Manzana y pomelo/ sonrojos, regalos y besos de año nuevo

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Desde que Kunpimook llegó a la ciudad fue acogido por YuGyeom, él era un tipo genial, ligeramente extrovertido pero sobre todo confiable y muy generoso. Le abrió las puertas a su hogar y desde que puso un pie dentro de la gran casa se dio cuenta de lo influenciado que había sido por su familia, ya que todos eran exactamente iguales; sus padres, los abuelos, tíos y primos... bueno, a excepción de Mark.

Este chico era un enigma. Kunpimook no tenía idea de cómo describirlo, le causó mucha intriga desde el principio y quizá fue por eso que al cabo de unos meses terminó por tener una especie de flechazo por él, sumando además el rostro de ángel que tenía. Así como la gran mayoría de los Kim-Tuan, Mark era un alfa, pero no era como los que había conocido a lo largo de los años. Para empezar no era muy sociable, más bien es callado y muy tranquilo, su voz es grave pero no se aprovecha de ese rasgo para demandar o exigir y nunca saca a relucir su voz de mando. YuGyeom piensa que solamente es tímido, la abuela Kim cree que es pesado pero Kunpimook opta por que el alfa es de las dos maneras, es así por naturaleza. No es sumiso pero tampoco dominante, o al menos esa impresión le da.

Rara vez ha entablado conversaciones con él y eso que Mark no lo hace con cualquiera ajeno a la familia, sin embargo, como Kunpimook ha estado yendo a esa casa desde que entró a la universidad cabe la posibilidad de que Mark se haya acostumbrado a su presencia, es por eso que el alfa ya no huye al verlo llegar ni hace todo lo posible para evitar toparse con él. Aún le da risa recordar el primer año desde su llegada a Corea, Mark fruncía el entrecejo o se mordía los labios cada vez que alguien le pedía hacer algo por BamBam.

Mark, abrele la puerta a BamBam.

Pasale la sal.

Dale un vaso.

Sírvele jugo.

Arrímate y dale un lado.

El rubio lo hacía, pero siempre con una expresión de supuesto enojo que a Kunpimook le parecía tierna, aunque a veces le hizo sentir incómodo y algo cohibido ver tonos rojos en su rostro debido a eso.

En fin, eran muchas cosas peculiares sobre Mark. Gracias a que BamBam es un gran observador, supo descifrar algunas cosas respecto al alfa, como que le gustaba mucho el helado, el clima frío, las frituras, los cómics de super héroes -especialmente spider man-, es muy inteligente, quizás algo sensible pero no rencoroso, es hábil para las artes marciales y bastante ordenado. A pesar de eso fue difícil hallar un regalo de cumpleaños que se adecuara a él, fue por eso que optó por algo simple y fácil como una camiseta de su héroe favorito. Supo que le había gustado, semanas atrás la abuela había donado sus cajas de cómics y alguna que otra figurilla por accidente, por lo que su colección del hombre araña se redujo. BamBam recuerda lo triste y desganado que el alfa estuvo durante ese tiempo, motivo por el cual aquél regalo resultó estupendo.

Mark le agradeció por el regalo y él pudo ver la emoción a través de sus ojos, se sintió satisfecho por haber hallado algo que le agradara al motivo de algunos de sus suspiros, pero ahora que había ocupado esa opción ya no podía repetirla. Kunpimook estaba nervioso, YuGyeom y su familia siempre le invitaron a pasar las fiestas decembrinas con ellos pero él tendía a regresar a su país para esas fechas, esta sería la primera ocasión que pasaría navidad y año nuevo con ellos, como no pudo conseguir un boleto de avión a Tailandia tuvo que quedarse con la familia de su amigo, sería la primera vez que participaría en los intercambios de regalo organizados por los Kim-Tuan.

Le dio de buenas que para el intercambio en víspera de navidad le hubiera tocado YuGyeom, fue fácil saber qué darle cuando los dos llevaban años de amistad, pero en comparación con eso, el regalo que debía darle a Mark para año nuevo es prácticamente un reto. Está completamente en blanco.

-¿En qué piensas?- Jackson se deja caer a su lado en el sofá. Es el mejor amigo de Mark y es tan opuesto al alfa que a Kunpimook le sorprende cómo es que pueden llevarse bien. El tipo habla sin descanso, todo el día está haciendo bromas y sonriendo, es buena onda pero a veces a Kunpimook le gustaría que guardara silencio por unos 5 minutos.

-En el regalo que daré el 31.

-¿Quién te tocó?

-No voy a decirte.

-Vamos, Bam. No voy a decir nada, lo prometo.- lloriquea. -Además, te diré a quién debo darle si tú me dices primero.

-Todos sabemos que te tocó BamBam.- YuGyeom habla mientras se lleva un puñado de palomitas acarameladas que está compartiendo con Mark. Los dos están sentados en el sofá lateral que es más pequeño. Esta tarde habían quedado en ver una maratón y comer porquerías hasta reventar. -No has parado de preguntarle qué es lo que le gusta desde que viste el nombre en el papelito que sacaste.

-¿Qué hay de malo en preguntarle? Quizás voy a darles regalos a todos y tú no lo sabes.

-Ajá, como sea.- responde Kim con la boca llena.

-¡Podría ser verdad!

-Entonces yo quiero un teléfono nuevo.

-¿Y tú, BamBam? ¿Qué quieres?

-Creo que es la décima vez que me lo preguntas esta semana, Jackson, y aún no sé qué responder.

El pelinegro suspira y a continuación le dice.
-Éstas siendo más difícil que Mark.

Entonces Kunpimook presta atención a las palabras del hongkonés y la película queda en segundo plano.

-Todos aquí pierden la cabeza cada vez que deben regalarle algo a Mark.

-Bueno, yo no la perdí cuando le di esa camiseta en su cumpleaños.

