⁴³. Psicópata 😶

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Jungkook suspiró y siguió su camino mirando de vez en cuando hacia su costado disimulando, pero buscando por el rabillo de su ojo a la persona que estaba siguiéndolo. Hacía unos cuantos minutos que venía escuchando estos pasos y sabía muy bien que cuando bajó del autobús esa persona que ahora estaba en las sombras había bajado detrás de él.

Metió las manos dentro del bolsillo de su sudadera y se preguntó a sí mismo si debía de meterse en el 24 horas o no. Creyó que sí porque si esta persona desconocida lo estaba siguiendo por algo, se metería ahí con él y podría verle el rostro. Darse cuenta si era alguien conocido o no, si era alguien de quien había estado escapando hace un tiempo.

El pelo rubio se le hizo conocido y rodó sus ojos cuando se dio cuenta de que era su némesis en twitter. El pequeño muchachito estaba con algunas cosas dentro de una canasta y seguía metiendo más. Kook supuso que acertó cuando dijo que era alguien sin vida que le gustaba molestar a los demás. El tipo parecía literalmente un vagabundo porque los pantalones de chándal estaban manchados de algo que no quería adivinar y la camiseta que llevaba puesta tenía algunos agujeros aquí y allá.

Ignorando todo a su alrededor Jungkook se dispuso a tomar algunos paquetes de ramen así como algunos chocolates para su bebé, tomó algunas latas de energizante y algunas de soda. Se acercó a pagar y esperó hasta que el tipo mugriento frente a él terminara de pagar para poder hacerlo él.

—Son veinte mil wons—Kook sacó su tarjeta y se la pasó al muchacho con acné que atendía la caja, el tipo le puso todo en una bolsa biodegradable y pasó el pedazo de plástico por la máquina, gracioso.

—Gracias, ten buena noche—Murmuró y salió del lugar haciendo una corta reverencia con su cabeza. Como siempre que salía de algún lugar con una bolsa comenzó a moverla de un lado a otro. Sonriendo con burla al tipo que caminaba con paso cansino delante de él.

Maldijo cuando ambos llegaron juntos al complejo de edificios. Jungkook llamó al ascensor y esperó, el enano se había quedado en la puerta revisando su bolsa y soltando un insulto a nadie en particular. Sonrió con todos sus dientes y miró hacia el techo cuando notó que subiría solo.

—Paralo, por favor—Pero su mano ya estaba puesta para que las puertas no se cerraran. Jimin soltó una risa llena de burla cuando vio la persona con quien subiría hasta su piso.

Jeon miró de arriba abajo a Jimin antes de enarcar una ceja y mirar hacia otro lado. El más bajo se sintió ofendido por ese simple gesto y se preguntó cuánto le llevaría golpearlo en el rostro para que no se sintiera superior a él cuando no lo era. No era más que un idiota que se creía más solo porque tenía un poco del amor de Taehyung.

—A Taehyung, no lo mereces—Dijo en un arranque de furia que hizo a Jeon reír con fuerza—. Posta que no lo mereces. No sos más que un pelotudo que se cree superior cuando en realidad no tenés en dónde caerte muerto. Sos así como un pedazo de caca al lado de él, seguramente no va a faltar nada para que seas desplazado.

—Si pensás que te voy a contestar, estás equivocado podés meterte todas esas palabras por el orto. No te banco, no me bancas, no hay razón para hacer esto. así que cerrá el culo y mira para el frente porque te voy a romper la cabeza si me seguís jodiendo.

— ¿Qué? ¿Tenés miedo de que Taehyung se entere que sos un pelotudo? Él se merece más, yo puedo dárselo. Yo puedo quitarte del camino en cualquier momento y no necesito ningún truquito pelotudo.

—Mirá, flaco, te dije que cerraras el orto. A Tae no lo mereces y puede ser que yo tampoco lo merezca, pero puedo darle más cosas que vos seguramente no. De seguro que intentaste muchas veces hablarle, pero él simplemente no te dio bola porque sos un imbécil de mierda que no sirve para nada.

—Dale, boludo, no me jodas. Si vos te crees un asesin-—Antes de que Jimin pudiera seguir hablando la mano de Jungkook se había enredado en su cuello, apretando con fuerza. Sus ojos marrones se habían oscurecido volviéndolos unos pozos negros sin fondo y completamente fríos. Jimin tembló porque nunca había visto esa mirada en nadie.

—Te lo voy a decir una vez más—Apretó un poco más su agarre, su voz saliendo baja y oscura—, cerrá el orto, mantenete tranquilo y en tu lugar. La próxima vez que te quieras meter entre nosotros diciendo estas boludeces te voy a buscar Park Jimin y te voy a encontrar. Te voy a hacer desaparecer y nadie va a enterarse ¿estamos? Taehyung es mío y va a ser así siempre, nadie nos va a separar y menos vos con estas cosas que decís—Jimin tenía un brillo de miedo en sus ojos que lo estaba cegando, estaba temblando y apretando la mandíbula para no demostrar como esta se movía como si de repente le hubieran hechado un balde de agua helada en pleno invierno. Su mirada estaba en Jeon y en como el rostro de este estaba deformado en furia, en como sus ojos brillaban con malicia y satisfacción.

