Capítulo 53

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


—¿Y bien? —preguntó Jungkook—. ¿Solo nos quedaremos observando por la ventana o bajaremos y entraremos? —se quejó mirando a sus amigos, quienes al igual que él, se encontraban en el interior del auto estacionado frente a la casa de la bruja.

—Obviamente bajaremos —respondió el pelirosa omega observando a través de la ventana—. Solo quería averiguar si mi abuela se encontraba en la casa o no —se excusó.

—Bueno, si ven a unas personas subiendo a la habitación arriba de su cochera, en algún momento saldrá a revisar qué está ocurriendo, ¿no? —expresó Taehyung.

—Uh, lo sé, pero no quiero encontrarme con ella —confesó frunciendo sus labios—. Si antes era algo desagradable, siento que ahora será peor desde que la he estado ignorando abiertamente —explicó.

—Bueno, entonces sugiero una visita rápida y silenciosa —anunció el otro omega—. Tienes la llave, ¿no?

Jimin asintió, finalmente alejando la mirada—. Yoongi hyung cambió la cerradura de la puerta por mí luego de lo que sucedió la última vez y yo me quedé con la llave.

—Entonces no hay necesidad de hablar con ella para que nos abra, solo hay que subir silenciosamente y conseguir todo —planeó Jungkook.

—Con suerte no nos encontraremos con ella —apoyó el beta.

—Está bien, vamos entonces —asintió decidido el pelirosa omega—. Tengo que llegar a ordenar todo lo que me llevaré si quiero salir esta noche con ustedes —anunció abriendo la puerta.

—Espera, ¿entonces mi hermano te dejó salir con nosotros? —cuestionó Taehyung, siguiéndolo.

—Lo dices como si Yoongi hyung siempre me negara salir con ustedes cuando nunca me ha dicho que no desde que salimos —resopló.

—Pero entonces, ¿si irás? —preguntó Jungkook, siguiéndolo al igual que su pareja.

—Claro que sí, y Hyung también irá —informó—. Será la persona que se quedará sobria para cuidar de nosotros —explicó con una sonrisita.

—Genial, entonces podremos beber sin cuidado —sonrió el beta.

—La cosa es divertirnos, no salir sin poder levantar nuestros culos —resopló la pareja de este.

—No te preocupes, bebé, perfectamente podré levantar el tuyo, y no dudo de que mi hermano podrá con el de nuestro Jiminnie —exclamó sonriente.

—Idiota —gruñeron ambos omegas.

Ignorando como sus dos amigos comenzaban a hablar en voz bajita una vez llegaron a las escaleras, el pelirosa omega subió y observó sin mucha sorpresa como la puerta había intentado ser abierta sin éxito, logrando solamente sacar el candado, pero no la chapa.

—Bueno, pero qué abuela más encantadora —murmuró kook al contemplar lo mismo—. ¿Puedes abrirla? —preguntó—. ¿O debemos de llamar a un cerrajero?

—Creo... —musitó luchando por girar la llave—. Creo que con algo de fuerza podría —anunció rindiéndose.

—Déjaselo a mi Kookie —sonrió Taehyung empujando a su pareja.

—Tienes que levantar la puerta un poco —indicó el pelirosa, entregándole la llave.

Asintiendo, Jungkook siguió la instrucción y luego empujó la puerta mientras giraba la llave, logrando abrirla después del segundo empujón.

—Esa chapa está totalmente arruinada —se quejó.

—Si bueno, ya no será el problema de Minnie a partir de hoy —le recordó el beta, entrando junto a su amigo.

—¿Logró llevarse algo o todo en orden? —preguntó el omega dominante.

—Todo está como lo dejé ese día —asintió quitándose las zapatillas para internarse más—. ¿Pueden echar la ropa que me quedó en bolsas? —pidió—. Yo reuniré todos mis libros, cuadernos y tareas.

—Nunca nos contaste cómo fue que tu alfa logró convencerte de mudarte con él finalmente —comentó Jungkook, mientras comenzaba a trabajar con su pareja.

—Si lo hice —indicó.

—Pero no nos diste los detalles exactos —argumentó.

—Bueno, no es muy interesante —indicó—. Mi abuela había sido especialmente desagradable ese día —comenzó mientras caminaba por la sala reuniendo todo—. Había quedado con Yoongi de ir a una cita y mi abuela me obligó a retrasarla para limpiar la casa, y eventualmente a cancelarla con el transcurso del día, mientras más tareas me daba —contó—. Al final, cuando me quitó mi teléfono, insultó y me golpeó cuando le respondí, mi alfa apareció y simplemente me sacó de ahí. No hubo mucho después de eso, me dijo lo que ya sabía y entonces me anuncio que me iba a vivir con él porque no seguiría permitiendo que viviera con esa bruja —terminó.

