Lía

Nerviosa, María agarra el muñequito qué se le cayó y lo vuelve a poner en el mostrador.

—Noah... Yo...

Camino hasta ella, le pongo la flor en el cabello y le sonrío.

—No he podido dejar de pensar en ti —creo qué exagero mi actuación —¡María! —la abrazo y se sobresalta —¡Se mi novia, ya no puedo vivir ocultando lo que siento! —aumento la voz.

—Noah... ¿Hablas en serio?

La agarro del rostro.

—Nunca he hablado más en serio —que mentirosa que soy.

—¿De verdad? —insiste aún.

—Te lo demostraré...

Si no funciona, me suicido. Piénsalo, esto es por tu hermano, todo por Noah. Es hora de sacrificar mi boca. Cierro los ojos con fuerza, la beso y me separo rápido.

—¿Y bien? —bufo —¿Ahora me crees...? —pregunto expectante y nerviosa.

—Sí, seré tú novia —se agarra los cachetes sonrojada.

Sonrío ampliamente.

—Genial —veo un kit dental de dragón ball y le digo al vendedor —¡Me lo compro! —vuelvo a mirar a María —¡Ahora vuelvo! —corro al baño.

Cuando llego, abro la canilla del lavabo y me tiro mucho dentífrico por toda mi boca. Agarro el cepillo de dientes y me lo meto hasta el fondo. Hago gárgaras con el vaso de agua y escupo.

—Oh mi feminidad está herida... —hago un melodrama de esto —sé qué no tengo mucha ¡Pero está herida! —levanto los puños —¡Me vengaré, Tyrone! —me tiro un vaso de agua en la cara —¡Juro qué me vengaré! —entonces río cómo psicópata.

Salgo del baño, toda arregladita y felíz.

—¿Nos vamos? —le digo a María y ella me mira raro —¿Qué?

—¿Estabas en el baño de chicas?

Quedo tildada y luego la hago caminar, evitando el tema.

—No, te lo estás imaginando... —río nerviosa —Tengamos otra cita...

—Vale, porque tienes que pagar la flor de Sakura —se señala el cabello sonriente.

Me creyó pero mi billetera llora. Esto es por Noah, por mi hermano... ¡Debo resistir!