Lía

Voy a la azotea como me dijo Gregor, al llegar visualizo a Noah lloriqueando y a dos idiotas peleándose.

—Haz algo... —dice mi hermano estando preocupado —por favor... —suplica.

Me quedo pensativa, ideando un plan, hasta que veo un balde lleno de agua y sonrío.

—Lo siento señor conserje, pero voy a usar su detergente —expreso animada y tiro el agua en dirección hacia esos dos que terminan por resbalarse —¡Auch! Eso debió doler —me río y miro a Noah —¡En sus traseros! —me burlo.

—Que mala... —dice en voz baja y luego corre hasta el de ojos azules, yendo a ayudarlo.

Yo me acerco a Tyrone.

—¿Me buscabas? —exclamo altanera —¡Ya vine!

Se levanta irradiando odio.

—¡Nenaza, como te atreves a tirarme detergente!

—Es qué estás muy sucio... Pero creo que me equivoqué, tu cerebro no se limpiará con eso, necesitamos algo más fuerte —levanto el puño —¡Usaremos lavandina! —hago un grito de guerra —¡Sí, eso servirá!

—¡¿Te burlas de mí?! —se enfada más y así es como cae en mi trampa.

—¡Adiós! —salgo corriendo y espero que me siga.

En un momento se detiene, mirando a Heinz y Noah, pero al otro reacciona y vuelve a seguirme.

—¡Regresa aquí, nenaza! —amenaza —¡Me las pagarás, esta vez no sólo te haré beber el agua del retrete! —aumenta la voz mientras yo sigo corriendo —¡Yo no me olvido de nada! —grita.

Cierto, le di un codazo esa vez.