— Lo siento, no pensé que las cosas se fueran a poner así.— Mis disculpas salieron sinceras y agradecí que hubiéramos dejado de ser el centro de atención de todos, aunque fuera solo por un momento.

— Debiste hacerlo ahora mira en lo que estamos metidos. — La severidad de su voz en serio me asustó y supe que lo mejor era acabar con esto ya, y admitir que le había mentido a Yoonhye.

— Sí, lo sé, lo siento por meterte en esto, será mejor que le diga la verdad a todos.

— Ya deja de disculparte, ya lo hecho, hecho está.

— ¡Jungkook! — Me llamaron los dos fenómenos con los que hablaba. Me excuse con Suni  y fui a donde los chicos y me quedé parado frente a ellos  que me observaban como si les hubiera ocultado que me comí el último pedazo de pizza en el mundo.

— ¿Qué se supone que estás haciendo? — Y ahí venía su interrogatorio, que ni yo sabía porqué lo había hecho, ¿por qué se me ocurrió aquello? Alcé mis hombros con una mueca en mi rostro, sus ojos me aniquilaron mientras yo desvié mi vista a algo que llamó por completo mi atención .

— Ya vuelvo.

— ¿¡Cómo que ya vuelves!? ¡Oye, no me dejes hablando solo! — Fueron los últimos gritos que escuché de parte de Taehyung antes de que Jimin cubriera su boca y este le mordiera aquella ganándose quejas y emprendiendo una pelea.

Trataba de que mis pasos fueran sigilosos y me di asco a mí mismo de que hubiera sido capaz de llegar a este punto, perseguir a Yoonhye cuando la veía con un hombre ¿Qué seguía, encerrarla con llave en su cuarto cuando vaya a salir de la casa?

Se mantenían en silencio mientras caminaban al lado del otro, hasta que detuvieron su andar y rápidamente tuve que esconderme detrás de un árbol.

— Gracias por salvarme.

— No es nada, no podía dejar que simplemente te murieras además, yo fui el que te insito a entrar al agua. — Cerré mis ojos no dejándome llevar por mis emociones, él fue quien la convenció.

— Solo...

— No tenemos porque hablar de esto, ya es pasado, y sé que tampoco quieres hablar de ello.

— Gracias, eres muy amable.

— Sip, deberían llamarme señor amable, porque eso soy, amable. — No se pudo ni controlar y seguro que no notaba que a kilómetros se veía que estaba hecho un manojo de nervios. — Lo siento, no sé, me siento un poco nervioso.

— No te disculpes, yo creo que fue tierno. — Mis ojos se abrieron como grandes arándanos y casi pude saborear el liquido de mis sentimientos derramándose, no quería seguir escuchando, tenía que ser un hombre maduro y alejarme.

Cuando ya por fin decidí que lo mejor era apartarme, aunque la idea no me cupiera en la cabeza.

Mire por última vez y no entendí que pasaba, solo veía aquella escena de Hyun Woo acercándose a ella con una calma que me revolvía el estomago. Era un idiota, se quería aprovechar de ella cuando se encontraba con los sentimientos al aire.

— Hyun Woo, tu hermana te busca. —  Una media sonrisa me salió, pero juro que la habría agrandado para meterle más amabilidad a mi escena de celos y de hipocresía.

— Gracias, entonces, si me disculpan iré a ver que es lo que quiere.

— Ve. — Habló ella con la etapa de amabilidad que más  me volvía loco de su persona.

Cuando él ya se alejó casi me gana el impulso de correr a abrazarla, pero lo contuve aunque me doliera todo el sistema dentro de mi anatomía por sentirme tan lejos de ella

— ¿Quieres decirme algo Jungkook?

— No Yoonhye. — Me odie por ser tan egoísta y querer por lo menos que ella extrañará aunque sea un poco la atención que le regalaba, pero debía mantener mi plan de dejar de entregarle mi corazón cuando aquella inconscientemente siempre lo rechazaba.

— ¿Yoonhye..? ¿Qué sucede? — Una risa se escapó se oyó  mientras cruzaba sus brazos.— Casi nunca me llamas así.

— Solo pensé en que estoy creciendo y aunque todavía eres mayor que yo, quiero empezar a cambiar todo, porque llamarte así me hace sentir como si todavía fuera un pequeño el cual necesita atención.

— Oh...— Aclaró su garganta observando el suelo por un segundo y luego me miró. — Que bien que te des cuenta que estas creciendo y que ya no necesites atención, me estaba cansando un poco de tenerte encima todo el tiempo. — Puede que haya sido una broma, pero mi corazón en serio se estrujó.

— Que bien que estemos aclarando las cosas. — Comenté ya sintiéndome un poco enojado. Me enojé conmigo porque sé  que yo estoy haciendo todo esto para olvidar e igual seguía sintiéndose horrible.

— ¡Súper bien! — Mi tono de voz fue grosero algo que fue obvio que la hizo molestar.

— Pero no mejor que casi te andes besando con un tipo aquí a oscuras en medio de los árboles y a escondidas de los demás.

Su boca se abrió indignada y sus ceño se frunció a más no poder.— ¡A ti que te importa! nadie te ha llamado así que mejor métete en tus asuntos, yo veré que hacer y que no, y esperó que vayas regulando el tono de tu voz porque no me está gustando para nada el como me hablas.

— ¡Pues que bien que no te guste, no estoy en la vida para complacerte! — Exclamé en su cara.

Me di cuenta del error cuando se fue a paso ligero sin ni siquiera mirarme y cuando en mi pecho se expresó un dolor que se sentía como si hubiera perdido lo más importante de mi vida, por segunda vez.