A él le estaba satisfaciendo la forma en la que Jumin estaba reaccionando. Con completo miedo y sintiéndose completamente débil. El mucacho de cabello rubio supo que Jungkook era algo más, no era un simple muchacho que trabajaba y a la vez iba a la universidad, sus acciones lo decían. La forma en como sus ojos brillaban con esa sed de sangre, como un maldito psicópata que estaba intimidando a su víctima. Y Jimin se estaba sintiendo como una porque su oxígeno se estaba acabando y por más que daba grandes bocanadas para que el aire pudiera ingresar, la mano de Jeon más se cerraba en su garganta. Estaba seguro que en cualquier momento sus pulmones colapsarían y se ahogaría con su propia sangre, él incluso podía sentir que en cualquier momento se desmayaría. Jungkook tenía fuerza, ¿cuánto le tardaría para romper su tráquea? Estaba seguro que nada. Pero Jeon tampoco era ningún estúpido porque en el momento que notó el rostro morado del más pequeño, abrió su mano y lo dejó caer en el suelo y una vez que estuvo en este comenzó a dar grandes bocanadas de aire para que sus pulmones volvieran a llenarse.

Las puertas se abrieron en el séptimo piso y Jungkook con el rostro contraído en furia salió de este no sin antes murmurar—: Ya estás advertido, Mantenete alejado porque te juro que voy a matarte.

Mierda, él era un maldito psicópata.

Jungkook tenía un problema. Un maldito problema que lo iba hacer perder la cabeza... de nuevo. Miró su departamento con los ojos oscurecidos, con la furia corriendo por sus venas y un solo pensamiento. Podía sonar egoísta, tóxico, lo que fuera, pero Taehyung era de él e iba a cuidarlo costara lo que costara.

Tiró la primera mierda que encontró en su camino contra la pared sonriendo con frialdad cuando vio como todo se rompía en pedazos. Su puño cerrado se estrelló contra la pared importandole muy poco si sus nudillos se reventaban o algo por el estilo. Debía de sacar de su sistema toda la molesta furia con la que cargaba. El maldito enano del séptimo lo había hecho enojar con las estupideces que había dicho, pero nada de lo que él había largado le había molestado tanto como la nota que se encontraba pegada en la puerta de su departamento y el mensaje que había llegado apenas puso un pie dentro de su hogar.

Se tiró en el sofá mientras insultaba por lo bajo intentando comunicarse con el número remitente del mensaje anterior, pero a pesar de que ya lo había intentado varias veces seguía mandándolo al buzón de voz. Su puño se cerró fuertemente alrededor de su teléfono celular y sus ojos se enfocaron en el techo escuchando como la puerta sonaba con alguien llamando insistentemente.

—Kook—La voz que lo volvía loco todo el tiempo, que lo había hecho delirar desde el momento cero en que lo conoció—, bebé ¿estás good?—Y eso solo lo hizo sonreír y negar con la cabeza.

—Sí, amor. Estoy good—Dijo cuando abrió la puerta y se encontró con Taehyung, tenía puesta una de sus remeras y eso hizo que su corazón latiera fuertemente en su pecho—. ¿Qué haces acá?

—Te escuché tirar algo contra la pared y supe que alguien te sacó de tus cabales. Bebé, sabes que siempre contás conmigo y podés decirme lo que sea.

—Dale, sos lo más, mi amor. Y sí ya sé cosita que puedo contar con vos así como vos contás conmigo, pero esto no es tan interesante. Tuve algunos problemas en el trabajo, nada más. El jefe me acaba de cagar a pedos por mensaje y me hizo enojar porque no fue mi culpa, pero bueno que se le va a hacer.

En ningún momento habían hablado qué eran o qué esperaban de ellos dos juntos, pero no les importaba. Los apodos se los decían con un cariño que ambos sabían que sentían, pero que les era difícil hablar.

Jeon abrazó a tae con fuerza. Alzandolo del suelo, el otro enredando sus piernas en la cadera de Kook. El mayor no podía seguir viendo como Kim lo miraba, con esos ojitos tiernos que brillaban para que le dijera absolutamente todo lo que ocultaba.

Pero diablos, ¿cómo hacía para decirle que alguien que estaba detrás de él hace tiempo había regresado y le quería hacer daño? Jeon no podía, jodidamente no y seguiría así porque no podía decirlo y soltarlo de la nada, porque no podía confesarle que él estaba ahí para que nadie le hiciera daño y que se había enamorado desde el primer momento que se enteró que su ex jefe quería poner una bala en su cabeza. Taehyung era su más grande prioridad antes que nada y seguiría así durante mucho tiempo.

AAAAAAAAA no sé qué acabo de crear, seguro q es por el sueño. espero que les guste ahre

Besooooooooooooooos♡

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