"Pero la estoy perdiendo ahora". BamBam piensa.

-Es porque le encanta el hombre araña. Por cierto, no tienes idea de cuánto ama esa camiseta, se vuelve loco cuando no la encuentra así que la escondo sólo para verlo llorar. -YuGyeom suelta una carcajada y BamBam se cubre la boca para reprender la suya cuando Jackson hace una imitación del alfa, forzando una voz graciosa que no se parece en nada a la de Mark. -¡Mi camiseta! ¿Dónde está? ¡La puse aquí! ¿Por qué siempre se pierde la que me dio mi dulce Ba...

De repente una almohada vuela por los aires y se estrella directamente en la cara de Wang.

-¡Sabía que eras tú quien se la llevaba!- el alfa se cruza de brazos y se muerde los labios, el corazón de BamBam se derrite cuando ve ese tono carmesí en sus orejas.

La tarde continúa bien, realmente se metieron al plan de comer sin parar que ahora nadie se pone de pie en cuatro horas seguidas. Cuando el reloj marca las 3 p.m Mark se levanta con pereza y sube a ducharse rápido porque tiene cosas que hacer a las 4. Hace una semana que está saliendo a la misma hora y BamBam está intrigado por saber a dónde va y qué es lo que hace, ya que el alfa rubio no es de salir muy seguido. Normalmente regresa alrededor de las 7 p.m y lo que más le llama la atención es el olor que emana, es una mezcla de varios perfumes potentes que aunque no resulta desagradable si le da cierta picazón en la nariz. Al inicio de la semana la familia especuló que probablemente estaría viéndose con alguien o al menos haciendo nuevos amigos.

"Ya era hora, esas hormonas alfa son más lentas de lo que pensábamos".

Kunpimook no negará que pensar en eso le hizo sentir ligeramente desilusionado, se sorprendió al darse cuenta de que la cosa iba más allá que sólo gustarle ver al alfa de cabellos claros.

Por unos minutos desvía la mirada hacia la ventana y se pone a pensar si será correcto mantener ocultos sus sentimientos. Por fortuna no ha comenzado a nevar, dentro de la casa está calentito, no hace tanto frío pero cuando la mamá de YuGyeom abre la puerta todos están temblando y encogiéndose en sus lugares.

-¡Arriba, niños! ¡Es hora de bajar la comida!

-Mamá, estamos viendo películas.

-Pueden continuar cuando regresemos. ¡Vamos, vamos! ¡Será divertido!

En contra de su voluntad los tres terminan cargando bolsas grandes y pesadas llenas de cosas distintas. La familia de YuGyeom siempre hace colectas para donar cosas, especialmente para estas fechas. Su amigo es bastante flojo, pero hace todo lo posible por ayudar cada año, incluso Jackson ha formado parte desde que se volvió cercano a Tuan. Como ellos le han contado sobre las experiencias pasadas y lo bien que se siente hacerlo, BamBam está ansioso por saber a dónde se dirigían y de qué forma podrá ayudar. Casi en todo el trayecto hasta llegar a un albergue estuvo mirando a través de la ventana con curiosidad, tuvieron que bajar un par de bolsas y repartir cobijas, suéteres, pantalones, guantes, gorros y calcetas. Terminaron en una hora y luego estuvieron de nuevo en las calles en dirección hacia otro destino de la lista.

-Bien, muchachos, bajen las cajas.

Fue hasta que las llevaron a la entrada que pudo ver que el sitio se trataba de un asilo. Tres chicos del personal aguardaban por las cosas, así que no se quedaron tanto tiempo, a los 10 minutos ya estaban dentro del auto.

-¿Por qué no arrancas?- YuGyeom le preguntó a su mamá.

-Estoy esperando a Mark.

-¿Mark? ¿Está aquí?

-Sí, aproveché que venía por él y por eso estamos repartiendo todo, sino tendríamos que haber salido temprano en la mañana y sabía que ninguno de ustedes se iba a querer levantar.

-¿Puedo pasarme adelante?- preguntó Jackson.

-Claro, pasa.

Al bajarse dejó la puerta abierta para Mark, quien iba corriendo hacia el auto para escapar del frío. El alfa se sentó en el espacio que Jackson había dejado, o sea, a su lado izquierdo. Cuando entró y cerró la puerta se sorprendió al verle ahí aunque inmediatamente se recompuso.

-Gracias por venir a buscarme, tía.

-De nada, corazón.

-¿Por qué a él le hablas así y a mi no?

-No exageres, YuGyeom, cuando lo hago igual te quejas. Ponte el cinturón, ya nos vamos.

-¿Cómo me dirías a mi, señora Kim?- Jackson le dio una mirada ansiosa y sonrió satisfecho por haber obtenido respuesta.

-Cielo.

-¿Y cómo llamarías a BamBam?

La mamá de YuGyeom se lo pensó un rato y luego dijo que cariño le quedaría muy bien.

-Cariño suena muy bien para él, ¿cierto, Mark?

El alfa parpadeó confundido y le dio una rápida mirada. -Sí, eso creo.

-¿Qué piensas tú, BamBam? ¿Corazón suena lindo para Mark?

Kunpimook soltó una risita al ver que Mark le lanzaba flechas con la mirada a Jackson.

-Corazón le queda bien. Aunque creo que cualquiera quedaría bien para Mark. ¿No es así, corazón?

Mark abrió la boca pero no dijo nada. BamBam estuvo más que satisfecho al ver las puntas de sus orejas sonrojarse.

-Yo... Eh...- Él alfa comenzó a balbucear pero fue interrumpo por un insatisfecho YuGyeom que ya casi se ponía a patalear disgustado.

-No es justo, todos tienen uno menos yo.

-YuGyeom- llamó su mamá.-Bebé, no estés celoso.

