IV. Entrar al incendio

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El mismo sueño nos llevó a los dos en esa hora en que las noches y los días, se prestan uno a otro: oscuridad y luz, verdad y mentiras.

Abrí los ojos abruptamente, sintiendo el cuerpo entumecido por haberme quedado dormido sobre el suelo.

Mis párpados se encontraban tan pesados que hasta me costaba mantenerlos abiertos, por lo que pestañeé repetidamente intentando alejar la pereza que descansaba sobre los mismos.

Miré hacia una de las ventanas que daban a la calle observando como la luna y las luces de alrededor de la vivienda iluminaban la oscuridad que traía consigo la noche, otorgándole a mis ojos algo tranquilo para apreciar luego de su pequeña siesta.

Solo que no me sentía tranquilo en lo absoluto.

Algo estaba mal.

Todas las señales de alerta que podía llegar a darme mi cuerpo se encontraban encendidas y un sudor frío recorría mi espalda como advirtiéndome que realmente me encontraba al borde del peligro.

Subí la mirada hacia el techo apreciando las vetas de la madera sobre mí, intentando acallar la sensación de ansiedad que me había sacado de mi sueño, esperando que se fuera de mi cuerpo y me permitiera dormitar por unos cuantos minutos más.

Pero no se iba.

¿Tuve una pesadilla?

No, no lo creo.

Mi subconsciente se encargaba de recordarme hasta la más mínima cosa cuando tenía un sueño que no era de lo más agradable, casi siempre reviviendo aquel suceso, por lo que si hubiera soñado algo capaz de ocasionarme este nivel de terror, lo recordaría.

Además esto se siente diferente.

Algo me hacía sentir extrañamente perseguido.

Paseé la mirada por la sala intentando no mover demasiado mi cuerpo buscando con mi vista qué era lo que me hacía sentir tan incómodo, pero todo parecía estar tal cuál como lo dejé luego de entrar a la casa.

No había muchas cosas dentro y la mayoría de ellas se encontraban tapadas con enormes plásticos para evitar que el polvo pudiera llegar a dañarlas, por lo que era sencillo darme cuenta si algo se encontraba fuera de lugar o si algo había cambiado a mi alrededor.

Aunque la poca luz que provenía de afuera tampoco me ayudaba demasiado como para poder visualizar todo con extrema claridad. No estoy seguro de cuántas horas han pasado desde que me quedé dormido, pero teniendo en cuenta lo oscuro que se veía todo yo le calcularía unas cuatro o cinco.

Escuché la madera tronar con una especie de eco en el piso de arriba, y es que la casa se encontraba totalmente vacía en ese lado, por lo que el más mínimo ruido podía ser escuchado con extrema claridad.

Agudicé mi oído sin querer perderme ningún sonido extraño que pudiera ocurrir, pero la verdad es que cada rincón del lugar rechinaba a cada minuto, por lo que no sabía si mi mente estaba haciendo que me preocupara de más, o realmente había algo a lo que debía de prestarle atención.

Aún así, había algo raro esta vez.

El sonido parecía seguir un patrón, como si algo estuviera arrastrándose por las habitaciones hasta terminar en la bajada que da paso hacia la escalera.

Algo o alguien.

Tragué saliva nervioso.

—Te lo dije — la voz de alguien se escuchó desde el comienzo de la escalera —. No hay nadie aquí.

¿Qué demonios?

Me quedé completamente inmóvil intentando escuchar con más claridad sin querer llamar la atención de quién sea que estaba aquí dentro.

—¡Shhh! — otra voz mandó a callar a la persona que estaba hablando antes —Haz silencio.

—Pero es que tenía razón — refunfuñó —. Subimos hasta aquí por nada cuando es más que obvio que él ni siquiera vive en esta casa en primer lugar. Mira a tu alrededor, Hyung.

El crujir de la madera seguía sus voces indicándome que se encontraban bajando por las escaleras en ese mismo instante.

Nervioso, intenté observar lo que la oscuridad me permitiera pero era inútil. A pesar de que la escalera no se encontraba lejos de donde yo estaba, aún me era imposible visualizarlos.

—Ya cállate — regañó nuevamente seguido del sonido de un ligero golpe —. Con tanto griterío de seguro logras despertarlo.

—Oye, no estoy gritando — se defendió el otro.

—Tienes razón — ironizó —. No tienes la culpa de que tu voz sea tan molesta— añadió con burla —, pero cállate de una vez.

Los pasos se detuvieron abruptamente.

—Tú de verdad estás buscando que te golpee ahora, ¿no es así? — la voz sonaba retadora, casi como si disfrutara de la idea.

—Aprende a respetar a tus mayores, niño. — contestó el otro con un tono cansado, harto de la pequeña disputa que llevaban.

—El respeto se gana — hizo una pequeña pausa —, anciano.

Las pisadas se escucharon más rápidas estrepitándose sobre los escalones hasta que se detuvieron al mismo tiempo, dándole lugar a un pequeño forcejeo seguido de golpes que sonaban inofensivos.

