Capítulo 1

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✵༄ Lando Norris –

Estaba en casa, después de la carrera en Austria había tomado el primer vuelo, quería aprovechar para estar un par de días antes y pasarlos con mi familia, aunque igual tendría algo de tiempo, ya que luego de la carrera en Silverstone, la siguiente carrera era dos semanas después, en Hungría.

Al aterrizar en el aeropuerto, tome mis maletas y salí, sonriendo al ver el auto de Oliver, aunque le había insistido en que no era necesario venir hasta aquí para recogerme, el había venido igual.

Nos abrazamos y subí al auto, emocionado por ver a todos de nuevo, solía extrañarlos mucho cuando viajaba, y ellos no siempre podían ir a las carreras.

— ¿Como está mamá? — Pregunte mientras admiraba el paisaje por la ventana.

Oliver se rio — Como loca cocinando un banquete, todo para celebrar que regresaste a casa.

Me reí también, mientras quitaba el sonido de mi teléfono y revisaba si había alguna notificación importante.

— ¿Y papá? ¿Las locas? — Pregunte y note como el ceño de Oliver se frunció un poco.

— Papa esta bien, trabaja mucho, ya sabes. Flo esta ocupada con todo lo de la equitación, en algunas semanas tiene una competencia, así que esta practicando mucho.

Contesto haciéndome sonreír, aunque fruncí un poco el ceño al darme cuenta de que no había incluido a una persona — ¿Y Cisca?

— Bueno... no lo se Lan, no me he pasado mucho por casa últimamente.

La respuesta evasiva de mi hermano encendió las alarmas en mi cabeza. Sin embargo decidí no comentar nada por el momento, ya hablaría con mamá al llegar.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

Cuando entramos en casa mama se acerco corriendo a abrazarme, acto que recibí con gusto, la abrace con fuerza mientras me reía de todas las preguntas que hacia, como si no habláramos casi a diario.

Papa se acercó de forma mas calmada y también me rodeo con sus brazos.

— Pasa pasa, Oliver lleva sus cosas a la habitación, que la cena ya esta casi lista.

— Si señora, ahora llevo el equipaje de su majestad a sus aposentos. — Se burlo Oliver ganándose un golpe juguetón en el brazo por parte de mi madre.

— ¿Como estas cariño? ¿Que tal el vuelo?

— Todo bien mamá, no fue tan largo ni pesado por suerte.

Mamá solo asintió con la cabeza.

— He cocinado tus platillos favoritos para que cenemos todos juntos, y compre ese helado que tanto te gusta.

— No debiste molestarte. — le dije con una sonrisa, y cuando estaba por preguntar como estaba, alguien me rodeo con sus brazos subiéndose a mi espalda.

— Hola rulitos.

Me reí al escuchar la voz de mi hermana, y la ayude a bajarse para luego abrazarla.

— Pero si es la estrella de la familia. Que tal los entrenamientos con los caballos?

— Cansados... — suspiro antes de volver a sonreír. — ¿Y tú? ¿Que tal los motores y esas cosas aburridas?

Me reí mientras nos sentábamos en la isla de la cocina, mama me dio un vaso de agua que acepte con gusto mientras me ponía al día con Flo. No es como si no habláramos varias veces a la semana, pero aún así siempre había mas cosas que contar.

— Por cierto. ¿Donde esta Cisca?

Ante la mención de esta mi madre dejo de cortar los vegetales que la tenían tan entretenida y volteo a verme con una sonrisa forzada.

— Llegara algo tarde a casa... esta en detención en la escuela.

Fruncí el ceño, Cisca iba a una escuela privada en Bristol, era de las mejores y también era un internado, aunque algunos alumnos que vivían cerca residían en sus casas, como sucedía con mi hermana.

Me pareció extraño escuchar que estaba metiendose en problemas, aunque no habíamos hablado mucho últimamente, Cisca siempre había sido responsable y tranquila. De hecho solía tener muy buenas calificaciones y ser muy inteligente.

— Desde que me fui de la escuela empezó a juntarse con una chica que no me agrada para nada.

Comentó Flo. Ella solía estudiar con Cisca, aunque fuera mayor, pero gracias a las competencias y a como escalaba en el mundo de la equitación había cambiado de escuela a una publica, que quedaba mas cerca y le daba mas flexibilidad para faltar cuando tenia que competir. Sin embargo nunca había escuchado a Cisca quejarse por tener que quedarse en la escuela privada sola.