Los tres se carcajearon hasta el cansancio, sobre todo al ver que YuGyeom ya estaba a punto de hacer un berrinche.

-¿Por qué me das el peor?

-Resguardo los mejores para ti, además eres mi bebito.

Como se esperaba, YuGyeom se siguió quejando unos largos minutos, luego pudieron desviar su atención a otra cosa justo antes de llegar a un albergue para animales.

-Ahora sí, a bajar lo que queda.

El primero en salir del auto fue Mark, se llevó una bolsa enorme de croquetas él solito mientras que Jackson y BamBam tuvieron que cargar patéticamente una entre los dos. Se dirigieron hasta una gran bodega donde guardaban los alimentos para los animales y luego siguieron a Mark hasta la recepción para dejar sus firmas en una hoja.

Resulta que el alfa había estado yendo a los dos sitios desde la semana pasada, el asilo y el albergue para animales. Kunpimook no se había esperado eso, es decir, sabía que Mark también era generoso pero no al grado de hacer voluntariado por su propia cuenta sin tener que ser presionado por la familia. Tal parece que hay más cosas que desconoce sobre Mark de las que se imaginaba.

BamBam se distrajo rápidamente con los animalitos alrededor y sintió una gran necesidad por quedarse y apoyar de alguna manera, no niega que disfruta estar todo el día en la cama o el sofá rodeado de mantas cálidas, pero ahora estaba decidido, además sólo tendría que estar fuera un par de horas.

-Mark, ¿puedo quedarme para ayudar?

Hizo su mejor cara tierna; le mostró al chico una sonrisa que levantaba sus mejillas y entrecerraba sus ojos brillantes de emoción.

-Si-si quieres.

-¡Genial! ¿Qué debo hacer?

Primero miró alrededor para contar las opciones y luego se rascó la mejilla dubitativo. -Bueno, puedes ayudarme a bañar a los perros. Solo somos dos ahí, necesitamos manos extras.

BamBam siguió al chico sintiéndose emocionado, entraron a un salón especial donde estaba todo lo que iban a necesitar para quitar la suciedad del pelaje de los canes. El olor de los jabones y shampoos especiales se sentía en el aire, Kunpimook pudo reconocer los aromas puesto que Mark llega a la casa oliendo a ellos, y quizás, sólo quizás se sintió un poco mejor sabiendo que eran perfumes de abuelitos y de perros los que se impregnaban en su ropa, por eso penetraban fuerte.

Se colocaron guantes y delantales para no mojar sus prendas, primero estuvo observando y ayudando a Mark a bañar a unos cuántos, el alfa de cabellos rubios le iba explicando con paciencia cómo es que debía tener cuidado con los ojos, nariz y orejas, así como era preciso ser minucioso en las partes pequeñas o difíciles de alcanzar como las patitas. Treinta minutos después ya se encontraba bañando perros por su propia cuenta, aunque de vez en cuando necesitaba la ayuda de Mark para saber qué clase de productos utilizar, no tenía idea de que los perros también tenían shampoos especiales para cada tipo de pelo.

Su parte favorita fue la del secado, algunos perros dormitaban mientras terminaba de pasar la secadora por cada parte de sus cuerpos, era algo bastante divertido, por su parte, Mark prefería la parte del enjuague debido a que el pelo se les pegaba y se veían graciosos.

Al final, el tipo que debió estar con ellos no pudo asistir esa tarde, por lo que entre los dos acabaron con doce perros. De vez en cuando al ir por más jabones anti pulgas y perfumes, Kunpimook se tomó el atrevimiento de tomarle una que otra foto mientras se encontraba distraído, fue de las cosas más arriesgadas que hizo en toda su vida, fue bueno que estuvieran solos, así permanecía en secreto.

-¿Cómo es que terminaste aquí?- BamBam le preguntó una vez que ya estaban quitándose los guantes y el delantal. Fueron hasta los pequeños casilleros y se colocaron rápidamente los suéteres para así dirigirse a la oficina donde se hacía todo el papeleo.

-Me gustan los animales. Siempre he querido tener una mascota pero no puedo tenerlo en casa porque a mi mamá no le gusta que ensucien el piso.

-¿Es la primera vez que ayudas en el albergue?

-Sí, supe de este lugar por un amigo y decidí intentarlo.

Mark esperó que llenara el formulario para quienes hacían voluntariado y una vez que la recepcionista le aseguró que tendría su etiqueta de identificación para el día siguiente, los dos salieron hacia las frías calles para ir al paradero de autobuses.

BamBam jamás se había sentido tan a gusto con Mark, de alguna manera podía percibir que algo entre ellos giraba con más fluidez. No es que fuera tímido al hablar con otras personas, aunque tampoco lo hace al grado de ser como Jackson Wang, debido a que es Mark quien difícilmente se abre a las personas no tenía la confianza suficiente de hablarle como si fueran amigos de toda la vida por temor de que el rubio se cerrara ante él. No obstante, las cosas se sienten diferentes ahora, como si pasar tiempo alrededor de Mark estando únicamente ellos dos hubiera derribado una rígida barrera, es por eso que mientras van a paso constante hacia el paradero, Kunpimook decide desviarse un poco con la esperanza de que el chico a su lado quisiera pasar más tiempo con él.

-Es un poco temprano para regresar. ¿No te gustaría pasear un rato?

El mayor se detuvo en medio de la acera, lo hizo tan repentinamente que BamBam estuvo a punto de chocar contra su espalda. Por fortuna no había mucha gente alrededor como para estar preocupándose de estar obstruyendo el paso.

-¿Tú y yo, solos?- dijo mirándolo desconcertado.

-Eso es obvio. ¿Qué pasa? ¿No quieres?

-No, no eso.- se apresuró en decir. -Jamás hemos pasado tanto tiempo juntos.

-¿Y no te gustaría?

