Steven a la ayuda de Marc

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Este capítulo tiene 🍋. Espero les guste.

Marc no se fiaba de Khonshu y aun así le había confiado el cuidado de Steven hasta que pasara la luna roja. Casi se rió al recordarse a sí mismo pidiéndole un favor a Khonshu, <<Cuida de Steven, no dejes que se acerque a mi departamento, no le digas siquiera que estoy aquí>> fue esa su solicitud, una que por supuesto aquel jodido dios no había cumplido del todo, porque de ser así, Steven no estaría frente de él ahora mismo.

— ¿Estás bien? —a Steven se le dificultaba hablar un poco, era algo apenas notable. Se dio cuenta de esto, pero le importó bien poco y se acercó a Marc quien reaccionó alejándose de él. Por cada paso que su alter ego daba para acercarse, Spector lo daba para retroceder.

—Vete, Steven.

—No, no voy a hacerlo. Es claro que algo pasa aquí.

—Steven —pronuncia esta vez más fuerte.

—No puedo irme sabiendo que necesitas ayuda —y por fin detiene sus pasos para no alejar más a Marc, a quién trata de explicarle— Khonshu me dijo que estabas aquí en el departamento...y perdona si me muestro preocupado, pero creo que es comprensible...si ya no somos dos personalidades en un solo cuerpo. Algo —suspira—, algo debe estar pasando ¿no?

Marc no pudo ignorar las pequeñas pausas de su alter ego al hablar. ¿Será que el efecto de la Luna Roja ya estaba afectando a Steven?

Tenía intenciones de dar una respuesta, pero él quería la suya primero:

— ¿Qué hay de ti?, ¿cómo te sientes? —Marc prefirió tomar asiento en la orilla de la cama, donde se le dificultaba mantenerse quieto. Quería saciar su calor, rogaba por ello.

—Marc, eso no importa...solo vengo a ayudarte —Steven vuelve a acercarse, y Marc intenta alejarse de nuevo—. No, ni se te ocurra moverte.

Steven fue rápido y lo atrapó de los hombros manteniéndolo sentado. Por supuesto Marc se lo permitió así.

Se quedaron en silencio un tiempo considerable, hasta que Spector decidió hablar.

—No eres tan inocente, Steven. Estoy frente a ti, sabes lo que me pasa —pausa para recorrer su vista de arriba-abajo por la anatomía de su contraparte— creo que a ti también te ocurre lo mismo.

Y ahora es Steven quien se aleja de Marc, solo dos pasos hacia atrás. Se nota nervioso. Sus pensamientos eran rápidos, tenía una guerra interna entre los bandos de "hacer lo que quiero" y "hacer lo que debo", era una riña de muerte.

Pero se decidió...

—Bueno... —por fin reacciona, aclarándose la garganta que de pronto se sentía como si quisiera cerrarse y darle tiempo para la cordura— Marc...dije que solo quería ayudarte y eso haré.

Las palabras finales parecían más suaves al igual que la pequeña sonrisa que las acompañaron.

Marc había quedado sorprendido por la respuesta, creyó que quizá su calor lo había hecho mal interpretar a su alter ego, pero todo quedó tan claro cuando Steven simplemente se sentó sobre él quedando frente a frente. Y tan dulce como solo este hombre podía ser, aprovechó aquella posición para darle un beso cálido a la frente de Marc.

Marc aún tenía dudas sobre la actitud de Steven, así que prefirió ser sincero y aclarar la situación:

—Steven, ¿de verdad quieres tener sexo conmigo?, no niego que me vendría muy bien ahora, pero no quiero obligarte de ninguna manera.

Steven sintió su rostro arder. Escuchar la palabra "sexo" desde la boca de Marc era tan extraño. Sentía vergüenza, lo sentía algo obsceno.

Sin embargo, mandó toda su moral al diablo, él realmente quería esto, quería este contacto, las caricias de Marc, los besos, lo quería todo. Y aunque no sabe precisamente porqué su cuerpo se lo exigía tan de pronto, tampoco tenía ganas de cuestionar la situación, no ahora por lo menos.

—Estoy seguro de esto. Aunque tengo dudas sobre esta reacción tan necesitada e imprevista. Tengo mis teorías y algo me dice que la luna roja de hoy tendrá algo que ver, pero... —Steven comenzó a mover sus caderas lentamente, acariciando con sus dulces bultos traseros la entrepierna de Marc— ¿Te parece si lo dejamos para después?

—Sí —.Dejó escuchar su voz ronca, pasando sus dos manos por los dos atributos traseros de Steven. Los apretujaba con deseo, los acariciaba, los guiaba a un mejor ritmo mientras odiaba la tela de esos pantalones que le parecían tan intrusivos ahora.

Steven deja su peso a cargo de la fuerza de Marc, quién se deja caer de espaldas hacia la cama, donde se encuentran más cómodos y más libres para moverse.

La nueva acción mejoró el ritmo de las caderas de Steven, que a veces iban de norte a sur, a veces en círculos, de este a oeste, lento o rápido. La odiosa ropa no le impidió encontrar excitante notar lo bien que encajaba el endurecido abultamiento de Marc entre la unión de sus dos amigos traseros. Y disfrutaba de eso, disfrutaba de sentirlo crecer.

Marc anhelaba saciar más su deseo y buscó de los labios ajenos, movió el rostro queriendo probarlos, agradece a Steven que le calmó aceptando sus labios y al no separarse de ellos hasta que lo consideraran necesario.

Besos largos y tan hambrientos, los movimientos tan deliciosos que tan solo eran la apertura al plato principal, los dos tan sumergidos en su mar de excitación que ignoraron su entorno, la hora; media noche era ya, la luna roja estaba surgiendo.

