Capítulo 10 - Final

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— Ya íbamos a mandar a buscar a las fuerzas especiales para que los ayudaran a salir de esa habitación. Pensé que estaban en una situación de vida o muerte durante casi una hora. — Exclamó Seokjin al verlos aparecer haciendo que los demás presentes pelearan contra sus ganas de reírse a carcajadas. — Pensé que el anfitrión nos recibiría.

— Perdóneme cuñado, realmente lo siento. Siguiendo tus últimas sugerencias quise darle otro tipo de alegría y mantenimiento a tu hermano, no pensé que eso fuera tomado como ofensa. No volverá a ocurrir.

¿Cómo podía Jungkook seguirle la corriente a su hermano con tanta facilidad? A pesar de que él conocía a todos los presentes, Jin no lo hacía y poco le importaba, sumiéndolo en una vergüenza si precedentes. No importaba cuán preparado estuviese, el mayor de los Kim siempre se las arreglaba para avergonzarlo. 

Todos se llevaban bien, las bromas por una parte u otra, de una forma más delicada o no era el pan nuestro de cada día pero seguía ruborizándose cada vez que algo como eso se decía. De cierta forma, todos eran partícipes de su intimidad. Sin embargo, no estaba molesto, se sentía extrañamente tranquilo y en familia.

El mayordomo suplente por esa noche les sirvió sus copas por mucho que él se negó a este hecho. Su hermano sonreía feliz en compañía de Yoongi, antes, durante y después del tan esperado tour por toda la residencia. Para él era una maravillosa aventura que se alegraba de poder darle pues, en el fondo, estaba consciente de que este simplemente intentaba ocultar tras su jocosidad todo el nerviosismo y preocupaciones que lo atacaban. Su cirugía estaba a menos de cuarenta y ocho horas, era normal sentirse de esa forma y no le culpaba por intentar esconder su miedo.

Mientras Seokjin pudiese mantener siempre esa amplia sonrisa en su rostro, él estaría feliz. Como si escuchara sus pensamientos el mayor le regaló una tranquilizante mirada acompañada de una amplia sonrisa. En ese momento tuvo la certeza de que todo saldría bien, no podía ser diferente, todo estaría bien.

Desde el comienzo su noche estuvo llena de sorpresas, comenzando por el momento en que vio llegar a Hoseok con su novia. No era por nada pero, jamás se imaginó que fuese novio de Becky, otra de las cantantes de la agencia de Jimin, una chica latina de sonrisa tan radiante como la de él. Definitivamente era raro verlos juntos pero no podía negar que hacían una muy bonita pareja.

Las demás sorpresas fueron llegando lentamente, no se imaginó que Jungkook fuera a preparar tanto para ellos, tomando en cuenta no solamente lo que le gustaba a él, sino también a su hermano y Yoongi. Todos compraron regalos para todos, incluyendo a la chica que no conocía más allá de verla algunas veces a través de una pantalla, así como en la fiesta de aniversario de Mochi's Entertainment en donde la vio actuar.

Entre brindis, anécdotas vergonzosas y otras muchos más profundas, risas, abrazos, besos y mucho amor, todos recibieron la navidad. Esa festividad que reúne a aquellos con los que se debe estar, tan llena de alegría, melancolía, recuerdos y agradecimientos no dichos.

Ya cuando el nivel de alcohol se había elevado considerablemente, algunos se fueron en taxi y otros prefirieron llamar a un conductor designado, mientras que Seokjin y Yoongi decidieron quedarse a dormir en la mansión. No existía en el mundo un ser humano que lo hiciera desaprovechas esa oportunidad.

— Estoy muriendo del cansancio, no recordaba que estas fiestas fueran tan extenuantes. — Musitaba Jungkook mientras se deshacía de sus zapatos y pantalón. — ¿Por qué no te desvistes? — Preguntó al ver como quien fuera el mayordomo de esa residencia y vida permanecía en pie, observándolo sin mover un músculo. — No pensarás irte a tu habitación, ¿cierto?