BamBam sintió mariposas revolotear alrededor cuando vio que Mark asentía, nuevamente con un tono sonrosado en su cara.

-¡Entonces vamos!

Como había sido un plan de último instante no sabían a dónde dirigirse, por lo que los primeros minutos estuvieron andando sin rumbo fijo observando las decoraciones navideñas y todas las cosas que se hallaban detrás de las vitrinas de las tiendas. Una cafetería pequeña llamó su atención al no haber tanta gente en la fila y como ya comenzaban a sentir el frío a través de la ropa optaron por entrar a calentarse un ratito mientras esperaban sus bebidas. Una vez con los vasos de plástico en la mano tuvieron que salir de nuevo, llevándose una gran sorpresa en esta ocasión.

-¡Oh, está nevando!

En ese momento los dos desearon haber cogido un suéter o abrigo más grueso, pero al menos tenían cafés calientes en las manos, así que mitigaban un poco la frialdad de sus dedos. Juntos se sentaron en una banca afuera de la cafetería, casi rozando sus hombros. Todo eran tan lindo y se sentía igual, el vapor de las bebidas calientes chocaba contra sus narices y mejillas, la calidez que emanaban era tan palpable que en menos de un minuto dejaron de tiritar al estar compartiendo cercanía, ellos dos; un alfa y un beta bebiendo café mientras observan caer los copos de nieve, suena como algo sacado de un libro de romance.

De repente Kunpimook se sintió tímido. Sorbiendo levemente su café observó al rubio, intentando ocultarse tras su vaso como si de una capa de invisibilidad se tratara. Podía ver a Mark mirar ambos lados de la calle, las luces, a las personas caminar tan despreocupadas por cubrirse de un manto blanco, el chico estaba sumamente tranquilo con la expresión usual de su rostro, tan serena, pero como buen observador que era BamBam captó perfectamente la comodidad y alegría en sus ojos, así como los movimientos de sus pies contentos.

Estuvo más que satisfecho de ver que Mark, por quien su corazón corría atolondrado, se encontraba igual de alegre y a gusto con él. Era un sentimiento tan mutuo.

No pudieron quedarse tanto tiempo como seguramente les hubiese gustado, el frío y la nieve estaban haciendo de las suyas y aparte ya iban retrasados para la hora de cenar. La mamá de YuGyeom les llamó para preguntarles dónde estaban y si querían que fuera por ellos, lo bueno era que no estaban lejos de casa cuando eso pasó. Se bajaron en la esquina y corrieron hasta la casa de los Kim-Tuan mientras pequeños puntitos blancos se adherían a ellos. Soltaron un suspiro de alivio una vez que estuvieron dentro, sin más aire frío alrededor.

-¿Dónde estuvieron? Jackson casi se come toda la cena.

YuGyeom se encontraba acostado en el sofá viendo una película y ya vestido con su pijama de rayas verdes que a BamBam le recordaba los bastoncillos de menta.

-Vayan a cambiarse y bajen rápido. A ustedes les toca lavar los trastes.


Al día siguiente, por alguna razón se levantó temprano. Tendió muy bien las sábanas de la cama y bajó las escaleras con calcetas de caramelos morados, y desde luego, sin cambiarse la ropa de dormir que era del mismo color que los dibujos en sus calcetas. Se encontró al abuelo Kim tomándose su usual descafeinado a las siete con treinta de la mañana, intuyó que era esa hora porque el abuelo era puntual cuando se trataba de su bebida energética mañanera.

-Buen día, hijo. ¿Qué haces despierto tan temprano?

-Buen día, abuelo. Honestamente no sé, sólo ya no podía seguir acostado.

-Ven, siéntate y come estos sándwiches.

El abuelo le acercó un plato que tenía sándwiches recortados en trozos triangulares pequeños, unos de jamón y queso, de mermelada y mantequilla. Aún seguían tibios.

-Gracias. ¿Usted los hizo, abuelo?

-No, fue Mark.

BamBam casi se atraganta al escucharle.

-¿También despertó temprano?

-Siempre despierta temprano cuando necesito que me ayude con unas cosas, prepara el desayuno y luego sale a hacer lo que le pedí. No entiendo por qué hace los sándwiches tan pequeños, ni que me pudiera ahogar con estas miniaturas.

-Creo que lo hace para ayudarte con la digestión. -BamBam mira hacia afuera de la ventana tratando de encontrar al alfa pero no logra ver más que el patio cubierto en su totalidad por la nevada de anoche. -No sabía que podía ser tan servicial.

-Tiene qué, sino no dejo de molestarlo. Aún así a veces se levanta antes que yo y hace todo sin que se lo pida. Al menos es responsable y tiene iniciativa, no la suficiente como mis demás nietos que son más sociables, pero míralo, es el único que está despierto un miércoles por la mañana haciendo quehaceres.

Desde que puso un pie en ese hogar ha oído al menos una vez que todos en la familia mencionan algo en cuanto a la timidez de Mark, no en un plan de hacerlo menos, BamBam lo interpreta más como intriga ya que es el único que salió así; un alfa introvertido, es raro que no se le parezca a nadie.

-Mark es un buen chico, y él es... lindo.

-Por supuesto que es lindo, se parece a mi.

-Desde luego, abuelo, tus genes son de oro. Pero me refería a que tiene el paquete completo, es generoso, servicial, responsable...

BamBam suspira, por unos segundos se queda callado tratando de hallar un rasgo que encaje con Mark. ¡Pero hay muchos desde su punto de vista!

-No es muy simpático ni afectuoso.- menciona el abuelo.

-No, sí lo es, sólo que no lo manifiesta como los demás de la familia. Eso se vuelve parte de su encanto.

El alfa de mayor edad desvía su atención del periódico y le observa con ojos analizadores debajo de las gafas.

-¿Te gusta Mark?

BamBam siente que ha sido atrapado haciendo algo travieso, no le contesta al abuelo, se ríe apenado y se encoge de hombros.

