Oscuridad

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AVISO: En esta historia la cosa se pone un poco violenta, pero no me sacaba la idea de la cabeza y tenía que escribirlo, en el futuro podría haber una secuela, espero que os guste <3  


No había ocurrido sin más, pensó, fue algo progresivo, como cuando tiras una ficha de dominó y todas caen sucesivamente. Siempre fue reacio, toda la responsabilidad que ese sable suponía y sus escasas conexiones con Mandalore eran algo que le producía rechazo, pero al fin de al cabo eran su gente y no podía abandonarlos a su suerte.

Aprender a manejarlo fue sencillo, a pesar de su reticencia no tardó en fundirse en uno con su nueva arma, el hecho de que las cosas comenzaron a llegar a sus manos sin siquiera tocarlas pareció un efecto secundario, había algo que inexorablemente lo atraía en esa espada, como si fuera la pieza que faltaba en su naturaleza...

Después de un tiempo su pueblo ya se había asentado y el planeta no hacía más que prosperar bajo su reinado, no se podía encontrar ninguna civilización que no respetara, o temiera, a Mandalore y a su líder. Entonces lo comprendió, ese sable oscuro rezumaba poder, esa grandeza que no sabía que ansiaba.

Grogu volvió con él, ahora que las cosas habían cambiado podían entrenar juntos, no era necesario ningún Jedi que se ofreciera a hacerlo y nadie se atrevía a decir lo contrario.

.......................

Volvió en sí, dejando de rememorar viejos recuerdos y miró hacia abajo observando su armadura, el metal anteriormente plateado se había teñido de rojo intenso, desconectó el sable admirando su obra.

Los cascos se amontonaban por el salón del trono, algunos todavía adheridos a las cabezas decapitadas de sus dueños, mientras los cuerpos se extendían inertes al otro lado de la habitación. Era algo que tenía que hacer, nadie osaba cuestionar los métodos que utilizaba en su reinado, solo él recobró la grandeza de su planeta.

Su hijo se encontraba a su lado, rodeado de una gélida aura de energía, los ojos del pequeño coloreados de un amarillo brillante como un reflejo de sí mismo, acompañando el hermoso caos que siempre seguía a su persona. Sonrió debajo del casco con orgullo.

Cara, la que había sido su amiga fiel, estaba agazapada en una esquina, con la cara escondida entre los brazos como si pretendiera ocultar todo su cuerpo. Él se acercó sujetando su barbilla con suavidad, observó como los ojos de ella se llenaban de lágrimas, el terror que se vislumbraba en sus facciones solo hinchó su ego, acercó su casco lo máximo posible para hacerse oír y exclamó.

-Ahora vas a hacer todo lo que yo te diga....


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