Episode 8

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—¿Jungkook sunbanim? — uno de los bebés de la empresa entró a la sala de ensayo, encontrándose con un Jungkook sentado en el medio de la sala sacándose fotos. El nombrado giró su cabeza hacia el chico, quién hizo una reverencia disculpándose. —Lamento interrumpirlo, creo que me equivoqué de sala. —rascó su nuca muy nervioso y tímido.

—¡No! No, no te equivocaste. — Jeon se levantó y guardó su teléfono en su bolsillo. También hizo una breve reverencia a Taehyun, y luego le explicó la situación.

  Tae escuchaba atentamente ante lo que le contaba. No entraba mucho en detalles, fue muy sencillo entender lo que el pelinegro quería de él.

—¿Lee Hye? —colocó sus dedos debajo de su barbilla y la acarició suavemente, un gesto característico de él, según sus amigos, en señal en que se estaba concentrando en algo. —La conozco, un poco y nada, pero sé quien es. —Cruzó ambos brazos ni bien su espalda chocó con la puerta, ya cerrada, de la sala.

  El mayor asintió ante aquella respuesta, en sus adentros gritaba de la emoción y a la vez le rogaba que el menor tuviera los suficientes detalles para complacer su fuerte curiosidad. —Te diré lo que veo, no lo que oigo de ella.

No comprendo.

—Jamás escuché que haya hecho algo mal en su vida. Pero siempre que escucho de ella, la describen de una forma no bonita. —cuenta el más joven. Pensó antes de seguir hablando. —Hye esto, y Hye lo otro. Pero nunca supe si hizo algo en el pasado como para estar todo el día sola, sin compañía. Solo se que su prima es popular por ser bonita y que le tiene cierto rencor.

«Aunque solamente viendo estatua suponiendo varias cosas. Eso tampoco te serviría mucho. Mejor te diré lo que una fuente muy confiable me diga a mí.»

—¿Y quién es esa fuente confiable?

—El que tiene más nacionalidades que talentos. Kamal”

°•°•°•°


Estaba eternamente agradecido con aquél menor. Gracias a ese tipo de interacción con él, ambos se volvieron más unidos. Supo inmediatamente que Hye mentía acerca de los mensajes, no hablaba con sus padres. Le dolió un poco la mentira, pero tampoco podía esperar que le dijese la verdad si no se tenían la suficiente confianza.

  Jungkook quería aumentar la confianza, pero no sabía cómo hacerlo, y tampoco incomodarla en el proceso.

  Una idea llegó a su mente. Volando se dirigió hacia la habitación de SeokJin y comenzó a tocar la puerta como loco.

  Jin se levantó de su cama muy molesto con la persona que lo molestaba a esas horas. No había pasado ni media hora desde que su sueño comenzó y ya lo estaban despertando. Quitó la cerradura de la puerta y con una mano frotando su ojo, con la otra se encargó de apuntar al culpable de que el Worldwide Handsome esté despierto.

—¡Oye, ¿Qué diablos te pasa?! —al ver a su amigo con una sonrisa angelical y, y haciéndose el inocente, se frustró más. —¡Niño! ¡Sabes lo cansado que salí del concierto y te atreves a...! —travieso y juguetón, abrazó a su hyung mientras palmaba su espalda. —¡Yah! ¡¿Qué crees que haces, mocoso del mal?!

—Lamento despertarte, Hyung. Pero... Necesito algo que tienes en tu habitación. —Seokjin, aún molesto, dejó pasar al mocoso del mal al departamento con el fin de que sacase lo que quisiese.

—Me lo devuelves en el desayuno. Estoy muerto. —Con los ojos cansados y la vista borrosa, se acostó nuevamente. Le ordenó a Jungkookie que cerrase la puerta al salir. El menor lo hizo después de darle las buenas noches tanto a Seokjin como a RJ.

  Y pensar que hace nada se estaban riendo en el ascensor por sus bromas y ahora lo llama mocoso del mal.

Volvió corriendo a su habitación. Sacó la guitarra del estuche y buscó el celular entre las sábanas. Vocalizó lo suficiente hasta confiarse de que sus cuerdas vocales estaban en buen estado para cantar una canción más. Totalmente dedicada a la chica de sus sueños.

Cruzó por su cabeza la posibilidad de hacer un vlive y mandar el enlace a Lee Hye, pero rechazó esa idea. Quería que la canción sea totalmente para ella y quedase entre ambos.

