Dylan Walker

Caitlin y yo teníamos dudas, habíamos avanzado pero dos medicinas eran las que más se ajustaban a las características de olor, color y forma.

En ese instante, veo a Ava acercarse a nosotros con un sonido muy poco frecuente en ella, el llanto.

—¿Qué ocurre?—pregunta Cait mientras la abraza.

—Se acabó. Intenté evitar a Zach los últimos días porque le había dicho que estaba con otro chico. Pero creo que hoy entendió que lo nuestro no puede ser.

—Entiendo...debes ser fuerte, tal vez podamos hallar la identidad del profesor antes de culminar el semestre, para que puedas viajar a New York y arreglar las cosas con él.

—Esperemos así sea Cait, pero no creo que me perdone omitir tantos detalles de mi vida...desde que el profesor se acercó a nuestras vidas, en nuestra relación abundaron los secretos y mentiras, fue para protegerlo, pero siento que creé una burbuja que después yo misma destruí.

—Tú podrás con esto Ava, enfrentaste peores cosas y lo lograste. Y si te hace sentir mejor, Caitlin tiene a su exnovio en el hospital, y el mío está hecho cenizas—respondo yo con una sonrisa para animarla.

—Con respecto a eso ¿hablaste con los padres de Andrew?

—No contestan mis llamadas. Al igual que la policía. Parece que soy una carga para todos.

—Para mí, ustedes son mi motor para querer seguir viviendo—asegura Ava.

—Debo admitir que aunque Nolan sufrió ese terrible asesinato, él nos unió, y desde ese día le agradezco por elegirnos —comenta Caitlin con una sonrisa.

—Gracias chicas. No sé que haría sin ustedes.

—Por otro lado ¿pudieron hallar el nombre de esas pastillas?

—Con Cait estamos en eso, no podemos decidirnos entre dos.

Pero en ese instante, nos paralizamos al escuchar desde una cierta distancia, un sonido conocido y particular.

—¿Es la ambulancia? —pregunta Cait.

—Sí, y espero no sea lo que estoy pensando.

En ese momento, nos acercamos al exterior del campus, tratando de poder observar lo que estaba ocurriendo.

El vehículo estaciona frente a nosotros, segundos después varios especialistas de salud bajan con una camilla mientras corren hacia una dirección fija.
Minutos más tarde, veo al señor Puccini que acompaña a los mismos, que trasladan el cuerpo de una mujer hacia arriba del móvil de salud para llevársela, y sí, como era de esperarse, es el cuerpo de la Rectora Grace.

—Es lo que temíamos, sin embargo no puedo dejar de sentirme culpable, si Grace muere, no lo soportaría.

—Tranquila Caitlin, no imaginemos esos escenarios, es cierto que todos en el fondo sabíamos que esto podía pasar, aunque hayamos intentado continuar creyendo que ese momento no llegaría, pero recuerden que no teníamos opción.

—Sí Dylan, pero de todas formas uno no puede dejar de sentirse culpable si alguien muere por nuestra intervención, sin importar si fuimos obligados o no, somos cómplices.

Y creyendo que esto no podría estar peor, veo a Luke que se acerca a donde estamos y un poco exaltado expresa:

—¡Dylan! Hola, necesito hablar contigo por favor.

—Luke, lo siento...no es un buen momento... además no quiero hablar contigo, ni ahora ni nunca.

—Por favor, es importante, te pido que me escuches nada más, si después de oír lo que te tengo que decir me pides que me vaya, lo haré y te dejaré de molestar—detalla con cierto nivel de preocupación, que al juzgar por su lenguaje corporal, parece ser grave.