8-Negocios

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Me la pasé toda la maldita noche soñando con Dante, en cada sueño sentía sus labios junto a los míos, sus manos acariciaban mi cuerpo y con su mirada me mataba. Sólo tengo deseos impuros hacia él.

Me pongo ropa elegante y salgo a hacer un posible negocio, Alba me comentó que necesitamos armas así que necesito un potencial proveedor.
Lo mejor de todo que nadie de mi familia sabe que estoy siguiendo sus paso, mi hermano cree que estoy tomando un curso de italiano.

-Hola guapa.- me saluda Alba.

-Hola.- me subo a su auto.- Como se llama la persona con la que nos vamos a reunir?.

-Es un mexicano, se llama Carlos pero no se de donde sacaremos el dinero.

-De eso no te preocupes, yo pongo lo que haga falta, me di cuenta de que es esta la vida que me apasiona.

Esta vida llena de peligros y negocios ilícitos es la que realmente quiero. Es una existencia llena de adrenalina y riesgo.

-Me encanta oír eso pero el otro drama es que entraremos a territorio Marchisio.

-Eso suena mal, debemos mantener la calma.

Siento la tensión en el aire mientras avanzamos por las calles sombrías. La emoción y el peligro se entrelazan en mi pecho alimentando mi determinación.

De repente, un grupo de matones bloquea nuestro camino haciendo que Alba detenga el auto con brusquedad. Mi corazón se acelera y mis instintos se agudizan pero sus miradas amenazantes y su actitud desafiante no me intimidan. Me preparo para enfrentarlos consciente de que la violencia puede desencadenarse en cualquier momento.

-Que hacen por acá dos chicas tan bellas y solas.- habla uno de los sujetos sosteniendo una MP5, nos hacen bajar del auto.

-Solo andamos conociendo la ciudad.- responde Alba.

-Que tal si les hacemos compañía.- habla el otro con cara de pervertido.

-No gracias, nos dejan pasar por favor.- pongo cara de mala.

Se miran entre ellos y nos apuntan con las armas.

-No pueden estar en territorio Marchisio, a no ser que nos den un rato agradable.

Ay que asco, odio que vean a las mujeres como un objeto.

-Ni muerta mal parido.- le escupo el rostro.

-Van a ser nuestras malditas putas.- me golpean el rostro.

Alba y yo intercambiamos una mirada determinada sabiendo que no podemos permitir que nos traten de esa manera.

Con una rápida agilidad Alba se lanza hacia uno de los sujetos más cercanos arrebatándole la MP5 con destreza. Antes de que pueda reaccionar la utilizamos protegiéndonos de sus balas mientras nos ganamos detrás del auto. El ruido ensordecedor de los disparos nos envuelve pero no nos distrae de nuestro objetivo, debemos darles una lección que nunca olvidarán.

Me da a mi el arma y llamo su atención,
Alba con su dominio del arte marcial ejecuta una serie de movimientos fluidos y precisos, golpeando a uno de ellos con una combinación de patadas y puñetazos letales, hace que cada golpe conecte con una fuerza desgarradora.
Afino puntería y le disparo en el brazo.

Aprovechando mi destreza en el combate cuerpo a cuerpo, esquivo sus ataques y balas. La ira y la indignación me impulsan a luchar con una intensidad feroz, lo hago caer al piso y lanzo lejos su pistola, comienzo a golpear sus partes bajas. Cada puñetazo y patada impacta con precisión, tomo la MP5 y genero una serie de disparos en sus genitales, Alba y el otro sujeto se detienen de pelear al ver lo que acabo de hacer. De pronto sale corriendo calle abajo.

-Vámonos, traerá refuerzos.

-Al menos uno de ellos va a morir.

-Sabes que acabas de iniciar una guerra verdad, las cosas estaban calmadas pero con esto, todo volverá a ser un caos.

-Lo bueno de esto querida Alba es que nadie pensará en que fuimos nosotras, deja que se maten entre ellos.

-Ya veremos que tan bueno es eso.

Acelera a toda prisa, se nos ha hecho un poco tarde con semejante altercado.

Llegamos hasta una pequeña casa rodeada de muchos árboles a las afueras de la ciudad.

Un chico nos guía hasta un escritorio, de pronto llega un señor de unos cuarenta años y se gana en frente.

-Pero que edad tienen chamacas.- nos analiza.

-La suficiente para poder hacer negocios, necesito pistolas, metralletas y rifles.- ordena Alba.

Se comienza a reír con otro sujeto.

-Eso lo debe pedir un adulto, vayan a la escuela mejor.

-Mira supongo que tu eres Carlos, no tienes idea de con quien te estás metiendo, necesito que nos des todo lo que acaba de pedir mi amiga o en menos de lo que canta un gallo vas a tener cientos de matones aquí.

-Y quién te crees tu escuincla, es más dile a mis guardias que las saquen de acá.

-Soy una Marchetti, si quieres le digo a mi padre que tú no quisiste darme las armas, no creo que quieras ver a mi padre cabreado o si?.

-Creo dice la verdad, Bianca me dijo que su hermana había llegado y el parecido es innegable.- me observa el que parece ser hijo de Carlos.

-Pues le creo a mi chamaco, tigre, dale todas las armas que necesitan.

Así que mi hermanita anduvo contando por ahí que yo estoy acá, quizás me tiene cariño.

El tal tigre echa el cargamento al auto. Nos aseguramos de que la cantidad sea la justa, le doy el dinero en efectivo.

-Espero que volvamos a hacer negocios muy pronto.- le doy mi mano.

-Así va a ser chamaca.

Nos vamos por una ruta alternativa al lugar donde está el resto de la banda de Alba que ahora es mía, espero obtener el respeto de todos.

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Chicas malas!!

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