Todo es perfecto, verdad?

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La puerta se abrió mostrando a una señora de no más de 40 años, las canas en su cabello hacían parecer que su cuero cabelludo era blanco desde un incio, pero al ver su rostro algo cansado, sabía que el color era por estrés o algo similar.

— Liz! Mírate, estás muy grande — Dijo la señora con un traje de sirvienta.

— Greta, es bueno verte otra vez — Respondió Liz abrazando a la ama de llaves — Olvidé decirte algo Linc, mis padres no viven solos, ella es Greta, la ama de llaves.

— Es un gusto conocerla — Saludó Lincoln respetuosamente.

— Lo mismo digo joven...

— Lincoln Loud.

— Joven Lincoln, será un placer atender tu estancia en la casa Rouge, si me disculpan llevaré su equipaje a su respectiva habitación, pero pasen, no se queden allí afuera.

— Gracias — Respondieron los dos.

— Por cierto Greta — Habló Liz confundida — Dónde están mis padres?.

— Fueron a dejar un nuevo regalo a los nuevos vecinos recién llegados hace unos días.

— Viejas costumbres nunca mueren, verdad?.

— Hay veces que no los entiendo, esperen a que regresen en lo que preparo algo para el almuerzo después de dejar sus cosas.

— Muchas gracias señora Greta — Respondió el peliblanco.

— De nada aunque puedes decirme Greta.

— Está bien.

Ambos dejaron a la mucama llevar sus maletas al segundo piso en lo que veían televisión, había algunas noticias de robos y accidentes vehiculares, la imprudencia y crudeza que presentaba hacía que Liz apague la TV.

— No hay buenas noticias?.

— Todo es muy violento allá afuera, lo que aún me preocupa es que no hayas podido...

— Conocer a tus padres? Ya vendrán, por el momento, deberíamos descansar un rato, llevamos mucho tiempo en el auto desde ayer en la noche.

— Tienes razón.

— Subimos al cuarto? Tu cuarto debe ser muy cómodo.

— Ya hay un lugar más cómodo — Liz se recostó en el hombro de Lincoln.

El joven se sonrojó ligeramente recostando su cabeza en la de su novia dejando que el cansancio los domine durante unos minutos, así fue hasta que la puerta volvió a sonar, dos personas venían hablando de lo más cotidiano.

— Michael, deberíamos dejar que Greta haga esto de los regalos, es agobiante pasar de casa en casa.

— Ya te lo dije Jude, hacerlo por nuestra cuenta es auténtico, sería grosero enviar a alguien de nuestra parte y también... — Vió a Liz recostada sobre un chico desconocido.

— Liz Rouge! — Vociferó la madre algo sororendida.

Liz se levantó seguido de Lincoln y asustados se pusieron frente a ambos señores, el chico se sorprendió por lo que veía.

Además de su novia, sus suegros también tenían el cabello del mismo color, blanco.

Su presencia hizo que Lincoln recobre algo de miedo y queriendo presentarse, fue el que comenzó la conversación.

— Hola Lincoln Loud, soy señores Rouge — Dijo temblando de nervios.

Cuando se dió cuenta del orden en el que dijo su saludo, su rostro adoptó un tono carmesí por la vergüenza.

— Jajajaja, tranquilo Lincoln, no tienes que estar nervioso, soy Michael Rouge.

— Y yo soy Jude Rouge, encantada de conocerte.

— Bueno — Liz continuó — Ustedes sabrán que...

— Lincoln es tu novio, lo que vimos hace unos minutos nos los dejó muy claro.

— Papá! — Mencionó avergonzada.

— Tranquila hija, si veo que estás muy feliz con él, sé que te sabrá guiar, no hay de que preocuparse.

La pareja suspiró de alivio porque todo su dilema anterior se superó muy fácilmente.

— Y... — Interrumpió Jude — Cómo les fue en su viaje?.

— Fue agotador — Liz aclaró — Tardamos casi un día pero llegamos.

— Te lo dijimos Elizabeth...

— Mamá, ese no es mi nombre.

— Bien Liz, te dijimos que te mudes más cerca.

— Bueno ma' si lo hubiera hecho no habría conocido a Lincoln — Se acercó a él para tomarlo del brazo.

— Deben tener mucha hambre, Greta! Puedes preparar el almuerzo?.

La ama de llaves bajaba las escaleras.

— Señores Rouge, bienvenidos de vuelta, el almuerzo está casi listo, vayan tomando asiento.

Los cuatro se dirigieron a la enorme sala, en lo que Michael hablaba con Lincoln.

— Lincoln, deberías conocer el vecindario, todos allí son muy agradables.