"Quizás" que para el abuelo es más un "sí".

Cuando se acaba los sándwiches el abuelo Kim le pide que salga y le diga a Mark que al terminar acomode de una vez las cajas que se encuentran en la cochera para que así pueda estar libre todo el día hasta que tenga que salir. BamBam sabe que lo hizo a propósito, pero no se queja, en vez de eso se coloca las botas de plástico que están a un lado de la puerta y sale para encontrarse a Mark retirando la nieve de la entrada con una pala.

-Hey, Mark, dice el abuelo...

BamBam se queda a media oración tras ver cómo el alfa trastabilla y cae sobre la nieve acumulada hasta casi desaparecer.

-Lo siento, lo siento.- le dice mientras le ayuda a levantarse.-No fue mi intención asustarte.

-Está bien, fue un descuido mío.

Mark se sacude el cabello y la ropa, el abuelo los mira desde la puerta de la cocina con ojos entrecerrados y los brazos cruzados. Desde esa distancia mueve los labios diciéndole a BamBam "es torpe" y él se carcajea por la nueva cualidad integrada al paquete.

Cierto, un poco torpe, pero sigue siendo parte de su encanto.

Durante el rato que Mark estuvo quitando la nieve BamBam se quedó afuera para acompañarlo, simplemente hablando sobre cosas diversas para conocer aún mejor los gustos del rubio. Se sentó sobre uno de los escalones de la entrada, viendo cómo el alfa dejaba sus huellas en la nieve y se deshacía de ella. Siempre ha pensado que Mark luce bien en todo momento, pero descubre que el invierno le sienta muy bien, es como si la belleza y la magia de las fechas festivas se le amoldaran perfectamente. Tan lindo como Mark es, sus mechones cortos rebotan con sus pasos cortos entre la nieve, sus labios rojos se le antojan tanto como una frambuesa bien madura, en sus pestañas diminutas quedan atrapados copos que son del tamaño de la brillantina, y desde luego, no pierde el tono rosadito en sus mejillas. Esta vez puede ver que es debido al esfuerzo, se encuentra ligeramente sudado pero eso a Kunpimook no le importa, al fin y al cabo es Mark, incluso haciendo voluntariado en el asilo y el albergue huele tan... tan... divino, justo como él.

-¡Manzana!

-¿Qué?

Kunpimook se da cuenta de que se ha perdido -esto ya no es extraño - pensando en Mark justo en su presencia, por tener la mente tan ligera acabó flotando y balbuceando.

-Hueles a manzana. Es...

-¿Empalagoso?- dice retirando el último trozo de nieve de la entrada que ahora se encuentra despejada. Por cómo se muerde los labios intuye que es inseguro acerca de su aroma, y Kunpimook no sabe por qué, si huele tan bonito.

-Sí, es dulce, pero no lastima. Al contrario, es reconfortante.

A paso lento, como si temiera dar un movimiento en falso, el alfa camina y se sienta junto a él en los escalones de la entrada. Inmediatamente se vuelve cálido y BamBam no quiere hacer más que abrazarlo igual que un peluche esponjoso, mantenerlo entre sus brazos y tener la libertad de recostar la cabeza sobre su hombro.

Los ojos pequeños de Mark parecen dos luceros avellanados, puede sentir perfectamente cómo de un instante a otro lo hipnotiza sin darse cuenta. Y eso le encanta a BamBam, Mark no tiene idea de lo hermoso e increíble que es realmente y más bajo la mirada ensoñadora del beta.

-¿Hablas en serio? ¿Te... te gusta mi aroma?

-Es suave pero no débil, es igual de embriagante que un centenar de manzanas jugosas. -BamBam se detiene porque sería muy vergonzoso que se pusiera a salivar frente al mayor. Ninguno de los dos se percata de su cercanía, sólo hace falta que cualquiera decida inclinarse y entonces... y entonces la respiración de Tuan le hace cosquillas, su aroma se vuelve tan fuerte que se cree incapaz de reaccionar, pero lo hace en un último instante al oír su voz bajita acariciar su oreja, casi casi como un murmuro.

-Pomelo.

-¿Eh?- pestañando un par de veces despierta de su ensoñación. Quiere enterrarse en la nieve porque en este mismo instante debe verse como un bobo, gracias al espíritu del año nuevo que no está babeando de verdad.

-Tu aroma, también es dulce. También es... jugoso.

-Y a ti te encanta el pomelo, lo he visto.-admite. Debe estar delirando como para dejarse en evidencia, pero más atónito queda cuando Mark responde.

-Y a ti las manzanas, también lo he visto.

Oh, por todos los cielos. Esto quiere decir una cosa. ¡Esto quiere decir una cosa!

-Niños, entren ya. Hace rato que están ahí, se van a resfriar. Hace mucho frío afuera, incluso están rojos.

Kunpimook no está de acuerdo con la abuela de Mark, porque incluso con nieve por todos lados a excepción de la entrada, nunca había sentido tanta calidez como en ese instante.

En los últimos días han estado más pegados que antes. Continuaron haciendo voluntariado en las tardes, esta vez BamBam pasando por Mark al salir del asilo para ir juntos al albergue. Los perritos lo adoran, ya que además de ayudar a bañarlos también confeccionó ropa para ellos con el equipo de los diseños, muestran orgullosos las prendas curiosas que ha hecho con dedicación especial. Los accesorios que más disfrutó hacer fueron los moños y corbatas pequeñas para los gatos, se veían demasiado adorables con ellos que no dudaba que todos fueran adoptados ese mismo día, el cual era muy especial.

