Lía

Me encuentro con Noah y Heinz que distraen mi huída, lo que hace que Tyrone me alcance y llegue hasta dónde estamos.

Da un paso al frente y yo retrocedo. El chico de ojos azules se pone en medio y mi hermano a mi lado, me agarra del brazo.

—Dime qué no voy a morir...

—Tengo todo controlado —le sonrío con lo que parece suma confianza, aunque en realidad con lo que pasó, el nuevo amiguito de Noah, me viene perfecto para no seguir corriendo.

—Aparta, retrasado —le dice Tyrone a Heinz.

—¿Por qué no dejas de amenazar a las personas y te largas? —le responde irritado.

—No te metas en dónde no te llaman, imbécil —me señala —¡Esa nenaza debe pagar las consecuencias de sus actos! —irradia demasiada ira y presiona su puño —muy caro... —exclama con notable odio.

—Baja tu enojo, Tyrone. Los problemas no se arreglan a los golpes —Heinz intenta mantenerse calmado, aunque hay una extraña tensión entre ellos y entonces el gato tira la bomba, que termina con la tranquilidad.

—Claro, se arreglan con un suicidio, como Bruno ¿No?

No entiendo de quién hablan hasta que Noah susurra pensativo.

—Su hermano...

Eso ha sido muy cruel, hasta para Tyrone ¡Ya me enfade!

—¡¿Qué te pasa?! —me quejo y levanto el puño —¡No te metas con la familia de la gente!

Aunque quién termina dándole un puñetazo es Heinz, se le acabo la paciencia.

—¡Callate, homófobo! —le grita y quedo tildada —te lo dije antes y te lo diré de nuevo —presiona sus dientes —respeta a los muertos...

¿Él lo sabía? Siento como si me hubieran leído la mente y nunca hablo con este chico. Debo dejar de pensar estupideces ¡¿Qué está sucediendo aquí?!

Ya me maree...