Chico de la Tienda
(Jungkook-ah) (1 mensaje)

  Lee Hye vio la notificación en su teléfono. Ella hacía su tarea muy desconcentrada, ni siquiera controlaba los cálculos que ella hacía estén bien hechos. Sólo le importaba terminarlo e irse de allí, pero aún no terminaba su horario de trabajo.

Sus ojeras eran muy visibles, dos grandes bolsas negras de basura era una buena comparación ante aquello. Bostezo y bostezo interrumpía cada frase que decía cuando hablaba con algún cliente, lo que le frustraba. Estaba muy cansaba, demasiado. En la corriente semana sólo logró dormir cinco horas, y eso ya agotaba completamente su mente.

  Unas vibraciones provenientes de su móvil interrumpió el desarrollo del ejercicio, otra vez. La pantalla mostró el contacto del chico de la tienda llamándola. Quiso rechazar la llamada, pero sus dedos no hicieron caso a su decisión y aceptó.

Las cuerdas de una guitarra comenzaron a escucharse a través de la línea. No era una videollamada, por lo tanto Jungkookie no pudo ver el rostro de confusión de Hye, y Hye no pudo ver la sonrisita nerviosa de Jungkookie.

"Cuelga. Cuelga. Cuelga." ordenaba su mente. Iba a hacerlo. Hasta que escuchó esa melodiosa voz.

  La flecha de cupido definitivamente terminó de atravesar el corazón de la cajera, y los pensamientos se centraron únicamente en Jungkook y su espléndida voz.

—Recuerdo la forma en la que me hacías sentir como un amor tan joven pero, algo dentro de mí sabía que era real. Congelado en mi cabeza... —Algo hizo click en la cabeza de Hye, recordó como él chico se sentó junto a ella y entabló conversación. Su rostro angelical y ahora escuchaba su voz igual de angelical. Ese chico debía ser un ángel. 

Fotos, estoy viviendo mediante ellas por ahora, tratando de recordar todos los buenos momentos. Nuestra vida se fue cortando tan fuerte, los recuerdos están jugando en mi aburrida mente. —Un sollozo se escapó por parte de ella. Pensó en sus padres fallecidos, en su verdadera familia. Jungkook no lo escuchó, siguió cantando con naturalidad. —Odio esta parte, Corazones de papel. Y sostendré un pedazo tuyo. No creas que simplemente me olvidaré de ello.

  No lo haría, jamás. Jungkook no olvidaría cómo la conoció, no olvidaría las prendas que llevaban ambos personajes ese espléndido día. No olvidaría la letra del cuaderno de Hye la segunda vez que la visitó en la tienda. No olvidaría lo bien que se sintió cuando sus manos se tocaron intentando tomar el mismo sándwich. No olvidaría nada de ello.

—Espero que tú no lo olvides.

  Ella negó con su cabeza. No olvidaría la letra de esa hermosa canción ni la persona quién la cantaba. El momento en que el chico le entregó el jugo de naranja quedó tatuado en su mente. También cuando lo vió desde lejos subiéndose a una camioneta con un cabello perfecto y sus labios rosados y muy deseables de probar. Hye se sonrojó al recordar aquello.

  La canción siguió hasta el final. Sorprendentemente para la joven cajera, el ángel humano se despidió y cortó la llamada. No movió ningún músculo después de ello por segundos que parecieron horas para ella.

¿Lo que acababa de pasar fue real o soñó despierta algo que nunca le pasaría a esta chica tan tímida y antisocial, temerosa e invisible para las personas?

El chico de la Tienda
(Jungkook)

Me avergoncé. ✔✔

Perdón si te molesté a estas horas. ✔✔

Creo que desafiné en
todos los versos. ✔✔

Te habré hecho sangrar los oídos,
¿No es así? ✔✔

Lo lamento mucho, Hye. Te dejo de
molestar. ✔✔

  No había sido un sueño. Le cantaron una canción...

A ella.

Choi Lee Hye

Gracias, Jungkook-ah. ✔✔

Necesitaba oír a un ángel cantar. ✔✔


No esperó una respuesta, bloqueó su teléfono y con los ojos llorosos y una sonrisa en su bello rostro, siguió con su tarea.

°•°•°•

Capítulo corto. No tengo mucha imaginación últimamente. Ayudaría mucho que voten la historia, si es que les gusta claro está, y que comenten.

¡Nos vemos! Cuídense mucho, mocosos del mal.

Child.

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