La mañana del 30 de Octubre del 2022, Kim Seokjin y Min Yoongi creyeron que su día sería otro más en su vida, uno sin tanta importancia y nada tan relevante como para recordarlo. Sin embargo, ambos estaban muy equivocados.

ㅡYoonnie ㅡllamó un dulce y precioso chico pelirrubio al lado de Yoongi, que desde hacía un tiempo llevaba quedándose a dormir junto a su precioso prometido.

ㅡJiminnie ㅡsusurró algo adormilado y con la voz ronca Yoongi, al mismo tiempo en que el pelirrubio estiraba su brazo y sujetaba a su coqueto prometido de la cintura.

ㅡHoy te vez particularmente más sensual que de costumbre.

Dejándose acariciar y besar por las habilidosas manos y persona de Yoongi, Jimin quiere acabar con todo aquello que lo atormenta desde que era muy joven y no tenía a nadie más que a su adorable y encantador vecino que al igual que el propio Jimin, no tenía a nadie que cuidará de él y que el mismo Jimin había cuidado desde que era un joven niño.

ㅡTengo que irme, corazón ㅡCortando de un tajo las caricias y besos de Yoongi, Jimin se levantó de la cama y con sólo una sábana entre sus manos, cubriendo la parte baja de su desnudes, Jimin se adentró al baño, sin darse cuenta que dejaba al mismo Yoongi con la duda de adónde iba Jimin todos los días al despertar.

Yoongi no era inseguro con respecto a lo que Jimin sentía por él, claro que no, confiaba en él y en cada muestra de afecto que el mismo le daba a su persona, sin embargo, el irse todos los días a exactamente la misma hora.

¿A dónde iba su Jimin todos los días?

ㅡ¿Jungkookie? ㅡLlamando tan dulcemente a su chico soñado Jimin, y mientras se adentra a la cafetería en donde cita cada mañana a su precioso novio, este le recibe dulcemente con un beso y un fuerte abrazo.

ㅡ¡Te extrañé Jiminshi! ㅡCon un esplendoroso y sobre todo cálido beso en la mejilla, Jungkook se dispone a unir sus manos con las de su encantador Jimin y decirle al oído cuánto le ha extrañado, a pesar de haberle visto el día anterior.

Jungkook no entendía porque Jimin se iba todos los días por las noches, pero estaba seguro de que aquel risueño chico le quería con su vida, puesto que lo había cuidado desde que eran prácticamente unos niños pequeños.

Sin embargo, el encantador Jungkook desconocía todo aquello que su lindo Jimin había hecho para sacarlos adelante a ambos.

Y desde luego que Yoongi tampoco sabía nada de aquello, pues viendo a su tierno y encantador prometido besando y deshaciéndose entre los brazos de otra persona era algo que sin duda hacia a su corazón romperse en varios pedazos.

Jimin nos ha estado engañando...

Jimin nos mintió...

Jimin tiene un amante...

Fueron sin duda las primeras y más torturadoras frases que abordaron sin cesar la mente de Min Yoongi, seguido de frases cómo:

Tenemos que vengarnos.

Él no nos va a seguir engañando.

Quizá la venganza no era una de las ideas más acertadas para pensar, pero si era la que más se adecuaba a toda la revolución de sentimientos que Yoongi sentía muy dentro de si.

ㅡ¿Hablas enserio Jin? —boqueó el mejor amigo de Jin, Namjoon, haciendo al mismo Jin asentir emocionado.

ㅡ¡Soy el nuevo gerente de la cafetería! ㅡDesbordando alegría, Jin se colocó su mandil de trabajo e instantáneamente se encaminó hasta las máquinas de café en donde la magia surgía, puesto que todo aquel que entraba a trabajar en aquella cafetería, debía saber hacer figuras sobre el café, pero no cualquier tipo de figuras, sino figuras de los personajes de Pokémon que a la gente tanto les encantaba.

ㅡEs una increíble noticia. Sigue así y pronto encontrarás algo más en que destacar al terminar tu carrera en Hotelería —aconsejó Namjoon, igual o más emocionado que Jin.

Ambos eran mejores amigos desde que se habían conocido en la secundaria, mas casi hermanos por sus gustos tan similares.

ㅡ¿Y has visto a aquel hombre tan atractivo que siempre viene?

Cambiando de tema muy derepente, Jin siente como sus mejillas se sonrojan al recordar el hermoso rubio y pálido hombre que solía ir a la cafetería casi todos los días.

ㅡNo ha venido hoy, pero tengo confianza en que vendrá... —dijo en un principio con seguridad pero desbordando nerviosismo al finalizar, pues instantes seguidos el mismo hombre del que habían empezado a hablar estaba llegando con una cara de pocos amigos. Y claro que aquello hizo a ambos amigos mirarse muy lentamente, puesto que, tan pronto cómo le vio, se les acercó y soltó una bomba sin dudar hacía a Jin.

Cásate conmigo...