🥀Cuatro🥀

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Taehyung caminó por el largo pasillo de habitaciones, ninguna en especial le había llamado la atención aún, ya casi llegaba a la última puerta y no necesitaba ser adivino para darse cuenta que era el cuarto de Jimin.

Aún así siguió su camino hasta llegar a unas dos puertas antes de la habitación de Jimin.

Todo aquello parecía sacado de su imaginación, aún se sentía en un sueño o en shock aunque intentara actuar normal o intentara creer que aquello del hospital fue una broma supo que no era así desde que se subió al lujoso auto de Jimin y ahora estaba en esa casa que jamás había visto y le parecía muy tonto pensar que todo eso era para jugarle una disque broma. 

«¿Y si en realidad morí y esto solo es un sueño o producto de las imágenes antes de mi agonía?» pensó.

Muchas preguntas pasaban por su mente tan rápido que no le daba tiempo para responderse él mismo. Abrió la antepenúltima puerta entrando como si de un ladrón se tratara. La habitación era grande, con una cama de ensueño, pero lo que llamó la atención del chico fueron dos cosas.

Uno el precioso balcón que daba una vista hermosa a un pequeño estanque cubierto por árboles, la vista era preciosa.
Y dos el estante de libros que llegaba a cubrir toda una pared. Si, definitivamente se iba a quedar en esa habitación.

Se cambió rápidamente, estaba claro que no era el estilo de él pero no le quedaba nada mal. Salió apresuradamente bajando las escaleras y llegando a la sala de estar en donde Jimin lo esperaba sentado tecleando en su celular.

—¿Listo?

—Eso creo...

Jimin se levantó y con una señal le dió a entender que lo siguiera, llegaron a un comedor algo grande y bastante iluminado.

—Deberías cambiar de estilo, este te queda genial.

—¿Tu crees? — sonrió nervioso no desagradando la idea.

—¡Claro! Yo no tenía un estilo tan bonito que digamos. Pero después que tuve mi primer celo mis gustos cambiaron radicalmente.

Dos sirvientes ingresaron al comedor dejando delante de Taehyung y Jimin sus platos de comida, el olor era extraordinario y tenía que admitir que moría de hambre.

Jimin observó cómo el menor arrasaba con su plato de comida con ternura, el Omega comía de una forma demasiado particular haciendo sonidos con su boca y pucheros igual. El menor se dió cuenta e inmediatamente se limpió la boca con una servilleta apenado.

—Lo lamento, no quería incomodarte...

—No lo haces —respondió el mayor recargando su barbilla en su mano —. Creo que mi nuevo hobi favorito es verte comer —el mayor no se dió cuenta pero las mejillas de Tae se sentían calientes por la vergüenza —¿Quieres más?

Tae pensó que si decía que si iba a parecer un goloso, no quería incomodar tampoco al otro Omega con tanta hospitalidad que le estaba ofreciendo. Se mantuvo con la cabeza gacha pero fue interrumpido con otro plato puesto frente a él.

— Yo...

—No te preocupes, come.

Taehyung se dispuso a comer, mentiría si dijera que no iba a acabar su segundo plato.

—Dime ¿De donde vienes Tae?

—Mi casa se encuentra en un residencial, de hecho muy parecido a esta, en Seúl Corea — Jimin pareció pensarlo por un rato.

—¿Cómo se llama el recidencial?
—preguntó ya serio.

—Seocho-gu ¿Porqué? —el mayor pareció congelarse en su propio asiento —¿Qué sucede?

—Taehyung ¿Es broma no?

—No ¿Porqué reaccionaste así? —dijo terminando su último bocado de comida.

—Ven conmigo —el mayor se levantó siendo seguido por el menor.

Ambos salieron de la casa y caminaron por la parte de atrás de esta yendo por un pequeño sendero de piedras que ya empezaba a desaparecer gracias a la maleza y grama y crecía, tal parecía que ese camino dejó de ser usado desde hace mucho tiempo. Caminaron al rededor de unos 10 minutos a través de los frondosos árboles que cubrían el paisaje hasta que llegaron a un lugar. Una banqueta de color blanco que empezaba a caer su color se daba paso a un pequeño estanque con agua con un tono un poco verduzco y más allá... Un pozo. Idéntico al de su casa, la imagen, el paisaje era el mismo, con la diferencia que todo se veía sin vida, no tenían el color que a él tanto le encantaba.

