Capítulo 20

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

S:

Ya tengo todo arreglado, mi amiga viaja a Los Ángeles y les dije a mis padres que pasaría dos semanas con ella. ¡Solo tengo que bajar del autobús antes y estaré ahí!

E:

¿Y tu amiga no dirá nada? Vamos que aún no tienes dieciocho años, me podrías meter en problemas.

S:

No, no, tranquilo. Ella sabe todo. ¡No puedo con la emoción!

E:

Ya sé que soy irresistible, pero no te desmayes por favor ja, ja, ja. Ahora en serio, me pone muy contento que vengas.

S:

Tonto. Tendrás que ayudarme a conseguir un cuarto de hotel.

E:

O podrías venir a mi casa y ahorrar ese dinero para otra cosa.

S:

¿A la casa de tu tío? Pero si no tienen más cuartos, tú duermes en el suelo.

E:

Exacto, el suelo es espacioso ja, ja, ja. A menos que seas muy exquisita y solo aceptes un colchón de plumas.

S:

Eso no es justo, sabes que no soy así.

E:

Ya en serio, seguro que tío Jack no tiene problema en recibirte, además son solo dos semanas. Y podemos ponerte muchos almohadones, a mi no me molesta dormir sobre la alfombra.

E:

¿Te moriste? ¿Sigues ahí?

S:

Que si, solo lo estaba pensando.

E:

Pues avisa, pon puntos suspensivos o algo.

S:

Eres bobo. Podría intentarlo, tú asegúrate de que tu tío diga que sí.

E:

¡Sí, señor!

S:

¡¡¡¡AHHHHHH QUE EMOCIÓN!!!!

E:

Yo también estoy contento, por si te lo preguntas, pero con menos mayúsculas ja, ja, ja.

S:

Si serás...

E:

Ya, tengo trabajo. Confirmame luego a qué hora llegas ¿vale?

S:

Si, llegaré de madrugada creo. Lamento hacerte despertar temprano.

E:

No hay problema, iré dormido.

S:

Luego te aviso, ¡beso!


Loki iba a venir a visitarme, eso era genial. Después de tantos meses, habían llegado las vacaciones de verano y se las había ingeniado para escabullirse.

Estaba feliz, eso me producía pensar en verla, extrañamente así me sentía.

Limpié las mesas alegremente y les sonreí a los clientes. Noly me miraba y arqueaba las cejas. Hice mi trabajo muy bien ese día y recibí buenas propinas.

—No sé qué te pasa niño, pero sigue así— me dijo Noly y me dejó ir.

Me puse los auriculares y paseamos al ritmo de "With or without you" de U2. Poppy me miraba y sonreía, saltaba a mi lado en la acera y yo me reía.

—¡Ey cari! —gritaron por detrás, volteé a ver. Era Will desde su auto —¿a qué viene tanta emoción? ¿Quieren que los lleve?

—Vale, si— dije y subimos al auto. —Una amiga viene a verme, y tampoco era emoción solo me puse contento—expliqué.

—¿La de los mensajes?

—Si, esa.

—¡Ja! Yo sabía que te gustaba.

—No me gusta, es una amiga. Me gusta Freya.

—Freya aún no se decide por lo que quiere— y tenía razón. Hacía un mes habíamos empezado a ser amigos de nuevo, yo creía que todo iba avanzando pero no. Se detuvo y ella no daba señales de querer ir para ningún lado. Tampoco intenté nada, realmente no quería espantarla, de nuevo. Pero estábamos estancados, varados en la isla de la amistad. Maldita isla.

—Igualmente me sigue gustando Freya, Will.

—Bueno, me podrías dejar a tu otra amiga a mi.

—Ni se te ocurra— amenacé.

—¿Cuál es el problema si es solo tu amiga?

—Solo mantente lejos, ¿me oíste?

—Vale. Manitos lejos —rió.

Imaginar a Loki en manos de ese depravado me dio escalofríos. Pero igualmente me dió una idea.