— Por como lo dice, me hace creer que será cierto.

— No tienes ni idea, te sorprenderá saber cómo son.

Los cuatro tomaron asiento en la lujosa mesa, había diferentes decoraciones que adornaban a la perfección, junto al perfecto orden de cubiertos y servilletas, hacían que Lincoln se sorprenda, era algo que no tenía en casa y pocas veces tuvo el privilegio de acceder a ello.

Reconocía el esfuerzo que sus padres hacían por mantener a una familia de diez, pero en primer lugar, si en algún momento tuvieron deudas o  algún otro problema de dinero, ya era responsabilidad de ellos.

— El almuerzo... está servido — Exclamó Greta sirviendo la comida en los finos platos.

— Muchas gracias! — Dijeron en coro los presentes.

— Y dime Lincoln — Jude — Desde hace cuánto has estado saliendo con mi hija?.

— Mamá... ahora no — Liz.

— No hay problema — Lincoln — Señora Rouge, conozco a su hija desde hace un año y medio y apenas hace unos meses comenzamos a salir.

— Ya veo, pareces un gran chico Lincoln  — Michael sonrió — Cuéntanos sobre tí.

— Soy el sexto hijo en una familia de once...

Jude se atoró mientras comía, Michael golpeó sin tanta fuerza su espalda para que pudiera respirar nuevamente, la tensión se alivió.

— Señora Rouge — Lincoln — Lamento lo del...

— Tranquilo, es mi culpa — Jude — Me sorprendo muy fácil.

— Puedes continuar Lincoln, ya no habrá interrupciones.

— De acuerdo, vivo con mis padres y mis diez hermanas.

— No perdían el tiempo eh? — Le dió un ligero codazo a su esposa quién sólo frunció el ceño por lo que hacía.

— Incluso yo admito que se pasaron con la cantidad pero hemos estado unidos durante varios años.

— No han tenido problemas por eso? — Michael preguntó antes de dar un bocado.

— A qué se refiere?.

— Tengo entendido que ambos están por graduarse, verdad?.

— Es algo muy extraño de explicar pero sí.

— Precisamente es lo que me confunde, eres parte de una familia enorme, si tus padres los tuvieron a todos y eres el sexto, debo suponer que tienen lo suficiente como para mantenerlos a todos.

— Bueno, no siempre fue así, hubo un tiempo en el que tuvimos que dar nuestra parte.

— Vaya, eso debió ser complicado.

— Lo fue, dejé de ver a mis amigos por trabajar y estudiar a la vez, ver a mis padres tan agotados me hizo sentir culpable, pero agradezco al destino por conocer a quien me motivó a seguir — Vió a Liz.

— Romántico... Qué carrera elegiste Lincoln?.

— Soy un buen dibujante desde niño pero ví que no me ayudaría mucho económicamente, así que elegí una carrera de ingeniería.

— Yo no haría eso si fuera tú.

— Por qué lo dice, señor Rouge?.

— Lincoln por favor, somos familia, puedes llamarme Michael y respecto a tu pregunta no está bien que elijas algo de dinero en lugar de lo que te apasiona, mírame a mí, me gustaba la ciencia de pequeño y más tarde me volví un cientifico reconocido, todo esto que ves lo logré haciendo lo que preferí desde un principio.

— Es un dicho Lincoln — Jude — Haz lo que te gusta y no trabajarás ni un solo día de tu vida.

— Tendría que pensarlo.

— Estás a punto de hacer tu vida, realmente es algo para detenerte a pensarlo?.

— Tal vez sea verdad, pero que hay de mi familia?.

— Tu familia podrá seguir sin tí y además ya no necesitarán darte dinero porque ahora lo haces por tí mismo.

— ... — Lincoln se quedó en silencio sintiendo que las palabras de sus suegros eran ciertas.

— Pero no van a dejarte solo — Liz — Pasarás varios momentos pero no creas que no eres importante para ellos.

— En eso te doy la razón hija — Jude — La familia siempre es primero.

— Me impresiona su historia Michael, pero si usted es un científico reconocido, por qué nunca escuché de usted?.

— No quise ser tan modesto y preferí guardar mi nombre — Michael — La imagen que tienen de nosotros son de sujetos con batas en una habitación semi oscura que intentan cambiar el mundo con químicos.

— Sabías que rechazó trabajar en el gobierno? — Dijo Liz a Lincoln incluyendo algo de interés al tema.

— Esos tipos son insistentes pero tuve que decir que no — Aclaró Michael con un poco de ego.

— Y por qué lo rechazó? Era la oportunidad de su vida.