— No iré a ningún lado, solamente te estaba admirando. Me gusta ver como haces cada cosa. — Eliminó la distancia hasta apoyar una rodilla en medio de sus piernas, en aquel banquillo en donde el pelirrojo siempre se sentaba para ponerse o quitarse los calzados. Acarició sus mejillas, entregándole ese beso que fue pedido sin necesidad de formular una frase. — Iré a prepararte el baño, te hará mucho mejor que una ducha.

— Si te unes a mí, sí, de lo contrario no vale la pena tomar un baño tan largo cuando muero por caer en la cama. — Musitó acariciando sus muslos. — ¿Te bañarás conmigo?

— Claramente que nos bañaremos juntos pero será por una buena causa, no se debe despilfarrar el agua, esto es por el bien del medio ambiente. — Respondió besando su nariz antes de retirarse bajo la atenta mirada del pelirrojo.

Definitivamente Taehyung sabía lo que le asentaba mucho mejor que él mismo. Aquel baño era todo lo que necesitaba. Al comienzo la temperatura que al rubio le gustaba era como para desplumar un pollo con agua hirviendo pero gracias a los mimos de sus manos, logró acostumbrarse a la humeante tina.

— No quiero que sigas trabajando para mí en la casa. — Espetó luego de largo rato de silencio, jugando con la espuma y el agua sobre el abdomen de Taehyung.

— ¿Por qué? Creo que he hecho un buen trabajo como mayordomo aún cuando estamos en una relación. Jamás he descuidado mi puesto, Kook. No me voy amarrar de esto pero creo que es injusto que me despidas así como así. — Expresaba sin poder alterarse, las caricias sobre su pecho y brazos no se lo permitían.

— Yo lo sé, como mayordomo creo que has sido el mejor que he tenido en años pero no se trata de tu capacidad. Simplemente no me siento ya cómodo teniendo a mi novio trabajando para mí de esa manera. No te dejaré desempleado pero no quiero que seas mi mayordomo.

El rubio se distanció, yéndose al otro extremo de la bañera sin entender la repentina actitud de su novio. Llevaban meses teniendo algo, hacían mucho que la estricta línea de profesionalidad entre ambos fue cruzada, no tenía sentido lo que le estaba pidiendo.

— Lo siento, pero no puedo entenderte.

— Sé que eres licenciado en finanzas y en mi empresa, tengo trabajo que ofrecerte basándome solamente en tus aptitudes. No te podré dar el salario que recibes aquí pero confío en que demostrarás de lo que eres capaz y dentro de un año tendrás una mejor posición y sueldo.  ¿No me comentaste lo mucho que deseabas trabajar en lo que estudiaste? Pues te estoy dando esa oportunidad aunque dependerá de ti la mantener tu puesto.

— ¿Me estás dando trabajo? ¿En tu empresa? — Jeon asintió sin poder leerlo, su reacción neutra no le mostraba nada. — Creo que mi hermano tiene razón cuando dice que eres nuestra mina de diamantes.

— Creo que el descaro se te está pegando. — Se carcajeó salpicándolo con un poco de agua. — Yo creo que eso es algo que va en la sangre de los hermanos Kim.

— Puede ser... — Respondió abalanzándose para abrazarlo, desbordando un poco de agua pero nada le importaba menos. — Eso es increíble y créeme que estoy feliz pero no me siento cómodo dejando este lugar, sabiéndote al cuidado de alguien más. Lo siento pero nadie puede cuidarte como lo hago yo.

— En eso tienes razón pero... — Succionó su labio inferior con suavidad. — No estaré al cuidado de nadie más y tú no dejarás este lugar.

Enarcó las cejas situándose en su regazo, entrelazando los dedos de sus manos por detrás de la nuca del pelirrojo.

— Quiero que te mudes aquí. Al comienzo con tu hermano, podremos contratar a sus fisioterapeuta para que venga hacerle las terapias aquí, así no se siente agobiado en el hospital, para que lo ayude sin estresarlo demasiado. Esa es una forma de que todos estemos juntos. Tú me podrás ayudar a buscar un nuevo mayordomo para nosotros y si deseas, nosotros nos encargaremos de nuestras necesidades más íntimas por nuestra cuenta. No quiero que otro mayordomo entre a dejarme toallas y termine masturbándose a escondidas diciendo mi nombre.

