37.

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🌷 YULISSA 🌷

La verdad es que estoy muy angustiada por la llamada de Eva, y más por tener que irme así, pero igual estoy feliz porque Marcos está bien y lo veré hoy mismo.

—Yuli, ¡hey! —El chasquido de los dedos de Carlos llama mi atención—. ¿En qué piensas?

—En la llamada que acabo de recibir. Eva me pide que vaya con ellos.

—¿Irás con Eva y... Es su novio, o qué es el tal Andrés? —pregunta un poco curioso.

—Si. Iré con ellos. Eva me invitó a pasar unos días con ellos, dice que la hacienda dónde la llevó Andrés es hermosa y perfecta para los niños, los llevaré a los tres para que disfruten del ambiente y respiren aire puro. —La cara de Carlos se contrae.

—Ah, entonces si es su novio ¿De dónde salió? Ha pasado muy poco tiempo y ella está de novia de un tipo que acaba de conocer, además se va sola con él y... Tiene hijos , a los cuales dejó aquí...

—¡Oye! Andrés no los dejó, están conmigo y los cuido muy bien. Y con respecto a lo otro, el tiempo no importa cuando se trata de la persona correcta Carlos.

—Es solo que no entiendo a Eva, yo creí qué...

—¿Qué? ¿Qué lloraría y se echaria  a morir por ti? Pues ya ves, las cosas pasan por algo.

—Entiendo, yo solo... ¿Sabes qué? olvídalo. Me alegra que haya encontrado a alguien. —dice un poco molesto o no sé si me estoy haciendo ideas—. Bueno Yuli, disfruta esos días, que tengas un buen viaje y tráeme algo cuando vuelvas.

—Claro Carlos ¿Te molesta que te deje a cargo unos días?

—Por Supuesto que no Yuli, ve y diviértete que yo me encargo de todo. —Sonrie—. La que si se va a molestar es Elly, ya tenía todo listo para tu fiesta de cumpleaños y por lo que veo, no vas a estar.

—¡Ay! Si, hablaré con ella. —Me levanto para recoger mis cosas—. Bueno, ya debo irme a empacar, me llevaré a Jacobo para que me ayude ¿Ok? —Asiente.

Le pido a Jacobo que me lleve primero al departamento de Andrés para recoger unas cosas de los niños, gracias al cielo hoy no tuvieron escuela, la maestra se enfermó y al parecer se tomará un par de días más. Luego vamos a mi casa y
empiezo a empacar solo lo necesario para mí y mi pequeño con ayuda de Karen, una vez terminamos Jacobo sube las maletas al auto, los niños suben atrás conmigo y Karen adelante junto con él quién conduce con rumbo al estadío.

Llevamos aquí esperando al menos diez minutos y ya estoy empezando a desesperarme, de pronto se escucha el ruido de un helicóptero por todo el lugar, bajamos del auto rápido con excepción de los niños y observamos el aterrizaje del helicóptero policial en la mitad del estadio.

¡Carajo!

Eso activa mis alarmas, estoy realmente muy nerviosa.

¿Qué hace la policía aquí?.

En el momento en que Andrés baja del aparato, me siento un poco más tranquila. Lo veo venir hacia nosotros, y los niños también por la ventana porque comenzaron a gritar emocionados, les abro la puerta para que bajen, de inmediato corren hacia él.

Algo grave pasa y confieso que tengo miedo de saber.

💥 MARCOS 💥

El silencio invade la habitación en la espera de lo que mamá hable y diga lo que tiene que decir, en cuanto me percato de que no pretende hacerlo, decido contarle todo lo que ha sucedido desde que salí de la mansión hasta el día de hoy, mamá empieza a llorar y su actitud me confunde.

—Madre, no te preocupes. A pesar de todo esto estoy muy feliz porque acabo de enterarme que tengo u...

—¡Marcos! —El grito de Eva me interrumpe y por el gesto en su cara sé que no quiere que mamá supa de Mateo.

Mamá hace un gesto de confusión, pero luego agacha su cabeza y empieza a hablar.

—Hijo, no se algunas cosas, solo las que tú padre me contó y las que he visto desde que llegué a vivir a la mansión.

—Dime lo que sepas, madre.

