Afuera de una cabaña en lo más profundo del bosque del rey hada. Estaba una pequeña niña que no tendría más que un año y medio. Sus rizos rubios y su hermoso vestidito blanco con flores negras la hacían parecer una hermosa muñequita. Ella estaba hablando con unas ardillas mientras le daba unas nueces. La niña tenía consigo una gran sonrisa dónde apenas se le notaban sus dientes y sus ojos verdes estaban llenos de una inocencia felicidad. Era una niña feliz. Pero... A pesar de eso se podía notar una palidez poco saludable en la niña, abajo de sus ojos había dos grandes ojeras que delataban noches sin dormir. Además  si te fijas bien notabas que ella no respiraba bien, como la que hacían las personas cuando algo le dolía mucho. Pero la niña seguía sonriendo. Una sonrisa auténtica...

- Lo siento Lady Elizabeth esa medicina se nos acabó, tardaremos tres meses en preparar más...- se escuchaba la voz apenada de una mujer adentro de la cabaña

- ¡¡ Es que no lo entiende, ella no tiene  tres meses!!! ¡¡ Ella necesita esa medicina!!!- gritaba enojada y desesperada La Diosa Elizabeth.

- la guerra es así señora.- dijo con firmeza la señora

Se escuchaba el llanto de una mujer y ese  era el de la diosa.

Mientras la madre lloraba por el miserable destino de su dulce niña está estaba afuera actuando a unas ardillas

- Entonces no pelee- decía la pequeña niña que cada vez estaba hablando mejor.

Antes que las ardillas contestaran unos pies aterrizaron frente a ella. Y las ardillas se fueron atemorizada.

La niña levantó la cabeza y ahí estaban tres figuras aladas.

La de la izquierda parecía un niño, tenía el pelo corto y celeste, la miraba con gran curiosidad.

El de la derecha era mucho más grande, parecía que tenía varias cabezas al Al lado de la principal, era musculoso y estaba sonriendo divertido.

El del centro era alto, pero no tanto como el anterior, tenía el pelo negro y muy largo, una túnica y arriba de esta una armadura. Tenía los ojos cerrados y hacia una expresión de desagrado al verla.

La niña sonrió y expendio la pequeña manito pensando que iba a conseguir nuevos amigos

- Amito-dijo su dulce voz mientas tocaba la túnica del que tenía los ojos cerrados

- No soy tu amigo atrocidad- dijo con asco el arcángel sacándole la túnica de sus pegajosas manos con un movimiento brusco que hizo que la niña perdiera el equilibrio y cayera

La niña lo miro sin entender. Después volvió a sonreír y se rió cristalinamente, como si le diera gracia la actitud de asco que habia tomado  el arcángel hacia ella.

-¿Estás seguro que es ella, Sariel? Por su apariencia no parece que viva por mucho tiempo-Preguntó el arcangel de muchas cabezas mejor conocido como Tarmiel a su compañero.

-Créeme yo pensé lo mismo, pero no me podría equivocar, esta niña curó a un demonio cantándole y le dió fuerzas para recuperarse de mi ataque, ella tiene el "don"- dijo Sarie miandole con una sonrisa como si fuera algo muy interesante

- Tenga el don o no es una moustrocidad y no merece vivir, mirenla hasta su mismo cuerpo lo sabe- dijo señalandola con desprecio y la niña tomo entre sus manecitas ese dedo que la apuntaba con tanta crueldad

- Amito- dijo sonriendo y con mucha dulzura

-¡Que no soy tu amigo!- saco el dedo con rapidez. Pero la niña le sonrió con dulzura y se rió más

- Que hacen aquí- dijo una voz femenina, los arcangeles levantaron la cabeza para descubrir a la dueña de esta. No era más que la hija de la suprema Deidad, Lady Elizabeth

- Lady Elizabeth- dijeron Sariel y Tarmiel con respeto

- Vinimos a conocer a este adefecio que dices llamar hija- dijo Ludociel mientras levantaba a la niña por la parte de atras del vestido, la niña que no parecía sentir la maldad reía y aplaudia como si se estubiera divertiendo

-Mami, amito, amito- dijo la niña al ver a su madre señalándole al arcángel

Elizabeth en un rápido movimiento le arrebato a la niña y con mucha dulzura la acomodó en la manta que tenía atada  en frente de su cuerpo

- Lady Elizabeth no entiende su hija tiene el "don", es necesario y ayudaria mucho si se uniera...