Blanco, rojo, azul... El rostro de Taaehyung pasó de un color a otro en fracciones de segundos, provocándole nuevas carcajadas a su acompañante. Hundió su cabeza en el agua y se alejó ignorando la tos del pelirrojo.  Con rapidez salió de la bañera y se envolvió en el albornoz yéndose a pasos apresurados, siendo seguido por un cuerpo desnudo y mojado que no se detuvo hasta detenerlo.

— Deja el pudor conmigo, eres demasiado descarado, hermoso y ardiente como para que lo tengas. Estaba bromeando y aunque no lo hiciera, lo que hiciste no tiene nada de malo, los dos nos deseamos en aquel entonces y ahora, no hay nada por lo cual avergonzarse. — Lo abrazó, volteándolo lentamente para besarlo.

Caminó hasta la cama, abriendo la mal abrochada bata que lo cubría, dejándola caer en el suelo. Sosteniendo su rostro y entregado en un lánguido beso, que no se rompió siquiera cuando chocaron con la cama. Taehyung lo abrazó olvidando como siempre todo en un abrir y cerrar de ojos.

— Mmm... — Ruborizado se aferró a las sábanas, estremeciéndose con cada beso, lamida o mordida que era dejado sobre su pecho.

Jungkook lo abrazaba acomodado entre sus piernas, arrodillado sobre la alfombra, siendo envuelto por las piernas del rubio que lo atraían cada vez más. Sus pezones se sublevaban cada vez que eran pellizcados y el camino que su boca comenzaba a trazar, descendiendo lentamente lo hacía contraer.

— Kook, eso hace cosquillas... — Rio cuando la tibia lengua se perdió en su ombligo.

La sensación le gustaba pero también le hacía cosquillas, unas deliciosas que le abrían paso a algo más en el momento que su mirada volvió a encontrarse con la contraria y en el rostro del pelirrojo una sonrisa llena de satisfacción se asomaba.

Seguía cada movimientos, cada gesto. Se removió en su lugar cuando sus ingles fueron mordidas y succionadas con comedida fuerza, mientras que entre sus manos su miembro erecto brillaba. El tibio aliento podía sentirlo arañando su glande sin necesidad de tocarlo verdaderamente, entrando en estado de ansiedad a medida que su lengua se iba acercando juguetona.

En vez de limpiar, esparció la lágrimas de felicidad que emanaba su pene por toda la extensión, antes de engullirlo completamente hasta que sus labios chocaron con su depilado pubis.

— ¡Kook! — Exclamó cegado por la erótica imagen. Verlo arrodillado ante él, sintiendo sus piernas ser acariciaba miento absorbía hasta su alma con esa boca, era maravilloso.

Quería decirle que no tenía que hacer eso pero a quién iba a mentir, le encantaba que lo estuviera demorando de una forma tan jodidamente excitando y cuidadosa. Sus muslos fueron abiertos sin mucha condescendencia, sintiendo la presión de los dedos en la base de su mientras la humedad abrazaba el resto de su falo.

— ¡Oh, por favor! — Exclamó contrayéndose cuando su lengua tapaba aquel pequeño orificio mientras seguía succionando, ahuecando su boca con perversidad. — Mierda, para...

Estaba temblando, a medida que los segundos pasaban su cuerpo se debilitaban y los gemidos aumentaban, escalando de volumen constantemente. Se aferró a su cabello, obligándolo a retroceder pero era en vano, por muy fuerte que era su agarre, Jungkook continuaba sin perturbarse con su trabajo. sorbiendo, lamiendo y chupando obscenamente.

— V-Voy a venirme demasiado rápido.. si... sigues así. — Su cabeza cayó hacia atrás y los dedos de sus pies se contrajeron junto con el resto de su cuerpo. — ¡Ahhh! Kook, detente... ¡De verdad!