—Ey, ¿qué tienes que hacer mañana a eso de las cinco o seis de la mañana?

—Dormir ¿y tú?

—¿Me das una mano y me acompañas a buscarla a la terminal?

—¿A esa hora llega? —se escandalizó. No sabía con certeza pero era un aproximado.

—Si, ¿puedes?

—Amigo, eso es pedir muchísimo— se quejó.

—Vamos, eres mi mejor amigo Will ¿qué hacen los mejores amigos? —rogué. Cerró los ojos un instante y asintió.

—Vale, pero espero que sea puntual porque volveré a mi cama luego de eso.

—Tú tranquilo, gracias.

—De nada, man.

Will nos dejó a unos pasos del bungalow y quedé en avisarle la hora exacta del día siguiente.


S:

Estoy en el bus, llego a las 4:40 hs

E:

Vale, te espero con la almohada.


Me sonreí como un idiota y preparé la cena para cuando tío Jack viniera a cenar. Tenía que preguntarle si Loki podía quedarse. Sí, sabía que el piso no era un buen lugar. Pero por algún motivo la quería más cerca y no lejos en una fría habitación de hotel. Además podía poner unas mantas para amortiguar el piso y unas almohadas. No se lo pasaría tan mal. Mi espalda ya estaba acostumbrada al suelo, a veces me dolía pero a los días se me pasaba.

—Jack—dije mientras cenábamos espaguetis.

—Dime— se metió una cantidad exorbitante de fideos en la boca que me asombré no se hubiera atragantado.

—Eh, en la madrugada llega una amiga, de donde vivíamos. ¿Puede quedarse aquí? —Aproveché que tenía la boca llena para seguir hablando —son solo dos semanas, no te va a molestar, dormirá en el piso, te lo juro.

—¿Qué? —dijo aclarándose la garganta con agua.

—De verdad, no va a molestar.

—¿Esperas traer a una amiga y hacerla dormir en el suelo?

—Ella ya está al tanto, le pondré almohadones y no estará tan mal.

—Si tú lo dices.

Me le quedé viendo mientras seguía comiendo.

—¿Eso es un sí?

—Haz lo que quieras— dijo con la boca llena— mientras no estorbe.

Sonreí para mis adentros, otra batalla ganada.

—¿No será una novia o algo así, no?

—No, no, solo amiga— aclaré y él asintió conforme.

Le envié un mensaje a Will con el horario y esa noche me fui a dormir deseando que ya fuera la hora. Contando los minutos, no me podía dormir. Salí a fumar, estaba tratando de dejarlo pero había veces que no podía evitarlo. Me perdí en el humo e imaginé lo grandioso que sería cuando ella estuviera ahí, conmigo. Tantos meses de confidencias y volvernos a ver. Ya era hora.

Me obligué a dormir pero no pude y dieron la una, luego las dos. Fui por una cerveza y miré el cielo. A veces cuando me sentía perdido me gustaba mirarlo, era lo único estable en mi vida.

Bebí mi cerveza y dieron las tres. Bebí otra y fumé otro cigarro. Dieron las cuatro. Me cambié la ropa y esperé a que Will me recogiera, me ardían los ojos de estar despierto toda la noche pero no me importaba, al fín era el momento esperado.

Will llegó casi durmiendo al volante.

—Ey, despiertate que vamos a chocar con algo.

—¿Ah? Si, perdón. Estaba soñando con la chica del otro día, ¿te acuerdas de la rubia del centro? —solíamos salir a bares juntos, con bastante frecuencia.

—Si, me acuerdo.

—Bueno, creo que es una señal. Debería ir a por ella.

—Yo creo que mejor enfócate en conducir derecho, ya luego ves por la chica ¿vale?

Asintió y pronto llegamos a la terminal, el micro aún no había llegado.

Revisé la hora, eran las 4:50. El bus estaba atrasado.