—Debimos de haber hecho eso mismo desde el principio —se quejó Taehyung.

—No creo que lo hubiésemos logrado —negó su pareja—. Tu hermano apareció en el momento oportuno, cuando más lo necesitaba Minnie-ah, eso fue lo que no le permitió dudar cuando Yoongi simplemente actuó todo dominante anunciando que se lo llevaba —expresó.

—Con Yoonie me siento seguro —se encogió de hombros, y eso prácticamente decía todo.

—¿Algo más que quieras llevar? —preguntó Taehyung.

—No, bueno... —observó a su alrededor—. De hecho, me faltan unos documentos y desde que no me los llevé y tampoco están aquí...

—Tu abuela los sacó —comprendieron ambos contrarios.

—¿Qué documentos son? —cuestionó el otro omega.

—Unos de la universidad y mi pasaporte —respondió.

—¿Los necesitas? —dudó el beta.

—Lamentablemente —asintió con un suspiro—. Sé dónde están, la cosa es que no sabemos si mi abuela se encuentra en casa —expresó levantando la bolsa con sus libros entre otras cosas.

—Fuera así, estoy seguro de que ya habría salido a averiguar qué está sucediendo —comentó Tae—. Subamos las cosas y te acompañamos a buscarlos.

—Prefiero entrar yo solo en caso de que esté —expresó saliendo de la habitación—. No es que crea realmente lo peor de ella, pero como que si la veo llamando a la policía si ve a más de uno entrando a su casa —explicó.

—Con esa bruja es posible —coincidió Jungkook—. Llevaremos tus cosas al auto y te esperaremos en la entrada de la casa —planeó.

—Suena bien —asintió entregándole su bolsa—. No demoro —prometió alejándose una vez terminaron de bajar las escaleras.

Dirigiéndose a la entrada trasera, Jimin giró el pomo y se agachó para sacar la llave de repuesto bajo el tapete cuando descubrió que esta estaba cerrada.

Abriendo la puerta, la cerró lo más silencioso que pudo y se internó en la cocina, arrugado automáticamente su nariz al descubrir la montaña de ollas y platos sucios tanto en el lavavajillas como en los muebles.

Cruzando hasta la sala de estar, se detuvo un momento y contempló hacia la escalera, esperando que su abuela apareciera.

Cuando no lo hizo, cruzó la habitación y fue directo a la pequeña librería llena de libros viejos a pesar de estar sin ningún uso. Sacando el tercero de la cuarta fila, abrió el libro y recuperó sus documentos.

—Pareces una sucia rata escurridiza —anunció una voz desde el comedor.

Dejando caer el libro por el susto, el omega se dio media vuelta y contempló a su tío observándole fijamente.

—Pensé que ya te habías ido —comentó.

—Y yo que nunca más volverías —sonrió de forma desagradable.

—Eh... Solo vine por esto —explicó alzando los papeles en sus manos—. Pero ya me voy —prometió, avanzando sin quitarle los ojos al alfa.

—Podrías quedarte un momento más, tu abuela te ha extrañado mucho —expresó, siguiéndolo con lentitud.

—Si, bueno, creo que solo extraña que no mantenga la casa limpia —respondió, acercándose a la puerta.

—Yo también te he extrañado —anunció—. Hace años que no te veo y ahora que he vuelto, te vas —indicó.

—Lo siento, cada uno con su vida y eso —le sonrió nerviosamente.

—¿Qué es eso en tu cuello? —cuestionó repentinamente, entrecerrando sus ojos mientras se concentraba en la marca de su cuello.

Jimin fácilmente contempló como una silenciosa furia comenzaba a apoderarse del rostro de su tío, y antes de que este hiciera algo, salió por la puerta de forma apresurada, casi chocando con sus amigos prácticamente.

—Vamos, vamos, vamos —repitió mientras tiraba de ellos, alejándolos de esa casa lo más pronto posible.

—¿Qué sucedió? ¿Tu abuela te molestó —cuestionó Jungkook con el ceño fruncido.

—No, mi abuela no, mi tío —corrigió abriendo la puerta y entrando.

—Bueno, me causa escalofríos —comentó Taehyung, subiéndose al auto.

—A mí también —coincidió el pelirosa—. Otra razón por la cual me fui con mi alfa cuando este me lo pidió —murmuró abrazándose a sí mismo, soltando un suspiro de alivio cuando el auto finalmente comenzó a avanzar.

—Hey —llamó Kook, volteándose para observarlo—. ¿Estás bien? —preguntó mirándole preocupado.

—Sí, creo —dudó y torció sus labios cuando su teléfono sonó con un mensaje.