— ¿En que clase de problemas esta metiendose?

Pregunte algo preocupado, pero mamá no dejo que Flo contestara. Se giro y nos apunto con la cuchara que estaba usando.

— Basta ya, debes estar cansado. Ve a lavarte las manos para que podamos cenar y luego te vayas a dormir.

Aunque quería seguir con la conversación, no quería disgustar a mi madre. Así que la obedecí y me fui al baño.

Luego de usar el baño y lavarme las manos y la cara salí hacia el comedor. Pero vi que no había nadie ahí, suponiendo entonces que probablemente cenaríamos en el patio.

Antes de salir decidí ir a por un suéter a mi habitación, ya que estaba haciendo algo de viento. Mientras subía las escaleras hacia mi habitación, donde Oliver había dejado mis cosas, escuché una voz.

— ¡Joder! Es mas complicado entrar que salir por aquí... Si ya entre, que se jodan si pensaban que me quedaría ahi por horas. Si, bien. Te veo esta noche. Adiós.

Confundido me acerqué a la habitación de donde provenía la voz, y me encontré con Cisca, entrando por la ventana de su habitación y colgando una llamada en su teléfono.

Aunque algo sorprendido, me apoye en la pared, esperando a que notara mi presencia.

Unos segundos después levanto su cabeza y al verme sonrió.

— ¡Lando! Llegaste al fin.

Se acerco a abrazarme haciéndome sonreír a mi también, correspondí su abrazo y cuando me separe la mire con una ceja enarcada.

— ¿Que haces aquí? Pensé que mamá había dicho que no te veríamos hasta mas tarde.

Cisca suspiro ante esto.

— Venga, quería que me quedara en la escuela hasta mas tarde por una tontería. No tenia ganas, estaba muy cansada y queria estar aquí cuando llegarás...

Sonreí algo indeciso. — ¿Ah si? ¿Y que tontería fue la que te metió en problemas?

Vi como se mordió el labio y desvió la mirada. — Venga ya Lan, no me vas a decir que nunca tuviste detención.

Me reí al escucharla. — Quizás un par de veces, pero por lo general me quedaba en la detención señorita.

— Bueno pero yo soy más inteligente que tu.

Ambos nos reímos y pase mi brazo por sus hombros, abrazándola de nuevo.

— Eres todo un caso.

— Si si, ahora tienes que ayudarme, como mamá me vea se va a cabrear, y no quiero que sigamos discutiendo.

— ¿Y que se supone que yo haga?

— Solo no dejes que suba. Me quedare aquí y cuando sea la hora bajare y fingiré que acabo de llegar. ¿Porfa?

Me reí y negué con la cabeza, ante su plan.

— Bien, te ayudo solo esta vez.

Su sonrisa fue contagiosa, había extrañado a la mas pequeña de la casa.

— Genial, nos vemos en un rato. Ahora vete, antes de que suban a buscarte.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

Cuando ya estábamos por terminar la comida, pude escuchar el sonido de la puerta, a los pocos segundos vi a Cisca acercarse con una sonrisa.

— He llegado, ¿De que me perdí?

Pregunto mientras se acercaba y dejaba un beso en mi mejilla, sin embargo mi sonrisa vacilo cuando vi como la mirada de Oliver se oscurecía y papa apretaba la mandíbula.

— ¿Un poco temprano no es así? — Pregunto papa mientras miraba su reloj. — Tu detención terminaba a las 6:30, y son tan solo las 6:40... ¿Volvió a traerte la chica esa?

El suspiro de mi hermana fue lo único que se escucho en la mesa, mientras yo la miraba confundido. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo.

— ¿Que chica? — Me atreví a preguntar.

— Mi amiga, a papá y a mamá no les cae bien, parece que la única amistad aceptable es mi propia hermana.

— Sabes que no es por eso que no te queremos cerca, es una mala influencia.

— Creo que ya estoy grande como para poder elegir a mis amigos mamá.

Antes de que pudiera procesarlo mi hermana ya estaba yéndose hacia el interior de la casa, azotando la puerta del patio.

Mire a mis padres sorprendido por la actitud de Cisca.

