Leo/Minase: ¿QUÉ?

Sian: Cómo oíste, yo también seré tu novio.

Leo: ¿Acaso te volviste loco?-dijo exaltado.

Sian: No lo estoy, quiero ser tu novio, Minase.

Minase: Pero ya tengo novio y es Leo.

Sian: No me interesa, quiero ser tu novio-dijo tomando mis manos.

Minase: Pues no, no soy una cualquiera-dije exaltada.

Leo: ¡Ya déjate de estupideces Sian!

Sian: Pues no cambiaré de idea, espero tu respuesta-dijo y se fue.

Minase: ¿Pero que le pasa? ¿Está loco?

Leo: Yo...creo que deberíamos intentarlo.

Minase: ¿Qué? ¿Tú también?-dije enojada.

Leo: Piensa, es la única manera de que se de cuenta que esto es una estupidez.

Minase: Bueno, en este caso-dije calmándome-Lo haré.

Había caído la noche y citamos a Sian en una cafetería.

Sian: ¿Y?

Minase: Lo pensé y...¡acepto!.

Sian: ¡Excelente!-dijo sonriendo.-Te demostraré que soy digno de ti, iré a recoger mis cosas.

Minase/Leo: ¿Qué?

Sian: Sí, cuando dije que quería ser tu novio, era que viviera en tu casa.

Minase: Pero eso no fue lo que acordamos-dije exaltada.

Sian: Bueno, me voy-dijo y se fue.

Pasadas unas horas, Sian llegó a la casa, con tres maletas.

Leo: Ven, te indicaré tu habitación.

Sian: No, quiero dormir con ustedes.

Leo/Minase: ¿CÓMO?

Sian: Sí, si iba a venir a vivir con ustedes, significa que dormiría en el mismo cuarto que ustedes.

Genial, ahora tendría que dormir con dos chicos en una misma cama.

Sian: ¿Dónde es la habitación?

Leo: Yo llevaré las maletas-dijo todavía en shock.

Unas horas después, estábamos en la mesa comiendo en silencio. Nadie se atrevía a hablar. Después de que lavara los platos, era la hora de dormir. Yo me acosté en el medio, mientras que Leo se acostó a mi lado y Sian en el otro lado. Mientras dormía, sentí como ambos me abrazaron en la cintura y me quedé petrificada. Juro que tenía ganas de vomitar en ese momento.

Sonó la alarma y me levanté a hacer el desayuno. En ese momento, sentí las manos de alguien en mi cintura y una cabeza en mi hombro. Cuando volteé, era Sian. En ese momento, solté sangre en la nariz.

Sian: Buenos días, pequeña-dijo con su voz ronca ya que estaba algo adormilado.

Minase: Bue...nos días-dije nerviosa.

Sian: ¿Qué haces?

Minase: El desayuno.

Sian: Se ve rico como tú-dijo sonriendo.

Cuando dijo eso, le di un golpe en el hombro.

Minase: No me provoques-dije exaltada.

Sian: ¡Oww!-dijo quejándose pero sonrió-Por eso me encantas mucho, darling-dijo para tomar mi cintura y darme un beso que duró un 1 minuto y se fue.

Minase: ¡Dios mío! Me siento una cualquiera-dije sonrojada.

En ese momento, Leo bajó.

Leo: ¿Qué pasa, florecita?

Minase: Mi ángel-dije abrazándolo y dejándole un beso.

Leo:  ¿Cómo amaneciste?

Minase: Bien, amm, ¿me ayudas?

Leo: Sí.

Leo y yo terminamos de hacer el desayuno, en ese momento Sian bajó y los tres nos pusimos a desayunar. Después de desayunar, Sian se alejó y Leo me abrazó.

Leo: La verdad, no me gusta que Sian te toque-dijo después de dejarme un beso en la mejilla.

Minase: Oye, él se dará cuenta que esto es una estupidez y se arrepentirá y volveremos a ser tu y yo, confía en mi.

Leo: Confío-dijo y para dejarme un beso en los labios.

Gracias por ver🥰🥰🥰