Respiré profundamente llevando la mano hacia el bolsillo delantero de mi pantalón, rogando por que el pequeño movimiento fuera imperceptible. Tomé entre mis dedos el pequeño objeto que mantenía oculto, sintiendo el temblor que recorría mi mano al pasar las yemas de estos por el metal.

No los había escuchado entrar.

Lo que pasó por la tarde había dejado mis energías por el suelo, por lo que de seguro el sueño pesado en el que me vi absorto no me permitió oírlos ingresar a la casa.

Acaricié el metal lentamente buscando calmarme. Aunque ciertamente no me servía de mucho ya que a pesar de que el pequeño objeto que siempre cargaba conmigo en caso de que necesitara algún tipo de protección era una navaja de bolsillo que había encontrado tirada detrás de un basurero, la realidad era que hasta un cuchillo para cortar mantequilla podría herirte más que esto gracias a lo desafilado que se encontraba. Pero si esta gente tenía pensado hacerme algo, lo menos que podía hacer era tomarlos por sorpresa para lograr sacarles algo de ventaja. O eso es lo que esperaba.

No sé qué es lo que están buscando. Si quisieran robar algo definitivamente esta casa era la que menos resaltaba de entre todas las demás del vecindario. Podías notar desde la fachada delantera que no cargaba con cosas valiosas, ni siquiera el patio se encontraba bien cuidado. Solo al entrar podías notar que la casa se encontraba abandonada, pero aún así desde fuera no se veía lo suficientemente llamativa como para que alguien decidiera allanarla.

Entonces..

¿Qué es lo que buscaban en realidad?

La pequeña discusión que se daba a varios pasos de mí parecía haberse acabado y los pasos volvieron a escucharse casi al final de la escalera, esta vez más calmados.

Sentía como mi mano comenzaba a sudar alrededor de la navaja, apretando más el agarre con cada paso que daban.

Solo tenía que esperar un poco más.

Esperar a que se encontraran un poco más cerca de mí.

El sonido de sus pisadas generaba en mi cuerpo una sensación de frialdad extrema. Todo a mi alrededor se sentía frío y juraba que si abría la boca para dejar escapar el aire que retenía entre mis dientes se podría ver una pequeña estela de vapor saliendo de estos. Y ese sentimiento aumentaba con cada paso que daban, erizando cada vello de mi piel.

Los sentía acercarse más y más hacia mí obligándome a apretar la navaja fuertemente, sintiéndolos a solo un par de pisadas de distancia.

Mantuve mis ojos cerrados aún sin ser capaz de ponerle un rostro a aquellas voces que me atormentaban.

Sus pasos se detuvieron a centímetros de mi cuerpo, por lo que saqué lentamente la mano de mi bolsillo.

—Será mejor que no hagas nada extraño, niño. — el susurro de una voz ronca llegó cerca de mi oído produciendo un escalofrío que recorrió por toda mi columna vertebral.

Esa voz no le pertenecía a ninguna de las personas que había escuchado antes.

Abrí los ojos rápidamente encontrándome con un rostro a tan solo centímetros de mí.

¿Cómo es que no lo noté ahí?

Aturdido, levanté la mano que empuñaba la navaja a toda velocidad dirigiéndola hacia él con todas mis fuerzas e intentando clavarle la punta del metal sobre uno de sus brazos, pero él detuvo mi ataque agarrándome por la muñeca.

—Guarda eso, vamos — ordenó —. Podrías lastimar a alguien.

Abrí los ojos en su dirección de lo aterrado que me tenía esta situación, sin entender nada de lo que estaba pasando.

Llevé el brazo que él tenía apresado hacia mi pecho, obligándolo de esa manera a acercar su cuerpo hacia el mío ya que no soltó mi muñeca en ningún momento. Bajé mi brazo hacia el costado en dirección al suelo haciéndolo perder un poco el equilibrio y aprovechando ese momento de distracción golpeé con mi otra mano en la boca de su estómago logrando que me soltara.

Observándolo dar una bocanada de aire me puse de pie manteniendo la navaja conmigo y apuntando en su dirección.

Él se recompuso rápidamente e intentó abalanzarse sobre mí para tomarme del brazo otra vez pero me hice hacia atrás impidiendo su cometido.

Ni siquiera tuve tiempo de mirar a mi alrededor para poder localizar a las otras dos personas que sabía se encontraban en la sala, cuando ya me estaba lanzando sobre el tipo nuevamente intentando que me dé algo de tiempo para correr hasta la puerta de entrada.

—Oye, espera. — escuché que alguno de los otros dos hablaba.

Empuñé la navaja violentamente rogando que me sirviera de algo y estiré mi brazo de forma rápida llegando a rozarle por debajo del hombro con el metal.

—¡Agh! — exclamó el tipo que se encontraba delante de mí.

Observé una gota de sangre caer por su brazo hasta terminar en el suelo.

Me encontraba hiperventilando y el corazón parecía estar a punto de salírseme del pecho de lo rápido que latía dentro de este.

Tragué saliva al desviar la mirada del pequeño corte que le había hecho en su brazo y levanté la vista chocando con sus ojos que me observaban enfurecidos.

