Me llevo años lograr que ella riera sinceramente frente a mi y con él que apenas lo conoció hace unos minutos se ríe como si no hubiera final. Estaba harto de que conmigo fuera así y también harto de no ser suficiente para ella, aguante tantos años ya veo que aquel  desprecio que me demostraba no era una broma, me he sentido ignorado por tanto tiempo, nunca he tratado de calmar mis sentimientos porque pienso todavía que los de ella hacia mi pueden dar un giro.

Mi corazón se estrujó y me sentí nublado en sentimientos, la quiero tanto que no puedo pensar en otra cosa que no sea ella ¿Por qué no puede sentir lo mismo que yo?  Y sí, puede que me estén cegando los celos y la tristeza pero ahora no era yo el que tenía el control de mi cuerpo.

No sé que tan perdido estaba porque pasó el tiempo cuando ya la veía acercarse a mi tratando de esquivar a la multitud que se cruzaba en su camino.

— ¿Jungkook, podemos irnos?. —Asentí desviando la mirada tratando de esquivar sus ojos, tampoco me daban las ganas de hablar. Salí primero, mientras se despedía de todos. — Oye no vas solo, espera un poco. — Metí mis manos a los bolsillos sin mirarla, mi rostro serio mientras esperaba algún taxi. No comento nada más, pero en el camino sus ojos me examinaban queriendo encontrar alguna respuesta. Sé que tampoco debía comportarme así como un niño pequeño, pero no sabía como controlar mis sentimientos.

Cuando llegamos yo solo me fui casi corriendo a mi habitación bajo su atenta miraba y luego no volví a saber de su persona. Me derrumbé en mi cama, sin saber que hacer, que pensar, pero todo se calmo cuando quede inconsciente.

Salí de mi habitación bajando las escaleras llegando hasta a la cocina, la vi preparando el desayuno, quise pasar desapercibido para que no me notara y salir lo antes posible de aquí alejandome de su lado, pero fue una misión imposible.

— Kook. — Mis párpados se cerraron fuertemente quedando un rato dándole la espalda, volteé hacia su figura sintiendome el corazón retumbar en mi pecho, mis vista se pego al suelo sin querer conectarme fijamente con aquella. — ¿Qué sucede?. — Preguntó suavemente haciendo que alzara mis pestañas hasta sus sus ojos, perdiendome por un momento. Su cuerpo se acercó a mí sigilosamente hasta estar a unos centímetros de mi anatomía, alcanzó mi mano tomándola entre la suya mientras me dirigía al sofá, nos sentamos allí. — ¿Quieres contarme?. — Allí me derrumbé mentalmente, no podía, ni quería mantenerla lejos de mi, abrió sus brazos sin decir nada más, su mano fue a parar a mi cabeza dándome el consuelo que creía que necesitaba, porque con solo tenerla a mi lado era suficiente para mí, escondí mi cabeza entre su cuello y clavícula dejándome inundar por su aroma.

La quería tanto que me dolía, y lo odiaba, la odiaba a ella por hacerme sentir así, por ser tan bella, por descontrolar mi mente. Besó mi cabeza y yo me apreté más en sus brazos, olía tan bien, mordí mi labio y por error también logré rozar con mis dientes su cuello descubierto haciendo que se estremeciera, alcé mi cabeza viendo su mirada de compasión, no podía despegar mis ojos de los suyos. Algo dentro de mi decía que me acercara más a ella y así lo hice.

Se puso recta en su lugar en espera de mi siguiente acto mientras cerraba mis ojos, rogaba por aunque sea rozar mis labios contra los suyos.

—¡La puerta!.— Gritó exaltada separándose como un rayo, una mueca se asomó de mi, todo me salía mal.

Luego se hizo aparición con dos cabezas más a su lado, Taehyung tenía su brazo alrededor del cuello de Yoonhye algo que solo ignoré volteando mi cabeza hacia otro lado

— ¿Están cocinando? Huele como si se estuviera quemado algo. — Preguntó Jimin arrugando su nariz, la chica entre nosotros salió alarmada en dirección a la cocina.

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La noche cayó sobre nosotros y Noona se había dormido entre nosotros cuando veíamos una película. Cuando ellos se fueron decidí llevarla a su habitación en mis brazos, cuando la dejé en su cama, quise soltarla pero sus brazos se enredaron fuertemente en mi cuello. Trate de llamarla pero estaba completamente dormida, hasta que me rendí.

Me acosté a su lado y envolví su cintura con mi brazo mientras ella parecía cada vez moverse más cerca con su rostro pegado a mi cuello, cerré los ojos atrayendo su anatomía a la mía. Me puse algo nervioso ya que sus labios empezaron a rozar mi nuez de adam causándome cosquillas. Me sorprendió cuando absorbió duramente mi piel, mordió mi garganta haciéndome quedar sin aire mientras me sentaba rápidamente en la cama mientras la llamaba en un grito.— ¡Noona!.

— ¡Mi gelatina!.—Se levantó asustada mirando hacia todos lados y luego a mi frunciendo el ceño. — ¿Jungkook, qué pasa contigo, por qué me despiertas de esa forma?

— Me mordiste. — La miré todavía sorprendido, viendo sus ojos abrirse en grande.

— ¿Te mordí?. Lo siento, ahora déjame dormir. Nadie te manda a meterte en mi cama.

— Me quedé porque cuando te traje no querías soltarme y me abrazabas como un piojo cuando lo están exterminando. — Me quejé cuando sus ojos me examinaban desde la almohada, rodó los ojos ignorándome y cerrando sus ojos. —Estoy harto de que me arme problemas, así que voy a dormir aquí por  recompensa de todo lo que me ha hecho pasar.

— Yo no te dije que sí.

— Yo ya dije que sí y punto, ahora duerma. — Le di un beso en la mejilla y la atraje a mi cuerpo. Se retorció intentando liberarse hasta que ya no volvió a moverse y el ambiente se torno tranquilo.

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Como me mude pues ya no hay privacidad, como que no me llega la inspiración y además de que el internet es una kk, pues eso...solo quería decirlo por si algún día me tardo, aunque todavía tengo para más.