Jaló con fuerza su cabello, dejando su latente miembro desatendido y encontrándose con una mirada que lo desarmó en segundos. Por los labios rojizos del pelirrojo escurría su propio pre semen mezclado con saliva. Como si fuera un cachorrillo a quien le quitaron su cena Jungkook lo miraba pidiendo la clemencia que su goteante pene necesitaba.

— ¿Por qué me detienes cuando te gusta? — Cuestionó besando sus muslos, ascendiendo hasta llegar a su cuello, olisquearlo y morderlo. — Déjame ser, haré que ambos disfrutemos con mayor calma.

— Sí me gusta, pero no quiero venirme de esta forma, prefiero hacerlo cuando me vuelvas a penetrar, ahora no. — Sentenció pero el contrario solamente sonrió.

— No hay apuro para penetrarte, puedo hacerte venir así y más tarde, darte hasta que las piernas te tiembles y pidas clemencias. Podrás venirte cuantas veces quieras, sé que puedes darme más de una venida.

Dicho esto retomó su lugar y lo que hasta hace nada disfrutaba, devorando con vehemencia cada centímetro del rubio hasta que este no tuvo más remedio que entregarse, cayendo en un orgasmo arrebatador del cual no pudo librarse.

Pudo sentirse a través de sus besos, todo lo que provenía de aquel hombre sabía y sentía exquisitamente bien. Cada poro de su cuerpo estaba tan sensible, añoran y necesitado de aquello que entre besos y caricias, su entrepiernas volvió a erguirse.

— Recuéstate un poco más atrás, — ordenó ayudándolo — eres hermoso. Sujeta tus piernas.

Taehyung acató su orden y aunque estaba algo cansado debido a toda la faena, tenía energía y deseo de sobra para disfrutar durante largo rato con ese perverso pelirrojo del que se había enamorado. Cada mano abrazó su muslo correspondiente, abriéndose y quedando a completa merced. Era una nueva forma de exposición, volvía a sentirse tímido y expuesto como no lo hizo incluso la vez que perdió su virginidad.

El frío líquido parecía que se evaporaba por su calor, solamente para volverlo a encender cuando se ajuntaba con un dedo explorador que escarbaba en su interior. Uno solo bastaba para que el chapoteo se sintiese, estimulando a todos sus sentidos. Se obligaba a contener sus gemidos cada vez que rozaba aquel lugar que tan fácilmente podía encontrar, mas algunos se escapaban sin autorización.

Era diferente a horas antes, no había urgencia o presión, se tomaban todo el tiempo del mundo para consentirse, prepararse y disfrutar de largas sesiones de besos y masturbaciones mutuas.  Para el momento que Jungkook se alineó y empujó, todo su interior lo recibió como la más esperada gloria.

Escurrían lubricante y líquido preseminal, se mezclaban creando algo único. Colocando sus manos en los muslos de Tae, justo sobre las manos contrarias, se adentró de una estocada. Era magnífica la forma en la que aún con todo ese lubricante el anillo de carne se ceñía tan bien a él. La forma en que lo apretaba era tan deliciosa como su caliente interior y esto le hacía sentirse al borde del abismo aún sin hacer nasa.

Le gustaba contemplar las expresiones de su rubio, como cerraba sus ojos y dejaba caer su cabeza hacia atrás, entregándose en cuerpo y alma, sin limitaciones o reserva. Cada embestida arrancaba una nueva sonata de gemidos, sus nombres también resonaban en la habitación, siendo orquestados por el sonido de sus pieles al chocar, junto a ese obsceno ruido que el lubricante creaba.

— Mmm, eso se siente... Tan bien... — Jadeó con aquel envite que iba hasta lo más profundo de su ser, arremetiendo sin piedad contra su próstata. — Mierda, mi amor...

— Taehyung... — Completamente sonrojado y suplicante mencionó su nombre, quería verlo a los ojos. Quería ver sus pupilas cada vez que se contraía y él embestía.

— Kook...