—Hyung — una voz sonó preocupada detrás de mí —. Hyung, espera.

Pequeñas llamas comenzaron a surgir de las manos de él obligándome a retroceder a causa de la sorpresa, manteniendo la distancia.

—Piensa bien lo que haces, chico — me señaló con su índice envuelto en llamas —. Desde aquí puedo sentir la poca energía que tienes. No saldrías ganando una pelea ni en tus sueños — su voz se oía mucho más grave.

Tomé aire rápidamente sin poder despegar la mirada de las intensas llamas que provenían de su cuerpo. Y siendo honesto, incluso si este tipo fuera una persona común y corriente, las chances de que yo ganara en una pelea contra él eran prácticamente nulas. Era mucho más alto que yo y su piel bronceada lucía fuertes músculos que en mi vida podría llegar a tener. Pero aún así, me negaba a mostrarme débil ante él.

—¿Por quién me tomas? — sonreí altivo —¿Crees que no puedo hacerte frente sin ella?

El moreno pasó la lengua por sus labios observándome divertido, sin creerse ni una sola palabra de lo que salía de mi boca.

—Me agrada él. — exclamó con voz divertida alguno de los otros dos que se encontraban a mis espaldas.

—Tendrías que detenerlos, no estar admirándolos — señaló quien se encontraba a su lado —. Eres el mayor aquí, se supone que tienes que hacer algo.

—¿Yo? ¿Por qué tendría que hacer algo? — cuestionó intrigado —Fue cosa suya empezar una pelea en primer lugar. Si no iba a poder defenderse no tendría que haber empezado una disputa desde un principio — respondió obvio.

No podía observar a los otros dos ya que no quería despegar la mirada del grandote que se encontraba desprendiendo llamaradas justo delante de mí y que parecía querer fulminarme con la mirada, pero estaba seguro de que aquellos dos encontraban la situación mucho más divertida de lo que resultaba en mi lugar.

—¿Pero qué clase de Hyung eres? — siguió con la discusión.

—Tú, mocoso, ¿cómo te atreves a hablarme de ese modo? — cuestionó el otro, ofendido.

Sacudí la cabeza de un lado hacia otro intentando dejar de prestar atención a la pelea que estaba comenzando nuevamente a mis espaldas y mantuve la mirada sobre el moreno tragando saliva con nerviosismo, observando como las llamas fluían en mayor cantidad a través de sus manos e iban extendiéndose hasta alcanzar sus brazos.

Apreté la navaja más fuerte sintiendo el aire atorarse en mi garganta.

¿Cómo se supone que saldré de aquí?

Miré hacia los costados calculando la distancia que tenía hasta la puerta principal, pero el moreno pareció notar la duda latente dentro de mis ojos.

—¿Qué pasa, niño? — cuestionó divertido —¿Eres de los que ladran pero no muerden?

Reí sin gracia mirándolo fijamente.

Si supiera.

Estiré mi brazo con rapidez en dirección a su rostro y él cruzó sus brazos sobre éste intentando cubrirse de mi ataque, pero nunca llegué a golpearlo en realidad. Lancé la navaja fuertemente y esquivé su cuerpo corriendo hacia la salida que se encontraba libre. Tiré del picaporte hacia mí abriendo la puerta de par en par y azotándola contra la pared.

Pasos apresurados y más movimientos se escucharon detrás de mí pero no pensaba girarme para averiguar qué era lo que estaba pasando.

Salí de la casa encontrándome con la oscuridad de la noche cayendo sobre mi cuerpo, visualizando un auto detenido justo en la calle que daba hacia la entrada del patio delantero.

—¡Namjoon Hyung, detente!

El grito jadeante detrás de mí me hizo trastabillar con mis propios pasos y cuando estaba a punto de recomponerme para seguir corriendo, sentí algo duro golpear contra mi cabeza fuertemente enviándome al suelo de lleno.

Apreté los ojos pestañeando repetidas veces buscando alejar esas pequeñas manchas blancas que aparecieron en mi visión.

Las voces ahora se escuchaban como murmullos lejanos.

Estiré la mano inútilmente en señal de ayuda.

Hasta que mi cuerpo simplemente se rindió sobre el suelo.

Bueeeeeeno, ¡Capítulo cuatro publicado!♡♡

Por mucho que intente compartir los capítulos en un horario decente, siempre termino subiéndolos de madrugada :p Pero bueno, que mi insomnio sirva de algo, ¿no?

¿Qué les parece hasta ahora?

No olviden de dejar algún comentario o votar en la historia♡♡♡ ya que haciéndolo me ayudarían a que esto pueda llegar a más personas y a su vez me dejan saber si hay algún tipo de interés en lo que escribo o no.

Por cierto, ¿qué opinan de los personajes? ~

Voy dejando fotos de cómo se ven cada uno de ellos al comienzo de cada capítulo, así que no olviden de echarle un ojo a las imágenes que comparto ya que siento que completa mucho más la historia.

Espero que hayan tenido un lindo día y que estén empezando uno igual de bonito♡♡♡

¡Nos leemos pronto!

-Amets

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro