Luego de haber recibido un reconocimiento por parte de la escuela de policía en Marsella, Maxine Durand, comenzó con un trabajo independiente en Liverpool, donde sería ella la encargada de dirigir investigaciones. Durante su tiempo de estudio, buscó diferentes empleos, entre ellos en las comisarías. Sin embargo, parecía que a los oficiales no les agradaba la idea de tener una mujer por compañera de trabajo, y al tiempo terminaba renunciando, ya que no soportaba los rechazos y algunas humillaciones que le proporcionaban los miembros del equipo.

Al terminar su preparación, decidió iniciar con un proyecto propio, sabía que en una sociedad en la que las mujeres eran vistas con desprecio e inferioridad, sería difícil adaptarse a un medio laboral, en el que patriarcado sobresalía. Pese a todos estos obstáculos, nada la detuvo, fue cuando surgió el inicio de una cadena de misterios que parecían apuntar hacia el mismo punto, que fuera ella la encargada de resolverlos.

Siempre había tenido capacidades que la hacían especial, muchas veces lograba descifrar diferentes casos, muy sencillos y relacionados a su entorno, con sólo dar una breve observación o razonar la situación de manera correcta. Esto la había motivado a levantar su propia oficina, en la que sería la Detective e Investigadora Maxine Durand.

Durante una ola de crímenes que se presentan en la ciudad, ella busca la manera de eliminar los estereotipos donde sólo el hombre puede forjar su camino como detective, tendrá que resolver los crímenes cometidos y encontrar al asesino, quién parece estar interesado en que ella sepa de él.