Sus ojos se abrieron, encontrándose directamente con Jungkook, quien se perdió en esa mirada derramando una lágrima que no sabía si era por el intenso placer o felicidad que experimentaba en ese instante.  Sus miradas conectaban desnudando cada parte de el, gritando todo lo que ellos no podían verbalizar.

Como si de un virus fuese, la humedad de los ojos se extendió hasta el rubio, quien dejó escapar un sollozo en medio de aquel popurrí de sensaciones.

— ¿Duele?

— No... — Sostuvo su rostro, acarició sus mejillas hasta verlo suavizar la tensión de su mandíbula. — Simplemente estoy feliz de que nuestras vidas se hayan entrelazado de esta manera. Te amo.

Jungkook liberó el agarre de sus piernas y lo atrajo hacia él para abrazarlo con fuerza, deteniendo brevemente sus movimientos. Sin beso, solamente sus respiraciones y latidos comunicándose de una forma más íntimas que sus propios cuerpos.

— Yo también te amo, te he amado desde antes de saberlo. — Se inclinó con él, sumido en un profundo beso hasta que la espalda del contrario tocó la cama.

Agarró nuevamente sus muslos con fuerzas, tirando de aquel terso y vibrante cuerpo hacia él. Colisionaban de forma única, sus pelvis aplaudían tan maravilloso acto y sus gemidos coreaban las felicitaciones. 

Taehyung buscó apoyo con sus brazos, jadeando, conteniéndose para no correrse todavía. El invierno azotaba la ciudad de Seúl pero en aquel cuarto la temperatura estaba más elevada que cualquier volcán en erupción. Se incorporó un poco más, siguiendo la vista del pelirrojo, encontrándose con que este observaba con detenimiento la forma en la que su miembro entraba y se perdía dentro de su cuerpo.

— S-Suave... — Jadeó maravillado con la vista pero sintiéndose casi perforado cuando el miembro ajeno iba hasta lo más profundo. — Si sigues entrando tan.. tan rápido de forma sorpresiva...

Era imposible hablar correctamente cuando Jungkook no se detenía, cuando sus penetraciones eran tan constantes que lo hacían delirar y balbucear a veces cosas incoherentes.

— No puedo evitarlo, dios, eres tan... — Apretó su trasero, enamorándose una y otra vez de ser posible aquello, a cada momento que lo miraba.

Sus erectos pezones y pene, su abdomen tensado, los labios que trituraba con sus dientes y aquel cabello rubio que se pegaba a su frente debido al sudor.  Buscó sus labios desesperado, sintiendo como comenzaba a crearse ese remolino en su vientre que tantas veces había detenido desde que comenzaron.

Lo levantó utilizando toda su fuerza y lo pegó al espaldar de la cama, dejándolo deslizarse entre ellos mientras lo embestía como si de aquello dependiesen sus vidas.

— ¡Kook! ¡Jungkook! — Jadeó casi sin poder contenerse, sintiendo como este abría más y más su trasero para pederse en él con mayor facilidad. — No me gustaría volver a vivir una vida sin ti.

Soltó repentinamente tomando al pelirrojo por sorpresa porque justamente en ese instante estaba pensando esa misma frase. Sintió como sus piernas se aferraran más a él y sin poderlo evitar, tras unas cuantas estocadas más, se vino en su interior. Todo su cuerpo se sacudía, experimentando otro de esos orgasmos tan únicos que se podían sentir únicamente junto a la persona que uno amaba. No solo, no con alguien más que saciara sus necesidades, sino junto con quien era dueño de su corazón.

Permaneció liberándose largos segundos, hasta que Taehyung se separó y recogió en su mano todo aquello que de él emanaba gracias al pelirrojo. Lo único que quien fue su empleador hasta hacía unas horas, no se imaginó lo que este haría con eso, no hasta que sintió su propio semen ser usado como lubricante en él.

— Tae...

— Lo necesito, amor, yo también necesito perderme en ti. — Sostuvo su rostro con cariño, llevándolo hacia un beso renovador y dulce.