—Aquí es donde te encontré desmayado hace días. Estabas completamente inconsciente. En un principio sí creí que eras tú asique estuve a punto de entregarte a mi familia... Pero... Al final me decidí a hacer lo que cualquier persona normal haría, te llevé al hospital y dejé mi contacto por si despertabas que me avisaran. —. El menor no terminaba de entender nada, era el mismo panorama, eso quería decir que si el estanque estaba ahí...

—¡Ey! Tae ¡Vuelve!

Taehyung empezó a correr en dirección a donde suponía estába su casa, no volteó a ver si el pelirrosa lo seguía, solamente corrió apartando arbustos, saltando raíces de árboles y aventando una que otra rama que se le atravesaba.

Y ahí estaba, se detuvo atónito. Tenía su casa frente a él, en comparación con el resto del recidencial está era más pequeña y menos lujosa que el gran castillo que estaba del otro lado del estanque, pero ahí estaba. Su hogar.

Corrió hacia la puerta y la abrió entrando rápidamente. Giro en su propio eje viendo toda la sala de estar. Los cuadros no estaban, las cortinas estaban sucias, los muebles estaban cubiertos por sábanas blancas y el espejo con pies en forma de patas de león que adornaba la entraba estaba roto. La casa estaba abandonada.

—No, no,no. No puede ser. Está es mi casa ¿Porque está vacía?

—Cuando Junggook desapareció la familia quedó devastada. A mi tío le importó poco su propia vida a causa de la depresión y empezó a meterse en un mundo del que ahora no puede salir. Arrastró a toda la familia en una Mafia que no se puede disolver hoy en día debido a las amenazas.

—¿Amenazas?

—Tus amenazas. Viste a mi tío como un rival y le declaraste la guerra pero no pacíficamente... Empezaste a matar a sus aliados, y también a gente inocente.

—¡¿Qué?! No Jimin ¡Yo no soy esa persona! —dijo entrando en una crisis nerviosa —. Sea quien sea que provoque los problemas de tu familia te juro que no soy yo.

—¡Lo sé! Créeme que para mí es difícil asimilarlo pero esque son idénticos, además que tienen el mismo nombre ¡Joder, es como estarlo viendo!

Tae se acercó rápidamente a Jimin tomando sus manos con desesperación.

—Porfavor, eres la única persona a la que conozco, te lo ruego ayúdame a saber que está pasando. Quiero volver a casa. —dijo el omega menor mientras caían lágrimas de sus ojos.

—Lo haremos, ambos descubriremos que pasa. Ahora regresemos a casa ¿Si?

El rubio asintió tomando al omega del brazo y caminando a su lado, el camino lo recorrieron en un silencio que no era incómodo para ninguno, les permitía pensar lo irónica que era la vida en muchas ocaciones.

Llegaron nuevamente a la casa del mayor. Ambos aún en silencio, terminaron de cenar luego de un rato y cuando la mesa ya estuvo vacía ambos sentían que las palabras sobraban.

— Descansa —dijo al fin Jimin —. Mañana por la mañana iremos de compras.

—¿Puedo preguntar porqué?

—Iremos a comprarte ropa de tu talla y de tu gusto claro. —el menor ruborizado agachó la cabeza.

—¿Porqué haces tanto por mí?

— Porque... En el fondo aunque sigo desconfiando sé que tú no tienes nada que ver en nada de esto. Además... Kim Taehyung era mi amigo por desgracia.

—Gracias

—¿Porqué?

—Por creer en mí. De donde yo vengo tu y yo confiamos ciegamente el uno en el otro.

—Espero que en esta realidad también sea así.

Ambos se quedaron callados rondando una idea en la cabeza de ambos.

—Realidad.—dijeron ambos al mismo tiempo.

— Las mismas personas —empezó a decir Taehyung —, las mismas casas, las mismas cosas, es como si estuviera en otra realidad.

—El último recuerdo que tienes de tu mundo o realidad ¿Cuál es?

— Es ridículo... Yo... —se quedó mudo ante el recuerdo.

—Dime, esto es muy importante.

—Yo... Nosotros, tú eras empleado de mi casa, el Ama de llaves de hecho...

—¡¿Qué?! ¡¿Yo?! Eso es lo más ridículo que he escuchado.

— Si, lo es. Pero un día me di cuenta que estaba en cinta, esperando un cachorro de Junggook —hizo una pausa ante la sorpresa del mayor —. Él no era muy cariñoso conmigo, al contrario. El día que iba a decírselo perdí a mi bebé por una discusión que empezó con él, no quería que lo tuviera. Pero... Aún así lo perdí. Tú me llevaste al hospital y luego volvimos a casa. Mi olor desapareció, mi lobo murió Jimin... No me quedó más que...

—Te suicidaste. —dijo completando la amarga frase.

