Capítulo 61

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T/n Malfoy

Max desaparece de nuestra vista dejando un vacío en mi estómago. ¿Eso es todo? ¿Ya se fue?

Y sin tiempo de dejarme pensar soy arrastrada por Mattheo otra vez. Corremos por el pasillo intentando no morir en el intento. Matamos a algunos mortifagos y a otros solo los desmayamos.

Mattheo se aferra a mi mano como si su vida dependiera de eso y no me suelta para nada. Me lleva de un lado a otro alejándome o atrayéndome de él.

Veo todo destruido y me causa tanto dolor ver a todos los niños peleándo como si fueran adultos. Veo cuerpos que trato de esquivar mientras me lleno de sentimiento.

Cuando estamos a punto de salir del Gran Comedor veo de reojo a la señora Weasley pelear contra mi tía, Bellatrix Lestrange. Hasta que la reduce para después matarla.

Siento una punzada de dolor en mi pecho. Si, se que ellos se lo buscaron, pero eso no quita que sigue siendo mi familia que yo también quiero. Y obviamente me duele.

Se que ella mato a cientos de personas y entiendo el odio hacia ella o mi padre, pero sigue siendo mi familia.

Mi mente me traiciona y me siento débil... Siento como una punzada de dolor en el estómago y... es lo último que recuerdo antes de que todos se volviera negro...

Cinco días después

Abro los ojos acostumbrándome a la luz de la habitación ¿Dónde estoy?

Cuando abro los ojos finalmente y veo el techo completamente blanco con una lámpara que me cala aún.

¿Qué me paso?

Trato de levantarme, pero me siento débil. Cuando logro levantar mi cabeza un poco noto algunos muebles que reconozco como muebles del hospital San Mungos.

Cuando vuelvo a tratar de levantárme, una enfermera entra con una cara de sorpresa.

—Señorita Malfoy...— dice con sorpresa acercándose rápidamente a ayudarme.

—¿Que me paso?— preguntó débilmente, me siento fatal.

Ella busca algo en su bolsillo y después de  unos minutos una doctora entra con una sonrisa en su rostro.

—Señorita Malfoy... Que bien que haya despertado.— comenta mientras se acerca a mi a checarme.

—¿Qué me pasó?— vuelvo a preguntar, pero esta vez si tengo respuesta.

—Está en el hospital, Fue traída aquí hace cinco días...

—¡¿Cinco días?!

—Tranquilícese señorita... Tuvo un colapso emocional...

—¿Un que...?

Pero somos interrumpidas por gritos y golpes afuera de la puerta.

¿Qué?

La doctora me da una mirada rápida antes de fijarse por la ventanilla de la puerta. Y salir de la habitación. Después de unos segundos de gritos que rápidamente reconozco, tres figuras se hacen ver en la puerta.

Me observan con un brillo en sus ojos mientras tratan de decir algo.

—¿Ustedes quiénes son?— digo rascándome la cabeza.

La mirada de Tom, Mattheo y Draco recae al estuchar mi declaración.

—Ella no mencionó nada de su memoria...— escuchó susurrar a Tom.

—Eh... Hola. Soy Mattheo y soy tú...— voltea encarando a Tom y Draco. —¿Qué soy de ella?

—Si tú no sabes yo menos.— alega Draco.

—Soy tú... ex novio pero es complicado no creo que hayamos terminado en algún momento.— dice mirándome. —Pero tampoco es como que sigamos de novios eh... ¿Qué mas digo?

En ese momento veo a la doctora parada detrás de Tom y Mattheo.

—Ash cállate.— Draco lo empuja llegando a un lado mío. —Soy Draco Malfoy, soy tu mellizo ehh...

—¿Se puede saber que hacen?— pregunta la doctora haciendo un silencioso incómodo.

Y es ahí donde exploto de la risa.

Mattheo, Tom y Draco me ven confundidos mientras la doctora suelta una risa llegando a mi.

—La señorita Malfoy recuerda todo a la perfección me parece.— comenta haciendo que Mattheo y Draco me vean de manera dramática.

—¿Qué?

—Señorita Malfoy... ¿Cómo se siente hoy?

—Me siento mejor... Gracias.— alegó con una sonrisita.

La cara de Mattheo se vuelve pálida y se queda inmóvil.

—Hola a ustedes también.

—¿Recuerdas todo?— pregunta Tom con una ceja levantada.

—Claro que recuerdo todo Tom Riddle.— digo con una sonrisita dejándome caer sin descuido en la cama.

—Oh...

—Según mis estudios la señorita Malfoy puede irse, pero queremos tenerla aquí dos días más.— dice con una sonrisa viendo a mis compañeros. —Mañana queremos que tenga una visita con nuestra psicóloga como los demás pacientes que vivieron la guerra mágica. La señorita Malfoy...

—Puedes decirme T/n.

—T/n.— corrige ante mi pedido. —Debe estar en un ambiente calmado y sereno. No puede hacer actividades de mucho estrés y debe evitar que se preocupe.— explica. —Debe estar de los más tranquila posible.

Puedo notar que Mattheo en especial escucha todo con máxima atención, como si se le fuera a escapar algún detalle.

—Los estudios indican que solo fue un episodio postraumático que no necesita ser tratado con terapia intensiva, pero aún no descartamos la idea de que debe ir a terapia de vez en cuándo eso nos dirá el diagnóstico psicológico, yo solo les puedo el general corporal y esto...— dice apuntando su hoja. —Está en orden.— camina hasta la puerta con una sonrisa.

—Muchas gracias.— se adelanta a decir Mattheo.

Me remuevo entre las sábanas buscando una posición cómoda para tomar una siesta.

—¿Que haces?— cuestiona Mattheo alarmado detendiendo mi acción.

—Quiero dormir cómoda.— explicó sin más.

—No puedes moverte.— se niega ayudándome a regresar a la posición de hace unos momentos que no es nada cómoda.

—¿Por qué?

—¿No escuchaste lo que dijo tu doctora? Si te mueves puedes morir.— advierte con los ojos muy abiertos mientras asiente con la cabeza.

—Ella no dijo eso...— alega Tom de inmediato.

—Shhh...— lo calla enseguida. —¿Estas sordo? Dijo que necesitaba un ambiente tranquilo.

—No exageres...— intenta intervenir Draco, pero Mattheo repite su acción.

—Shhh...

—¿Pueden callarse? Quiero dormir.— digo cerrando los ojos para conseguir dormir un rato más.

Escucho como discuten, pero mi mente se desconecta cuando por fin logro dormir tranquilamente después de meses.

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