—Antes, Marcus solía ser cordial y buen esposo, siempre fue muy inteligente, especialmente para los negocios, pero todo eso cambió cuando tú abuelo Arón anunció qué repartiría su dinero en partes iguales a sus hijos. Al enterarse que solo Raúl y Sarah estarían en el testamento, entristeció y a la vez se llenó de ira porque tampoco tendría nada de la compañía. Él esperaba tener acciones, no todas, pero si una parte. Después de todo había sido él quien trabajó duro día y noche para crear y hacerla, merecía estar a cargo, pero en cambio, tu abuelo decidió que sería Raúl quién lo hiciera y...

—Lo despojó del cargo.

—Sí, fue muy duro para tu padre tener que salir de la compañía. En aquel entonces yo no sabía nada, pero empecé a hacerme preguntas. Era muy extraño que Marcus y Raúl no se llevaran bien, también que tú abuelo tuviera preferencias, se notaba en el trato que les daba, solo Sarah era amable con él. Con el pasar de los días, Marcus comenzó a embriagarse y a desquitar su frustración conmigo. Primero fueron malos tratos y luego vinieron los golpes, yo no salía de la habitación para que nadie se diera cuenta y porque me daba vergüenza que todos supieran. —Entristezco al ver sus ojos humedecerse —. En una ocasión llegó muy tomado, e intentó golpearme de nuevo, pero gracias a Raúl que llegó de repente no pudo hacerlo. Me defendió de Marcus y desde entonces estuvo pendiente de mí. —Suspira y sonríe—. Mientras los días pasaban y más nos acercábamos, fue inevitable para mi no sentirme atraída por él. —Frunzo mi ceño y la miro asombrado.

—Madre, ¿Tu y tío Raúl? —Indago. Aparta su mirada de mí y asiente despacio.

—Raul era muy atractivo y sus ojos azules brillaban de una manera que podían enloquecer a cualquier mujer, incluyéndome. A pesar de su fuerte temperamento, solía ser muy tierno, cariñoso, comprensivo y con un gran corazón.

»Comenzamos una relación a escondidas y aunque sabía que no estaba bien, no me importaba en absoluto porque por primera vez en mi vida, era feliz. Los problemas comenzaron cuando él empezó a sentir celos de Marcus. Me pidió que lo dejara, que me divorciara y nos fuéramos juntos, pero yo no acepté. La verdad es que aunque moría por aceptar, tuve miedo de Marcus, de lo que pudiera hacerle a mi familia, del rechazo de mi padre, de tú abuelo y de ser juzgada por la sociedad, así que decidí terminar lo que tenía con Raúl y continuar como si nunca hubiese sucedido nada entre los dos.

—¿Te enamoraste de él?

—Si, pero fuí lo suficientemente cobarde para no pelear por él.

—¿Y que pasó después?

—Unas semanas más tarde me enteré que estaba embarazada. —Me mira y acaricia mi mejilla—, de ti. Fui la mujer más feliz del mundo, especialmente cuando naciste y te tuve entre mis brazos. Para ese entonces Raúl se había marchado, decidió irse a estados unidos unos días antes de tú nacimiento, dijo que haría una especialización, pero estuvo fuera por tres años. Tu padre volvió a la compañía un mes después de que se fue y cuando naciste volvió a ser el mismo. Estaba feliz y lo demostraba con su cambio, incluso tu abuelo lo noto y le dio más poder, no solo en la compañía, sino en sus otros negocios, pero dejándole claro que sería mientras Raúl regresara, solía venir a ver a Sarah, lo hacía cuando Marcus y yo estábamos de viaje, hasta ese día. Para tu fiesta de cumpleaños. Marcus te sostenía en brazos mientras tú intentabas romper la piñata con ese bate. Se acercó a ti y cuándo te vio, lo supo. —Me mira a los ojos y de nuevo acaricia mi mejilla—. Supo que eras su hijo.

—¿Qué has dicho? —pregunto anonadado.