- Mi hija no se unirá a la guerra- dijo ella con un ceño fruncido

- Claro solo quieres que lo use en demonios- dijo Ludociel

- Claro que no- dijo ella- Ella es muy pequeña, cuando llegue el momento sabrá en que y en quien usar ese regalo pero por ahora ella no se involucrará en nada- y sin decir nada abrió sus alas y se fue volando- No te preocupes cariño mami te protegerá.

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La niña abrió sus ojos y un mal sabor de boca la hizo correr al baño, cuando escupió se dio cuenta que era sangre. Mir fijamente esta hasta que apartó la mirada. Se cepillo los dientes para sacar ese feo sabor de su boca.

Se vistió  y se acercó a la cama de su padre donde este estaba dormido con la boca abierta

La niña rio dulcemente y le dio un beso en la mejilla

- Buenos días papito- dijo con dulzura, la niña  se fue y paro enfrente de la habitación que compartía con su hermano. En ella había un papel con algo escrito

"NO ENTRAR ,PELIGRO" la niña sacó el papel y abajo había otro " Enserio no entrar si quieren seguir con vida" la niña saco el otro papel y ahí estaba otro papel "YA VETE SELENE"

La niña frunció el ceño y saco la lengua como si estubiera viendo a su hermano

Agarró una canasta donde siempre recogía flores.

Ella iba caminando mientras escuchaba los pajaritos cantar

-" hay un problema"- la niña miro hacia una ardilla

- Cual- dijo la niña mirando con curiosidad dandole una bellota

- "Hay un ser que esta asustando a todos los animales del bosque"- dijo la ardilla mordiendo la bellota.

- Guíame- le dijo la niña y caminó detras de la ardilla hasta una cueva.

- "ESTÁ AHI"- dijo la ardilla para después salir corriendo.

La niña caminó y ahí habia una figura enorme

- Hola?- dijo la niña acercandose y lo miró fijamente

La gran criatura se levantó intimidando a la pequeña niña

-Gowther

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En un cuarto oscuro estaba un hombre todo lastimado, en sus manos le faltaban algunos dedos y miraba con terror al sujeto que estaba frente a el.

- Mi paciencia se esta acabando - dijo Apolo con indiferencia limpiando un cuchillo para después sacar uno más grande- creo que lo mejor será es dejar de ser amable.- Miro al miembro del hombre y se acercó con el cuchillo- No permitiré que lastimes a mi hermana y si tengo que aniquilar a todo el maldito reino lo haré y me reiré mientras hago cenizas todo y todos- sus ojos se volvieron rojos- y cuando termine iré al bosque del Rey Hada y haré lo mismo- cuando dijo eso Helbram se puso rígido.

- HABLARE TE LO DIRÉ TODO!!!- gritó muy ASUSTADO

En el momento que empezó a hablar el cuchillo  cayó al suelo y el rubio abrió grande los ojos

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Hendrikson leía el papel que habían encontrado a junto a  las deamayadas Jericho y Gila:

  " Tengo a Helbram, si intentan rescatarlo lo mataré a el, a el estupido que lo intente lo mataré, lo desmembraré y les mandaré su cabeza de regalo con un lindo moño.  

Amablemente su futuro asesino y verdugo

El Caballero Negro"·

 Gila entró a la oficina de Hendrikson

- Gran maestro Hendrikson- dijo arrodillándose frente a el- Requiero permiso a ir a rescatar para recatar al Señor Helbram

-¡¡¡¡Estas loca?!!!!-  dijo Hendrikson parándose del escritorio- No hemos pasado tantos años planeando las cosas, para que venga un asesino sanguinario y nos mate a todos sin parpadear. Es obvio que ese chico era demasiado para ustedes, incluso es demasiado para Helbram, no , yo planificaré un modo de rescatarlo a él y coseguir ese pedazo de espada en el momento justo.- Se acercó a ella y le puso una mano en su hombro-estamos frente a un experto en estrategias militares, un paso en falso que demos y estamos muertos.

Gila asintió con tristeza

- No estés triste, eres la primera sobreviviente que a luchado contra él y a sobrevivido- le dio ánimo el gran Maestro- es todo un logro.

