꒰ 23.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¿Crees que podamos salir hoy? Si no quieres no importa. —Le dijo Doyoung a Mingyu, quien lo miraba con una sonrisa divertida.

— Tengo un jefe, él debe darme permiso.

— Exacto, te pago para trabajar, no para salir con mi novio. —Habló Jaehyun llegando a la cocina. — Min, a trabajar.

Mingyu solo asintió y se retiró de ahí dejando solos a la pareja, Doyoung bebió de su té sin decir nada.

— ¿Por qué no me despertaste?

— Porque te veías lindo durmiendo. —Respondió. — Además de que durmiendo no molestas tanto.

— Espero que eso no haya sido porque no deje que salieras con Mingyu.

— No para nada.

— Doyoung.

— Él se fue por meses, Jae, solo quiero salir un ratito con él, no todo el día, tienes como treinta guardias más. —Pidió mientras se acercaba a él y tomaba sus manos. — Por favor.

— Bien, pero vuelves antes de las nueve.

— Sí, amor, lo prometo, te amo.

— Te amo más.

Doyoung se fue de la cocina con una gran sonrisa y dirigiéndose a su habitación para cambiarse de ropa, cuanto más rápido salían más podría aprovechar el tiempo con su amigo.

Justo Mingyu entró a la cocina por un vaso de agua.

— No quiero que confundas las cosas con Doyoung. —Le dijo Jaehyun.

— No le hecho en todos estos años, ¿por qué ahora? Solo somos amigos. —Aclaró. — Él no es un perrito para que le des permiso de cuando puede salir y no, solo digo.

— ¿Quién te crees que eres?

— Su amigo y como su amigo solo quiero lo mejor para él.

Mingyu se volvió retirar de la cocina dejando a Jaehyun con su rostro serio y su ceño fruncido.


— ¿No han tenido problemas tú y Jaehyun? —Preguntó Mingyu a Doyoung, quien bebía de su malteada de frutilla.

— Últimamente no, antes de ser novios teníamos problemas seguidos, pero ahora no tantos. —Explicó brevemente. — ¿Por?

— Hace un rato le dije que tú no eras un perrito para que él te diera permiso de cuando puedes salir y cuando no, eres libre de salir con quién quieras y deberías decírselo.

— Prefiero evitar problemas con Jaehyun.

— Eres un adulto, no un niño, Kim.

Doyoung mordió su labio sin decir nada más, sintiéndose regañado por su amigo en frente.

— Jaehyun es un idiota y lo sabes.

Mingyu se paró de su silla dejando un billete por las malteadas, Doyoung imitó su acción en silencio.

— Vamos a la tienda que te dije, quiero esa chaqueta.

Doyoung comenzó a caminar hacia la tienda que habían visto hace un rato, Mingyu caminaba a su lado con su brazo sobre los hombros del omega.

Al entrar a la tienda una chica los atendió sin problema, Doyoung tomó la chaqueta y se la probó en uno de los vestidores, Mingyu lo esperaba afuera sentado mientras veía su teléfono.

— ¿Y? —Doyoung salió del vestidor mostrándole la chaqueta a su amigo.

— Te ves radiante, me gusta.

Doyoung sonrió y se adentró nuevamente al vestidor para quitarse la chaqueta, pero el cierre se había atorado.

— Min, ayúdame con esto.

El alfa entró al vestidor para ayudarlo con su problema, tuvo que acercarse un poco ya que el vestidor era estrecho y no cabían ambos.

— Siento tu respiración en mi cara. —Musitó el omega con una sonrisa.

— ¿Tienes miedo de que te bese?

— No seas tonto.

Mingyu rió.

— Puedo olerlo.

— Basta.

Esta vez Doyoung rió, pero nervioso, Mingyu pudo notarlo y eso causó que también riera.

— Listo, problema resuelto. —Dijo al arreglar el cierre y que Doyoung se pudiera quitar la chaqueta. — ¿Y las palabras mágicas?

— Gracias.

— Ahórratelo.

Mingyu tomó su nuca y estampó sus labios contra los suyos, sintiendo el sabor de la malteada de hace un rato. Duraron un par de segundos besándose hasta que Doyoung despabiló y se separó con sus labios rojos y sus ojos abiertos de par en par.

— ¿Qué acabas de hacer?

— No lo sé, pero que quiero repetirlo.

Mingyu trató de acercarse otra vez, pero Doyoung colocó sus manos en su pecho y lo alejó.

— Min, y-yo no puedo hacerle esto a Jaehyun, menos contigo. —Musitó al borde de las lágrimas. — Solo somos amigos.

— Lo sé, Doyoung, claro que lo sé.

— ¿Entonces por qué me besaste?

— Solo fue un impulso, perdón.

— Quiero irme.

Mingyu asintió sacando las llaves del auto y saliendo del vestidor.

— Quiero irme solo.

— Hace frío afuera, ven conmigo.

— No quiero, tomaré un taxi.

Mingyu no pudo decir nada más ya que Doyoung ya se había ido, pasó sus manos por su rostro arrepentido y enojado consigo mismo y más que perder su trabajo por haber hecho tal cosa, perdería una amistad.

Perdería a Doyoung.


— Bebé, sal de ahí, no has comido nada. —Dijo el alfa tocando la puerta de la antigua habitación de Doyoung.

Apenas había llegado se había encerrado, sintiendo la culpa correr por su cuerpo, la pena y la angustia lo atormentaban en estos momentos, no había dejado de llorar desde que había llegado.

— Ábreme, corazón. —Pidió como por séptima vez el alfa detrás de la puerta. — Necesito que me digas qué pasa.

Doyoung se armó de valor y abrió la puerta, miró los ojos de su alfa frente a él, sintiendo la culpa nuevamente.

— Perdón. —Fue lo primero que dijo con su voz algo rasposa por haber llorado tanto. — De verdad, perdón.

Jaehyun sin dudarlo lo abrazó, dejando besitos en su cabeza y caricias en su espalda.

Sin esperar alguna explicación del por qué estaba así.

Mingyu ya se lo había dicho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro