T.R.E.S

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Jimin se despide de JungKook y le agradece que le haya llevado hasta el sector ocho, más bien, hasta el edificio en el que vive.

Se sube al ascensor y pulsa el botón con el número "7", la última planta del edificio, se recarga agotado contra la pared del ascensor, sus planes no eran esos, él quería salir y jugarse la vida a base de peleas y gritos con otros transeúntes e incluso con algún policía, sin embargo ha acabado escapando de la muerte, conociendo a un policía con su mismo pensar y dentro de unos días conseguirá dos máscaras.

Abre la puerta de su casa y un pequeño gato de color cobre le espera en la puerta, en cuanto le ve se apoya en las piernas de Jimin y éste le acaricia con cariño para después entrar y quitarse la dichosa máscara que le oprime y le impide respirar.

Se descalza y camina junto a su pequeño gato bélico hasta su habitación, necesita una buena ducha que consiga relajarle después del día largo, estresante, frustrante, nuevo y diferente que ha tenido.

Su gato se tumba en la cama mientras espera a que Jimin salga de la ducha que destensa sus músculos y disipa su estrés, necesita respuestas pero tiene la sensación de que cada día que pasa aparecen nuevas y ninguna tiene aún una respuesta válida.

Sale del baño con la toalla enrollada en su cadera, se pone sus boxers y su pijama, se tumba en la cama después de haber apagado la luz y cierra sus ojos, su gato se acurruca contra su costado y espera con ansias que el cansancio acabe de una vez por todas con su día para, así, poder comenzar uno nuevo.

En su mente aparece la imagen de JungKook, quitándose la máscara frente a él y encendiéndose un cigarro, no fuma desde hace años y se alegra de haberlo dejado aunque, de vez en cuando, se fuma alguno.

Nunca antes un fumador y policía le ha parecido tan sexy y se asusta por que, aunque quiera negarlo, sabe que su mirada, escondida por la máscara, se ha dirigido más de una vez al gran paquete que se carga el fuerte peli-negro.


JungKook no puede ir a casa aún, antes debe pasar por la estación del sector seis, donde le esperan algunos compañeros que han logrado sobrevivir del castaño que se volvió loco hace unas horas, su querido amigo YoonGi y su jefe.

Antes de entrar al despacho sabe lo que le espera, suspira e intenta mantener la calma y un pensar frío, aun no es el momento, lo sabe y, por sobre todo, así lo prefiere.

Suspira con fuerza antes de entrar y, en cuanto abre la puerta, escucha varios comentarios degradantes hacia su persona, YoonGi no se encuentra allí y eso preocupa al peli-negro pero acaba por entrar por completo y cerrar la puerta a su espalda.

Los murmullos son agresivos y poco disimulados, no le da importancia, los allí presentes no pueden importarle menos, ni ellos ni sus comentarios. Frente a él ve a su jefe, con los brazos cruzados y una profunda mirada de ira que se cierne sobre su persona.

"Me espera una buena..."- piensa con ironía antes de quedar frente al envejecido hombre, gracias a la dichosa máscara es incapaz de ver lo degradado que está su rostro pero asume que las arrugas deben surcarlo a montones.

Cuando está frente a él escucha el click de una pistola siendo cargada, se teme lo peor pero no va a titubear, no en ese momento, a su lado ve a uno de sus compañeros con la máscara dañada y, posiblemente, en unas horas estará muerto.

  —Eres un cobarde Jeon Jung Kook.—  habla su jefe y vuelve a centrar la vista en él, la máscara de color verde que cubre su rostro es extrañamente desagradable a la vista ya que, a pesar de tener un buen diseño resulta asquerosa de ver.— Por tu cobardía han muerto varios de tus compañeros y mañana morirán bastantes más por culpa de tu ineptitud.—  le molesta que le regañen y degraden frente a sus compañeros, sin embargo no dice nada y solo se mantiene en silencio, sabiendo que su máscara cubre toda su expresión de odio y rencor.— Di algo, ¿ni si quiera te defenderás?— vuelve a burlarse.

—Señor, conducía junto a YoonGi para pedir refuerzos, sin embargo casi atropellamos a un civil por lo que decidí hacerme cargo de él hasta que se encontrase mejor, encargándole a mi compañero que viniese y pidiese los refuerzos necesarios.— ha modificado la historia y es consciente de que el compañero que tiene a su derecha seguramente desea dispararle en ese mismo momento.

  —¿Tanto has tardado?—  se burla nuevamente.

—El civil acababa de salir de su trabajo en el sector nueve, y su sector queda bastante lejos. —  no responde cual es su sector, prefiere ahorrar detalles.

  —Eres un cabronazo — gruñe el compañero a su lado, completamente furioso. —¡Por tu culpa y la de ese estúpido civil mañana estaré muerto!— JungKook acepta el insulto hacia su persona, pero no el que va contra Jimin.

De un movimiento ágil y rápido aparta la dichosa pistola de su cabeza y acaba con ella en sus manos, frente a la mirada atenta y atónita de todos los presentes, que nunca han visto a JungKook defenderse ni a él ni a nadie, con el arma en sus manos y la mirada fija en los agujeros que permiten ver los orbes del contrario le apunta en la frente, presionando el cañón del arma en la máscara.