Ella se fue y Hendrikson se fue a su escondite secreto, ahí había un cofre donde sacó una caja con detalles de oro y plata que parecían alas

- Creo que ya a llegado la hora de usar esto pero, la pregunta es ¿Cómo lo usaré si él siempre está en guardia?- se preguntó el albino mientras miraba fijamente la caja

Cuando Gila salió se encontró con Jericho que caminaba muy enojada con los hombros curbados

- Hola Jericho, por que estás tan molesta? y asi no camina una dama, tienes la ropa de una dama, actúa como una

- Mi ropa no tiene nada que ver. El maestro Dreyfus mandó a los rugidos del Alba para que  acabaran con un gigante armado que se avistó en los bosques cercanos a Vaizel y no nos dejó hacerlo ¿Cómo te fue a ti?- dijo de mal humor

- Parecido, no nos dejan rescatar a Sir Helbram, - dijo la chica con desilución- La fama de Apolo es más terrible de lo que pensaba. Tendremos que esperar a que sea el "momento"

- Y cual es ese "momento" - dijo la otra chica con curiosidad

- Solo el maestro Hendrikson lo sabe.- dijo ella encogiéndose de hombros- pero no hay que olvidar nos superaron los siete pecados... y una infante. Hay que fortalecernos antes de la siguiente batalla. Te veo luego - dijo yéndose. 

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Apolo estaba sobre un escritorio terminando de escribir una carta

"...y por esa razón,...te necesito.

Desde mi corazón Apolo" 

Luego silbo y apareció un cuervo. Apolo enrolló la carta y la ató a la pata del ave.

- Vuela lo más rápido que puedas y entrégale esta carta a ella- le susurró al ave para luego abrir la  ventana y dejar libre al ave, mira hacia la lejanía.- espero no estarme equivocando en esto- suspiró y abandonó su habitación.

Los encontró a todos desayunando.

- Apolo iremos a cazar- dijo Meliodas tomando de los hombros a su hijo- Que te parece una salida de hombres.

Apolo lo miró fijamente y después se sentó y empezó a comer la comida que Ban le puso en el plato

- Esta bien- dijo concentrado en comer la comida que la veía más interesante que en ese momento  su propio padre.

En ese momento apareció Selene con una gran sonrisa, como estaba con el sol dándole la espalda sus rizos dorados parecían más dorados y su canasta vacía.

- Buenos días papi, buenos días Apolo, Buenos Días a todos- dijo  ella con una gran sonrisa. Tomo el tazón que estaba lleno de frutas y lo vació  en la canasta. Va y abraza a cada un de ellos para  después correr hacia su padre.

- Hola mi vida- dijo Meliodas con una gran sonrisa levantándola en el aire y haciendola girar. La niña estalló a carcajadas- tienes mucho hambre

- No es para mi papá es para mi nuevo amigo- dijo ella con una gran sonrisa misteriosa

- Seguro otro amigo imaginario- dijo Apolo comiendo naturalmente como si la escena súper adorable de padre e hija no existirá- deberías hacer amigos reales

- Es real!- dij ella enojada con su hermana

- Eso dijiste con la dama del bosque!- dijo terminando de comer y limpiándose con la servilleta

- Es real- dijo ella

- Como también era real el unicornio, el duende con la olla de oro al otro lado del arcoiris, la dama del lago y muchos otros personajes. Por que mejor no vas con Elizabeth- dijo Apolo mirando a su hermana de forma Apolo.

Elizabeth se acercó y le puso una mano en su coronilla 

- Si quieres puedes venir conmigo- dijo la princesa de Liones con dulzura

Ella sonrió y negó

- Lo siento, pero le prometí a Dale que haríamos un picnik - se bajo de los brazos de su padre agarró un pedazo de queso que estaba en la mesa y un gran pan. todo lo pone en la canasta

-¿Dale?- pregunta Ban

- Mi nuevo amigo, adiós- dijo ella yéndose corriendo.

La niña se fue corriendo con los adultos mirándola con ternura, esa niña se hacia amiga hasta de las piedras. Seguramente era un nuevo animalito, a Meliodas se le fue la sonrisa y corrio hacia la puerta, como no la veía grito

- No traigas otro animal!!!!- le dijo su padre.

Apolo solo se quedo mirando por donde se había ido su hermana preguntándose en que se había metido ahora su pequeña y problemática hermanita, además noto algo extraño en ella, algo que solo el por ser su hermano gemelo sentia. Un enorme malestar

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El gran gigante con armadura se encontraba dentro de la cueva cuando escucha unos pasos.

Al levantar la mirada pudo ver la figura de una niña y por unos minutos creyó ver a esa niña que siempre tenía en la mente, esa niña que siempre le estaba sonriendo de pelo nengro y los ojos siempre cerrados, al parecer era ciega.

Pero no era ella era la niña de cabellos dorados ojos verdes y gran sonrisa

-Gowther- dijo el gigante

- Lo siento por llegar tarde- dijo la niña respirando con dificultad por cuanto había corrido, tenía las mejillas muy rojas del esfuerzo- pero traje esto- le enseñó la canasta llena de comida- Ahora podremos hacer un picnik Dale- dijo levantando los brazos emocionada

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