— Ya ganaba mucho con mis patentes desde antes de esa propuesta, además quería dedicarle algo de tiempo a mi familia — Abrazó a su esposa con un brazo.

Lincoln y los demás terminaron de comer pero la conversación seguía.

— Y cómo se conocieron ustedes? — Lincoln decía a sus suegros.

— Yo era muy popular en la preparatoria — Jude.

— En cambio, yo era algo nerd y tímido, admito que a veces la veía de reojo, pero me resultaba inalcanzable.

— Michael era algo débil en los deportes mientras que yo era apasionada por el baloncesto.

— Un día me fracturé el brazo cuando intentaba jugar y ella se quedó a cuidarme en la enfermería por órdenes del entrenador.

— Él se interesó por mis gustos y algunas cosas que hacía, empezamos a hablar y teníamos algunas cosas en común.

— A veces Jude salía con algunos chicos pero todos eran similares, en el sentido de que buscaban algo de que aprovecharse, dinero o relaciones.

— Nunca llegábamos a nada, en cambio Michael era muy amable y atento conmigo.

— Me quedaba a consolarla cuando algo no salía bien, siempre fueron salidas o algún interés fallido.

— Realmente estaba ciega, después de mucho tiempo comprendí que él era el único que iba a estar para mí.

— No creí que se me confesaría en un salón de ciencias.

Jude se acercó a Lincoln para decirle en voz baja.

— No entiende las indirectas, así que tuve que decirle de frente.

— Amor, te estoy escuchando! — Decía la cabeza apoyada en una mano.

Jude regresó a su asiento nerviosa, Michael siguió la conversación.

— Después comenzamos a salir y las cosas marchaban bien, terminamos la universidad, nos casamos y tuvimos a Liz, nos alegra saber que está en buenas manos.

Lincoln dió una sonrisa a los tres.

— Bueno — Michael — Todo estuvo delicioso y debo suponer que están aquí por algo, verdad Liz?.

— Bueno, queríamos estudiar para el examen...

— No se hable más, tienen todo el espacio de nuestro hogar para que lo hagan y si necesitan relajarse hay un campo de bádminton en el patio trasero listo para instalarse.

Greta apareció notificando — Señor Rouge, tiene una llamada pendiente a las 4:00 pm, señora Rouge, tiene una reunión con sus amigas a las 3:00 pm, en caso de que se les haya olvidado.

— Cierto — Jude — Gracias Greta, el almuerzo estuvo delicioso.

— Es mi trabajo, con su permiso — Tomó los platos y cubiertos para lavarlos.

Lincoln y Liz subieron a su habitación, el cuarto era grande, el ambiente pacífico y la cama se veía cómoda.

— Creo que todo salió muy bien — Lincoln se recostó en la cama.

— Tú lo has dicho — Se acostó junto a él — Sabía que les ibas a agradar.

— Ellos son muy simpáticos, no me habías dicho que tenían el cabello blanco como nosotros.

— No era obvio? Además ya no hay necesidad de sentirte extraño por nuestro color de cabello.

— Bien, entonces nos ponemos a estudiar?.

— Claro, hay varias cosas que vendrán en unas simples hojas de papel, hay que estar listos.

Pasaron varias horas practicando lo básico, desde química hasta física avanzada, se les dificultaba varias fórmulas y recordar demasiados elementos, la tarde transcurría lentamente, hasta que alguien llegó al segundo piso.

— Hola chicos, todo bien? — Decía Greta trayendo una bandeja con galletas y jugo de naranja.

— Hola Greta, estamos bien — Respondió Lincoln.

— Algunos temas son tediosos pero avanzamos a nuestro ritmo — Liz parecía fastidiada de manera cómica por los temas de sus libros.

— En ese caso, disfruten esta merienda que traje para ustedes.

— Gracias — Agradeció la pareja dejando los libros y cuadernos de trabajo, empezando a degustar lo traído por la mucama, ella se retiró.

— Esto sabe increíble, debería aprender a cocinar — Lincoln.

— Quieres hacerle competencia a Greta? No creo que le ganes, ella hace esto desde que era niña.

— Por cierto, me dijiste que hubo un tiempo en el que tus padres te instruían de todo, enserio eran tan... intensos?.

— Te soy honesta, en esos días yo deseaba que fuera algo de una vez, no fue así.

— Entiendo porque le agradaste a mis hermanas, te adaptas muy fácilmente a la situación.

— Oye, eso ya es pasado, además no creo que lo que pasó hoy haya sido tan malo como la vez que me trajiste a tu casa.

— Confieso que esa vez fue terrible pero terminé con agradarles a todas, incluso a tus padres.