—¿No habrá pasado nada, no?

—¿Eres su padre o qué? Ya relájate.

Los nervios me comían y ya estaba histeriqueando cuando por fin llegó el bus, con veinte minutos de retraso. Los pasajeros empezaron a bajar, me asomé entre la gente y al fin la vi. Venía última. Vestida con una remera de Star Wars y unos jeans. Llevaba el pelo recogido y un poco despeinado, había dormido en el micro. Al verme se le hizo una gran sonrisa en el rostro y corrió hacia mí, me saltó encima y casi perdí mi estabilidad. Le devolví el abrazo y me invadió su perfume a vainilla.

—Tenía muchas ganas de verte— me dijo al oído y luego se bajó —espérame— se alejó hasta el micro.

—Asi que solo amiga— dijo Will acercándose por detrás.

—No seas idiota, claro que es solo mi amiga.

Loki vino corriendo hacia nosotros con la valija y se quedó mirándonos.

—¿Me vas a presentar? —me dijo.

—Ah si, este idiota es Will. No te le acerques, es una mala compañía.

—Hola, soy Will—dijo él tendiéndole la mano—el mejor amigo del pendejo.

Ella tomó su mano y rió por lo bajo.

—Nunca me hablaste de él.

—¿No? —escandalizó Will —eso es traición amigo, me siento despreciado— ponía su mano en el corazón.

—Ya, no seas tonto, no mencioné mucho al grupo ¿vale?

Will nos condujo a su auto y nos acomodamos en los asientos de atrás. La miré disimuladamente, vi su perfil. Estaba muy bonita, no recordaba que fuera tan bonita. Me miró y desvié la mirada, esperaba haberlo hecho a tiempo.

—¿Qué van a hacer ahora? —preguntó Will y eso era algo que no me había detenido a pensar. Todos en casa estaban durmiendo y no era cómodo para nadie llevarla y hacerla hablar bajito y en la oscuridad. —Yo me prendo a ver el amanecer en la playa, si invitas unas cervezas.

No era mala idea.

—¿Qué dices? —le pregunté y ella movió la cabeza como si pensara, justo como la imaginaba que hacía cuando me escribía.

—Vale, me gusta.

Will condujo hasta el bungalow y yo fui a por unas cervezas. Caminamos hasta la playa, ya empezaban a aparecer las primeras luces. Nos sentamos en la arena y les dí las botellas. Ella se me quedó viendo.

—¿Qué?

—Nada, es solo que yo...

—Ah, ya veo. Es tu primera cerveza.

—Tranquila, amiga—dijo Will— la tomas despacito y todo estará bien. No te emborrachas por una cerveza.

Seguía viéndose dudosa.

—No tienes que. Puedes solo mirar el amanecer, está bien— sonreí.

—Vale, voy a probarla y luego te digo.

—Es una buena alternativa. —Tomé un trago largo y ella uno pequeño.

—Uy, es amarga— me eché a reír de buenas.

—Si, un poquito pero luego te acostumbras.

—¿Cuántas tomaste hoy?

—¿Hoy? —me sorprendí—esta ¿por qué?

—Cuando te abracé sentí aroma a alcohol.

Bajé la mirada y Will salió en mi rescate.

—En la terminal tomamos una latita, él estaba muy nervioso porque se había retrasado el micro. —Ella me miraba y yo asentí.

El amanecer pasó frente a nosotros y nos quedamos en silencio observandolo. Ella me descubrió mirandola y yo solo sonreí como idiota. Will me veía y se reía.

Pero yo estaba feliz, estaba ahí a mi lado. Tangible, real.



—No lo sé Ewan— me dijo Loki sentada en la barra de la cocina —no les voy a caer bien, para ellos soy una niña.

—Tranquila— dije mientras ordenaba un poco la casa— el filtro más fuerte era Will y ya lo pasaste, así que no habrá más problemas.

—¿Y Freya?

