Capítulo 32

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

✵ꕥ Cassandra Mueller –

La tarde con Vienna se basó en nosotras acostadas en mi cama, poniéndonos al día con lo que había pasado en esos meses, y recordando cosas del pasado.

Nos reímos y lloramos mucho, pero al final habíamos arreglado los problemas. Aún nos quedaba un largo camino por recorrer, sobre todo para mí, que tenía que perdonarme a mí misma, pero al menos ya no tenía que recorrerlo sola.

— Así que... — Me miró con una sonrisa pícara, y me recordó a la Vienna que me hablaba de sus conquistas las mañanas después de una fiesta. — ¿Qué pasó con el piloto?

La miré confundida. — ¿Con cuál de ellos?

Ella se rió. — Osea que sí pasó algo con alguno. Habla ahora.

— No se de que estás hablando. — Negué con una sonrisa. — Mejor dime tú que pasa con Charles, el primer día no aceptaste su saludo y ahora te llevó al aeropuerto.

Ella se encogió de hombros, desinteresada. — Se la chupé en el club de Las Vegas.

Me atraganté con el agua que había estado tomando, sorprendida. — No me jodas.

Ella soltó una carcajada ante mi sorpresa.

— ¿Es enserio? ¿Tú y Charles?

Ella asintió. — No fue nada, fui clara con él sobre que no me iban las cursilerías y eso, el aceptó.

— Pero te llevó al aeropuerto, y estabas con él esta mañana.

— Es lindo, estaba borracha y no quería dejarme en mi habitación. — Supongo que vió mi sonrisa, ya que no me dejó preguntar nada más antes de cambiar de tema abruptamente. — ¿Irás a la siguiente carrera?

Negué. — No lo creo, no me siento lista para...

— Los vas a perder. — Dijo segura. — No puedes hacerles lo mismo que a mí, no les cuentes lo que sucede si aún no estás lista, estoy segura de que no te presionarán, pero no los alejes. Esos chicos te quieren, Cass, de verdad lo hacen, así que no los alejes solo porque tienes miedo.

Suspiré. — No extrañaba que fueras tan sabia a veces.

— Cabrona. — Me arrojó una almohada mientras yo me reía. — Ya, enserio, deberías ir.

— Deberíamos ir. — La corregí y ella negó.

— Yo ahí no pinto nada, Cass.

— Charles no diría lo mismo... — La molesté.

— ¿Qué pasó con Owen? — Cambió de tema y yo borré mi sonrisa.

— Es un idiota. — Me encogí de hombros. — Lo había notado hace semanas, pero estaba demasiado sola y asustada, y luego tuve que volver aquí y él se ofreció a acompañarme... — Suspiré. — Supongo que trataba de convencerme de que era suficiente, pero luego ví a los chicos, me trataron con cariño y sentí que si mis amigos me daban más afecto que mi novio algo estaba mal.

Ella asintió, dejándome saber que me estaba prestando atención mientras divagaba.

— Y luego me montó una escena de celos por Lando, ¿Puedes creerlo? Por Lando, ni si quiera nos llevamos bien. — Bufé. — Como sea, intentó tomarme de la muñeca, y no fue la gran cosa... Pero no necesito llegar al extremo para notar las conductas agresivas, así que simplemente lo terminé y le dije que le enviaría los boletos de avión para que se regresara.

Ella sonrió. — Joder, es genial. — Se rió un poco. — A ver, no que hayan terminado, sino que lo hayas dejado antes de que algo peor pasara, sobre todo con como están las cosas, fue muy valiente, Cass.

Yo sonreí y ella tomó mi mano.

— Me gustaría decir que no dolió, pero... — Me encogí de hombros y por primera vez entre toda la locura de estos días, me permití pensar a fondo sobre Owen y yo.

No me dolía haberlo perdido a él, sino haber perdido lo que nos imaginaba teniendo.

— Llegará alguien mejor... O quizás ya lo hizo, y aún no te haz dado cuenta. — Sonrió y yo puse los ojos en blanco.

— Dilo.

Ella se rió. — A ver, muchos de ellos te miran con un brillo diferente.

— ¿Ah si? ¿Cómo quién?

— Pierre. No sé si sea un crush o que, pero te mira como si fueras el sol... Y Max te mira como si quisiera llevarte a su habitación en todo momento.

Negué. — Pierre es solo un amigo, de verdad, no hay nada más ahí.

— ¿Y Max?

Me mordí el labio, decidiéndome si contárselo. — Puede que... ya sabes.

Ella me miró sorprendida. — Mierda, Cass. — Se rió. — ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Qué tal?

— En... julio, me parece, cuando fui a mi primera carerra en Silverstone, y luego un par de veces antes de que me mudara a Oxford... Y no lo sé, solo pasó. — Le contesté con una sonrisa.

— ¿Y que tal?