— Y ahora que conocí a los tuyos, todo será perfecto a partir de aho... — Recibió una llamada y contestó — Hola?.

— Aquí cadete McBride, es cierto que te fuiste de casa?.

— Jaja aquí cadete Loud, solo estaré una semana y estoy bien, ha pasado un tiempo desde que hablamos por teléfono, cómo te ha ido?.

— Estudiar medicina es un martirio, pero por qué saldrías lejos de Royal Woods?.

— Por mí, no te molesta verdad? — Liz.

— Hola Liz, estás cuidando a mi mejor amigo?.

— Todo en orden cadete, solo es una visita para que conozca a mis padres y el lugar donde yo vivía.

— Lincoln, cuando te dije sobre dar el siguiente paso, no creí que lo harías tan rápido.

— Lo que sea por ella — Abrazó a Liz mientras se mantenía en la línea.

— Con razón había ido a buscarte y luego me entero de que ya no estabas en el pueblo.

— Solo serán 7 días Clyde, puede que más si la situación así lo requiere.

— Como digas, sólo cuídate mucho.

— Igualmente Clyde, te hablo mañana, bye — Cortó la llamada.

La noche llegó al vecindario, Lincoln y Liz terminaron de estudiar y ahora estaban descansando, ambos padres se encontraban en el primer piso hablando de algunas cosas.

Mejor pasemos a otro escenario.

En la casa Loud

Las hermanas disfrutaban de chocolate caliente, pues el frío del exterior era alto, pero el sentimiento era mutuo, todas estaban preocupadas por la situación de Lincoln, estará bien? no tendrá frío allá afuera? habría que llamarlo ahora mismo?

— Hey sis' — Luna preguntando a Lily — Por qué estás mirando tanto tiempo ese teléfono?.

— Estoy preocupada, respecto a si Lincoln está bien, debo llamarlo ahora?.

— Pues ha transcurrido un día desde que se fue — Lisa — Creo que tienes derecho a hacerlo, pero hazlo cuando no esté ocupado.

— Lo cual significa...? — Lily.

— Que lo hagas cuando no esté cenando o en compañía de sus futuros suegros — Lynn Jr.

— Entonces lo haré más tarde, qué están viendo?.

— Las noticias, suspiro — Lucy.

El televisor mostraba un SE BUSCA de dos hombres sin identificar y una recompensa por información que ayude a localizarlos, además de varias víctimas que ahora están reportadas como desaparecidas.

— Buenas noches, esta podría ser una de las noticias más impactantes de estos tiempos, se han reportado múltiples desapariciones en los últimos meses, eventos similares no se habían visto desde hace algunos años, hasta el momento no se han reportado testigos pues los actos perpetrados son en menos de un minuto, una de las pocas cámaras de seguridad grabó este horrible momento, recomendamos algo de discreción.

La cámara mostró a un hombre encapuchado escondiéndose en un arbusto.

A lo lejos se veía un joven caminando con cara de pocos amigos.

Solo bastaron unos segundos para que un camión con un símbolo de conejo blanco saliera para perseguirlo, el chico corrió en dirección contraria, estando a punto de escapar el encapuchado salió para atraparlo y llevarlo al compartimiento de atrás, el auto arrancó segundos después.

— Esta grabación pertenece al secuestro de la última víctima: un joven llamado Paul Williams en Detroit, lo perturbador es que su familia también desapareció sin dejar rastro alguno, si alguien sabe la identidad de estas personas o tiene información para encontrarlos, envíe un mensaje al número que aparecerá a continuación, no se sabe el destino de estas desafortunadas víctimas, pero lo más recomendable es mantenerse en grupo al regresar a sus casas y eviten transitar calles oscuras, en otras noticias...

Luan apagó la televisión, Lynn tenía abierto los ojos con horror, Luna se tapó la boca con la mano, Lily estaba al borde de las lágrimas, Lola y Lana se abrazaron aterradas, Lucy y Lisa eran la únicas que se mantenían neutrales.

— Qué fue todo eso!? — Lynn Jr.

— No es obvio? Están secuestrando personas por todo el país — Lucy.

— Y qué podemos hacer? — Luna.

— Evitemos ir solas por la calle y aseguremos las entradas de la casa, también hay que decirle de esto a mamá y papá — Dijo la comediante sin alguna pizca de gracia.

— Me sorprende la seriedad con la que tomaste este asunto, unidad consanguínea Luan — Lisa.

— Esto... no es cosa de risa.

— Y si Lincoln está en peligro? — Preguntó Lily alterada — Debo llamarlo ahora!.

