ⁿ ¹⁴. Abrazo.

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Jungkook frunció los labios mientras sus pasos eran lentos y pausados a medida que avanzaba por el camino hacia el edificio en donde vivía. Su brazo iba de adelante hacia atrás mientras la bolsa que llevaba en su mano derecha se balanceaba de un lado a otro. Había una brisa fresca que por momentos movía su pelo y remera, la cual era unos talles más grandes que las que normalmente usaba. Pasó por el 24 horas mientras veía atentamente cualquier cosa que pudiera llamar su atención y lo hiciera sospechar.

Aún no podía sacarse de la cabeza la forma en la que Taehyung había llegado a su casa, la forma en la que se comportaba quedándose solo en su departamento y el como veía como el miedo lo consumía en las noches. Su cabeza era un desastre en esos días y en verdad quería buscar al hijo de puta que había tocado a Tae.

Había tardado un poco más comprando en el supermercado porque una señora se había enojado con algunos de los cajeros y había hecho un berrinche que duró varios largos minutos. Su celular había quedado olvidado en su hogar y no tenía cómo comunicarle a Taehyung lo sucedido, para que no se preocupara ni se hiciera la cabeza con cualquier escenario turbio que pudiera pasar por esta.

Sus ojos se fijaron en una persona al azar que iba caminando por delante de él, pero había algo extraño en la forma como miraba para el edificio en donde él vivía. Su mirada nunca dejó a esta persona y cuando el hombre se quedó atrás, Jungkook levantó una de sus cejas interrogandolo con ese simple gesto.

— ¿Qué carajo me mirás pelotudo?—Preguntó el desconocido con un tono hosco y rasposo. La mirada de Jungkook se oscureció unos tonos mientras sonreía con sorna.

—Nada que te importe, imbécil—Murmuró. Siguió su camino y dejó al tipo atrás, diciendo algo que no llegó a escuchar.

Entró al edificio y sin querer esperar el ascensor que había sido llamado en el quinto piso, subió las escaleras hasta el tercero. Parecía que no, pero él hacía ejercicio varios días de la semana y subir tres pisos no le hacía nada, además de que tenía mucha adrenalina en el cuerpo gracias a lo que pudo haber sido una pelea con el desconocido de hacía unos momentos. Llegó a la puerta de su departamento y soltó un suspiro antes de sacar las llaves de su bolsillo, colocarla en la cerradura y luego darle la vuelta, empujó la pesada puerta e ingresó.

Su cuerpo se tensó al sentir uno más pequeño contra él, los brazos de Taehyung habían pasado por su cintura y se habían cerrado en su espalda baja.

— ¿Por qué tardaste tanto?—Preguntó el muchacho con cierto deje de angustia en su voz. Jungkook sintió su pecho oprimirse y con cuidado envolvió sus brazos en el pequeño cuerpo del chico. Apoyó su nariz en su cabello y respiró profundo, dejando que el delicioso aroma a frutos del bosque invadiera y tranquilizara cada parte de su cuerpo, sintiendo sus músculos sin tensión.

El shampoo que Jungkook solía comprar parecía no tener efecto en él, pero ahora que lo olía en Taehyung solo quería que siguiera usándolo para poder aspirar ese aroma siempre que pudiera. Parecía un calmante total para su ansioso ser, algo que al parecer había estado buscando y él no había prestado mucha atención a esto.

—Ya estoy acá—Murmuró Jungkook sobre el cabello de Taehyung, quien estaba muy cómodo en el hueco que se formaba entre el cuello y hombro del más alto.

—Y-Yo en se-serio tenía miedo, Koo—El nombrado se estremeció al escuchar el apodo salir de los labios del de piel canela. Jeon juró que era extraño sentirse así y que no debía, pero de igual forma se permitió disfrutar de la calidez que lo abarcaba el estar abrazando a su vecino.