El albergue había hecho una campaña que cobró fuerza en redes sociales, así que tenían gente entrando y saliendo del lugar. A Mark se le ocurrió hacer lo mismo que en la película de Balto, salir con una caja de madera donde los cachorros estarían esperando cómodos y abrigados a sus futuros dueños. Como a todos les fascinó los chicos del albergue estaban repartidos por puntos estratégicos de la ciudad. ¡Todo estaba saliendo bien! El albergue estaba lleno de visitantes y ellos recibían la atención de los transeúntes que se acercaban por curiosidad y uno que otro terminaba yendo a casa con un amigo peludito.

-¿Y este es macho o hembra?

-Es hembra- Mark le dijo al niño que señalaba a una cachorra dormida en la esquina.

-¿Sabe ir al baño?

-Aún es pequeña para saber dónde debe hacer sus necesidades, pero aprenderá rápido si eres cuidadoso y constante con ella.

-¿Qué pasa si no se quiere quedar?

-Desde luego que va a querer quedarse contigo. Ella ha estado esperando con entusiasmo a un amigo que la cuide, alguien como tú.

El niño y su papá parecen contentos una vez que la cachorra despierta y empieza a lamer el dedo del pequeño.

-¿Qué hay con ese?- dice señalando al otro que queda.

-Tendrá que regresar al albergue si no encuentra un hogar.

-En mi casa hay mucho espacio.

-¿Crees que podrás darles suficiente amor a los dos?- BamBam le pregunta, pero es al padre a quien interroga con la mirada una vez que el niño dice que los amará infinitamente. Ambos están de acuerdo, así que después de que el tutor llenara el formulario con sus datos, los dos cachorros van camino a su nueva casa.

-Eso salió de maravilla.

Ver a Mark entusiasmado por la adopción de todos los perritos hace que su corazón salte con igual entusiasmo. Haber visto a Mark acariciándolos, hablándoles dulcemente y abrazarlos con ternura durante las horas que estuvieron en el parque le dejó a BamBam un sentimiento bonito dentro del pecho. De alguna manera el alfa logra que con cada segundo que pase a su lado siga cayendo por él, suspire profundo y quiera ser tratado de la misma forma tierna que los cachorros.

Fueron adoptados justo a tiempo, el clima es demasiado frío este día. La nariz de Mark es tan roja como la de Rodolfo el reno y seguramente BamBam también la tiene del mismo color a pesar de estarse resguardando bajo su abrigo y bufanda. Mark no tiene puesto una bufanda pero sí un gorro con un pompón en el centro, ninguno se colocó guantes antes de salir por estar apresurados.

-Muchos de los perros y gatos tienen hogar gracias a ti. Eres el héroe de los chicos del albergue, también el mío.

-No fue gran cosa.

Ve al alfa encogerse de hombros pero su sonrisa lo delata. Está orgulloso de lo que logró.

-Como ya no tenemos nada que hacer, ¿qué te parece si vamos a comprar waffles? Yo te invito.

El rubio asiente ansioso porque el beta sabe que no puede resistirse a ellos, mucho menos cuando son de chocolate. Van caminando sin apuro, rozando sus hombros al caminar por las calles. Una vez que los consiguen van hacia un mirador que es lo bastante íntimo como para que la gente no los moleste. Kunpimook lo descubrió por casualidad cuando un día salió tarde de la universidad, esa tarde se lo lamentó tremendamente porque fue por eso que se mojó en la lluvia y se resfrió, pero ahora está agradecido, el alfa parece disfrutar de la vista lejana y queda maravillado cuando las estrellas comienzan a destellar.

-Wow, mira el cielo. -BamBam señala las estrellas más brillantes.-La constelación de Orión se ve muy clara hoy.

Como ya es algo tarde son los únicos que se encuentran ahí. Desde esa noche que bebieron café sentados en aquella banca han estado yendo un poco tarde a la casa, pero esta vez han pasado más de tres horas desde que debieron ir. Es seguro que Jackson y YuGyeom ya se han comido lo que les tocaba en la cena, pero no importa, sus estómagos están llenos y ha valido la pena congelarse hasta las entrañas.

Kunpimook se encuentra tiritando leve, sin embargo, es el alfa que tiene el rostro completamente sonrosado por el frío viento que le da directamente en la cara y mueve el pompón de su gorro. Con cuidado se quita la bufanda y se la coloca a Mark jalándole hacia adelante sólo para sentir su aroma reconfortante y dulce mientras rodea su cuello con la prenda de color azul. Ahora el alfa no huye cuando se acerca demasiado y aprovechando que hace frío, se inclina y acomoda la cabeza sobre su hombro. Los vellos del beta se erizan cuando unas manos delicadas descansan sobre su cadera. Aspira su fragancia y sonríe satisfecho, Mark hace lo mismo y deja reposar su mejilla sobre su frente.

No hay prisa, ambos están demasiado cómodos como para ir a casa.

-Me pregunto quién habrá adoptado a Milo.

BamBam se ríe por la repentina cuestión. El alfa y aquél perrito mestizo estuvieron inseparables hasta que el pequeño can fue adoptado. BamBam nunca había visto una conexión entre humano y perro que pudiera igualársele. Fue algo tan tierno que tomó varias fotos cuando estaba distraído, la carpeta destinada a las fotos secretas del rubio ahora tiene archivos nuevos. -Él dueño es alguien bueno. No te preocupes por él, no estará en mejores manos que las de su nuevo dueño.

-Eso espero. Quiero mucho a ese perro.

-Y estoy seguro que él te quiere de la misma manera.

Ahora las manos de ambos ya no se encuentran congeladas, BamBam ya no está tiritando y Mark protege su nariz irritada. La constelación de Orión brilla en lo alto del cielo nocturno y ellos debajo se sonríen irradiando las estrellas en sus ojos mientras se miran sonrojados.

Kunpimook no puede creer las tonalidades rosas que tanto el rostro de Mark como el suyo logran adquirir cuando se miran de tal manera.

Debe ser el frío. Tiene que ser el frío.