—Si, yo... Me dejé caer en el pozo que estaba en el jardín de mi casa, más bien en mi agonía lo hice.

—Tae... Lamento mucho escuchar esto, encerio que eres un omega muy fuerte al pasar por eso. —Tae asintió despacio tocando inconscientemente el lugar en donde debería ir su marca, no sintiendo nada.

Bajó la manga de su camisa viendo que no había nada, absolutamente nada, ni marca, ni cicatrices ni nada.

—Esto no puedo ser. No tengo mi marca.

—Talvez es porque acá en esta realidad no tienes Alfa. —analizó el mayor —. Eso quiere decir que junggook en otra realidad está vivo.

—Tal parece...

—¿Porqué lo dices como si fuera tan malo?

—Él me golpeaba. Tenía un carácter muy fuerte y yo nunca intenté defenderme. Aún así lo amo.

—Que desgraciado, no es tan distinto a esta realidad —dijo el mayor asqueado.

—¿Cómo?

—Él no era famoso por su carácter, estuvo en peleas clandestinas, muchas malas amistades y demás cosas que ya te imaginarás.

—Si eso es así... ¿el pozo es una especie de portal de dimensiones?

—Suena un poco esquizofrenico decirlo de ese modo. —dijo riendo.

—Jimin. Toda la situación es esquizofrenica. El que yo sea una mafioso en esta realidad, el que tú seas millonario y haya esa enorme mansión llamada Atena es esquizofrenico.

—Es Atilia. Y no soy millonario, mis padres lo son. Yo solo gozo de su dinero mientras espero a que se aburran de mantenerme. —se encoge de hombros.

—Que vida... La mía no era distinta, con la diferencia que yo nada más era un adorno más en casa —ambos guardaron silencio no teniendo más que decir —. Creo que sería bueno que descansemos.

—Ya lo creo, hasta mañana —dijo el mayor levantándose y caminando a su cuarto dejando al menor solo.

Taehyung se levantó luego de un rato, a estas alturas quería dejar de pensar por un rato en todo lo que había sucedido durante ese día tan confuso para él.

Quiso extrañar a su Alfa, desde que se casó con él lo amó y no, aunque lo maltratará era incapaz de odiarlo o tan siquiera hacer algo en contra del que era el amor de su vida. Muchas veces llegó a sentirse culpable del comportamiento de su esposo ¿Pero como era capaz de ser el culpable de una infidelidad? ¿El Alfa no se satisfacía aunque abusara de él? Entonces se preguntó el mismo si en realidad valía la pena, si en verdad su amor era tanto que podía pasar por encima de él y dejarlo hacer lo que él quisiera.

No, definitivamente se sentía un cobarde al no hacerle frente ¿Masoquista talvez? Tampoco, no encajaba en el concepto, ciego era la palabra que estaba buscando, porque después de todo él si podía defenderse y frenar de una vez a ese Alfa que siempre lo lastimó.

El Alfa Jeon Junggook sabía que tenía todas las de perder, empezando porque él no era un Alfa puro y el omega si era un Omega puro, él sabía que con solo su voz dominante podía caer rendido ante el omega sin siquiera tener la más mínima oportunidad de contradecirle, pero ¿Qué tan mal podía estar alguien psicológicamente como para aguantar tanto? Y aún peor ¿Qué tan manipulador y abusivo se tenía que ser para opacar a otra persona?

Taehyung caminó hasta el cuarto en donde se dirigió sin pensar hasta la mesita de noche en donde se encontraba la cajita que contenía las cenizas de su cachorro. Nunca pudo verlo, nunca podrá abrazarlo y contarle las historias que ha vivido. Él estaba listo para ser padre, quería serlo, pero se daba cuenta que había encontrado a la persona incorrecta.

—Te amo, aunque jamás podremos estar juntos mi amor —dijo besando la pequeña caja.

Un sentimiento empezó a surgir dentro de él, uno que jamás pensó tener, al menos no con el Alfa. Resentimiento, odio, rechazo hacia su supuesto Alfa. Le echó la culpa a la falta de marca en su hombro, pero no, en el fondo el sabía que el día que él dejara de amar a Jeon Junggook estaba cerca de llegar a su vida; Aunque imposible de la noche a la mañana para Taehyung no lo era, se había metido con lo que a él más le importaba y más le dolía, Su cachorro.

—Ya no más Jeon Junggook... Ya no más.

Se dijo más para si mismo. Si algún día llegaba a volver a su realidad, si acaso era un loco sueño del que pronto despertaría, se juraba a sí mismo y a su cachorro que jamás se dejaría pisotear de nuevo.















































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