Satisfecha.

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Canción: Satisfied - Hamilton.

Ships: Julwin/Bombwin - BubbleBomb/Julius x Gumball.

Versiones: Humanas, Darwin y Gumball Genderbend (Darwie y Bubblegum)

Descripción: Los observó siendo felices. Sabía que su hermana sería feliz como la esposa de el, y también sabía que el nunca estaría satisfecho, y ella tampoco.

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—¡Muy bien, muy bien, de eso es de lo que hablo!— casi gritó un castaño, el mejor amigo de Julius, Rob. —¡Todos, por favor, un aplauso para la dama de honor, Bubblegum!

Esta dió un paso adelante con una copa de champaña. —Un brindis por el novio.

Julius sonrió.

—¡Un brindis por la novia!

Darwie igualmente sonrió, tomando la mano de su amado.

—De tu hermana, Bubblegum, quién siempre ha estado de tu lado.

Todos estaban borrachos.

—Por su unión.

—¡¡Por su unión, por la revolución!!— se escucharon voces de fondo acompañando el brindis.

—Y la esperanza que proveen. Ojalá siempre estén satisfechos.

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Se sentía cayendo en un abismo sin fin, sentía como si la historia retrocediera, cuando recién conoció a Julius. Nunca olvidaría su nombre, ojos inteligentes y un cuerpo hambriento de poder.

Todo estaba retrocediendo lentamente, “indefensa” era la voz de su hermana que sonaba en su cabeza.

Recordaría esa noche por siempre, cuando Julius le dijo hola, y olvidó su maldito nombre, le prendió fuego a su corazón, a su ser.

Ambos bailaban bajo las luces de los candelabros y el peligris tomó la palabra.

—Para mi, eres una mujer que nunca ha estado satisfecha.

—Estoy segura que no sé a lo que te refieres.— habló ella, molesta. —Has olvidado tus modales.

Lamentaría esa noche por el resto de sus días.

—Eres cómo yo, nunca he estado satisfecho.

Un sonrojo apareció en las mejillas de la fémina. —¿Eso es verdad?

—Lo es.

Bajó la mirada. —Mi nombre es Bubblegum Watterson.

—Julius Oppenheimer Jr.— dijo el, tomándola del mentón, haciendo que levante la mirada.

—¿De dónde es tu familia?— preguntó ella, acercando su rostro hacia el de el.

El sonrió. —Eso es irrelevante, hay millones de cosas que no he hecho, pero tú solo espera y verás.— le dió un beso en la mejilla, y soltó las manos de la mujer, para ir con sus amigos, dejando a una Bubblegum de ojos brillosos.

¿Así que así se sentía el amor? ¿Estar con alguien que estaba a tu nivel? ¿Cuál era la trampa en todo esto?

El sentimiento de libertad era increíble, un poco de baile, de ataque y defensa. La conversación había durado dos, o quizás tres minutos, todo lo que habían dicho estaban totalmente de acuerdo; tres minutos de baile.

Era un poco coqueto pero le daría la oportunidad, le preguntó sobre su familia, ¿Vieron su respuesta? Miraba de reojo, y estaba un poco nervioso.

Sacó dos conclusiones, era pobre y vivía improvisando.

Se lo quería llevar lejos de ese lugar ahora mismo, iba en camino, pero vio a su hermana en el camino, y la cara de esta era simplemente “Indefensa”.

La observó sintiendo cómo se le rompía el corazón. Bubblegum sabía cómo su hermana era indefensa ante aquel chico.

Se le acercó a susurrar. —Hey, este es mío.

Y se dió cuenta de tres verdades al mismo tiempo.

Caminó a través de la sala con una de sus mejores sonrisas fingidas, y tomó a Julius del brazo.

—¿Hacia donde me llevas?

—Estoy apunto de cambiar tu vida.

—Entonces enséñame el camino.

Y la llevó hacia donde Darwie.

Verdad 1: Es una chica en donde su único trabajo es casarse con un ricachón. Su madre no tenía hijos así que ella debía ser quién escalara socialmente. Es la más vieja, y la más inteligente. Y claro, el cotilleo en Elmore era cruel, y además Julius no tenía ningún centavo, bueno, eso no hacía que lo quisiera menos.

—Soy Darwie Watterson, un placer conocerlo.

—¿Watterson?— preguntó.

—Mi hermana.— respondió Bubblegum.

Verdad 2: Estaba tras ella porque era una Watterson, eso elevaría su estatus. Habría que ser idiota cómo para apartar eso. Quizás por eso se lo había presentado a su hermana, y ahora ella era su esposa.

“Buena esa, Bubblegum”. Pensó. “El tenía razón, nunca estarás satisfecha”.

—M-Muchas gracias por todos sus servicios.

Le besó la mano a la pelinaranja. —Si hubiera requerido una guerra para habernos conocido, lo hubiera valido.

—Los dejo solos.— dijo Bubblegum, pícara, retirándose de allí.

Verdad 3: Conocía a su hermana como a su propia mente. Jamás encontraría a alguien tan inocente o amable. Si le dijera que lo ama, ella se resignaría en silencio, diría “Estoy bien”, pero estaría mintiendo.

Pero cuando fantaseaba en las noches con los ojos de Julius, preguntándose qué pudo haber sido si no lo hubiera juzgado tan rápido.

Al menos su querida Darwie era su esposa.

Al menos mantenía esos ojos en su vida.

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Habían pasado al menos cinco segundos donde ella se quedó sin decir nada, perdiéndose en sus recuerdos. Reaccionó rápidamente, aclarando su garganta.

—¡Un brindis por el novio! ¡Por la novia!— levantó su copa, para después ir a abrazar a su hermana. Ambas lloraban, una de felicidad y la otra de tristeza, pero claro, todos pensaban que era por la felicidad que sentía por su hermana.

—¡De tu hermana, Bubblegum, que siempre ha estado de tu lado!— la tomó de los brazos y comenzó a girar con ella, ambas reían. Al final se separaron, y ella volvió a levantar su copa. —¡¡Por su unión, y la esperanza que proveen!!— se llevó una mano al pecho, cerrando los ojos con resignación. —¡Y espero que siempre estén satisfechos!

Los observó siendo felices. Sabía que su hermana sería feliz como la esposa de el, y también sabía que el nunca estaría satisfecho, y ella tampoco.

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