-Ya quiero abrir los regalos.

-Yo quiero ver cuál es el más caro.

-YuGyeom, Jackson, aléjense del árbol ahora.- les ordena la abuela Kim y a regañadientes se van a sentar al sofá. Son tan impacientes que parece que el mundo se les acabará por sólo esperar quince minutos más hasta que den las 12.

BamBam también está intrigado, ya que a pesar de saber que Jackson le dará el regalo no tiene ni la más mínima idea de lo que el otro beta pudo haberle comprado. Como es el día tan esperado todos estuvieron ocupados desde el amanecer, unos cambiando las decoraciones de lugar, otros haciendo la comida o despejando la nieve de la entrada. A BamBam le tocó hacer el ponche y Mark fue de los que tuvo que ir a comprar las cosas que necesitaban, en su mayoría ingredientes que no fueron añadidos a la lista la primera vez que salieron en la mañana. El alfa ha tenido que salir de la casa en más de siete ocasiones. En este momento se encuentra cerca de la ventana disfrutando de los dulces pasteles que las tías hornearon, lleva puesto un suéter tejido de color amarillo que tiene un dibujo de una esfera en el centro y unos pantalones negros a cuadros. Tiene los ojos somnolientos porque estuvo haciéndole de mandadero todo el día y además también quitó la nieve dos veces, por la mañana y la tarde antes de que el resto de los integrantes de la familia llegara. Todos están contentos de ver a BamBam, lo llenaron de abrazos y apretones en las mejillas, era llamado cada 10 minutos para algo.

Siéntate aquí, BamBam.

Tómate una foto con nosotros.

Prueba el pan de calabaza que hice.

Lo último fue lo mejor, quienes trajeron postres querían que fuera el primero en probarlos y él encantado se comía una buena rebanada de cada cosa, claro, Jackson estaba un poco celoso porque la atención ya no se la daban a él, pero se le pasó cuando le cedió el puesto de ser el primero en probar los postres.

-Bamie, cariño.- le llama el beta.-Gracias por no quitarme el puesto como el favorito de la familia.

Pronto se ve encerrado en un abrazo que no le permite moverse, tiene las piernas y los brazos de Wang enredados en el cuerpo como un bebé koala haría con su mamá.

-Jack, idiota. No me dejas respirar.- responde entrecortado.

-Si me sigues llamando así no te soltaré.

-Jackson, cielo, dame espacio.

-Así está mejor. Pero antes, besitos míos para que inicies bien el año.

Es inevitable hacer muecas mientras siente los labios del chico por su mejilla derecha y su frente, pero cuando le da un beso en la oreja suelta una risita que motiva a Jackson a continuar. En eso estaban hasta que escuchan un sonido peculiar, es un gruñido bajo que se parece más a un ronroneo molesto, el cual proviene del alfa rubio frente a la ventana. Ya no está comiendo pasteles, en cambio sostiene su tenedor con fuerza y les mira con el entrecejo fruncido.

-¡Oh, su primer gruñido! ¡Dio su primer gruñido!- dice la mamá de Mark.

-Pensé que nunca pasaría. -esta vez es el abuelo Kim quien se ríe gustoso por la situación de ver a su único nieto faltante en hacerlo.

-YuGyeom, trae la cámara.

Pronto Mark se convierte en el centro de atención, fotos por aquí y videos por allá, es gracioso verlos a todos revolotear a su alrededor, el alfa ha dejado los cubiertos a un lado, se cruza de brazos y hace una mueca tierna con los labios abultados. ¿Cómo puede ser tan adorable?

Kunpimook le sonríe cuando sus miradas se conectan y como ya es costumbre, su cara adquiere un tono rosadito. Eso hace que todos griten eufóricos y Mark se hunda más en el sofá individual.

-Ah, él es muy tímido.- El abuelo se sienta a su lado y comienza a hablar sobre Mark. -Pero está comenzado a hablar más y hacer cosas nuevas gracias a ti.

-Él debería llevarse el crédito, parece que no se está esforzando pero sé que lo hace, es tierno.

-Tierno.- repite el alfa mayor.-Bien, supongo que eso igual es parte de su encanto, ¿no?

-Desde luego.

-Además es puntual, nunca llegará tarde a donde sea que lo citen. Tiene buenos modales, es muy organizado y limpio, sabe cocinar. Ya sabes que es tímido, pero también es valiente, más tarde hará algo increíble.

-Abuelo, ¿me estás tratando de vender a Mark?

-No sé, ¿está funcionando?

BamBam se queda escuchando al abuelo, le dice algo sobre unas apuestas que hicieron, pero no termina de escucharle porque comienzan a gritar "¡Feliz año nuevo! ¡Feliz año nuevo!" y se abrazan entre todos.

Al cabo de unos minutos de brindis, atracarse de uvas y buenos deseos llega el momento que todos estaban esperando. Cuando es el turno de BamBam y como todos esperaban, Jackson se levanta y le da una cajita con un lazo azul.

-Espero que te guste. Me costó mucho conseguirlo.

Con gran interés deshace el lazo y levanta la tapa. En medio del fondo acolchado hay una botellita que dice Sauvage, BamBam está sorprendido por que Jackson se acordara de cuál es su perfume favorito, pero cuando lo saca se sorprende aún más al ver un boleto de avión a Tailandia.

-Jack...- Kunpimook tiene que respirar profundamente pata evitar que la voz le salga entrecortada.-¿Cómo lo conseguiste?

-Tengo contactos. -Jackson sonríe orgulloso y BamBam está tan contento que lo abraza con fuerza, terminan saltando y riéndose manteniéndose apretados. -Sabía que lo ibas a amar.

Como si se tratara de algo super frágil coloca la caja en la mesita central, preparándose también para entregar su regalo.

-Regreso enseguida.