—Todos en la fiesta notaron el parecido entre ustedes y empezaron a especular. Cuando la fiesta terminó Raúl me buscó, estaba furioso conmigo por habérselo ocultado, quiso reclamar sus derechos como padre y que todos supieran que tú eras suyo, me pidió que me divorciara y nos casáramos, pero una vez más, lo rechacé. En su desesperación fue a buscarte a tú habitación, te tomó en brazos, te besó y abrazó con tanto amor que llegué a pensar en aceptar su propuesta. Marcus llegó en ese momento y los vio juntos, el parecido entre ustedes era evidente, hizo preguntas y Raúl se lo dijo. Por supuesto lo negué e intenté negarlo excusándome con que ellos eran hermanos y era normal que te parecieras a tu tío, pero fue aún peor. Marcus enloqueció de la ira, dijo que eso era imposible porque tú abuelo lo había adoptado cuando su madre, que era la ama de llaves y confidente de tu abuela, murió y se quedó solo, sin nadie que viera por él.  Tu abuela se compadeció de el y por el cariño que le tenía a la madre de Marcus, convenció a tu abuelo para adoptarlo. Creo que tú abuelo nunca estuvo de acuerdo, era muy rígido con —Sus lágrimas empiezan a caer puedo ver el dolor en sus ojos—. Lleno de ira te arrancó de los brazos de Raúl, te puso en la cuna y lo golpeó, empezaron a discutir y terminaron en golpes. Tú llorabas y yo no sabía que hacer para detenerlos, luego Sarah apareció de repente y al verlos comenzó a gritar desesperada logrando que se detuvieran. —Coloca sus manos en su rostro y su llanto se hizo más fuerte.

—¿Qué sucede madre?

—Al día siguiente, ocurrió el accidente dónde Raúl murió y... —No pudo continuar porque el llanto la consumió, la abrazo fuerte para consolarla y espero a que se tranquilice un poco. No quero presionarla. Un par de minutos bastan, limpia sus lágrimas y continua—. Al parecer los frenos fallaron y él no pudo hacer nada.

¿Los frenos?

Cómo con Martina.

Pienso.

»Ese suceso fue desgarrador para tú abuelo, Raúl era su adoración y su perdida le afectó mucho. Ni hablar de Sarah, la pobre lo adoraba y estuvo en crisis. Cada vez que las tenía acusaba a Marcus de haber provocado el accidente, ella aseguraba haberlo visto cerca del auto unos minutos antes de que Raúl subiera. Marcus negó todo y pues, Sarah era una niña de doce años. Después de eso creí que tú padre me echaría, pero no fue así, aunque las cosas entre y yo cambiaron.  Con el pasar de los meses tú abuelo empeoró, se refugió en el alcohol, Sarah y Marcus no se dirigían la palabra y cuando lo hacían era para discutir. Tu abuelo volvió a tomar el control y cuando todo parecía que la calma había vuelto ocurrió la tragedia de Sarah.

—¿Qué? ¿Algo le pasó a tia Sarah? ¿Que fue Madre? ¿Por qué no supe nada? dime por favor.

—Hijo, no es cierto que Sarah se casó con el permiso de tu abuelo siendo aún menor de edad, y que su esposo murió en la luna de miel. La verdad es que el día que sarah cumplió 15 años, tú padre le organizó una fiesta. Ya sabes, el sueño de todas las quinceañeras, botó la casa por la ventana, invitó a casi toda la ciudad. Sarah estaba feliz y radiante. Había un chico, creo que su felicidad era más por bailar el vals con él, que por la fiesta. Despues de la celebración y ya cansada, decidió irse a dormir y en medio del ruido, el festejo y los tragos, ninguno de nosotros se percató del momento en que un hombre subió a su habitación y... Abusó de ella.

—¡No! Dime qué no es cierto por favor— Deji salir algunas lágrimas al imaginar el horror que debió vivir mi tía.

—Aron y alissa son producto de esa... Noche. La pobrecita tuvo pesadillas, crisis nerviosas y cuando supo que estaba embarazada se derrumbó, y tú abuelo con ella cuando intentó suicidarse. Nunca había visto a tu abuelo en ese estado, creo que la idea de perder también a Sarah lo hundió por completo. —Dejo dejo unas lágrimas, no puedo con esta información tan dolorosa—. Unos días después Marcus contrató un psicólogo para que la ayudara, con el pasar de los días ella comenzó a aceptar su embarazo y luego decidió tener al bebé, bueno a los bebés.

—Los amo, y los amaré. —afirmo y sonrio.