—¿Qué pasa con Freya? — si, ¿qué pasa con Freya?

—No lo sé, ¿no me verá como una amenaza o algo así?

—¿Eh? —volteé a verla— Freya y yo no somos nada. Siempre se encarga de dejarlo bastante claro. —Dije luchando con unos libros que no alcanzaba de los estantes.

—No lo sé, tú actuaste como un demente cuando ella apreció con un amigo. Ahora es al revés. —Me eché una carcajada.

—Freya es más normal que yo, no haría eso— me lavé las manos en la bacha de la cocina.

—Bueno, pero tú ayudame ¿si?

—No me separaré de tu lado— le dí un beso en la frente ¿le di un beso en la frente? Eso fue raro para los dos. No dije más, mejor hice de cuenta que no pasó nada.


La salida era una reunión de amigos en la playa. Nada de otro mundo pero a Loki la tenía de los nervios. La tranquilicé lo más que pude pero no rindió frutos.

Jaden había tenido la idea de hacer un fogón y comer malvaviscos. Ya tenía malas experiencias con fogones, pero hice la vista gorda y dijimos que iríamos. Will propuso llevar algo de música para mover un poco los ánimos y yo como siempre, era el encargado de las cervezas. Sophie se ofreció a llevar otro tipo de bebidas para variar, no me negué. ¿Cuanto más mejor, no?

Loki se había puesto un lindo vestido azul con pintitas y llevaba el pelo suelto con el flequillo despeinado sobre la frente. Estaba muy bonita, inocentemente bonita.

Caminamos junto a Poppy. Aun Jack no había llegado, así que venía con nosotros.

—¿Siempre la llevas a todos lados?

—Casi— contesté riendo y ella me sonrió. Que bonito sonreía. ¿Estás idiota? ¿Qué te pasa?

Ya todos estaban en la playa y se alegraron de vernos.

—Gente, ella es Loki... digo, Emma. Emma, ellos son Jaden, Sophie y Freya. —Esta última le dirigió una mirada fulminante y yo arqueé las cejas.

—Hola— dijo Loki y uno a uno la saludaron.

—No sabía que eras del tipo amigable— me dijo Freya apartándome del grupo.

—Pues ya ves que si, hace mucho que nos conocemos, es una buena amiga— le mostré una gran sonrisa y me acerqué a los demás.

—No sabíamos que tenías otros amigos— dijo Jaden.

—Este Ewan es todo un picarón— dijo Will sonriéndome.

—No le hagas caso— respondí y me acerqué a Loki— ella es básicamente la única que tengo.

—¿Y a qué te dedicas? —preguntó Sophie.

—Aún estudio en la preparatoria. —Se hizo un silencio mortal y a Will le dió una tos que parecía tenía pulmonía.

Tenía todas las miradas puestas en mi. Era claro que todos pensaban que salía con ella y que estaba abusando de que fuera menor de edad.

—¿No puedo tener una amiga que sea más chica que yo? —pregunté.

—A ver, si— dijo Freya— si es realmente tu amiga.

—El año que viene cumplo dieciocho y soy lo bastante grande como para elegir mis amistades— salió en mi defensa Loki—¿No podemos hacer algo más interesante que no sea investigar las relaciones de los demás? Gracias.

Se acercó al fogón y se sentó al lado de los malvaviscos. Todos se me quedaron mirando pero no dijeron nada y terminaron optando por seguir el mismo camino.

Los malvaviscos estaban buenos, aunque yo no era muy fan de ellos. Bebimos unas cervezas y probé esa botella transparente de vodka que había traído Sophie. Reconocí el sabor por el vaso con hielo que había tomado aquella noche de locura.

—¿No es un poco fuerte eso? —preguntó Loki.

—Siempre se lo digo— dijo Freya—no hace caso.

—No es para tanto, apenas tomo un poquito.

—Eres barril sin fondo, mi amigo— rió Will.

—¡Mira quién habla!