—Vaya, esa conexión que tienes con mi hermano realmente trabaja bien —comentó Taehyung, observándole por el espejo retrovisor.

—¿Le dirás de ese alfa extraño? —preguntó el rubio omega sentando frente a él.

—No, es preocuparlo innecesariamente desde que no crea que me vuelva a encontrar con él —respondió sacando su celular para asegurarle a su alfa que se encontraba bien.

No muy seguros de que decir al respecto, la pareja solo se encogió de hombros.

Cuando Jimin escuchó la puerta abrirse, salió de la habitación y corrió por el pasillo, saliendo a la sala y finalmente saltando sobre su pareja, quien fácilmente le atrapó y alzó sosteniéndole por su trasero.

—¿Cómo te fue hoy? —preguntó restregando sus narices juntas.

—No me quejo, aunque Namjoon aún no me quiere poner a trabajar fuera del escritorio más que para un chequeo de seguridad —explicó.

—Uhm, ¿soy malo si te digo que prefiero que siga así hasta que tu brazo sane por completo? —expresó.

—Te estoy sosteniendo en brazos —indicó—. Si me doliera, ni siquiera habría podido hacer esto —anunció y lo alzó aún más, hasta que la cabeza de Jimin le superó.

—No seas tonto y no te sobre esfuerces —refunfuñó golpeando sus hombros.

—Solo quería demostrar mi punto —explicó picoteando sus labios antes de moverlos hasta llegar al sofá, donde tomó asiento y acomodó a su chico para que se sentara a horcajadas—. ¿Y bien? —preguntó.

—¿Y bien? —repitió, colocando sus manos sobre el firme pecho.

—Has estado inquieto desde que fuiste a la casa de tu abuela —indicó—. ¿Qué sucedió?

—Nada —respondió y soltó un bufido cuando su pareja simplemente se le quedó observando—. Es en serio, realmente no pasó nada. No me encontré con lo abuela ni nada —prometió—. Incluso me pude traer todas mis cosas, las estaba terminando de acomodar cuando llegaste —explicó.

—Hubo un momento en el que te asustaste —anunció, obviamente sin dejarlo ir.

—Uh... Bueno, no sabía que mi tío estaba ahí, por lo que cuando apareció de la nada mientras estaba en la casa por unos papeles, me asustó —explicó.

—¿Tu tío es igual a tu abuela? —preguntó.

—Podría decirse —asintió—. Pocas veces estuvo en la casa mientras crecía, siempre que tenía cuentas aparecía y una vez las lograba pagar se iba —contó—. Nunca me sentí cómodo con él, tal vez porque era un alfa desagradable —se encogió de hombros.

—Bien, supongo que lo dejaré ir por ahora —mintió dejando el tema de momento.

No tenía sentido insistir cuando su chico no quería hablar de ello, ya habría tiempo después para engatusarlo y sacarle la verdad.

Alzando una mano, el alfa dominando la llevó hasta la nuca de su omega, obligándole a acercar su rostro al suyo.

—Pero para la próxima que te pregunte si ocurrió algo, quiero que me digas todo y no simplemente me asegures de que estás bien, ¿de acuerdo? —ordenó.

—¿No puedes creer en mí cuando te digo que estoy bien? —preguntó en cambio el omega, observándole con tranquilidad.

—No. No lo haré cuando nuestro lazo me dice todo lo contrario, mucho menos cuando te pregunto qué ocurrió y tú me sales con un "estoy bien" Porque eso no es lo que pregunté, y si lo hice, es porque sé que algo te ocurrió y quiero una respuesta para saber si tengo que ir contigo y ayudarte o es algo con lo que puedes lidiar hasta que nos encontremos —explicó con severidad—. ¿Comprendes?

—Lo hago —asintió despacio, sintiendo como un sentimiento cálido se derretía en su interior ante la preocupación de su alfa—. Prometo responder bien la próxima vez.

—Eso es —aceptó y le besó dulcemente, borrando aquella expresión seria—. Ahora, ¿a qué hora estaremos saliendo con los chicos? —preguntó.

—Después de cenar —respondió en un suspiro.

—Pidamos algo de comida y terminemos de ordenar tus cosas —decidió—. Necesito saber también cuánto es el dinero que te falta para depositarlo a tu cuenta —le recordó.

—Te lo diré en el momento en que lo necesite —prometió y comenzó a levantarse—. Vamos, hay que estar listos para cuando los chicos vengan por nosotros y debes de bañarte aún —indicó—. Yo pido la comida.

—Está bien, de acuerdo —aceptó con un suspiro—. Pero no estaré hasta las tres de la mañana cuidando el trasero de tus amigos, doce y máximo una, nos vamos a esa hora y si ellos no quieren, ya es su problema —advirtió.

—Lo suficientemente justo —prometió feliz.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro