? —expreso confundido.

—Ya que estamos hablando... ¿Por qué no vienes a jugar?

—¿Con quién estás? —pregunto con preocupación.

—Con un montón de gente que grita... Un segundo ¿Cómo se hace esto? —oigo sonido de botones —¿Se corto la comunicación? ¿Hola?

De repente, recibo un mensaje un mensaje con la dirección.

—¿Estás vivo? —insiste —ay, esto se murió —corta.

No lo pienso mucho, me levanto del sillón, le aviso a mi abuela que saldré un rato y me voy hasta allí rápidamente.