— Tranquila Lily — Le dijo Lucy — Lincoln no está solo, recuerda que Liz te aseguró que lo cuidaría, podrás hablar con él más tarde.

La menor intentaba calmarse y sus hermanas parecían estar en la misma situación, respiró con lentitud y se mantuvo quieta.

— Okey, espero que le vaya mejor que a nosotras.

Con Lincoln

Lincoln había cenado junto a sus suegros de nuevo y todo parecía marchar adecuadamente, se puso un pijama que había traído en su maleta y vió a su novia mirando el horizonte con algo de alegría.

— Liz...

— Qué ocurre Linc?.

— Deberías ver esto, te va a gustar.

El muchacho se acercó a la ventana y cuando divisó el exterior, se asombró por las luces nocturnas que alumbraban las casas, con ligeros toques naranjas que recorrían los alrededores.

— Es una casualidad que sean naranja.

— Así fue siempre — Respondió Liz — Desde que tengo memoria este vecindario se ha destacado por ser muy seguro por esas luces y las cámaras, así que podrías salir a comprar pan sin ser asaltado.

— Necesito ver a tus vecinos, tu padre me dijo que son muy agradables.

— Lo son, pero ya tendrás tiempo mañana, estoy algo cansada de tanto estudiar — Se apartó de la ventana y se acostó en la cama.

— Yo también me siento cans... — Recibió otra llamada — Es Lily, qué ocurrió allá?  — Contestó — Hola Lily.

— Lincoln! No has visto las noticias?.

— Qué noticias?.

— Ha habido secuestros! Y es por todo el país, no se saben quiénes son pero quizás vayan para allá, cuídate.

— Hey Lily — Liz se interpuso — Te dije que lo iba a cuidar y hace un momento le había dicho a tu hermano que el lugar donde estamos es muy seguro.

— Pero...

— No va a pasar nada pequeña, le dejaré hablar a Lincoln, quizás él pueda convencerte.

— Lily — Lincoln volvió a contestar — Todo es normal aquí, no estés triste, yo volveré pronto, de acuerdo?.

— Si tú lo dices, te dejo dormir.

— Tú también debes, mañana tienes escuela, descansa.

— Tú también, hasta mañana — La llamada terminó.

— Lily tiene razón, creo que ya deberías acostarte conejito — Dijo Liz seductoramente.

— Está bien  — Se recostó con ella, quien lo abrazaba lentamente sintiéndose cómoda a su lado.

Más tarde

Lincoln sintió frío aún si estaba abrazado a su novia, cuando revisó lo que causaba, notó que la ventana no estaba cerrada, por lo que dejó con cautela a Liz y se levantó, estaba a punto de cerrar la ventana hasta que vió algo inaudito o al menos para él lo era, una persona estaba caminando a plena hora de la noche pero lo extraño era el tono de su cabello, blanco como la nieve, seguía mirando hasta que esa persona lo distinguió, lo cual hizo que cierre la ventana con brusquedad.

— Qué pasó? — Liz se despertó.

— Na-Nada, mejor me acuesto — Dijo con pavor, se recostó nuevamente dejando que el sueño pueda más que el miedo.

Fue un día ajetreado.

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El doctor Phillip iba a salir luego de atender otro paciente, la frustración era notoria a simple vista, su esposa no iba a estar muy feliz cuando regrese a casa, todo valía la pena por obtener su sueldo, tenía algunos problemas económicos pero el trabajo aseguraba que ambos puedan vivir juntos.

— Este turno es agobiante, quizás si doy una buena excusa me perdone por la tardanza.

A unos pasos de la puerta, un sujeto con capucha lo atrapó sosteniéndolo con una llave de pelea.

— Oye! — Reclamó el doctor — Qué estmmmmmmm — Fue silenciado por un pañuelo que pronto fue amarrado en su boca.

Sintiendo una enorme furia, el médico no se dejó vencer y dió un fuerte codazo, junto a un golpe en la nuca, haciendo que el hombre retroceda de dolor, lo que aprovechó para correr hasta la salida e intentó gritar pero por obvias razones no podía, sin embargo no esperó que un segundo encapuchado lo derribe y le inyecte una jeringa con anestesia, provocando que pronto se rinda.

— Último encargo, verdad? No vuelvo a hacer esto.

— Subamos el cuerpo antes de que alguien note que estamos aquí.

— Por fin tendremos nuestra paga, qué alivio.

Ambos cargaron al doctor hasta el camión con el sello distintivo de un conejo blanco, los dos fueron a sus asientos y el auto arrancó desapareciendo de la vista de la cámara, camuflándose en la oscuridad de la noche.

No se percataron que alguien llegó a verlos y pudo grabarlos.

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