Se dedicó a mimar y consentir con ahínco cada poro que Jungkook tenía en su piel. Cada beso, cada lamida o caricia era  dada con certeza absoluta, guiadas por el deseo el amor, por esa devoción con la que el rubio lo trataba.

En el momento que por primera vez en su vida el dueño de aquel lugar sintió un dedo perderse en su interior, confirmó lo mucho que amaba a ese rubio como para permitir aquello y entregarse a él sin reserva. Le pertenecía, sabía que se pertenecían mutuamente, sus corazones estaban anclados y sus cuerpos solamente seguían sus directrices.

No fue tan rápido, tampoco fácil pero ambos se tomaron todo el tiempo necesario hasta que Taehyung estuvo completamente perdido en su interior. Se estremecían simultáneamente y cada ráfaga de placer, cada electricidad que viajaba por sus venas los golpeaba por igual.

Cada movimiento y gemido reforzaban el te amo de sus cuerpos, cada mirada y beso, reforzaban el te amo de sus almas.

Envueltos en un abrazo tan fuerte y potente como el orgasmo que los zarandeó e hizo llegar a la cúspide de placer esa noche, ambos cayeron en la cama, jadeantes y sin fuerza. Temblaban pero se sostenían con solamente estar cerca el uno del otro.

— ¡Feliz Navidad, Tae!

— ¡Feliz Navidad, mi amor!

Con una sonrisa que no pudo borrarse, cayeron en un profundo sueño.

Al día siguen toda la familia estuvo junta, comiendo y haciendo que los nervios por lo que se avecinaba se disiparan. Claramente hubieron comentarios jocosos, bromas y palabras bonitas compartidas, era una Navidad como la que sus corazones pidieron y disfrutaban.

Durante toda la operación de Seokjin, Jungkook sirvió de soporte para su pareja y el cuñado del mismo. Mismo si no lo dijo, él estaba igual de nerviosos que esos dos pero asumió aquel papel en silencio.

Como lo esperaron la cirugía fue un éxito y si bien la recuperación, así como rehabilitación fue difícil y dolorosa, todos estuvieron presentes. Vivieron juntos en casa de Jungkook durante casi un año, cuando el mayor de los Kim finalmente recuperó total movilidad de sus piernas y se regresó a su casa junto a Yoongi.

Sungjae asumió el papel de mayordomo y aunque en un comienzo Jungkook difirió de la idea de su pareja, lentamente se dio cuenta de que efectivamente ese era el hombre que mejor los conocía a ellos y el sistema de aquella casa.

Taehyung logró ascender por mérito propio en la empresa de su prometido en ese año que comenzó a trabajar. Se sentía vivo, capaz y amado, no podía pedir nada más.

— Estamos aquí nuevamente, hoy se cumple un año desde que oficialmente los conocimos y formalizamos nuestra relación. Sabemos que también es otro aniversario luctuoso donde no nos pueden acompañar físicamente pero sabemos lo mucho que nos apoyan. — Comentaba el rubio sosteniendo la mano de su pareja frente al panteón de sus padres.

Tras mucho pensar, terminaron creando un único panteón familiar, haciendo que la familia creciera y se uniera en todo los aspectos.

— Vinimos a desearles una muy feliz navidad en donde quiera que se encuentren. — Añadió Jungkook arrodillándose frente a sus padres y suegro, siendo seguido por su prometido.

— ¡Feliz Navidad!

🎁🎄🎁

https://youtu.be/kwVKvG2MXss

El final ha llegado con un día de retraso. Sinceramente lo siento muchísimo pero ya saben que en los viajes y festividades las cosas no siempre salen según lo planeado, terminé complicándome.

Espero que todos hayan tenido una feliz y hermosa navidad junto a sus seres queridos. Aún si estuvieron solos o tuvieron que trabajar, estaban acompañados de ustedes mismos y pensamientos de alguien que los quiere, no lo duden.

Hasta aquí llega esta corta historia que una vez más espero haya sido de si agrado.

🎄¡Feliz Navidad!🎄
🎁LORED🎁

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