BamBam va a la habitación de YuGyeom y abre el armario, saca la caja descubierta y la toma con cuidado. Todos le observan curiosos mientras baja lentamente por las escaleras, todos excepto Mark, el rubio está comiendo las uvas sobrantes del cuenco.

-Feliz año nuevo, Mark.

El alfa se da la vuelta, su expresión es indescifrable para la familia, pero no para Kunpimook. Esos ojos del color de las avellanas son tan claros como el agua que a través de ellos ve la curiosidad florecer de su interior. Cuando Mark le echa un vistazo al interior de la caja su rostro se ilumina con una sonrisa enorme.

-¡Es Milo!

El cachorro despierta al oír la voz de Mark y apoya las patas delanteras en el borde mientras mueve la colita de lado a lado, sus orejas se levantan y Kunpimook se derrite de ternura cuando Mark lo sostiene con delicadeza.

-¿Todo este tiempo estuvo en la recámara de YuGyeom?

-Apenas hoy, uno de los chicos del albergue me hizo el favor de cuidarlo un par de días. -de su bolsillo saca un collar con la placa de identificación que mandó a hacer y se la entrega al rubio, tiene la forma de una huella de perro y la dirección está enmarcada detrás. -Como mencionaste que no podrás mantenerlo en tu casa todo el tiempo se puede quedar conmigo también, lo cuidaremos entre los dos.

Milo trota por toda la casa y Mark le sigue por detrás en lo que los demás terminan con el intercambio. Fue una gran sorpresa que Jackson se levantara una vez más e hiciera lo que días atrás dijo que haría; les dio regalos a todos. Por supuesto, YuGyeom no recibió un teléfono nuevo pero sí el video juego que quería.

Durante un buen rato sólo se escuchó la bulla de los integrantes de la familia y una canción clásica que la abuela puso en su tocadiscos bien conservado. Unos repitieron la cena, cantaban algunas partes del coro de la canción o continuaban alargando el brindis con el champán. Alrededor de las 2 de la mañana cuando todos estaban más calmados Kunpimook salió al frente para hablarle a su mamá y hermanos, aprovechando contarles acerca del acto generoso de Jackson.

Había sido una buena velada, algo diferente a lo que suelen hacer en su familia, pero igual de divertido y agradable. BamBam, que se había sentado en los escalones de la entrada, se quedó observando la primera luna que inauguraba el año. Pasó unos minutos en silencio hasta que sintió la presencia de Mark a su lado sosteniendo al cachorro contra su pecho, y como si de algo mágico se tratara dejó de sentir frío, su corazón bombeó como loco por esa cercanía conocida y la voz hipnotizante del alfa.

-Tengo un presente para ti.

Kunpimook no había visto la caja sobre el regazo de Mark. Retiró la cubierta con los dedos temblorosos y observó con detalle. No era uno, eran varios regalos acomodados perfectamente.

BamBam amaba las calcetas, Mark le regaló un par de color azul celeste con estampado de gatitos.

BamBam tiene una debilidad por los chocolates rellenos de licor, el alfa le dio el paquete más grande de la marca que más le gustaba.

A BamBam le fascina la saga de Harry Potter, su casa es Slytherin, y dentro encontró una bufanda con el escudo característico.

Pero fue la cosa más pequeña la que le hizo sentir mariposas aletaer con furor dentro de su pecho. Había un collar plateado con una manzana diminuta hecha de piedras rojas y verdes en un tono tenue que dejaban pasar la luz. Era pequeño pero contrario a eso el significado detrás era enorme.

-Este es el mío- el alfa le mostró un brazalete, hecho igualmente por piedras en tonos rosas y anaranjados un pequeño pomelo colgaba de ahí. -Porque a ti te gustan las manzanas y a mi me gustan los pomelos.

-Sí, me gustan las manzanas. Mucho.

Las manos del beta se aferran a los brazos de Mark y se estremece cuando se acerca y deja un beso sobre su frente. La respiración se le atora, siente un calor tremendo que se extiende por todo su cuerpo y le hace derretirse una vez que el rubio le besa en los labios, tan suave, delicado y tierno, pero tan embriagante a la vez, justo como Mark. Los segundos pasan y el beso se profundiza sin perder la delicadeza, el cuerpo de Kunpimook tiembla porque sus aromas ahora están combinados, la mezcla es deliciosa y casi puede jurar que de los labios de Mark saborea un dulce almíbar que baña todos sus sentidos.

De repente ambos sienten algo húmedo bajo sus mentones y en ese preciso instante escuchan a Jackson gritar "¡beso de tres!", pues fue Milo el que les dejó un rastro húmedo.

YuGyeom se golpea la frente contra la ventana y cuando deciden mirar hacia la casa ven a toda la familia amontonada tomando fotos y seguramente también grabando desde el interior de la casa.

-Se los dije.- exclama el abuelo orgulloso.-Mark iba a dar el primer paso. Ahora paguenme, perdedores.

Entonces BamBam recuerda la apuesta que el alfa mayor mencionó pero que no logró escuchar bien por los gritos de los demás.

Ya sabes que es tímido, pero también es valiente, más tarde hará algo increíble.

Ahora comprende.

Mark deja ir a Milo dentro de la casa y esta vez usa sus dos manos para sostenerle las mejillas febriles y acariciar los labios del beta con los suyos una vez más, importandole muy poco los silbidos y gritos de su familia, después de todo ya los habían visto y si hay algo de lo que Mark no se siente inseguro es del amor que le tiene a Kunpimook.

Este es un regalo especial para AncestorMay como disculpa por tardarme mucho en terminar un os del JJP. Voy a paso de tortuga, pero lo teminaré.

Esto lo hice super rápido, así que si hay algo que no tiene mucho sentido será corregido más tarde.

¡Feliz año, gente!

Por un año donde pueda compartirles mejores historias.

Les deseo lo mejor.

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