—Me olvidé mi celular y no sabía cómo avisarte, una señora empezó a insultar a uno de los cajeros del supermercado y estuvieron parados como más de media hora. Traje carne, ¿querés que te haga algo en especial?—Pero Taehyung negó y después jugó con sus manos en un gesto nervioso, ahora comprendía lo mucho que había pesado en él, el haber abrazado a Jeon, ahora que estaban separados y poniendo un cierto límite en su espacio, lo supo. Pero trató de no prestarle mucha atención porque se iba a hacer la cabeza más de lo que ya estaba haciéndolo con el otro asunto, así que simplemente le sonrió al más alto y dejó que siguiera su camino hasta la cocina—. Hum Tae, me olvidé de decirte porque recién me acordé, perdona. Ayer me crucé al encargado y me dijo que llamó al cerrajero, pero que no va a poder hacer nada porque el flaco está de vacaciones y no vuelve hasta dentro de dos semanas.

— ¿Qué? No, no. Me jodes—Jungkook negó al alterado muchacho que lo miraba desde la puerta de la cocina. El más alto se dio la vuelta por completo y se apoyó contra la mesada, cruzó sus brazos sobre el pecho y miró mejor a su inquilino—, ¿y ahora qué voy a hacer? Tengo todo ahí, ¿cómo voy a vivir? Mis viejos están en Daegu y no tengo a ningún familiar acá en Seúl—Kook suspiró antes de negar con su cabeza y una mueca en sus labios.

—Te dije que te podés quedar el tiempo que quieras, no tengo problema con eso. Y en cuanto a tus cosas ya vamos a encontrar la forma para ir a buscarlas.

— ¿Qué? ¿Cómo? Ya fue, Jungkook. Rompamos la cerradura.

— ¿Y arriesgarnos a que el encargado del edificio te eche? Mo, paso.

—Hum, perdón por haberte gritado hace tiempo y por haberte dicho que te murieras, te fueras a la mierda y que iba a seguir poniendo la música que se me encantara el orto. Me estás aguantando mucho, me estás re ayudando y en serio, posta, estoy re agradecido con que lo seas. Sos lo más.

El mayor que estaba con una sonrisa en sus labios y tocando su pecho con ambas manos, miró a Taehyung y luego dijo—: Ay estoy conmovido. ¿Ahora es cuando me pongo a llorar o qué? Ya te dije Tae que no tenés que agradecer nada.

—Sos un pelotudo. Me estás ayudando mucho, lo sabes. Voy a limpiar tu casa, a lavar la ropa y los platos sucios.

—Si querés—Dijo Jungkook encogiendo sus hombros. Se dio la vuelta y comenzó a cortar algunas verduras para luego seguir con la carne.

Tae se quedó en el umbral de la puerta viendo hacia la fuerte espalda de Jungkook el como este se movía cómodamente por la cocina, agarrando ollas y todo lo necesario para comenzar a cocinar.

—Si sacas una foto, dura más—Murmuró con burla el mayor. El de piel acanelada sintió sus mejillas calentarse ante esto para luego morder su labio inferior con fuerza, mirando hacia otro lugar cuando Kook cruzó miradas.

—Sos un tarado—Antes de que el mayor pudiera decir otra cosa, se dio la vuelta y regresó a la sala de estar. Se sentó en el sofá y subió sus pies arriba de este, apoyando su frente en sus rodillas mientras soltaba un suspiro. Agradecía realmente de todo corazón el que Junkgook estuviera ayudándolo de esa forma, pero de algún modo se sentía como una carga para el mayor y realmente no quería serlo.

Tenía su celular con él, se entretenía con eso cada vez que Jeon se iba a trabajar o a la universidad. También cuando eso no lo llegaba a entretener se ponía a limpiar el departamento del mayor, ordenando todo lo que estaba fuera de lugar y lavando todo lo que estuviera sucio. Echó su cabeza hacia atrás apoyándola en el respaldo del sofá mirando un momento al techo antes de que su celular sonara con un mensaje de su hyung.

Todo estaba bien, solo esperaba que j
Jungkook no se aburriera de su presencia muy pronto.

Ay espero que les guste, gracias por todo el apoyo que tiene estO💚

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