— ¿Podría alguien explicarme que esta pasando? ¿Porque no puede elegir ella a sus propias amistades?

Pregunte mirando an mis padres, tratando de defender a mi hermana menor.

— No es eso Lando, de verdad que no lo entiendes. — Respondió Oliver.

— Bueno quizás si alguien me lo explicara, me parece algo injusto ser el único que no sabe lo que sucede con mi hermana.

— No es nada importante cariño...

— Cariño... — Mi padre miro a mi madre, y como sucedía desde que tenia memoria los vi comunicarse con simples miradas, siempre me había parecido fascinante la conexión que tenían, como podían decirse lo que pensaban sin decir una sola palabra.

El suspiro de mi madre me saco de mis pensamientos, vi como se levantaba y empezaba a recoger los platos sucios.

— Lando, ¿Quieres ayudarme recogiendo los vasos?

Asentí y me levante a ayudarla, algo preocupado por el tono serio que había usado.

Cuando llegue a la cocina la vi apoyada en la encimera, metida en sus pensamientos.

— Me siento cómo cuando era un adolescente y estabas a punto de regañarme.

Intente hacer una broma, pero no pareció dar resultado. El silencio se extendió por algunos segundos mas, hasta que mi madre al fin se decidió a hablar.

— La encontraron fumando en los baños.

Fue una sola oración, nada de explicaciones, sin contexto alguno. Pensé que lo había imaginado, y me reí.

— Si claro, ya enserio mamá, ¿Que hizo Cisca? — Pero la mirada seria de mi madre me hizo entender que no se trataba de ninguna broma, solo pude negar con mi cabeza. — Eso... no, sabes que ella no es ese tipo de chica, ella no fuma.

— Eso pensaba yo, pero últimamente actúa extraño, desde que empezó a salir con esa chica, llega tarde y no nos dice a donde va. No habíamos dicho nada pero ayer llamaron temprano de la escuela, tu padre tuvo que ir por ella ya que la habían encontrado fumando con su nueva amiga.

— Joder...

No dije nada mas y deje a mi madre en la cocina, mientras me dirigía a las escaleras. Necesitaba que mi hermana explicara lo que había sucedido, que me dijera que era todo una mentira.

Entre a su habitación sin tocar, y la encontré hecha un desastre, había ropa y maquillaje por todos lados, los cuales no habían estado antes.

— ¿Vas a algun lado? — Le pregunte cuando salió del baño, con una ropa distinta a la que llevaba puesta unos minutos atrás.

— ¿Yo? Que va, solo me estaba probando algunos conjuntos.

Me sonrió y yo enarque una ceja.

— ¿Quieres explicarme lo de fumar en el baño?

Fui directo, como siempre lo era, odiaba cuando la gente le daba vueltas a las cosas. Y me sorprendió ver a Cisca sonreír con sarcasmo.

— Así que ya te fueron con el cuento...

— Bueno mamá me lo contó pero, quiero escuchar tu version

Su mirada se suavizo, y se sentó en la cama. — Eres el primero que de hecho me pregunta que sucedió. No estaba fumando Lan, sabes que nunca he hecho nada como eso, solo me estaba saltando una clase aburrida y pasando tiempo con una amiga.

— ¿Y la historia de los cigarros de donde salió entonces? — Cuestione mientras me sentaba a su lado.

Se mordió el labio antes de responder. — Bueno puede que mi amiga si que hubiera estado fumando... — Estaba por hablar pero me interrumpió. — Pero es una buena persona Lan, que ya veo en tu rostro que me vas a decir que porque me junto con ella. Te juro que es muy divertida y me la paso genial con ella, llego como una semana después de que Flo se fuera, y cuando nos conocimos nos llevamos demasiado bien.

Suspiro y me miro — Te prometo que no es una mala influencia, a ver que tiene cosas malas como lo de fumar, pero no porque yo sea su amiga significa que voy a hacer lo mismo.

La mire, tratando de encontrar alguna mentira en sus ojos, pero solo era capaz de ver que me decía la verdad. Lo único que pude hacer fue abrazarla.

Nos quedamos en silencio por varios minutos, hasta que ella se separo y me mando a mi habitación, diciendo que todo se estaba poniendo muy cursi.

— Gracias por escucharme Lan. — Me susurro antes de cerrar la puerta de su habitación. 

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