—Tú abuelo olvidó sus asuntos con Marcus con el pasar de los años y se dedicó a los pequeños, junto con Sarah, cosa que por supuesto Marcus aprovechó, el pensó que por fin había obtenido un lugar en la familia Grimaldy pero en realidad en silencio Sarah se preparaba en la mejor universidad para atacar y cuando estuvo lista, dio el golpe. Reclamó sus derechos como legítima Grimaldy en la compañía y en todos los negocios.  Eso a Marcus no le gustó y por supuesto se opuso y peleó para no dejarse despojar de nuevo, fue una pelea que con la ayuda de George, ella ganó. Ese mismo día por la noche, ella llegó a casa en una horrible crisis nerviosa, dijo que un hombre se le había acercado a preguntar por su hijos, que con una prueba de ADN comprobando su paternidad, se los quitaría y no podría hacer nada para evitarlo porqué él no la había violado como ella decía, sino que solo había tomado lo que había comprado y tenía pruebas de ello.

—¿Cómo es eso? ¿De que hablaba ese tipo?

—Ese hombre le dijo que Marcus se la había vendido.

—¡Por Dios! —exclamó Eva espantada—. ¿Cómo pudo hacerle eso a una niña?

—Una vez más negó todo cuando Sarah lo enfrentó, tú abuelo enojado la apoyó y fue entonces que creyó en ella cuando en medio del enfrentamiento ella volvió a culparlo de la muerte de Raúl. Enfurecido y lleno de odio hacia nosotros tú abuelo nos echó de la mansión, dijo que llamaría a George para que le quitara todo el poder que Marcus tenía en la compañía, sus tarjetas y también el apellido, que lo dejaría en la calle y... que tú te quedarías con él, como legítimo hijo de Raúl Grimaldy. Después de decir eso se fue al despacho para hacer su llamada y Marcus lo siguió, no sé que sucedió allá dentro, solo que que tú abuelo tuvo un infarto y tuvimos que llevarlo al hospital.
Sarah de nuevo culpó a Marcus por eso y fue entonces que colocó la denuncia en su contra por la muerte de Raúl. Dos días después tú abuelo murió en ese hospital y Sarah fue diagnosticada con demencia, fue internada en ese manicomio dónde aún está.

—Tía Sarah no está loca, ella siempre dijo la verdad. ¿Por qué callaste todo esto madre? Acaso tú... ¿Eres cómplice?

—¡Claro que no!, yo no sabía que Sarah decía la verdad hasta el día de hoy, además ella no quería que sus hijos supieran su desdicha, y con lo de la hija bastarda. Lo supe hace un año y no tenía ningún derecho para hacer reclamos.

—¿Por qué seguiste con él?.

—Por cobarde, vergüenza, no estoy segura. Nunca supe bien si Marcus me amaba demasiado para perdonarme, o no quería ser un hombre cornudo ante la sociedad, yo solo agradecí que no manchara mi nombre ni el de mi familia y que aún se hiciera cargo de nosotros.

—¿Y lo del testamento? Ahora se que yo heredaria la parte de mi... Raúl cuando cumpliera 30, pero ¿Por qué me ocultaste el repentino cambio?

—Eso no te lo dije porque no quería que fueras por ahí embarazando mujeres como lo hiciste con esa mesera de pacotilla. Esa mujerzuela solo quería tú dinero y pertenecer a nuestra familia para dejar su miserable vi...

—¡Oiga señora! usted es la menos indicada para hablar así de Yuli, con lo que acaba de contar queda claro quién es la mujerzuela y...

—Ya Eva, ¡Basta —Levanto mi dedo advirtiéndole.

—Marcos, ¿No escuchaste lo que la bruja de tú madre dijo? —La fulmino con la mirada y entiende que debe callarse.

—Y tú madre, deja en paz a Yulissa y hazte la idea que la verás de seguido.

—¿Qué? No me digas que ella es la mujer de la que me hablaste aquella vez? ¡No! Te prohíbo que...

—¡Madre! —La interrumpo—. No discutiré eso contigo ahora, necesito que vayas por Alissa y la traigas para que hable con ella, quiero escuchar de su boca que realmente desea ser monja. Por favor, sé cuidadosa. Confío en ti. ¿Bueno? —Asintió.

Muchísimas gracias por leer.
Perdón por la demora.

¿Enredado?

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