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Narra Taehyung:

— No se lo digas a nadie, por favor.— Emma sollozaba al frente mío.

— Te prometo que nadie más se enterará, pero por favor deja de llorar. No me gusta verte así, ¿de acuerdo?

— Tengo miedo...

— Te juro que mientras estés a mi lado nadie te va a volver a lastimar.

Narra Jungkook:

— No, MinHo, no se lo diré.

Ya habían pasado tres días y mi "queridísimo amigo" no dejaba de tocar el tema cada que nos quedábamos a solas.

— ¡Claro que sí! Taehyung debe saber. ¿Y si le gustas a él también?— cuestionó.

Lo pensé un poco y reí levemente mientras negaba con la cabeza.

— No, imposible.

— ¡Vamos, Jungkook! ¿Por qué eres así?— renegó.

— Simplemente no, MinHo, yo... ya lo he escondido por mucho tiempo.

— No lo podrás esconder siempre.

— Eso prefiero saberlo después.

Noté que estaba a punto de decir algo más, pero justo llega Emma.

— ¿Alguien ha visto a Tae?

— Uhm... no. ¿Pór qué lo preguntas?

— No lo he visto desde mañana, ¿ustedes sí?

— No, tampoco.- respondimos al mismo tiempo.

— Qué extraño...- susurró para sí misma.

Se quedó a hacernos compañía unos minutos hablando de temas completamente triviales.

— ¡Hola, chicos!— apareció, como por arte de magia, a quien estábamos buscando.

— ¿Dónde rayos estabas?— el regaño de parte de Emma no se hizo esperar.

— Haciendo algo que tenía pendiente, pero ya estoy aquí. No me sigan llorando.— bromeó.

— Bueno, yo me tengo ir.— me levanté del asiento en donde estaba.

— ¿Justo cuando yo llego?— Tae puchereó.

— Tengo ensayo, y... Tae, nos vemos todos los días.— sonreí al recordarle.

— De acuerdo, de acuerdo. Ve con cuidado.

— Cuídense de WoonWo.

— Lo haremos.

Ahora esa era nuestra típica frase: "Cuídense de WoonWo". Me daba mucha gracia cómo lo usábamos para todo.

Llegué al espacio donde solo estaban los chicos que tenían las mismas habilidades que yo.

Ya todos mis compañeros de allí se habían dado cuenta de que mis poderes aún no se habían activado a pesar del esfuerzo que le ponía. El entrenador me dijo que podía ser causa de que la primera vez el experimento no salió nada bien. 

Mientras los demás ya podían encontrar a personas con algo de facilidad, yo aún trataba de ver el pasado de una roca.

— Jungkook, ven aquí.— mi entrenador me habló.

Me levanté de donde estaba y caminé a paso lento hacia él.

— Sabes en lo que consiste tu poder, ¿verdad?

— ¿En poder averiguar el pasado, presente y futuro de una persona o cosa?

— Exacto, pero creo que no estás entendiendo muy bien de lo que realmente se trata. Jungkook, incluso puedes cambiar el pasado, saber el presente de todo el mundo y viajar al futuro. Pero claro, estás aquí para aprender a utilizarlo. Si corriges algo del pasado y algo sale mal, un acontecimiento peor viene a tu presente; si tratas de cambiar algo del futuro y sale algo mal realmente te arrepentirás. Este es el poder menos fundamental pero más peligroso de todos. Lo que trato de decir es que... TIENES que aprender a usarlo antes de que termines haciendo algo sin querer y salga mal.

Era demasiada información la que había recibido, por lo que me quedé pensando en demasía sobre ese tema.

— Gracias por eso, entrenador. Intentaré mejorar.

— De acuerdo. De hecho, más te vale. No quisiera que el señor WoonWo te castigue cuando regrese.

— No, eso no. Lo haré, entonces.

— Bien.— sacó de su bolsillo una foto y me la mostró, era el rostro de una niña.— es mi hija... ninguno de aquí puede encontrarla. Desapareció hace medio año y no he sabido nada de ella en todo ese tiempo. No hay rastro alguno...

Me puse en el lugar del hombre al frente mío y realmente lamenté su situación.

— ¿Puedes intentar buscarla?— me miró con sus ojos cristalizados y me dio la foto.

Conocía que el poder que poseía me daba la facilidad de encontrar a las personas.

Miré su rostro, y desde el momento en que la vi supe que algo realmente feo le había pasado. Me aterré por las vibras que me daba ese pedazo de papel.

— ¿Sientes algo?— me preguntó.

-Un muy mal presentimiento.

Cerré mis ojos y apreté levemente la imagen. Solo veía puro negro pero la sensación seguía ahí. Estaba por darme por vencido pero realmente quería ayudar a encontrar a esa pobre niña.

— ¿Cómo se llama?

— Olivia.

Movía mis ojos estando cerrados tratando de ver algo pero nada. 

Vamos, vamos. Aparece.

Hasta que...

Una escena llegó a mi mente.

— Yo... la veo.- solté

— ¿¡En verdad!?— exclamó sorprendido.

— Sí, pero creo que estoy antes del incidente. Está usted y un amigo tomando en la cocina y Olivia está en su habitación.

— ¡Sí! ¡ese fue el día que desapareció! por favor, no pierdas la conexión.— suplicó.

— Lo estoy intentando.

La niña estaba coloreando en un pequeño libro y cantando algunas canciones. Se veía tan tranquila que me entristecía imaginar siquiera en lo que le iba a pasar.

— Su amigo entró al cuarto de Olivia.— anuncié mientras seguía viendo con atención la escena.

— ¿Qué? ¿qué hacía Roberth en la habitación de mi hija?— por su voz, se notaba angustiado.

— Él... él le puso un trapo en la boca y la durmió. La está sacando por la ventana mientras al otro lado hay otro hombre que la recibe.

— ¡Ese hijo de puta! ¡me las va a pagar!

— Ese hombre se la lleva y... su amigo sale de la habitación y regresa con usted solo a despedirse.— me estaba comenzando a sentir mal.

— ¿Puedes ver qué pasó después? ¡por favor!

— Estoy cansado... pero, ehm... puedo verla en una cabaña... ella...- mi voz realmente se estaba apagando.- ella... está en Andong. Está... hambrienta y sedienta... y sigue teniendo la misma ropa de ese día. Su amigo sabe dónde está, la va a ver cada fin de mes y después se queda sola encerrada en ese lugar. En unos días llegará una persona que la va a tomar a cargo. Creo que... la han vendido.

Eso fue lo último que dije antes de caer inconsciente al suelo. 

— ¡Hey, Jungkook!

Narra Taehyung:

— Jungkook está en la enfermería, se ha desmayado.— llegó MinHo notablemente agitado.

— ¿¡Que Jungkook qué!?— abrí mi ojos como platos.

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