—Fue una mala combinación juntar a estos dos— agregó Freya— se complementan para peor.

Loki me miraba seria mientras tomaba la segunda botella de cerveza.

—Igual tranquila— le dijo Freya a Loki— necesitas más de dos botellas para voltearlo. Por ahora todavía podrá llevarte a tu hotel o donde te hospedes.

—Ya veo, pero no será necesario. Me quedo en su casa.

—Pero si no tienen habitación de huéspedes...

—¡Dormirá conmigo en el piso! —dije medio atragantado con un vaso que me había pasado Sophie. La cara de Freya cambió y ya no pareció tan amable, o eso pensé. Yo solo me estaba divirtiendo.

Después de media docena de malvaviscos, tres botellas de cerveza y un vaso de vodka, entre risas me puse de pie y caminé un poco hacia la playa. El cielo estaba negro y la oscuridad reinaba. Encendí un cigarrillo y pensé qué buen día había sido, ojalá todos los días fueran como este.

Will apareció por detrás y me asustó.

—Pero serás idiota, ¿qué pasa?

—Tu chica te espera.

—¿Loki?

—¡Ja! Así que es tu chica—rió— ahora en serio no me habías dicho que era una niña.

—No es una niña, tiene casi dieciocho. Qué exagerados son todos.

—No sé, ya se verá. Por lo pronto Freya se la quiere comer.

—¿Tú dices?

—Si, se ve a dos leguas.

—Ya, ya, ya me cuentas bien mañana que medio no estoy entendiendo.

—Ay que crio eres, enseguida te emborrachas. —Me tiró del brazo y me acercó al fogón.

—Que yo puedo caminar solo, hombre.

—Por las dudas, nunca se sabe—la miró a Loki— ¿quieres que los acompañe a la casa? Este de aquí está medio pasado.

—¡Que no! —me defendí y trastabillé — es por la arena, está en desnivel.

—Si, gracias—contestó ella y despidiendose de todos vino junto a Poppy, tras nosotros dos.



Entramos en el bungalow y con mucho cuidado preparé el sofá para Poppy. Dije "mucho cuidado" porque no quería que se me notara lo torpe que estaba.

Poppy se acostó y yo rebusqué mantas y almohadones para poner en el suelo y hacerlo más confortable.

—¿Te ayudo? —me dijo y yo le negué con la cabeza. Terminé de acomodar todo mientras ella iba al baño a cambiarse. Salió con un pijama de Hello Kitty que me hizo mucha gracia y a cambio recibí un almohadazo.

—Prueba la cama-piso a ver que opinas— dije y ella se recostó.

—No está mal— contestó— o es que yo tengo mucho sueño.

—Las dos cosas—sonreí, apagué las luces y me acosté a su lado, en la parte sin almohadas, justo sobre la alfombra.

—¿No te vas a cambiar? —me preguntó notando que llevaba la ropa de calle puesta.

—No, en este momento no puedo recordar dónde dejé mi pijama— me eché a reír graciosamente y ella me siguió.

—¿Siempre bebes tanto? —preguntó luego de un rato.

—Eso ya lo sabes, te lo he contado.

—Si, lo sé. Pero nunca te había visto y me preocupa.

—No tienes por qué. Es solo un rato de diversión, nada más. No pasa nada.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo—giré la cabeza hacia ella y noté que me estaba mirando, pude distinguir su sonrisa e imaginé lo demás. Me quedé más de la cuenta mirándola pero ella no giró la cabeza. —Eres preciosa— le dije y tendí mi brazo para acariciar su cara con mis dedos, ella se dejó. Me acerqué a ella pero me detuvo.

—No hagas nada de lo que te arrepientas en la mañana.

—No me voy a arrepentir.

—Estás borracho, a lo mejor ni lo recuerdas.

La miré por unos segundos y luego me giré dándole la espalda.

—Buenas noches Loki— dije.

—Buenas noches, chico piercing.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro