Cuando Jimin llegó al jardín sonrió con amabilidad y se sentó junto con Yoongi el cual lo vio de reojo y siguió hablando con sus suegros.

—¿De qué hablaban? —preguntó Jimin curioso.

—Una de tus hermanas que ya está casada y dará a luz a su primer bebé y quiere que la familia esté presente. —habló su madre.

—Ya veo. —dijo Jimin.

—A Jimin y a mí nos encantaría ir. —mencionó Yoongi. —ya pasó un año y Jimin ya no ha visto a su familia.

Jimin solo sonrió luego de que los padres de Jimin se fueran, estos se quedaron solos, Yoongi no decía nada y el doncel mucho menos; luego de un largo silencio Jimin decidió hablar.

—No tienes que ir si no quieres. —le dijo. —inventaré alguna excusa.

—Debemos de ser un buen matrimonio.  —lo vio. —además, tengo unos negocios cerca de donde tu hermana vive.

—Ya veo. —asintió.

—Descuida, Jimin será un buen esposo. —miro al jardín.

Jimin se levantó y al ver como venían empleados se sentó sobre el pálido, el cual arqueo una ceja ante la acción del chico. Yoongi solo sintió como le acariciaba el rostro el menor y lo detuvo con fuerza, pero nunca movió a Jimin de encima de él.

—Joven Yoongi. —habló un hombre.

—¿Qué ocurre? —preguntó sin dejar de ver a Jimin.

—Es su caballo. —le dijo. —sigue enfermo y no hay mejoría.

—Iré en un momento. —hablo.

El personal asintió y se fue dejando a la pareja sola, Yoongi al estar al fin solo con Jimin lo tiró al suelo y se levantó. El doncel se quejó y también se levantó y lo tomó de la muñeca para detenerlo.

—¿Qué tiene tu caballo? —le preguntó.

—Qué te importa. —respondió Yoongi.

—Ya es suficiente con tu actitud grosera hacia mi persona. —le dijo.

—No te hagas la víctima ahora Park. —se puso frente al doncel. —que tú tuviste esa misma actitud conmigo.

El rubio lo vio molesto, pero solo suspiro y soltó al mayor, Yoongi miró al menor el cual bajo el rostro.

—Solo quiero ser un buen esposo. —susurro. —poder entenderte.

—Si yo hubiera sido tú hubiera elegido irme con mi amante. —se giró para irse.

—Ni siquiera lo fue. —mencionó y Yoongi se detuvo. —solo fue un simple romance pasajero al menos para él.

—Aun así no justifica el daño y dolor que me causaste. —se giró para verlo. —todo lo que hacía para hacerte feliz lo destrozaste.

—Puedes olvidar eso. —se acercó a paso lento.

—Eso no es fácil de olvidar.  —lo vio a los ojos. —y menos cuando esa persona te hizo entender que nunca te amará como tú lo amas.