  —Si lo deseas te libraré ahora mismo de la vergüenza que implica la puta vacuna. —  responde con veneno en su voz, apretando cada vez más el arma, viendo el temor en los orbes del contrario.

  —JungKook, suelta el arma, ahora. —  le ordena su jefe mientras sujeta su brazo con bastante fuerza.

JungKook no tiene otra que obedecer a su jefe, no entiende porqué ha defendido al desconocido pero acepta que ha hecho bien en hacerlo, hasta el momento es la única persona a la que ha conocido que ha sido capaz de mostrar su rostro frente a él.

Recuerda momentáneamente sus ojos, pequeños y del color de las avellanas, su pequeña nariz, sus labios anchos, rosas y brillantes, sus mejillas regordetas, su mandíbula perfilada y su precioso y redondo trasero. JungKook ha tardado segundos en olvidarse del lugar en el que se encuentra, de la gente que le rodea y de la situación que le presiona a hacer o decir algo que evite que su castigo sea peor.

  —Vuelve a la realidad Jeon, —  la voz profunda y repulsiva le saca de su pequeña ensoñación y frunce el ceño, nadie puede ver su expresión por lo que aprovecha para mover sus labios e insultarle sin producir ni un solo sonido.—Ya sabes a donde debes ir. —  Jeon asiente y camina con tranquilidad fuera de la habitación, muerde su labio hasta sentir el sabor metálico de su sangre.

Caminar con tranquilidad no significa no estar enfurecido hasta la médula y, eso, es algo que Jeon JungKook sabe a la perfección.

Por el camino hasta la sala que le espera se cruza con su amigo YoonGi, que es arrastrado por dos de sus compañeros, su uniforme está lleno de sangre y, si pudiese ver la cara de su amigo, juraría que más de un hilillo de sangre recorre su nariz y boca.

Quiere ayudarle a llegar a su casa pero él es el siguiente en aceptar el castigo y, si no va, las cosas solo se pondrán peor para su hermana y su madre, se repite que debe ser fuerte por ellas hasta que llega a la puerta de color rojo y cristales tintados que impiden la vista de lo que pueda haber dentro.

Su garganta se cierra producto de un nudo de terror pero no debe permitirse ser débil, no es la primera vez que entra en esa sala, tampoco será la última, y eso no le atemoriza, lo que le provoca un fuerte terror es el sádico hombre que se encuentra dentro.

Respira con calma nuevamente y abre la puerta, al instante le recibe un hombre de avanzada edad con un bisturí en su envejecida y demacrada mano derecha. 

"Es zurdo y, sin embargo, siempre coge el puto bisturí con la derecha."- piensa mientras hace una reverencia al anciano, que le responde con una voz alegre y cantarina.

  — Hola JungKookie.— la máscara del hombre es tan sádica como su personalidad, cosa que aterra a más de uno, incluyendo al peli-negro que se encuentra en frente. — Hace mucho que no venías a verme.

— Han sido solo dos semanas.—  responde con seguridad en su voz, desde que fue obligado a trabajar como policía a entrado más veces por esa puerta de las que ha sido capaz de salir andando por su propia cuenta, de hecho, el anciano aún cree que JungKook es su amigo debido a las constantes visitas que recibe.

—Hoy es mi día de suerte, ¿sabes?— JungKook se sienta en la silla de color blanco mientras el anciano le ata de manos y pies con unas correas de piel desgastadas por el uso, para después ser alumbrado con una potente luz que le ciega durante unos segundos.—Hoy podré divertirme con dos personas y tú —  el anciano señala a JungKook  con uno de sus huesudos dedos. — eres el último por lo que me divertiré un poco más contigo.

  — Tan solo date prisa. —  pide JungKook y, casi al instante, siente como la parte superior de su uniforme es destrozado gracias a unas afiladas tijeras que provocan algún que otro corte en el pecho de JungKook.

Jeon intenta aguantar el dolor todo lo posible, pero que corten en el estómago y pecho con un bisturí no es agradable de sentir, tampoco los golpes que, de vez en cuando, recibe por no gritar o, algunas veces, por gritar demasiado.

Sus brazos están llenos de golpes, cortes, pinchazos profundos y, sobre todo, sangre, al igual que su pecho y estómago, que ya cuenta con varias cicatrices.

"Éste viejo es, realmente, un sádico desquiciado"-piensa mientras aguanta algunos tirones en su pelo.


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Hola mis personitas!

¿Ha ido alguien a ver la película de BTS?

Quería morirme de lo awesome que son por los dioses!!

¿Alguno a ido a la sesión de las 15:45 en el plenilunio de madrid?

Si lo habéis hecho... y habéis visto a alguien con el pelo rapado y de color azul... es muy probable que haya sido yo XD.

Si me habéis visto comentadlo!

A lo mejor nos hemos hablado y todo jajaja.

estoy de muy muy muy buen humor así que aquí os traigo un maratón ;) .

1/5

Darkest_Light_Soul.

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