Poco importaba ahora.

Marc detuvo con pesar las acciones para sacarse su propia camisa, Steven ayudó sacándose la propia. Marc se levantó de la cama para seguir con los zapatos, calcetas, el pantalón...y aquellos boxers que no se esforzaban por ocultar la "extensión" de Spector.

Cuando Marc quedó desnudo, Steven sintió los latidos de su corazón en la cabeza. Se bajó también de la cama. No sabía cómo reaccionar, estaba debatiéndose entre reír nerviosamente o entrar en pánico.

Su contrario notó la vergüenza y se acercó a él para abrazarlo. Aprovechó la cercanía para besarlo, esta vez más dulce. Por todos los dioses, que a Marc le iba a costar demasiado alejarse de Steven a estas alturas, pero si él no quería continuar, no lo obligaría para nada, jamás.

Steven se relajó ante las atenciones. Cuando Marc dejó de besarlo, quiso preguntar una vez más esta noche:

— Steven, ¿estás seguro de continuar? —el nombrado solo asintió, lentamente.

Marc no se convencía completamente y Steven lo notó.

Steven se sentía nervioso, pero estaba dispuesto a llegar hasta el final. Podría explicarle eso a Marc, pero sabía que no se convencería, entonces decidió demostrárselo con acciones: él se separó un poco de su contario, y comenzó a descender lentamente hasta quedar de rodillas y frente al "tamaño" de Marc.

Suspiró hondo.

La "extensión" de Marc se sentía caliente, lo comprobó con su mano. Era una extensión dura que terminó por crecer cuando Steven comenzó a darle lamidas experimentales.

Marc se movió un poco, y aunque ansioso le dio su tiempo a Steven, quien ahora se atrevió a lamer la punta. Pasó su lengua de nuevo, y de nuevo, otra vez...y metió aquella piel por completo a su boca.

Entonces su cabeza fue de atrás hacia delante. Marc se quejó un poco y Steven se espantó, haciendo que "desocupara su boca".

— ¿Qué pasa? —preguntó preocupado mirando hacia arriba.

—Nada, tranquilo, tranquilo. Lo estás haciendo excelente, solo procura abrir un poco más tu boca, tú sabes...los dientes.

—Oh. Sí. Entiendo

Marc acarició la cabellera de aquel dulce hombre y le sonrió para transmitirle que todo estaba bien. Steven volvió a su labor tomando en cuenta la sugerencia.

Tuvo algunos pensamientos que lo estaban molestando, le decían << ¿lo estarás haciendo bien? >>, << ¿Marc lo estará disfrutando?>>, pero entonces escuchó al contrario dar un quejido placentero, y después otro, veía y sentía las piernas de Marc temblar un poco. Le pareció suficiente señal para darse cuenta que iba por buen camino.

Entonces continuó así, bombeando su cabeza, goteando saliva. Marc ahora gruñía y se aventuró por agarrar de nuevo la cabellera de Steven y ayudarle con el ritmo. Un momento después, Steven se separó con un "pop" haciéndose sonar, la mandíbula comenzaba a dolerle y Marc comprendió.

—No te preocupes, lo has hecho increíble. Pero es mi turno —Marc cargó a Steven al "estilo nupcial" de regreso a la cama, donde tiernamente lo recostó, le terminó de quitar los pantalones y todo aquello que no dejara ver a Steven desnudo.

Entonces fue su turno de acercarse a la extensión de Steven y darle atenciones. La boca de Marc era más experimentada y Steven sintió las consecuencias de ello.

Gemía, se retorcía sutilmente sobre la cama, apretaba las sabanas con sus puños. De pronto sintió un espeso, pegajoso y caliente líquido. Se asustó porque sabía lo que venía.

—Marc...Marc —trató de avisar. El nombrado hombre lo entendió aun así. No se detuvo, muy al contrario presionó más aquella extensión hacia su boca, dispuesto a probar la esencia de Steven.

Y así fue.

Se besaron, se acariciaron, tocaron su piel, la probaron...así por un tiempo que resultó exquisito.

El fuego entre ellos comenzó a crecer. Marc dio la iniciativa y comenzó a dar la preparación suficiente a la abertura de Steven, quien se mantuvo nervioso al principio, extraño por la intromisión de los dedos ajenos dentro de él. Pero pronto sintió confianza y se dejó hacer.

Steven debajo de Marc, Marc arriba de Steven; viéndose directamente a los ojos, a veces apartándose por los besos.

Entonces el fuego ya quemando a los dos, los apresuró a lo siguiente.

Marc se detiene en la entrada de Steven, quiere penetrarla, pero quiere que Steven esté listo. Sus cuerpos se entienden, así que las caderas de Steven parecen captar la preocupación ajena, por eso se mueven buscando sentir "el tamaño" de su alter ego.

Quiere que se lo haga ahora, quiere sentirlo, su cuerpo se lo pide.

Marc se desliza dentro de Steven. Primero despacio, de adelante a atrás. Luego más duro, más frenético.

Steven está por volverse loco, comienza a ver luces extrañas, su visión se nubla por cada estocada.

—Más —gime el cuerpo de abajo. El otro se llena de quejidos. Steven se aferra y rasguña la espalda de Marc.

Y tuvieron más.

Y más.

Más.

Hasta que el calor de ambos comenzaba a reunirse en sus vientres. Steven empieza a gotear un poco de ese calor, pero Marc se adelanta y termina por derramar todo su ardor, Steven se une y se derrama con espasmos y humedeciendo su vientre y el de Marc.

Marc cayó sobre Steven. Ahora todo era respiraciones rápidas y unas ansias satisfechas.

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