Mi despertador tiene barba.

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Creí estar despierto, pero caí en la cuenta de que dormía cuando vi a Walton jugando pimpón con Albert.

Estaban en la sala de recreaciones del Triángulo, donde los estudiantes pasaban sus ratos libres. No había nadie más que ellos y los numerosos juegos, por las ventanas se filtraba la intensa luz de un atardecer tropical.

Walton aun llevaba la ropa del funeral: camisa naranja y bermudas del mismo color, su cabello estaba tan bien peinado que podía dar clases de cómo mantenerlo a margen. Hablaba de que había un portal llamado Sotad que estaba a un día de viaje, decía que allí había una biblioteca oculta, construida por un trotador, que estaba repleta de información. Habían pasado sólo unas horas desde que nos habíamos ido. En ese momento seguramente nos encontrábamos caminando y buscando la casa de Phil.

Por su expresión supe que no habían encontrado resultados sobre el mundo de las Catástrofes. Estaban tomándose un descanso en la mesa de pingpong, pero no parecían muy relajados. Walton se inclinó y recogió por décima vez la pelota del suelo porque Alb no comprendía que debía picarla en la tabla.

Viéndolos jugar estaban Petra y yo.

Era muy extraño verme, pero había una diferencia porque ese Jonás tenía un aire holgazán y despreocupado, no demente, estaba repantigado sobre un sofá y balanceaba una pierna con aburrimiento. Tenía los brazos enlazados detrás de la nuca. Petra parecía muy furiosa, su entrecejo estaba más arrugado que una pasa. Se encontraba cruzada de brazos, con aspecto meditabundo y sentada en el apoyabrazos del sofá.

Alguien pasó frente de ellos, era una pareja de dieciocho años tomados de la mano. Todos todavía vestían de naranja por el funeral. Ese yo se estiró sobre el sillón y gritó:

—¡Cómo agota ser Jonás Brown! —La pareja lo observó extrañada—. ¡Así es, ese soy yo, Jonás Brown!

Los adolescentes apuraron el paso para irse. Petra se deslizó con rudeza del apoyabrazos, se acercó a Jonás y le dio un puñetazo en el estómago que le quitó el aliento y lo arrojó al suelo.

—¿Estás de broma? ¡Te dije que no repitieras eso!

—¡Tú no eres mi madre! —espetó alzando la cabeza para verla y sobándose el abdomen.

—Gracias al cielo porque si no estaría decepcionada...

—¿Qué dijiste?

—Dijo que estaría encantada —agregó Alb, girando la paleta entre sus manos y examinando inquieto la discusión.

Walton observaba todo como un juez parcial y pasaba la pelota de pimpón de una mano a otra.

—Claro que no. Dije decepcionada porque siempre hechas todo a perder —Dagna se arrancó la bufanda del cuello y apareció su figura pálida, enorme y refunfuñona—. No te tomas nada en serio.

Le arrojó la bufanda en la cara y se marchó.

—¿Qué demonios te pasa? —le gritó Miles.

—Pídanle ayuda a Amanda porque se lleva mejor con Miles que yo —le aconsejó a Walton al pasar a su lado.

—Pero Amanda podría delatar a Jonás —se lamentó Alb.

—¡Al parecer no lo hará porque se besuquea todo el tiempo con Miles!

—¿No ayudarás? —inquirió Walton.

—Iré a investigar —respondió con poca paciencia y sin detenerse—. ¡Me harte de ustedes!

Jamás había visto a Dagna tan enojada e indignada y era bastante teniendo en cuenta que siempre llevaba el ceño fruncido.

—¿Puedo acompañarte? —inquirió Alb.

—Sola —agregó ella.

—¿Puedo acompañarte mientras estás sola?

Pero Dagna no contestó, se dirigió a las escaleras y se marchó. Walton suspiró y alzó las cejas.

—Caballeros, perdimos a la última chica —opinó Walton.

—Todavía quedas tú, nenaza —exclamó Miles molesto, tampoco lo había visto así de molesto, ni siquiera cuando estuvo unas semanas sordo.

Estaba tan colorado como su cabello.

Supuse que había discutido con Dagna por algo, incluso antes de ese episodio. Tal vez por Amanda, porque Miles siempre buscaba la aprobación de esa chica. Sus labios estaban comprimidos en una fina línea. Se puso de pie y se sacó el camuflaje para volver a su aspecto original.

Se oyó un grito de pánico desde la selva. Era un chico con voz ronca.

—¿Otro más? —inquirió Albert.

—Viene de la selva —explicó Miles corriendo hacia la ventana.

Miles observó lo que había afuera, su rostro se ensombreció. Walton y Albert se pusieron de puntillas para ver por encima de su hombro. Alb abrió la boca asombrado. Miles se empujó a sí mismo lejos de la ventana y corrió hacia las escaleras.

—¿A dónde vas? —cuestionó Walton—. Debemos ir a ayudar.

—¡Dagna está sola y allá abajo! —gritó antes de bajar rápidamente los peldaños.

Walton y Alb corriendo en dirección contraria hacia una escalera con acceso a los patios delanteros. Reparé en lo que ellos habían visto por la ventana. Del otro lado había una manada de chicos vestidos de naranja huyendo de una maza negra y....

La imagen se esfumó como la cinta de una película quemándose.

De repente me encontraba observando un templo antiguo, había raíces creciendo en el suelo, las piedras cubiertas de polvo y humedad estaban rajadas y el techo se caía a pedazos.

Annette Jones, mi antigua compañera de cole que había sido embrujada por Izaro, caminaba hacia el centro de la sala, estaba vestida como una exploradora. Tenía pantalones cortos, botas de montaña y camisa holgada, su piel oscura y bronceada estaba cubierta por una capa de sudor y tenía un cuchillo colgando de su cinturón. No parecía mucho la Annete que yo conocía, una chica preocupada por la apariencia y las relaciones humanas.

A su lado estaba Zigor, el monstruo que había sido convertido en humano con artes extrañas. Su cabello era blanco y estaba vestido de una manera lamentable. Ambos se miraron al entrar a la sala. Ellos llevaban viajando mucho tiempo. No era la primera vez que los soñaba.

—Llegamos —jadeó él.

Ella también estaba agitada.

—Nos tomó ocho meses, pero llegamos. Las ruinas de Otreipsed, encontremos la planta de adrenalina y despertemos a Izaro de una vez por todas para que pueda ejercer su venganza.

Zigor rio.

—Prepárense.






Hola ¿Les gustó el gif que aparece? Aprendí a recortar videos y crearlos y solo me tomó una hora y media entender Canva :'v

Estaba pensando subirlos a Pinterest, por si alguno de ustedes quiere usar en su historia los que vaya creando. En fin, si los necesitan avisen :D

¡Feliz viernes caballería!

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