Solté una carcajada. — Oh no, no te contaré eso. — Ella me miró indignada. — Para ser justa, ni si quiera recuerdo la primera vez.

— Eres una cabrona. Yo siempre te contaba.

— ¿Ah si? Cuéntame sobre Charles entonces.

— Bueno, si es lo que quieres...

— ¡No! Quiero poder mirarlo a la cara la siguiente vez que lo vea, gracias. — La corté y ella rió.

— ¿Así que habrá una siguiente vez?

— Si vienes conmigo...

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

Los días con Vienna eran veloces, ya fuera que nos la pasaramos riendo y hablando de cosas tontas, o en silencio pensando en todo lo que había sucedido. Nos habíamos mantenido juntas en esta casi semana, tratando de recuperar el tiempo perdido.

Todos los días habíamos ido a visitar a mi abuelo, que se había alegrado cuando nos había visto juntas de nuevo, y había pegado un grito de alegría cuando se enteró que había dejado las cosas con Owen.

Nos habíamos reído y él había conversado con ambas como en los viejos tiempos. Nada me había tranquilizado más que cuando nos dijeron que le darían el alta el próximo lunes.

Todo parecía ir bien.

Hasta que llegó el sábado.

Ninguno de nuestros padres nos había llamado, lo que quería decir que estaban lo suficientemente molestos como para no querer hablarnos. Pero Isaac le había dicho a Vienna que ellos viajarían de vuelta el domingo.

Así que el sábado por la mañana, mientras tomábamos desayuno, Vienna habló.

— No quiero estar aquí cuando lleguen.

Fruncí los labios. — Ni yo, la verdad.

— ¿Y si nos vamos? Ya sabes, como antes; hacemos las maletas y nos vamos a cualquier parte.

— ¿Y si nos cortan las tarjetas?

Ella se encogió de hombros. — Reservemos los boletos y el hotel desde ahora, ya veremos que hacemos cuando estemos ahí.

Me reí ante la loca idea. — ¿Y a donde iremos?

— Abu Dhabi. — Dijo segura.

Me quedé confundida un segundo por la elección del destino, hasta que lo entendí, y la mire sarcástica. — ¿Extrañas demasiado a cierto piloto de Ferrari? — Pregunté, sabiendo que habían hablado algunas veces desde que estábamos aquí.

— No... Pero se de alguien que si te extraña. — Me guiñó el ojo y yo la mire curiosa.

— ¿A que te refieres?

— Tendrás que ir, para descubrirlo.

— Estás jodidamente loca.

Se rió. — Creo que por eso nos hicimos amigas, ¿Oh no?

Asentí con nostalgia.

Un par de horas después, ambas estábamos comprando vuelos, reservando habitaciones de hotel y, después de una gran discusión, también compramos entradas para el GP de Abu Dhabi.

— Te veré en unas horas, paso por ti, ¿Bien? — Me dijo Vienna mientras se despedía, para irse a empacar.

Yo asentí y deje un beso en su mejilla. — Nos matarán.

— Quizás. — Se encogió de hombros, desinteresada. — Ahora llama a alguno de tus sexis pilotos y pide pases para el Paddock.

Me reí y la ví irse.

Cuando entré a la casa de nuevo, tomé el teléfono y marqué el número de Oscar, quien contestó antes de que sonara el segundo timbre.

— ¿Estás bien? ¿Dónde estás?

Me reí. — Tranquilo, Piastri. Estoy bien, volví a California... ¿Charles no te lo dije?

— Pues sí, pero no le creí. —Suspiró. — ¿Puedes decirme que pasó? Porque tu desapareces de la nada, y Lando lleva de mal humor toda la semana, y Pierre parece un perrito perdido.

Mordí mi labio ante la mención del otro piloto de McLaren, aún no había querido pensar demasiado en él, no le había mencionado nada a Vienna, y no me veía capaz de hablar con él.

Me preocupé por Pierre, pero sonreí ante la sorpresa que teníamos preparada.

— Si sobre eso... Necesito un favor.

— Lo que necesites, Cass.

Sonreí con ternura ante las palabras del australiano.

— ¿Puedes conseguirme dos pases para el Paddock en Abu Dhabi?

— ¿Vendrás? — Preguntó emocionado.

— Lo haré, pero es sorpresa, así que no le puedes decir a nadie.

— Tranquila, no diré nada. — Se quedó en silencio unos segundos. — ¿Vendrás con Owen? ¿Volvieron?

Bufé. — Claro que no. Iré con Vienna... Estamos resolviendo las cosas.

— Yo sé que no puedes verme, pero estoy sonriendo justo ahora. — Dijo, causando que yo me riera. — Me alegro de oír eso. No te preocupes, tendré los pases listos, ¿Cuándo llegan?

— Nos vamos mañana por la mañana, primero haremos una parada en Oxford, ya que yo no tengo casi ropa aquí. Y llegaremos a Abu Dhabiel miércoles en la madrugada.

— Bien, nosotros llegamos el martes, así que avísame a que hora llegarán e iré por ustedes.

— No es necesario...

— Cass. Iré por ustedes.

Sonreí. — Bien, lo que sea que te haga feliz, Piastri.

Él rió. — Bien, nos vemos. Tengo que irme, tengo una reunión.

— Claro, no le digas a nadie. — Me despedí y el cortó la llamada.

Horas después, Vienna llegó para cenar. Preparamos pizza, casera, porque era la única que le gustaba a la pelinegra, pusimos una película de Disney y cenamos en mi habitación.

Era raro como cada plan perfecto, se veía un poco manchado por los recuerdos del pasado, cuando éramos tres en vez de dos. Pero había estado trabajando estos días, en no dejar que esos recuerdos se interpusieran en mi meta de disfrutar.

— ¿Lo extrañas? — Había preguntado en un susurro, cuando la segunda película de Toy Story había terminado.

Vienna me miró, sorprendida porque fuera yo la que sacara el tema luego de tantos días. — Siempre. Todo el tiempo... Pero trato de pensar que el no querría eso. — Se encogió de hombros. — Si estuviera aquí, nos diría que disfrutemos, que sigamos haciendo locuras y metiéndonos en problemas, ¿Oh no?

Reí, reteniendo las lágrimas. — Claro que lo haría, era el primero en tener ideas de mierda que nos metían en problemas. — Recordé.

— Así es. — Ella rió también. — ¿Recuerdas cuando nos saltábamos clases e íbamos a su casa? Anne siempre estaba en el turno de la mañana, así que podíamos ocultarnos ahí.

Sonreí. — Ella sabía que lo hacíamos, pero ni una sola vez nos echó. — Me quedé pensando. — ¿La haz visto? Luego de...

— No luego del funeral, solo una vez, el día que te ví aquí de nuevo, estaba en una cita con el médico... Es necesario que vaya cada uno o dos meses, para monitorear algunas cosas luego del accidente. La ví en su turno en el hospital, pero no me atreví a acercarme.

La miré extrañada. — ¿Por qué tienes que seguir yendo? — Entonces me dí cuenta que nunca le había preguntado realmente que pasó con ella luego de que despertó. Era una amiga de mierda.

— Nada grave, solo chequeos de rutina. — Se encogió de hombros. Pero antes de que pudiera preguntar algo más, revisó su teléfono. — Ya deberíamos irnos, amanecerá pronto y el tráfico será increíble. No queremos perder el vuelo.

Asentí en silencio, mientras me levantaba, no sabía en que momento se habían pasado las horas.

Tomé las cosas más importantes, incluyendo la fotografía en mi mesa de noche, no tenía planeado volver a esta casa después de todo. Y salimos camino al aeropuerto.

Se sentía bien, el correr con alguien. Me había cansado de hacerlo sola.

— ¿Volverás aquí? Luego de la carrera. — Le pregunté a Vienna mientras conducía.

Ella negó. — Hace mucho quería irme, solo estaba buscando excusas para no hacerlo... Pero ya me despedí de James. — Dijo hablando de su hermano menor. — Podrá ser un niño, pero es inteligente, creo que sabía que me estaba hundiendo, así que no refutó cuando le dije que estaría fuera por un tiempo. — Pude ver una pequeña lágrima caer por su mejilla. — Ya veré a dónde me llevan las cosas luego.

— Tengo un lindo apartamento en Oxford, por si te interesa. — Mencioné con una sonrisa. — Está cerca de la universidad, y hay una tienda de música a dos calles, y muchos bares que de seguro querrán a una artista.

Ella se rió.

Desde pequeña había sido su sueño.

Recordaba su emoción cuando mi abuelo le regaló una guitarra por navidad, que llevaba pidiendo meses y que su padre no le había querido comprar.

Se pasó meses aprendiendo a tocarla por su cuenta. Y Nick y yo fuimos obligados a escuchar cada una de las canciones que componía. Creo que ambos sabíamos que algún día, ella sería grande.

— Serás inmensa. — Le dije, recordando esa frase, que él siempre nos decía a ambas cuando teníamos miedo del futuro.

Ella pareció recordarlo también, porque me miró con una sonrisa y tomó mi mano, mirando de nuevo hacia la carretera.

— Ambas lo seremos.

✯· ✧· ✧· ✧· ✯ 

Capítulo un poco aburrido :( pero estoy muy ocupada hoy, lo siento.

Mañana subiré otro capítulo, pero desde el lunes puede que haya días que actualicé y días que no. ¡Será solo por esta semana! Estoy en finales y tengo que estudiar.

Si quieren saber cuándo actualizo pueden seguir el Instagram de la historia (@n0rris08) donde publicaré historias cada que suba nuevo capítulo.

Gracias por leer <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro